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Pide Consuelo a los dos brazos que están abiertos bajo el cielo Pídele a Cristo aunque parezcas muy codicioso Lo mas difícil, lo mas preciado, lo mas hermoso; Que EL siempre tiene brazos abiertos para ofrecerte lo milagroso. Cuando la suerte se muestre esquiva, Cuando el cansancio te abata rudo Pídele fiel que EL esta siempre sobre el destino Y el dedo eterno lo rige EL. No te acobardes, alza los ojos, De sus pupilas se alumbra el sol EL es amparo, EL es clemencia; Arranca el lodo de la conciencia y deja el alma como un crisol. Pídele a Cristo sin cobardías, EL es el alma de la piedad; Entre sus brazos que están abiertos Abraza entera a la humanidad.
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