SAMUEL CABALLERO

ELLA

Ella se fué, no quiso saber más de mi, su corazón angustiado no quiso estar más a mi lado y se marchó. Se fué sin decir nada, como el agua de la cascada, como el sol al atardecer, como la noche al amanecer, como fantasma que se pierde en la nada. ! Y qué importa si se fue! !que importa que se haya marchado! si dejó a mi lado el recuerdo del amor vivido; el mismo que disfrutamos en nuestras largas horas de insomnio, cuando abrazados al silencio de la noche nos contamos nuestras cuitas tempranas, esas que la infancia crée avismales y al finál no son mas que cosas banales, cosas simples de la vida que pasan.. y luego se olvidan. Además..no estaré solo, me acompañará: mi soledad, !ésa que nunca se marcha! , ! ésa que nunca se aleja! ésa que siepre está conmigo en mis horas de angustia y delirio, y que perdida en la oscuridad y en su silencio atróz, en vano espera oir el eco de su voz. La nieve caerá, se marchitará el jardin, las flores no tendrán ningún color, se deshojará sola la margarita; pero allá..en el fonde de mi pecho yo guadaré el recuerdo de su amor, y sentiré que su corazón aún en mi palpita. Y sin embargo.. se fué.

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