Mute y el Amor!
El amor en tiempo de guerras (ja, ja, ja!!!)
El amor, si se quiere, puede ser una suerte de búsqueda de respuestas. Puede ser el dolor irresistible que su ausencia provoca. Una tormenta de obligaciones innecesarias que al final termina siempre perjudicándonos. ¿un viaje sin retorno?. El camino tortuoso a descubrir que eres tan, pero tan miserable; que sólo, no puedes arreglártelas. Así como el sida, te quita todo tipo de defensas.
No se repite. Uno queda atónito pensando qué fue lo que hizo mal. Automáticamente nos hacemos responsables de la pérdida. Luego bebemos más, lloramos, nos masturbamos con culpa, buscamos algún tipo de felicidad en la rutina. Error. Lo que se vuelve rutina, en ningún punto es satisfactorio, e inevitablemente, la vida se opaca y es cuando, a mi parecer, comienza la vejez.
La rutina no es solo repetir y repetir alguna función, sino, entregarse a ella. Uno no es culpable de la ruina ajena. Por lógica, uno es miseria misma si se refleja en la mediocridad cotidiana haciéndose parte de esa miscelánea de necesidades creadas para la aceptación de una realidad que no es propia.
Sería estúpido pensar que uno tiene que ver con el “barranca abajo” de la cultura Argentina. Que dicho sea de paso, yo no elegí. Y con esto no reniego de mis orígenes, simplemente aclaro que no me siento parte de ellos. Yo no elegí corrupción y silencio. Pero de alguna forma me infecta inconsciente.
Es la sangre, la puta sangre que jamás se irá del barrio, estemos dónde estemos, el irrompible cordón desgraciado. La insufrible antirrespuesta infeliz que gritamos al espejo y creemos como verdad. Y como tal, la creamos. Nos vemos deshechos en un mundo fuera de lo real. El nuestro propio. La insufrible levedad del “nerd”.
Si el amor es búsqueda de respuesta, ahí buscamos, pero equivocados.
Desmenuzándose en la cama, ultra caliente, mordiendo la almohada. Y claro, sola. Me engañó.
Me frustró desde el momento que mi cuerpo dejó de sentir, anestesiado por ese flujo insostenible que terminaba siempre en mi boca. No hay duda de la superioridad femenina al referirse a los engaños amorales, y es ésa la hora en que debemos disociar y enfrentar nuestra debilidad.
Bien, digo mujer porque soy hombre. Di hombre si eres mujer. Por favor, di mujer si eres mujer (de paso me invitas), y di hombre si también lo eres.
¡Hablamos de personas!
Ahí es donde tu sexo no importa. Desde ese lugar quiero describirte, desde donde se és el único responsable de la propia mierda, desde donde eres histérico, odioso, pedante, misterioso, envidioso, egoísta, miedoso...desde donde eres la verdadera bosta humana.
Donde nada cambia.
Es aquí donde callas.
Y es ahí donde me alejo para no contagiarme.
No se puede entrar si no quieren que lo hagas.
La vida es demasiado corta y acelerada como para seguir llorando y esperando como un perrito en una puerta ajena. By.
MUTE
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