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Disclaimers: Los personajes Xena , Gabrielle y Argo son propiedad de mca universal/studios usa y Renaissance Pictures.

Este relato no pretende infringir ningún derecho, ni se persigue animo de lucro.

Esta historia apoya el subtexto, así que ya lo sabes si no te gusta seguramente existen otros F.F que estén de acuerdo a tu mentalidad.

Si no eres mayor de 18 años o eres intolerante en el amor, o sea que limitas a formas determinadas no sigas leyendo pues este texto rompe esos esquemas predeterminados por la sociedad, no por la naturaleza inherente a cada ser humano.

Dedicaciones: Quiero dedicar este F.F a todas las xenitas, especialmente a quienes conocí desde adentro: para vos Rossie, Lila, Pita, UberJoxer y para Lidia a quien empiezo a conocer y aprecio mucho. Ah! Me olvidaba: Para todos los antisubtexto y los homofóbicos!!!...jejjejejej...de onda, he?

Gracias a mi hermano Emanuel por ayudarme en este F.F y por la paciencia que tiene conmigo.

Dedicado para mis súper heroínas Najara y a Gabrielle.

Gracias Kevin por el talento que nos ofreciste en cada capitulo y sobre todo por darle vida a Ares. Que en paz descanses, amigo. Hasta siempre.


LA ELECCION: EL DESTINO ESTÁ ESCRITO

Por Laura Najara

Parte I

Hace un otoño ya desde la muerte de Perdicas, él ha sido el único hombre más parecido a mí que he conocido, todo este tiempo en que estuve devastada por tanta pena que me habría guiado a desear morir y buscarlo dondequiera que estuviera para estar toda la eternidad juntos.

Pero Xena.....mi mejor amiga siempre ha estado aquí conmigo llenándose de mi pena para que el dolor no fuera tanto, conteniéndome en sus brazos que me dan seguridad, estrujándome en su abrazo con afecto... afecto, siento temor ante esto, una preocupación que se ahonda cada día, ¿qué es lo que verdaderamente siento cada vez que me mira, que se acerca, cada vez que.....me abraza? No sé qué clase de sentimientos dominan mis acciones cuando estoy con ella, admiro la forma en que camina con ese aire de autosuficiencia pero que yo en el fondo sé que no es verdad, me gusta ver su sonrisa que es tan bella. Y sus ojos con esa profundidad azul más peligrosa que la del mar en la que inevitablemente me pierdo muchas veces. Y es entonces cuando temo entenderlo todo:

- ¿Me estaré enamorando?-
-¿Qué? - Dijo Xena sorprendida
-¿Qué, que?....nada, solo pensaba frases para una nueva historia- dijo Gabrielle titubeando. "Debo tener cuidado en no pensar en vos alta uff!
-Hoy tienes poco que decir, dudo que me lo hayas dicho todo...-vociferó Xena tratando de persuadir a Gabrielle.

Ese cinismo en su voz es terrible pero al final eso también me gusta en ella.
Ella y esa bravura en su presencia, ese misterioso estigma de su ser, su pelo oscuro que acaricia la brisa cuando cabalga en Argo que me hace sentir un no se qué en el estómago, y esa inevitable sonrisa que se forma en mi cara cuando me doy cuenta que ella y la naturaleza son una sola.

-Vamos Gabrielle. Si sigues a ese paso no llegaremos a la aldea
-Ya voy, ya voy- y su voz.... y de vuelta al principio!

¿En quien pensará?, desearía estar en su mente y saber si ama a Pérdicas ¿o sino a quien? ¡Por los dioses! Puedo verlo todo en sus ojos, ese brillo, el amor... No, no. Pero como no quererla, ella siempre ha estado aquí, hasta en la muerte, en el infierno, en el paraíso; nunca me había sucedido esto, a pesar del paso de Marcus en mi vida, jamás experimente de tal forma la suavidad de sentir un cariño así por nadie. Gabrielle... ¿suena bello, ah? Ha ido a buscar leña. Debo tratarla distante, no quisiera que ella cuestionara mis cambios de actitud y los confundiera... tal vez ella lo entendería, sí y entonces diría que está bien, que tal vez un tiempo de distancia solucionaría todo; ella con su dulzura, sé que lo entendería.
Como deseo decirle que la quiero mía para siempre y un te quiero que ya no suene a amistad.
-Gabrielle haz pronto la fogata ésta será una fría noche...
No si tú le dieras calor a mi cuerpo Xena... Por favor Gabrielle!!!..piensa en otra cosa....

