SAMUEL CABALLERO

PAÑUELO BORDADO

En un rincón del alma se guardan recuerdos ya idos, de lágrimas, besos, suspiros, hoy robándonos la calma. En un lugar alli, guardo un pañuelo bordado, con sus labios marcado de rojo carmesí. Eramos dos principiantes ansiosos por conocer, el mundo del querer, el mundo de amantes. Y fue en un atardecer, cuando el sol moría en el ocaso, que unimos beso y abrazo y el éxtasis del placer. Se fue de mi lado, olvidando mi querer, alivia mi padecer el pañuelo bordado.

REGRESAR AL INDICE DE SAMUEL