"Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mi, aunque haya muerto vivirá" (Juan 11:24). Oremos: Señor, concede el descanso eterno a nuestros queridos difuntos que pusieron toda su fe y confianza en ti.
|
“Los que ahora descansan con Jesús, serán también llevados por Dios junto a Jesús” (I Tesalonicenses 4:14). Oremos: Señor, mira con misericordia a nuestros difuntos para que gocen a tu lado para siempre de tu luz y de tu paz. |
“Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto” (Juan 12:24). Oremos: Señor, concede la felicidad eterna a quienes han muerto como un grano de trigo, fuente de vida y de esperanza. |
“Si hemos muerto con Cristo, con El también viviremos” (II Timoteo 2:11) Oremos: Señor, mira bondadoso a tus siervos que han muerto ya contigo para que vivan también contigo para siempre. |
“Ustedes confían en Dios: confíen también en mi. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones” (Juan 14:1-2). Oremos: Señor, lleva a tu mansión celestial a nuestros queridos difuntos que pusieron toda confianza en ti. |
“Todos mueren por ser de Adán, y todos también recibirán la vida por ser de Cristo” (I Corintios 15:22). Oremos: Señor, nuestros seres queridos han muerto porque son de Adán; ahora, a ti te pertenecen; dales tu paz. |
“Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre” (Juan 6:51) Oremos: Señor, sienta en tu mesa celestial a nuestros difuntos que un día participaron de la mesa de la Eucaristía. |
“Si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor” (Romanos 14:8). Oremos: Recibe bondadoso a nuestros seres queridos que tanto en la vida como en la muerte han sido tuyos, Señor. |
“Jesús gritó muy fuerte: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, y al decir estas palabras, expiró” (Lucas 23:46). Oremos: Padre, te encomendamos a nuestros queridos difuntos para que gocen en tu casa celestial de la felicidad eterna. |