Mientras cenaban...
-No sé cómo le haces, pero de seguro que cocinas mejor que los dioses!
-Gracias, en verdad me gusta cocinar.... y a ti no mucho, ¿verdad?
Xena se mostraba distraída....
-Xena podrías decirme ¿en qué mundo estás?
-¿Dónde estoy yo? Y tú que hablas sola, ¿qué me dices de eso?
-Yo soy una bardo, recito versos, tú sólo eres guerrera
-Claro, claro; mejor duérmete
-Por favor Xena no ronques
¿Roncar? ¿Y tú que hablas entre sueños?... no sé a quien le recitas- exclamó la guerrera, ocultando estar molesta por no saber a quien la bardo estaba amando tan secretamente.
-¿Estás loca, Xena?- cuestionó Gabrielle disponiéndose a dormir y temiendo que haya dicho algo que no debía.
Entre las "buenas noches"; Xena pensó: "Tal vez este sea el momento que esperó en todo el día para poder dormir y por fin soñarla y dejar de......zzzzzzzzzzzzzzzz"
-Que bella eres durmiendo así- susurraba Gabrielle, en tanto acariciaba el rostro de la guerrera- No puedo evitar decirlo, viéndola así dormir, entonces deseo tanto que me mires... fervientemente deseo... ¿Qué demonios estoy diciendo es mi mejor amiga?-entonces quito su mano lamentando haber acariciado a Xena-Esta noche no podré dormir, no así; sintiendo esta angustia tan profunda.

Hubiera jurado que sentí su mano en mi rostro, estos sueños finalmente están volviéndome demente.
-Gabrielle, ¿me hablaste?
Titubeando Gabrielle afirmo-ah...es que .... sólo es que hace frío, mi manta no me es suficiente y pensé que podríamos dormir más juntas para abrigarnos.
-Claro, ven ("¡qué mas quisiera yo!")

-Buen día dormilona!....
-oh no Xena...un rato más...
-No, no vamos que hace frío. Mira no tenemos nada para comer asi que preparé estas hierbas para que aumente la temperatura del cuerpo hasta que el sol salga, toma, pruébalas; Lao Ma me enseñó a prepararla.
-Sabe bien-dijo luego de tomar un largo sorbo del preparado.
-Lo ves. Ahora recoge todas las cosas debemos llegar rápido a la aldea, se avecina una tormenta.

Como monta en Argo, es tan única, tan salvajemente perfecta.
-¿Vas a quedarte allí soñadora?-
-oh, Xena.- protestó como saliendo de un trance.
-Gabrielle!- exclamó molesta la princesa.
-Está bien, ya voy....("Mientras la veo cabalgar aquí a mi lado, me encantaría subirme allí con ella para poder...")
-¿Me has oído?-
-Disculpa, ¿qué dijiste?
-No hay caso contigo, eh?; dije si quisieras subir en Argo, no te tiraría
-Claro, seguro.
"Bueno aquí estoy, con mis manos en su cintura, en ella, sobre este cuero que resguarda su piel; su cabello es como si acariciara mis ánimos, siento un calor cubrir mis mejillas al sentir mis pechos en su espalda...."
"Todo mi ser de repente tan vulnerable a ella; siento la motivación de sonreír y de sentirla así, aunque suene extraño, sentirla mía....enamorada"
-¿En qué piensas Xena?
-Nada en especial, tienes frío
"Como tenerlo estando tan cerca las dos"- No, no tengo frío-
"La tibieza de su aliento en mi oído, me provoca algo, ganas de besarla"
-Para mí eres más que esa sonrisa que suavemente acaricia mis penas, que sabe a poema. Para mí eres mas que un ramo de suerte que sólo converge en desierto...
-Qué bellas palabras...
-Son ideas para un nuevo pergamino
-¿Para quién es?
-Para nadie, sólo....-entonces dudo- no te mentiré es para la misma persona de la cual te hablé.
-Lo recuerdo
-En un baile de almas desnudas, alientos ardientes, palabras mudas. Eres la adicción que consume mi vida, eso es un vicio, tu aroma intoxica.
-Parece que de veras te gusta. ¿Estas enamorada?
-No lo sé
-Hemos llegado. Ve a la taberna y pide una habitación. Llevare a Argo al establo.

