
HISTORIA DE HONDURAS
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Las Cuentas del Padre Vallejo
El 15 de Junio de 1887, bajo la responsabilidad de don Antonio R. Vallejo, Director General de Estadísticas, y por encargo del gobierno del General Luis Bográn, se levantó censo de la República de Honduras. Este contabilizó 381.938 habitantes. En un siglo, desde las estimaciones censales del final de la Colonia, la población se había duplicado; pero aún así era una población muy poco numerosa dentro de la dimensión del territorio.
Los departamentos eran 13: Tegucigalpa, Choluteca, Comayagua, Gracias, Santa Bárbara, Yoro y Olancho, de origen colonial, más El Paraíso, La Paz, Intibucá y Copán, constituidos después de la independencia, y Colón e Islas de la Bahía, surgidos en virtud de la devolución inglesa, de 1861.
Los datos del censo presentan el cuadro de los cinco departamentos más poblados así:
Ciudad, Habitantes, Tegucigalpa= 60,170, Choluteca=43,500, Copán=36,744, Santa Bárbara=32,634, Olancho=31,132
El Departamento de Tegucigalpa, sede de la nueva capital civil, ha dejado muy atrás al Departamento de Comayagua, capital eclesiástica y residencia del Obispado, que ocupa ahora el décimo lugar con 16 739 habitantes. Los departamentos occidentales de Gracias, Intibucá y La Paz, sumados a los de Santa Bárbara y Copán totalizan unas 134 mil personas, algo así como el 40% del total, siendo el Occidente la región más poblada. Aún no existe "la Costa Norte".
El año de 1889, en que apareció el Anuario Estadístico de Vallejo, se inauguró en París la Torre Eiffel, símbolo de las nuevas tendencias en arquitectura, que se destacaba en la hermosa ciudad con sus bulevares en forma de estrella; miles y miles de inmigrantes contemplaban la estatua de La Libertad al entrar en el puerto de Nueva York, y cientos de miles comenzaban a transformar la cultura de Buenos Aires y el México burgués del Porfiriato seguía haciendo honor al apelativo de "Ciudad de los Palacios" que le diera el Barón de Humboldt.
Muy distinta es entonces la ocupación territorial en la rural Honduras, pues más que ciudades se trata de pueblos y de pequeña dimensión. Sólo la capital sobrepasaba los diez mil habitantes.
A la capital se le podría añadir los 2685 habitantes de Comayagüela, con un marcado contraste entre las dos riberas del río.
La concentración de la población en Occidente indica la ubicación rural de la mayoría, la antañona Gracias registra 3380 habitantes en tanto que el despoblado Olancho, en relación al tamaño de su territorio, cuenta con la segunda ciudad y con poblados como Catacamas (3385) y Manto (3508). Hacia la costa, sigue a Yoro, la población de Olanchito con 3292 personas. Por debajo de los tres mil habitantes están todavía San Pedro Sula (2884) y La Ceiba (1873).
El puerto entonces más activo es el de Amapala aunque su población (1253) no excedía a la de Puerto Cortés (1373). Amapala era el puerto de salida de la producción minera.
El negocio minero permitió acumular capitales y la élite comercial de Tegucigalpa fundó el Banco de Honduras, primera institución de su género en el país.
Se incentivó el comercio de importación-exportación y ello atrajo inmigrantes, entre los que sobresaldrían los de origen alemán. Radicados al principio en Amapala y en la capital, algunas firmas comerciales como Casa Siercke llegarían a tener sucursales en todos los pueblos importantes.
El pensamineto religioso
En 1887, según las cuentas de Vallejo, la población no hondureña era nada más que de 6167 personas, los alemanes apenas sumaban 43; en tanto que hay 1033 ingleses, 185 norteamericanos, 77 españoles y 72 franceses. Como españoles deben de estar inscritos los cubanos, pues Cuba no era aún independiente. Los centroamericanos son la mayoría de no hondureños (4684) con una gran ventaja para los países del Norte: Guatemala (2070) y El Salvador (2000) sobre los países del Sur: Nicaragua (610) y Costa Rica (14).
Don Antonio R. Vallejo, como diría el vulgo, "había colgado los hábitos". Otra de sus indudables colaboraciones al programa de la Reforma, además de este enorme trabajo estadístico, fueron sus cartas públicas dirigidas al anciano Obispo Zepeda. Vallejo, que como ex-sacerdote hablaba con conocimiento de causa, preparó el terreno para los decretos de separación de la Iglesia del Estado y la legislación laica, pintando un cuadro triste de la Iglesia y los sacerdotes de la época, con argumentos que resultaron inobjetables. Aunque anota la enorme supremacía de los católicos (unos 329 mil sobre el total de 331 mil) anota también complacido las siguientes
posiciones religiosas:
Religiones, Cantidad: Metodistas 1543, Protestantes 777, Bautistas 91, Sin religión 381, Racionalistas 17, Religión natural 9, Librepensadores 3, Masones 2, Espiritistas 2, Budistas 1
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1999 Derechos Reservados
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