Padre de todos los espíritus, recibe el de N, que regresa a ti, a
quien creaste por amor, a quien salvaste por tu Hijo Jesús y a quien
santificaste por el Espíritu Santo. Que
tus ángeles gloriosos le rodeen y los santos le den la bienvenida en paz. Que su alma y las de todos los difuntos
descansen en paz a través de tu eterna misericordia. Amén.
Te damos gracias, Padre, por habernos dado a tu siervo(a) N; a su
familia y amigos para conocerle y amarle como compañero y hermano. En tu ilimitada compasión consuela a los que
lloramos. Danos fe para que en la
muerte veamos el umbral de la vida eterna, a fin de que con tranquila confianza
continuemos nuestro peregrinar en la tierra hasta que, por tu llamado, nos
reunamos con aquéllos que partieron antes.
Por tu amado Hijo Jesús, nuestro Señor y Mesías, que vive y reina
contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por siempre jamás. Amén.
Padre de todos, te pedimos por N, y por todos aquéllos que amamos pero
ya no vemos. Concédeles descanso
eterno. Que la luz perpetua brille
sobre ellos. Que su espíritu y los de
todos los demás difuntos, por tu amor y misericordia, descansen en paz. Amén.
Concede a quienes todavía estamos en nuestra peregrinación de fe que
seamos guiados por tu Espíritu Santo en santidad y justicia todos los días de
nuestra vida. Amén.
Concede a tu pueblo fiel perdón de todas sus faltas, para que seamos
limpios de todos nuestros pecados, y te sirvamos con ánimo tranquilo. Amén.
Concede a todos los dolientes una confianza segura en tu cuidado
paternal, para que, confiando todos sus pesares a ti, comprendan la consolación
de tu amor. Amén.
Auxílianos, te suplicamos, en medio de las cosas que no podemos
comprender, a creer y confiar en la comunión de los santos, el perdón de los
pecados y la resurrección a la vida definitiva. Amén.
Concede que nosotros, junto con todos los que han partido en la
esperanza de la resurrección, obtengamos nuestra perfecta consumación y
felicidad en tu eterna gloria; y con el bienaventurado(a) N y todos tus santos,
cuyos buenos ejemplos y consejos aceptamos, recibamos la corona de vida que tú
has prometido a todos los que comparten la victoria de tu amado Hijo Jesús;
quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por siempre
jamás. Amén.