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El Patrono de la Cocina

 

Zào Jūn

 

            El Zào Jūn es un personaje mítico muy celebrado en todo hogar chino tradicional y cumple un papel muy importante en las celebraciones del Nuevo Año Chino. 

 

 Zào significa «la estufa de la cocina» y por lo tanto también representa a la cocina   misma.  Jūn es una palabra multivalente y, para este caso, podemos aislar el significado de «jefe», «encargado» o «patrono» de algo.  Así, elijo traducir Zào Jūn como «el Patrono de la Cocina China»[1]. Como su nombre lo indica, es la deidad que tenía bajo su cargo todos los aspectos idóneos a la cocina, como por ejemplo la cocción de las comidas, la salud[2], la paz doméstica y conyugal, la salvaguarda del hogar[3], etc. 

 

Cuadro de texto: Ejemplo de un dibujo del
Patrono de la Cocina que vino en un calendario del año 1895.
Es muy usual ver que, durante el transcurso del año, los distintos miembros de la familia presenten peticiones de diversas índoles al Zào Jūn, pero todas estas tienen que ver con la vida doméstica de la familia.  A estas peticiones de carácter doméstico se las conoce como zào shū (灶書) o «escritos al Zào Jūn».  La práctica de escribir la petición en un estilo formal sobre un papel especial de color amarillo y luego quemarlo en el altar mismo del Patrono de la Cocina, que se conoce como el zào xíng (灶陘).  Los chinos tradicionales piensan que, de esta forma, el Patrono de la Cocina intercederá por ellos.

 

Sin embargo, las funciones que he mencionado hasta aquí no son las únicas de este personaje. 

 

Recordemos que las labores de preparación para el Nuevo Año, así como las ceremonias de recepción y celebración del mismo son de máxima importancia para los chinos tradicionales.  Así, aparte de presidir y velar sobre la cocina y mantener la armonía doméstica, cada año el Zào Jūn también tiene la importantísima labor de ascender al mundo celestial e informar a los poderes superiores sobre el comportamiento de cada miembro de la familia.[4]  Es decir que el Zào Jūn sabe a cabalidad cuáles son las virtudes y defectos de cada miembro de la familia.

 

Y es justamente esta función del Zào Jūn la que marca uno de los ritmos más importantes de las actividades del advenimiento del Nuevo Año.

 

Cuadro de texto: De la colección del Museo de Horniman, tenemos otra figura del Patrono de la Cocina y su consorte. Llegado el vigésimo tercer día del duodécimo mes lunar[5], es decir, en el último mes del año chino, los miembros de la familia se reúnen para celebrar el cí zào (辭灶) o la «despedida del Patrono de la Cocina».  Esta es una ceremonia muy pintoresca.  Todos se congregan ante el dibujo del Zào Jūn que está pegado generalmente sobre la estufa.  Cada miembro de la familia ofrece reverentemente sus ofrendas de comida y bebida, revientan petardos y elevan sus plegarias.  Muchas familias también tienden a llevar a cabo actos de carácter propiciatorio[6] para que el Zào Jūn entregue un mejor reporte de ellos.[7]  Luego, el dibujo de este personaje es despegado de su lugar  y puesto sobre una carreta o sobre un caballo hecho de caña y papel.  A manera de una procesión, la efigie del Zào Jūn es llevada al patio principal con gran solemnidad y ceremonia.  Llegado al lugar convenido, y con mayor solemnidad y respeto aun, el Patrono de la Cocina es incinerado ceremoniosamente sobre su caballo o su carreta y, de esta manera, se eleva rápidamente hacia los cielos para cumplir con su importante misión.  Hecho esto concluye la celebración del cí zào (辭灶).  La familia vuelve a la mesa donde están las viandas y las consumen con mucha algarabía y esperanza.

 

En el trigésimo día del mismo mes[8], la familia se vuelve a reunir alrededor de la estufa de la cocina.  Esta vez es para recibir de vuelta al Patrono de la Cocina y darle la gran bienvenida.  A esta ceremonia se le conoce como Yíng Zào (迎灶) o «la recepción del Zào Jūn».  En esta oportunidad habrá también un gran despliegue de suculentas comidas y  bebidas de todo tipo, y se hacen tronar los petardos.  Luego de la algarabía, se revela un nuevo dibujo del Patrono de la Cocina y se le pega sobre la estufa.  Inmediatamente, se ofrecen oraciones y plegarias para alentar su generosidad y buena voluntad durante el nuevo año.  Hecho esto, concluye la ceremonia del Yíng Zào y la familia puede disfrutar amenamente del festín. 

 

Ahora sólo falta despertar al día siguiente para estar ya en el Nuevo Año.

 

 

 

 



[1]  A este personaje también se le denomina Zào Wáng (灶王) o el «Rey de la Cocina», así como Zào Shén (灶神) o el «Dios de la Cocina».

 

[2]  No hay que olvidar que la comida y la alimentación están íntimamente relacionadas con la salud física de una persona.

 

[3]  Los chinos eran muy conscientes que cuando se trataba del fuego y del humo, siempre existía la posibilidad de un peligro constante y por ende la necesidad de tener un patrono protector como Zào Jūn.