Mientras la guerrera caminaba pensaba...
"Toda mi vida he combatido, matado, luchado, forjándome el calor de la batalla, jamás le he temido a nada; ahora, ¿qué es lo que me ocurre? Tengo tanto miedo de perderte, Gabrielle" Entonces la bardo interrumpió su pensamiento:
-Ya esta la habitación ("¿Qué le sucede?, si tan solo no se cerrara tanto....")
-Está bien; nos urge un baño, vamos....
-A mí no tanto como a cierta guerrera.....
Y entonces entre sonrisas y bromas, inevitablemente sus ojos se fijaban cómplices.
-Báñate tu Xena, yo lo haré mas tarde...
-Bien.
La bardo estaba entre sus pergaminos, aunque parecía distraída, cada uno de sus sentidos estaban pendientes de Xena. La veía enjabonarse, entre la niebla de vapor se ocultaban sus ojos; entonces Gabrielle levantó levemente su mirada para ver a su amiga en la tina, en ese preciso instante ambas miradas se encontraron: los nervios de la joven rubia recorrieron frenéticamente cada parte de su cuerpo, luego de ese momento agachó velozmente su cabeza.
Cada músculo de la guerrera reconoció salvajemente la emoción que solo su pequeña podría otorgarle, Xena insistió en mantener su mirada luego de la timidez de Gabrielle, finalmente desistió al notar la indiferencia de esta: "¡Que tonta soy! Ella solo me quiere como una hermana mayor. Ella es solo la culpable de todo lo que ocurre por los celos que me deja, por la cautivadora forma de su cuerpo, por el sondeo de su pelo, por la delicada suavidad de sus manos, de sus dedos...Sus ojos se cerraron: la joven bardo de repente se aproximó a ella, deslizo sus manos por el cuello de la guerrera, bajando por sus hombros para descender a su abdomen, mientras así su boca repartía besos allí; la guerrera volteó suavemente buscando encontrar sus labios, cumplido tal objetivo las manos de la joven mujer delicadamente acariciaron los pechos de la preciosa morena como si los estuviera conteniendo, como si los estuviera formando de arcilla...Xena gimió...
-Xena, ¿estás bien?
-oh, sí, sí..estoy bien, es solo que... nada, olvídalo.
-Está bien, no me lo digas. Pero tarde o temprano deberás hablar.

¿Será acaso que sueño demasiado o será que es ella el amor?¿Pero por qué ella? Tal vez sólo sea admiración: ¡claro! Debe ser eso; es una guerrera fuerte y hábil, inteligente, capaz, una persona auténtica, es atractiva, por todos los dioses que lo es! No se valora a una amiga por lo bella que es, supongo. ¿Cómo podría yo estar amándola? La quiero es mi mejor amiga, sin ella que sería de mi? Con ella estoy a salvo. Es una batalla que se libra en mi interior, es ese algo que me dice: no puedes amar a una mujer.¿Qué ha sido entonces Perdicas en mi vida? No recuerdo haber querido tanto. Ella lo sabe todo porque no se ha dado cuenta aún de lo que me pasa. Tal vez eran celos aquellos que sentí cada vez que veía a Callisto mirarla con tanto deseo. Debo dejar atrás estos pensamientos, tengo que olvidar.
En la taberna...
-Delicioso!- expresó Xena luego de beber un largo trago de vino.
-Cualquier viajante con hambre lo diría- dijo Gabrielle con su encantadora sonrisa, la cual Xena observó casi hipnotizada.
La sonrisa en el rostro de la niña se desvanecía lentamente, mientras miraba a Xena fijamente. Ambas se percataron de lo extraño de la situación, a partir de ese momento entendieron que algo estaba naciendo. Sin embargo, no se atrevieron a decir nada al respecto.
Gabrielle se desperezaba -Ha sido un largo día. ¡Qué sueño!
-Seguro para ti dormilona-
-Por fin dormiremos en una cama.
Se dirigieron a la habitación sin decir palabras. Una vez acomodadas y listas para dormir:
-Buenas noches, Xena
-Buenas noches, Gaby.

