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El Parque Centenario del Libertador

Por Douglas Cújar Cañadas

Contar la historia del Parque Centenario es hablar de Quibdó, de sus transformaciones físicas y sociales, de sus habitantes. Ha sido, desde la fundación de la ciudad de San Francisco de Quibdó por el misionero franciscano Fray Matías Abad, la plaza de San Francisco, el centro político, religioso, de comunicación, de reuniones cotidianas, de protesta, de intercambio, de incendios, de revueltas y celebraciones, estos usos sociales que se han transformado de acuerdo con los cambios físicos de la ciudad, en sus diferentes períodos históricos.

En 1923 Luis Llach Llostera, arquitecto español, proyectó la ciudad acorde al deseo de expandirla. La plaza central se convirtió en un modelo indispensable del sistema urbano y por efecto de una ley de conmemoración pasó a constituirse en el nuevo Parque Centenario del Libertador. Fue en ese entonces cuando se decidió instalar una estatua de Bolívar donada por la empresa A&B Meluk. Ese espacio se constituyó en el principal centro de congregación política, donde se dan los primeros pasos para la consolidación de la chocoanidad.

Estos cambios lo convierten en un lugar elegante, de visita obligada, de encuentro, ideal para rendir tributo al ilustre hombre de letras y gobernante del Estado del Cauca, César Conto Ferrer, cuyos restos finalmente fueron depositados en un bello templete, construido por el arquitecto español.

Décadas posteriores se rinde un homenaje a Diego Luis Córdoba, con el busto de mármol esculpido por el afamado escultor Antonio Zea.

La plaza de bombillas luminosas colocadas en el capitel de las bellas columnas dóricas que enmarcaban los discursos de los patriarcas Córdoba del Pino y Arriaga Andrade. Es la imagen que identifica a Quibdó y que guardan nativos y extraños que solían reunirse alrededor de los árboles de acacias amarillas, cadmio, las nativas palmas zanconas y jardineras emplazadas por las caribeñas palmeras reales.

En el parque se celebraba hasta los años setenta La Quema del Judío, por los indios, y las protestas, entre ellas, la realizada contra pretensiones separatistas del dictador Rojas Pinilla, que supo recoger Miguel Vicente Garrido con una canción que llamó Lamento Chocoano, la más preciada oda, sentimiento de nuestra orgullo de no desfallecer nunca.

La reconstrucción del Parque Centenario del Libertador, bien patrimonial de Quibdó, declarado mediante acuerdo municipal 004 de septiembre 22 de 2002, corresponde a la Gobernación del Chocó, a través de Planeación, que recibió del MinCultura el proyecto de adecuación y remodelación por valor de $120 millones. Las obras a realizar son las instalaciones eléctricas, hidráulicas y de drenajes, relleno y acabado de piso, amoblamiento urbano, restauración de monumentos y paisajismo.

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