MARÍA EUGENIA VAZ FERREIRA Y LA VISIÓN FALOCRÁTICA DE LAS RELACIONES HUMANAS
Gisela Bencomo©
Al leer la poesía de María Eugenia Vaz Ferreira nos damos cuenta de que sus planteamientos no son los mismos presentes en las obras de Delmira Agustini y Alfonsina Storni. Mientras que la Agustini acepta al hombre tal cual es y se deja arrastrar hacia él, y la Storni se debate entre la pasión y el pensamiento, María Eugenia Vaz Ferreira aspira, según se observa en muchos de sus poemas, a la creación de un nuevo orden social. En este nuevo orden social, la humanidad volverá a su estado prístino, deshaciéndose de todas las influencias que, hasta ahora, una sociedad completamente patriarcal ha dejado en ella. Cuando se haya logrado un cambio total de perspectivas en el rol de los sexos será posible romper las ataduras de la mente y del lenguaje, y en consecuencia se podra cambiar la visión falocrática de las relaciones humanas.
En la obra de Vaz Ferreira se manifiesta un replanteamiento de lo femenino y lo masculino. La mujer que se manifiesta en el discurso poético de María Eugenia Vaz Ferreira no sigue los patrones de la sociedad machista. En esta poesía no encontramos a la mujer rendida de amor, sufrida, frustrada y dominada por el poder masculino. Esta es una mujer desafiante que no está dispuesta a ceder a los requerimientos masculinos. No hay fuerza ni pasión que pueda conquistar su corazón "helado y duro/como la blanca nieve de las cimas" (p.62). Como se manifiesta en este poema, María Eugenia se define como un tipo nuevo de mujer. No es ésta la mujer que se iguala al hombre, sino la mujer que es superior a él. Esta "nueva mujer" necesita un "nuevo hombre", un hombre que esté libre de todos los prejuicios de la sociedad patriarcal imperante. Ese hombre nuevo debe ser "...un vencedor de toda cosa,/invulnerable, universal, sapiente,/inaccesible y único" (p.127). Sólo a este hombre nuevo está dipuesta a entregarse María Eugenia, como lo afirma en su poema "Holocausto" (p.131):
Me volveré paloma si tu soberbia siente
la garra vencedora del águila potente:
si sabes ser fecundo seré tu floración,
y brotaré una selva de cósmicas entrañas,
cuyas salvajes frondas románticas y hurañas
conquistará tu imperio si sabes ser león.
De este planteamiento se desprende la idea de la creación de un nuevo tipo de humanidad, cuya mente y cuyo lenguaje no estén influenciados por las ideas caducas de esta sociedad. En todo este proceso de "purificación", vemos que es la mujer la que tiene que tomar la iniciativa. De ahí que se haga necesario un "despertar" de lo femenino. Es preciso que la mujer deje de ser cómplice en todo este proceso, que replantee la naturaleza del amor y de las relaciones hombre-mujer. Una vez que surja la mujer nueva, será necesaria, si no una desinternalización de lo masculino, al menos sí una redefinición. Así se logrará una especie de equilibrio que eventualmente hará desaparecer o cambiará, radicalmente la visión que tanto los hombres como las mujeres tienen de su papel y de su situación en la sociedad.