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NuevO MiLenIO


 
                   Estamos en el fin del milenio... y también en el fin de una Era que ha durado dos mil años. Según salimos del siglo XX para entrar en el XXI, de la Era de Piscis para entrar en la de Acuario, sobre nosotros operan poderosas fuerzas de cambio, en lo individual, en la humanidad como un todo y también en el planeta entero. Cada vez más, durante estas décadas de transición, vemos que se franquean, derriban o disuelven las barreras entre individuos, sociedades, razas y naciones. Entre las muchas fuerzas que trabajan para disolver estas barreras hay tres realidades globales.  En primer término, la superpoblación, con las consecuencias que la acompañan, entre ellas: la desaparición de los bosques y la vida silvestre, la creciente urbanización, la disminuición de los recursos naturales, la contaminación ambiental y el recalentamiento del planeta. En la actualidad se nos presentan asuntos críticos que
sólo un acuerdo del mundo entero puede atender. Cualquier entendimiento menor no puede efectuar los cambios necesarios para salvarnos y salvar a nuestro planeta.  En segundo lugar, las comunicaciones internacionales instantáneas reducen las distancias, tanto en sentido literal como figurado, entre nosotros y nuestros hermanos de todo el planeta. ¿Qué distancia puede haber entre Oriente y Occidente, entre los hemisferios norte y sur, si todos vemos las mismas transmisiones televisivas, seguimos las mismas tendencias de la moda y nos enteramos inmediatamente de las noticias y las crisis de otras naciones?  El tercer factor importante es la amenaza a la existencia de vida en este planeta, representada por la tecnología militar moderna. Aunque los intereses en conflicto continúan dividiendo a las naciones, el destino compartido como víctimas de cualquier confrontación global nos une en la esperanza de supervivencia personal.  Aunque el interés que tenemos en el bienestar del prójimo es mayormente egoísta, motivado por ideas tales como: "si el planeta sucumbe, yo también sucumbiré" o "sin ayuda económica ese país puede amenazar al mío con una extorsión nuclear", aun así se está progresando. A medida que las presiones exteriores continúen fomentando el desarrollo de las cualidades interiores positivas, con el tiempo se desarrollará una consideración carente de todo egoísmo. Es mediante esa presión exterior sobre la conciencia interna como obra la evolución espiritual en todas las Eras.
 
Una Era es un ciclo de unos dos mil años, aproximadamente. Durante cada uno de esos ciclos se desarrolla un gran tema en la conciencia de la humanidad, tema relacionado con el signo astrológico que gobierna el ciclo y del cual este recibe su nombre. El tema para la Era deAcuario es la conciencia agrupal; la simple declaración: "Todos estamos juntos en esto" expresa concisamente la lección que espera a la humanidad, una lección necesaria para nuestra evolución espiritual y también nuestra supervivencia física.  Ahora estamos entrando en la Era de Acuario. El signo de Acuario se realciona con el orden social, los amigos, los grupos y, como hemos visto, con la conciencia grupal. En general, tomamos conciencia de que amanecía la Era de Acuario cuando oímos la letra de Hair, aquella comedia musical de los años sesenta. Desde entonces, el término New Age o Nueva Era se ha vuelto común, aunque no se lo comprende bien.Es difícil determinar con exactitud cuándo se inicia la Nueva Era o Era de Acuario, porque los signos zodiacales del cielo no tienen límites precisos. Una Era es determinada por el signo astrológico en el que aparece la Estrella Polar en el momento del equinoccio. Por un período de dos mil años, aproximadamente, la Estrella Polar aparece en un signo dado y actúa como transmisor hacia la Tierra de las emanaciones energéticas especiales producidas por ese grupo de estrellas interrelacionadas. Pasamos de una Era a la siguiente a medida que la Estrella Polar pasa lentamente de un signo zodiacal hacia otro. Algunos astrólogos aseguran que la Nueva Era se inició ya en la década de 1850. Otros dicen que no comenzará hasta bien entrado el siglo XXI. Muchos aceptan que el ao 2000 como punto coyuntural aproximado. Y todos están de acuerdo en que, decididamente, en estos momentos estamos en las convulsiones de la transición.
 