 

[4]  Alguien podría preguntarse, ¿y a quién va a informar el Zào Jūn?  La respuesta a esta interrogante es variada.  Algunos piensan que el Patrono de la Cocina va a informar a Tiān Lǎo Yè (天老爺) o el regidor celestial (literalmente, el venerable [lǎo] anciano [] del Cielo [tiān]).  Otros, siguiendo la tradición Daoista (道教), aseveran que el Zào Jūn asciende a la capital celestial del Jade (Yù Jīng, 玉京) para informar al Emperador de Jade (Yù Huáng Dà Dì [玉皇大帝], o Yù Dì [玉帝] en su forma abreviada), la deidad suprema en el panteón Daoista.  Algunos amigos chinos cristianos me comentaron que ellos pensaban que el  Zào Jūn informaba al mismo Dios Todopoderoso.  La conclusión es que no hay una respuesta única y que todo esto depende de la tradición en que esta persona se haya educado así como su inclinación religiosa, si es que profesa una.

 

[5]  Para este año, esta celebración cae en nuestro calendario el 1ro de febrero de 2005.  El presagio para este día es (), es decir, un día cuya energía será mejor canalizada absteniéndose de llevar a cabo cualquier asunto de importancia fuera de la casa.  En cuanto a las oportunidades (, ), el augurio es que este día no es propicio para ningún asunto que se refiera a cuestiones legales, burocráticas o de trabajo (諸事不宜).

[6]  Los chinos tradicionales consideran el informe del Patrono de la Cocina a los poderes superiores como algo de suma importancia.  Así,  muchos chinos hacen actos propiciatorios para «influenciar» o «sobornar» a   Zào Jūn y hacer que presente algo favorable de cada miembro de la familia.  Estos actos propiciatorios se conocen como jì zào (祭灶) o sì zào (祀灶).  Esta es una práctica común en que, aparte de las dos ofrendas mensuales al Zào Jūn, se eleva una ofrenda especial de miel en el último mes del año, justo  momentos antes de su partida.  Esta miel, o algo igualmente dulce y pegajoso, como, por ejemplo, melaza, puede ser aplicada en los labios del Patrono.  En los Estados Unidos, los chinos de ultramar gustan de aplicar el maple syrup.  Tal vez en el Perú sea apropiado aplicar la melaza de algarrobo.  Y ¿por qué hacen esto?  Sobre este tema, los niños me han dado la mejor respuesta.  Ellos, con la ingenuidad de sus años, me explicaron que al darle algo dulce al Zào Jūn, lo inducen a que informe solamente cosas buenas, dulces y positivas.  La idea es que al aplicar cosas dulces en sus labios, también se le endulza la boca y por ende sólo saldrán palabras dulces de ella.  Otros niños me dijeron que el secreto estaba en la parte pegajosa de los dulces, ya que estos  sellan los labios de Zào Jūn y de esta  manera se puede lograr que no diga algo negativo sobre la familia.  Los antropólogos verán que aquí está entrando a tallar, de manera muy folcrórica, el principio de analogía.  Otra estratagema común es la de ofrecerle bebidas alcohólicas para poder embriagarlo.  Algo parecido a esto, es empapar el dibujo del Zào Jūn en alcohol y quemarlo en su debido momento.  Muchos chinos piensan que así Zào Jūn estará complacido con ellos y el reporte será favorable.  Y, ¿por qué hacen esto?  En este caso, tuve que contentarme con la explicación de las personas de edad, quienes con una gran sonrisa en sus rostros, me decían que si el Zào Jūn está embriagado o empapado de alcohol, los poderes superiores no le harán mucho caso si es que dijese algo negativo sobre la familia.

 

[7] Las personas «piadosas» saben que para que el Zào Jūn dé un informe positivo de ellos por mérito propio, es menester cumplir con una serie de instrucciones que los ayuden a manifestar un comportamiento moral adecuado.  Por ejemplo, uno debe de evitar la blasfemia, la envidia y los rencores, mostrar el debido respeto hacia los ancianos y hacia los padres de uno, cuidar debidamente su apariencia e higiene personal, ayudar al prójimo con benevolencia, etc.  Así, los piadosos no abusan de los actos propiciatorios.  Ellos simplemente pondrán su ofrenda de miel sobre la mesa ceremonial, y esperarán a que el Patrono de la Cocina eleve un reporte positivo por mérito propio.  Esto es algo muy especial y significativo para estas personas.  Lo ven como una forma de ganarse puntos kármicos y prepararse para la otra o la siguiente vida, de acuerdo a la tradición religiosa del creyente.  Por ello, no todos los chinos tratan de sobornar al Zào Jūn.

 

[8]  Esta fecha equivale en nuestro calendario al 8 de febrero.  El presagio para este día es (), es decir, un día cuya energía será mejor canalizada absteniéndose de contraer matrimonio, iniciar una excavación para asentar los cimientos, o comenzar un almacenamiento (忌嫁娶破土啟儹).  En cuanto a las oportunidades (yí, ), el augurio es que este día es propicio para las ofrendas y sacrificios tanto fuera como dentro de la casa, así como para las abluciones y baños dentro del hogar (宜祭祀沐浴).