SAMUEL CABALLERO

MAR Y CIELO

Fue asi... de repente, casi de improviso, cuando le dije nos alejáramos del bullicio, y nos fueramos a una playa soleada donde no hubiera nada, solo el mar y su inmensidad, el eco y la soledad. Y mientras ella se bañaba, en silencio obserbaba las olas que su fomas rozaban, y las gotas que por su espalda escotada, una tras otra rodaban, y en su loca huida en su intimidad se perdían. Luego al anochecer, nos fuimos a caminar, por la calle semi-desierta, apenas iluminada por una luna incierta, que en silencio nos miraba. Y al sentirse a mi lado, y a mi brazo asida; me habló de penas escondidas, de logros y desengaños, de los giros extraños que da la vida, y sobre todo.. de la esperanza de un día poder encontrar, a quien su amor, por siempre dar. De vuelta en la habitación, su negra cabellera peinó, suelta la dejó, y despertó la pasión. Y de lo que alli sucedió, solamente es testigo, la suave brisa que entró por el ventanál dejando en nuestros cuerpos, un sabor a.. sal.

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