Cultura ciudadana

Danilo Ibargüen P.

Para algunos el de-sorden es connatural a las ciudades en crecimiento y la informalidad debe ser tolerada. Pe-ro muchos pensamos distinto. Preferimos el orden para brindar una calidad de vida mejor. 

El respeto por el espacio público, donde todos deben caber, los autos y los peatones.  Cada quien en lo suyo y la autoridad municipal garantizando esos derechos. 

Todo eso forma la cultura ciudadana.  Como también la observancia de las reglas de tránsito, el silencio en los hospitales, no arrojar las basuras al piso sino en los basureros.

Todas estas normas son transgredidas en Quibdó, la ciudad más desordenada en Colombia. Sus calles son estancaderos de aguas residuales y los conductores mojan a los peatones ya que los andenes están invadidos por los vendedores ambulantes con carretas con frutas.  Parece que en Quibdó existen dos plazas de mercado. Por la Alameda no se puede transitar, está llenas de desechos. La tercera con basuras fétidas y escombros. Y la entrada por la vía Medellín con el cerro de basuras, malos olores y criaderos de plagas. 

Istmina, con dos diminutas calles también llenas de vendedores ambulantes y los comerciantes sin escrúpulo sacan sus mercancías a los andenes; los campesinos no caben en la plaza de mercado y sus plátanos, verduras, pescados los venden en la calle y andenes; se vara una carreta y forma el más grande trancón.  Qué peligro en las horas pico con las motos que prestan el servicio público de rapimoto o moto-taxis, son más de cien y con la guerra del centavo no respetan la vida de las personas creando un peligro mayor que en las grandes ciudades.

A las autoridades de tránsito departamental y municipal les quedó grande controlar este medio de transporte público que ningún seguro lo cubre quien se accidente o llegue a morir en este transporte sus familiares a pedir si no tiene con que enterrarlo y ¿quiénes son los responsables?.

Construyamos entre todos y de la mano de la alcaldía nuestra cultura ciudadana y no sigamos viviendo en la inopia del absurdo pensamiento que esto cambia dentro de 5 o 10 años.  El progreso inicia cuando las personas se lo proponen.

El hombre no puede seguir siendo calificado como el animal dañino cada vez que se inicia una obra buena tira palos y barrera en su camino.  “La ciudad donde vivo es como mi casa por ello debo tenerla limpia y si la tengo en un completo abandono me daría vergüenza invitar un amigo a ella”.