Como siempre, San Pacho en paz

Omar Palacios M.

De 1648, cuando Fray Matías Abad celebró aquí por primera vez a San Francisco de Asís en compañía de los indígenas por él evangelizados, hasta este 2004, han transcurrido 356 años de festejos ininterrumpidos como quien dice una rica y legendaria tradición acrecentada una vez más con estos hechos positivos:

1. Fortalecimiento de las creencias y de la fe católica mediante actualizados mensajes de los sacerdotes, reflexiones del evangelio, celebraciones eucarísticas dinamizadas y una fervorosa presencia en las comuniones, lo mismo que a las procesiones del seráfico de Asís.

2. La cultura chocoana se mostró en diferentes maneras: toques musicales, danzas vibrantes, elaboraciones sofisticadas de trajes, atuendos o cachés, ingeniosos disfraces barriales con sentido crítico de alto relieve, dramas o escenificaciones apropiadas, recitales, pinturas de artistas calificados, grandioso arreglo del templo, y como siempre los típicos manjares o platos de la muy elaborada cocina chocoana.

3. En lo social hubo nuevamente estrecho acercamiento entre propios y extraños sin dar margen a odiosas discriminaciones adquiriendo mucho re alce la hospitalidad, la alegría compartida, la armonía y la tolerancia.  Se está haciendo justicia con valorar y estimular en vida a los connotados líderes franciscanos en los barrios.

4. En lo turístico y económico creemos a ciencia cierta que fue esta temporada una de la pocas en el año en que más se dinamizan por el gran flujo de personas que llegan a Quibdó, anhelantes de participar de esta festividad. Otro tanto ocurre con el comercio, el cual se activa especialmente el de licores, telas, pinturas, venta ambulantes, etc.

5. Los medios masivos de comunicación en esta época de celebración también han tenido la vitrina apropiada para cumplir su misión de informar y recrear a la audiencia. En fin un pueblo como el nuestro tan azotado y tan agobiado, tuvo en las recientes festividades la ocasión de desahogarse y de oxigenarse alegremente para retomar la inacabable cruz que cada día lleva la chocoanidad. 

Lo mejor de la fiesta:  La multitudinaria y apoteósica manifestación con pañuelos blancos al patrono San Francisco en el nuevo malecón al terminar la procesión el 4 de octubre.

Lo peor de la fiesta:  El olvido de muchos quibdoseños en asistir a los gozos en la madrugada del 4 de octubre, muy pobre la asistencia.  Prefirieron tal vez continuar en repechaje en el barrio Niño Jesús.

Lo feo de la fiesta:  Que la junta central o sus jurados no acogen ciertos mensajes relacionados con San Francisco que plasman los barrios en sus disfraces, adornos y arcos (caso de El Silencio, en todo quiso edificar sobre los valores, pero fue subestimado y no tenido en cuenta, mejor dicho, esto como que no motiva a la sociedad actual, o a los muy venerables jurados).