El alba comenzaba el día, la guerrera colocaba su espada en la vaina.
-Gabrielle, hey, despierta
-No, Xena...un rato más, por favor.....
-hay un delicioso y suculento desayuno esperándonos, no querrás que se enfríe, ¿verdad?- Dijo con una simpática sonrisa.
-Estaré en un momento lista.
Una vez terminado el desayuno ambas viajeras reanudaron su marcha. Llegado el mediodía, el sol encima de sus cabezas comenzó a hacerse notar.
-El sol está fuerte. Descansemos aquí. Casaré algo.
-Bien- asintió su amiga.
Xena se internó en el claro del bosque, mientras la bardo procedió a juntar leña. Tarareaba en sus labios una melodía, hasta que oyó:
-Hola, Gabrielle
Una suave y pacifica voz había dicho su nombre. Calló su canto, y volteó:
-Najara!-Gabrielle estaba muy sorprendida de volver a ver Najara.
-No temas. No quiero hacerte daño.
-Najara, Xena no está muy lejos. ¿Qué es lo que quieres?
-No quiero pelear. Todas las cosas que he vivido me cambiaron. Dame una oportunidad-Su rostro transmitía paz, sus gestos y mirar en perfecta armonía, entonces Gabrielle no pudo evitar caer en ellos como la primera vez que la vió.
-Has tenido varias oportunidades ya para demostrarlo y todas esas veces nos has traicionado.
-Ahora es diferente, Gabrielle. He visto la verdad y la vida ante mis propios ojos, he visto la muerte. Alguien me ha hecho ver la verdad de todo. Has sido tu Gabrielle.
Xena traía una liebre en sus manos, mientras oyó de entre los arbustos voce,s una de ellas era la de Gabrielle...¿pero la otra de quién? Se acercó cautelosa: ¡NAJARA! Saltó hasta el lugar en el que estaba su bardo:
-Aiyiyiyiyiyiyiyiyiyiyiyiyiyiyiiyiiii- Desenvainó su espada-¡Aléjate de ella!
-¡No Xena espera!- gritó Gabrielle colocándose entre Najara y ella.-Najara ha cambiado. Ven quiero hablar contigo.-entonces Gabrielle la llevó del brazo a Xena y le explicó lo que Najara le había dicho. Pero Xena aún continuaba desconfiando.
-Muy bien, Najara. Gabrielle me lo ha dicho.
-Quédate a comer con nosotras, estarás cansada.- Le dijo Gabrielle. Mientras Xena no se mostraba muy contenta con la invitación de Gabrielle.
-Muchas gracias a las dos... Esa vez que te ataqué Gabrielle no sabía en qué pensaba, pero el dolor me ha servido para sacar la locura que me atormentaba..... la muerte rozó mi vida sanado las heridas del alma...y aquí estoy. Solo pido otra oportunidad.
La bardo puso la mano en su hombro:
-Esta bien, Najara. Ya olvídalo, cuenta conmigo. Deja el pasado donde debe estar.
Xena no estaba precisamente contenta con todo esto. Advirtió de inmediato esa química que jamás había desaparecido, a pesar de todo, entre Gabrielle y Najara.
Durante el almuerzo todo estuvo muy calmo y callado. Solo Gabrielle y Najara conversaban. Xena aun permanecía desconfiada frente a todo esto.
Más tarde...
-Dormiré un poco antes que partamos, Gabrielle.- dijo con voz indiferente.
-Iré a caminar, entonces
-¿Puedo acompañarte?- pregunto Najara ansiosa
De inmediato Xena se alertó y prefirió estar atenta a cada movimiento de Najara, por un lado porque no sabía de qué se trataba el cambio de Najara y por otro lado porque sabía que Gabrielle sentía algo por la misteriosa guerrera.
-Me encantaría -se sonrió la bardo.
Cuando ambas se alejaban...
-Gabrielle, ven
-¿qué sucede?-dijo mientras se acercaba a Xena
-Ten cuidado....sólo ten cuidado.
-Lo haré
-¿Vamos Gabrielle?
-Claro....-Contestó la bardo.
-¿Vamos Gabrielle?- Susurro Xena en tono de burla y gestos homónimos
El paisaje era un verde perfecto, con combinaciones de los cantares más bellos de aves y el sonido de un río no muy lejano.
Luego de llegar a una distancia considerable del campamento...
-Gabrielle, quiero hablarte- dijo Najara sutilmente.
-Bien, sentémonos aquí.-contestó la bardo señalando un par de rocas que estaban cerca de un árbol.
Una vez sentadas ambas, Najara alzó su mirada y observó a Gabrielle que le daba su atención...
-Veras...-comenzó Najara con dificultad- No nos hemos encontrado por casualidad, yo..te he estado buscado.
-¿De veras?... de todos modos es bueno verte otra vez. ¿Por qué me buscabas?
-La primera vez que nos encontramos te lo dije, luego de la vez en que escapé de la isla del tiburón lo volví a decir, ahora quiero que tú me digas sí....
Gabrielle estaba nerviosa y de una u otra forma esperaba que Najara dijera esas palabras.
-....tú también sientes lo que yo....-Prosiguió Najara.
-Sabes que han pasado muchas cosas. Pero a pesar de tanto tiempo no deje de pensarte. Me gustas mucho....
-He estado extrañando volverte a besar...-dijo casi susurrando mientras se acercaba a la bardo
-Yo también.- Dijo Gabrielle sin dudar.
