Sociedad Ecológica San Gabriel
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“El puente se hace porque sí”

1 – Una decisión autoritaria
El puente (Colonia-Buenos Aires) se hace porque sí. Emana de una decisión política autoritaria, sin que en sus argumentaciones haya una sola frase que nos diga que si no se hace el puente, el ritmo de desarrollo e integración del Uruguay no será el adecuado. La decisión política se toma en el vacío en 1985 y luego empieza a improvisarse, tejiéndose las argumentaciones en su favor.

2 – Postergación reiterada.
El puente es una opción de desarrollo que vuelve a postergar de manera casi indefinida el Litoral y Centro del Uruguay. Porque la idea de tener un puente aquí significa una gran concentración de tráfico y de transacciones y operaciones, que postergan y dejan prácticamente aisladas a las zonas antes mencionadas. Es una opción concentradora de actividades en el Sur ya bastante congestionado y vuelve a colocar a Montevideo como un eje de desplazamiento de tráfico y mercancías.

3 - Una opción atrasada.
Creemos que es una opción tecnológica atrasada, obsolescente dirían los economistas. ¿Por qué?. Porque a un puente que en términos técnicos se denomina una travesía fija, se le puede oponer una travesía móvil: dinamizar los puertos. No solamente los puertos de Colonia, Juan Lacaze, Montevideo. El futuro puerto de Piriápolis, La Paloma. Cualquier coloniense sabe que la travesía con naves de última o penúltima generación han reducido enormemente los tiempos de travesía y ha aumentado la capacidad de transporte, bajando las tarifas a precios irrisorios. Podemos tener puertos dinámizados, con empleos permanentes, con servicios operativos de mantenimiento, de abastecimiento, de navegación, que con creces en un total acumulado de demandas dan muchísimo más que la fuente de empleo transitoria que pueda generar el puente. Miremos los países más avanzados del Norte de Europa; Inglaterra, Dinamarca, Suecia. A ningunos de ellos se les ocurre construir un puente. Usan transbordadores de travesías móviles de ultísima generación.

4 - Incompatible con el turismo.
La superposición de actividades que supondría la existencia de un puente en Colonia con una congestión de tránsito de camiones de 50 o 60 toneladas, nos parece absolutamente incongruente con la vocación turística y el patrimonio histórico que tiene la ciudad. Nos preguntamos: ¿Qué turismo va a las terminales camioneras de París, Londres o Nueva York?. Aquí hay una incongruencia insostenible. Por supuesto, la alteración del flujo vehicular no solamente es para la cabecera del puente sino también para el entorno de la propia ciudad de Colonia

5 - Lo que quedó en el camino.
En 1993 el profesor Quagliotti De Bellis, geopolítico, demostró que con suerte el puente tenía una eventual función de integración si había una opción de Eje Vial Brasil-Chile, que pasara por Colonia, reconociendo entonces que era remota. Ahora desde el gobierno argentino se dice que el Eje Bioceánico Río Grande – Porto Alegre – Santiago, pasará por Uruguayana-Paso de los Libres, es decir fuera de Uruguay. El otro argumento de que el puente sería parte de un emprendimiento mayor, como es el sistema de la Hidrovía Paraná-Paraguay, ha caído en desuso. A nadie sensatamente se le ocurriría una terminal portuaria de Nueva Palmira con un puente ahí en la Laguna de los Patos.

6 – La generación de empleo.
Se dice últimamente con mucha fuerza que la construcción del puente atenuará la situación de desempleo en Uruguay. Haciendo cuentas podría suceder que en el mejor de los casos del lado uruguayo y para uruguayos llegara a ocupar a 1500 o a lo sumo 1800 personas, que no serán sólo reclutadas en Colonia, sino que vendrán de todo el país porque la situación de desempleo es nacional. Podemos proveer mano de obra no calificada y además debe tenerse en cuenta que una vez concluido el puente, esos empleados que fueron atraídos deben emigrar. En Yacyretá están peleando los italianos para quedarse, en Itaipú no quedo nadie. En Salto Grande los que visitan esa zona no encuentran trazas de residentes. En Fray Bentos encontrarán un pueblo olvidado, debiendo prestar atención para no pasarse en la entrada. Y sin embargo se hicieron obras binacionales muy importantes. Este es un tema que se maneja con mucha perversidad porque toca la sensibilidad de los orientales en momentos difíciles para miles de hogares que no ven un horizonte laboral.

7 - Un argumento de niños.
Se dice que con el puente habrá una gran expansión de la agro-industria en la zona de Colonia, para proveer al mercado de Buenos Aires de frutas y hortalizas de primor. Podemos preguntar a cualquier productor agropecuario si el ferry todas las mañanas no puede cargar un camión que sala a la 0 hora, llegue a las 4 de la mañana y estar en el Mercado Central a la hora 5 A.M., vender todos sus productos y regresar en la tarde. Pero no es ésa la historia del mercado. Los vendedores de la idea creen que el puente es sólo de ida, que nadie viene de allá para acá. Por eso el argumento de la agroindustria no pasa por el puente, que no es esclarecedor ni dinamizador del mismo. Colocaremos productos y frutas ecológicas o de primor si tenemos una empresa organizada, competitiva, que pueda insertarse allá. Y tal vez el costo del flete con el puente sea mayor aún de lo es hoy. Es un argumento infantil.

8 - Sin transparencia.
La opinión nuestra es que este proyecto no tiene transparencia, argumentos convincentes y además compromete al futuro del Uruguay. Ya en 1795 Kant, el filósofo alemán, decía que para que una nación pueda sobrevivir, su primer requisito era preservar su identidad territorial, y dolorosamente debemos decir que el único país en el mundo donde puede comprar tierra, casas o apartamentos con la sola exhibición de cualquier documento de identidad o pasaporte, es el Uruguay. Vean ustedes el mercado inmobiliario, actualmente, ¿en manos de quién está en Colonia?.

9 - Impacto ambiental no evaluado.
Hemos tenido varios grupos de consultores, españoles, franceses, que dijeron: “Hay que exigir un estudio de impacto ambiental”. No hay nada. Sólo gestos o intentos, maquillajes menores, pero no hay un estudio serio. ¿Por qué?. Porque la motivación esencial es hacer el puente como una obra en sí misma, sin importar el resto y sus consecuencias.

10 – La cuestión demográfica.
Se han dicho las cosas más disparatadas que se repiten sin ningún juicio crítico. Que Colonia tendrá 100 mil, 200 mil, 300 mil habitantes. Falso de toda falsedad. No habrá un crecimiento exorbitado de la población porque Colonia no es capaz de sostener ese número de habitantes. Lo que está ocurriendo con esto del puente, y no sabremos si se acelerará o enlentecerá, es una sustitución de ocupantes. Hay reemplazo de población; los nuevos propietarios reemplazarán a los colonienses que se mudan a otras localidades. Al comprar a mayor precio, se mantiene un mercado de ofertas en alza. Hay un proceso de urbanización acompasado por un proceso de sustitución de población. No hay que insistir sobre las consecuencias económicas, culturales, sociales, que significa una transformación de este tipo. Esto no lo veremos nosotros sino nuestros hijos, dentro de 10 o 15 años, cuando, si el puente se construye, haya una sociedad colonienese que a lo mejor no somos capaces de reconocer. Y como a nosotros nos gusta Colonia como es hoy, quisiéramos en nombre del progreso, y no de los anti-proyectos, preservarla.