La Era de Piscis, también conocida como Era de la Fe, está llegando a su fin. En gran parte del mundo,durante estos últimos dos mil años las religiones organizadas han detentado una posición importante en la vida individual, a un punto en que a muchos nos parece hoy inconcebible. El objetivo de esta Era ha sido la transformación personal o la salvación mediante la devoción a un deidad distante: principalmente, Buda en Oriente y Jesucristo en Occidente. Estos dos grandes Seres corporizaron y enseñaron la lección global de la Era: la compasión. Un Salvador que oró pidiendo perdón por los mismos que lo crucificaban nos exhorta a amar tanto a nuestros enemigos como a nuestros amigos. El cínico refrán: "Jesús nos dio la piedad; los griegos, todo lo demás", reconoce cuanto menos que, en verdad, impartió bien esta lección. Compasión, bondad y paciencia eran las piedras basales que le Buda destacaba en todas sus enseñanzas sobre el vivir correctamente y hallar la salvación, librándose de futuras reencarnaciones.  Si estos dos mil años de guerras, barbarie, persecución religiosa y genocidio, incluidos los horrores recientes del Holocausto y Vietnam, indican que aún tenemos camino por recorrer en el aprendizaje de la compasión, recordemos esto: hoy son muchos los que, natural y automáticamente, expresan el mismo tipo de compasión que antes era un ideal revolucionario y casi incomprensible. Hoy en día no nos sorprende la presencia de la compasión, sino su falta. Casi todos reconocemos, cuanto menos, el dolor y el sufrimiento ajenos; muchas personas realizan enormes sacrificios personales a fin de aliviar el sufrimiento de otros, con quienes poco tienen en común, aparte de la humanidad compartida. Aunque no todos hayamos aprendido esto de la compasión, muchos la aprendimos bien. El Tibetano predijo que, hacia fines de la Era de Piscis, la expresión de la compasión llegaría a ser exagerada. ¿Acaso no es exagerar la compasión (hacer por otros lo que ellos podrían hacer por sí solos) lo que caracteriza a muchos coalcohólicos o codependientes, que se encuentran en una importante relación con un adicto? ¿No es esa falla muy común entre los padres de hoy, así como entre muchos miembros de las profesioes asistenciales? Ahora algunos debemos aprender a atemperar nuestra compasión exagerada con los rasgos acuarianos, igualmente espirituales, del desapego y la impersonalidad, aprendiendo a respetar la responsabilidad que cada individuo tiene sobre su propio sitio en el Camino.
 
                Así como la Era de Piscis ha sido llamada también la Era de la Fe, así la Era de Acuario se conoce bajo el nombre de la nueva Era del Hombre, no por el sexo masculino, sino porque esté siglo verá florecer la capacidad humana de la creación. Según logremos un mayor dominio de nuestras facultades mentales y emocionales, según aprendamos a trabajar juntos en concierto espiritual, crearemos a conciencia los reinos emocional y mental en que habitanmos , así como hoy construimos nuestro ambiente físico.  Todo el énfasis acuariano sobre la conciencia grupal se equilibra, de algún modo, por la enérgica influencia de Leo, el signo que ahora adquiere prominencia debido a su oposición con respecto a Acuario. Leo insta a la independencia y la individualidad, a la responsabilidad personal por todos los actos. Estos dos opuestos, Acuario y Leo a la vez, nos guían hacia una mayor sensibilidad para con el bienestar del grupo, pero exigiendo que, como individuos, sepamos valernos solos. ¡Qué rumbo poderoso y esperanzado el de la humanidad, en la Era inminente!  En este planeta que no deja de empequeñecerse, cada uno de nosotros es ahora, como nunca antes, el guardián de su hermano. Por primera vez, grandes cantidades de personas en todo el mundo son psicológicamente astutas; tienen conciencia de los sentimientos, la conducta y las motivaciones, propios y ajenos. Al mismo tiempo nos afinamos psíquicamente, nos sintonizamos mutuamente y captamos otras dimensiones de existencia. Se acerca el momento en que ya no podrá existir el aislamiento actual de "mi pérdida", "tu necesidad", "el dolor de aquél", "el hambre de aquélla". Cada uno sentirá más y más la carga del otro; es de esperar que se muestre dispuesto a ayudar con el peso, reconociendo que es también la propia carga. Las bellas enseñanza de l a Era Pisciana (amor, sensibilidad, compasión y perdón) nos serán muy útiles para aprender a ofrecerlos, no sólo a los hermanos que tenemos cerca, sino a todos los demás, al cuerpo entero de la humanidad, de la que formamos parte.

© 1994 by Robin Norwood

 
 
 
 

 
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