La mano tibia de Najara acarició la mejilla de la bardo, besó sutilmente su cuello y su oreja, la bardo se estremecía. La guerrera besó su frente, su nariz, y entonces buscó la boca de Gabrielle, los labios cálidamente se unieron entre besos cortos y suaves. Entonces la lengua de Najara se hizo espacio entre los resecos labios de la bardo, los que comenzaron a humectarse con la mezcla de salivas del beso, las lenguas se entrelazaban en una dulce danza. Los brazos de la bardo rodeaban a Najara y las manos de Najara vagaban por su cintura.
Así permanecieron abrazadas casi toda la tarde, tal vez con la llegada de la primavera no solo renacían las flores, sino el amor también.
-Gabrielle, te quiero...
-Najara, sabes que yo también y no quiero lastimarte porque ahora no sé qué hacer
-¿que sucede?
-es que pensé que sentía amor por una persona y ahora te apareces luego de tanto tiempo y no sé que pensar, me encanta estar a tu lado pero no eres tu sola la que está hoy en mi vida y en...mi corazón....- dijo muy apenada
-¿Alguien más? ¿Sabe que sientes eso también?
-No, no lo sabe y no sé si también lo siente por mi.
-No te mentiré y no te diré que no me lastima y me molesta que haya alguien mas en ti. Pero sí que no quiero forzarte a nada. Cada cosa que ha sucedido me ha hecho cambiar, aunque de manera diferente (recordando su fanatismo, luego su confusión y finalmente el instante en que encontró su camino.... Gabrielle), y dejarme ser quien realmente siempre he querido ser. Sabes que los "djins" me atormentaron llenándome de confusiones....hasta que por fin hallé tus ojos en mis sueños, Gabrielle.
Gabrielle la miraba fijamente entendiendo la tristeza que vivió. La abrazó muy fuerte en un abrazo que se prolongó un tiempo más, Najara hacía perder sus dedos entre el dorado cabello de la bardo....
-He cambiado Gabrielle.....
-Najara, te creo, lo sabes.....
-Lo sé, mi amor.....- susurró, Najara.
Gabrielle comprendió que no podría contarle nada a Xena, ya que nunca le contó nada sobre la relación que mantuvieron oculta ella y Najara. Mientras recordó el primer beso que le dio a Najara a orillas de un río solo horas antes de que Xena y ella se enfrentaran. A Xena no le gustaría nada que ella estuviera con Najara así que decidió guardar silencio hasta que Najara convenciera Xena de que realmente era una persona distinta esta vez.
Luego del transcurso de algunos días, una tarde de esas en las que Najara se la pasaba junto a Gabrielle, entre besos y caricias Najara comenzó la conversación:
-Gabrielle, sabes voy a abrir el orfanato, pues la verdad es que ya esta todo listo para hacerlo. Y pues te he buscado con la intención de que tú... vengas conmigo, a ayudarme.
-Najara, es fantástico lo que harás y la verdad es que no es una decisión fácil la que debo tomar, ¿lo entiendes verdad?. Tengo una vida junto a mi amiga y pues...
-No digas más, te entiendo.-Dijo con su cabeza gacha y retirando su brazo que rato antes estaba alrededor de Gabrielle. Entonces la bardo con su mano levantó el mentón de la guerrera e hizo que esta la mirara a los ojos...
-Pero lo pensaré... es como si me pidieras matrimonio.-Dijo en tono de broma.
-Si tú quieres.....- Sonrió la guerrera, besando a Gabrielle.
-Hay mucho tiempo- continuó la bardo mientras recostaba a Najara en la hierba, una vez arriba de ella comenzó a besarla. Las manos de Najara acariciaban el corrido completo del cuerpo de Gabrielle. Entonces Najara tomo el control y giró para ubicarse ahora ella sobre Gabrielle ubicando sus rodilla entre las piernas de la bardo que gemía levemente, cuando de repente se percató de la situación caliente en la que estaba, entonces entre su pérdida de control y el deseo que rogaba ser saciado, dijo con esfuerzo a Najara que estaba casi ensañada besando su cuello al mismo tiempo que su cuerpo se acompasaba para alimentar a su bardo de pasión, por que lo único que deseaba era servirle pues daría cualquier cosa por vivir así con ella....
-oh....Najara...por favor, detente....podría venir Xena...aaah....Najara...
-No vendrá...
-Por favor....oh...por los dioses!....
Luego de consumar la tarde de esa forma...
-¿Volvemos al campamento?- Dijo Najara arreglándose sus ropas, en tanto extendía su mano para ayudar a levantarse a Gabrielle que se acomodaba su cabello, sentada. Una vez de pie, Gabrielle que caminaba detrás de la bella guerrera le dijo:
-Najara- Esta volteó.
-Quiero irme contigo.
Najara se detuvo bruscamente y sólo atinó a abrazar a Gabrielle.
-Gabrielle no sabes lo que esto significa para mí; que tú estés a mi lado y formando parte del sueño que siempre tuve... Sólo quiero hacerte feliz.
La bardo estaba segura de sería la mejor oportunidad de conocer a Najara y quererla más de lo que lo hacía; además de dejar de pensar en su amiga, pues cada vez que estaba con Najara ningún pensamiento de Xena la tocaba, pero cuando estaba con Xena el recuerdo de Najara y la presencia de Xena la atormentaban.... ¿Qué le sucedía?¿A quién en verdad amaba?

