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No me desagrada la idea de éste espacio como un proyecto piloto, pero me agrada más la idea de un piloto proyectado. Porque más o menos así viene la mano. Ésto no es una empresa, quizás sí un sucio negocio; no es un barco pirata en el mar de la aventura, en todo caso la sala de calderas del Caín, y tampoco es un pastel de frambuesas, sí con toda seguridad un guiso de lentejas.

Cuando se piensa en un espacio así, con las particulartidades que están pensadas dentro del medio establecido, uno no puede no sentirse como Yuri Gagarin. Tener tantas cosas en la cabeza y disponer tanto instrumental alrededor para llevar a cabo un viaje que es apenas un paso, proporciona sin posibilidad de retorno, al piloto, la sensación ideal de la pequeñez humana ante el devenir; aquello que sucede. Si Yuri Gagarin leyera ésto... ¡Yuri, si habrás imaginado cosas en aquellos minutos gloriosos en los que fuiste catapultado al espacio como cascote en el clásico de los polvorines!... Y, bueno. Es bueno tomar ejemplos y relacionar todo con el devenir.

En éste devenir, que nos sorprende ó apabulla desde que abrimos los ojos hasta que los cerramos y ponemos el piloto automático, pensé que no estaba de más lanzar éste módulo espacial con destino abierto. Es una idea que no creo  mala, ni más ni menos original que otra, ni nada... es una cuestión de comunicación, en el fondo. ¿Qué otra cosa sería?. Lo demás lo hace el devenir justamente, y acá si para bien o para mal... por más que la estampita de Gagarin adorne nuestro comando.

El cohete "Edizione Acá Andamo" Eserrele dispone de tres etapas: Etapa de impacto balístico uno "brigadier Jineta". Etapa de impacto balístico dos "Bahía del bombo". Y finalmente la etapa donde va la nave "Río Abajo", con rumbo al sistema solar, con un cargamento inédito de imágenes e historias coconáuticas.

En la Tierra, más precisamente en la esquina de Jiuston y Texas, en el conurbano bonaerense, Leo Bouin (buán) y Andrea Yeber fueron tirando luces de bengala para que la nave no pegue el palo contra la autopista. Además, Fabián García se encargó de diseñar y construir el sistema eléctrico de la cabina de la Río Abajo, y los Coconautas Asociées se encargaron del combustible sólido y sistema de propulsión. Los coconautas pueden estar fluyendo todo lo que ustedes quieran pero ningún combustible como el que producen ellos para lanzar una nave a través de la galaxia.

Con todo listo y la cuenta regresiva, que viene pisando los talones, pienso que nada puede salir mal. Así cuando nada salga mal, puedo pensar un montón.¡Buena suerte ciudad!... Los motores se encienden y por el intercomunicador la voz del comandante Thorthon que dice: "Loco, acá llegó Malena con una docena de churros con dulce de leche, dice que es para vos... ¿Qué hacemo?". Es una buena pregunta, me digo y paro un cacho la ignición. "Pasasame la fatura, Malena... cuando llego te mando una postal".

Humpy Slipperman, encargado de limpieza. Turno noche.