La media tarde caía, la luna comenzaba a dar luz al paisaje casi oscuro por la lenta caída de la noche:
-Xena, debo hablarte-Dijo, entonces la bardo, con su rostro muy serio.
-Sí, dime- contestó aun sin prestar demasiada atención
-Najara, realizará su proyecto acerca del orfanato, ese que siempre deseó construir
-Aja... ¿y con eso qué?- contestó Xena mientras permanecía concentrada en limpiar las hendiduras de su armadura con un trapo viejo que tomó del bolso de la silla de Argos.
-Bueno es que he decidido ir con ella.- Pronunció con dificultad. Xena de inmediato alzó bruscamente su cabeza:
-¿Qué?
-Xena, esto es algo que realmente siempre quise hacer, servir a quienes sufren, ayudar, cuidar de ellos... mejorar sus vidas de alguna mane...-decía con entusiasmo, entonces Xena la interrumpió:
-¡Najara, esta loca!
-Shhhhh!- dijo tratando de que Xena calmara su humor y hablara en voz baja, Xena vociferó en un leve tono de voz:
-No confío en ella. No estás pensando bien, Gabrielle.
-Xena, no. Me será difícil alejarme de ti, hemos vivido tantas cosas juntas... pero tengo muchas ganas de intentarlo. Pero si tú quisieras venir conmigo, sólo un tiempo...- Exclamó Gabrielle tratando de persuadir a Xena, la cual colocó su mano en el hombro de la bardo:
-No, Gabrielle. Sabes que eso no es para mí.
-Lo sé.-contestó con algo de tristeza en su voz-Creo que ya he decidido. Tal vez luego... podría volver si no me sintiera a gusto.
-Siempre puedes volver, amiga, lo sabes.
-¡Gracias, Xena!- Ambas se abrazaron y Xena pensaba como Najara había hecho para llevarse a su bardo.
-Deseo que todo salga bien, como tú quieres. Pero quiero que sepas que aunque diga esto mi confianza no caerá en Najara. Estaré vigilando.
-Como quieras. Yo sí tengo plena fe en ella
Entre asombrada y enervada en celos Xena preguntó intrigada:
-¿Qué te ha hecho cambiar de tal modo tu forma de pensar de ella?
Gabrielle se levantó alzo su mirada, suspiró y nuevamente se dirigió a Xena que la observaba:
-Sus ojos... Veo en ella la verdad, Xena.-
Esa frase de los labios de Gabrielle fue como una herida. Quizá Najara lograba ahora, lo que no había logrado antes: Quitarle a Gabrielle. Entonces prosiguió:
-Aun no entiendo.
-Olvídalo; iré a preparar la fogata, ya cae la noche.¿Hablamos luego?
-Claro- contestó la guerrera desconcertada. Gabrielle le dio un beso en la mejilla. Xena sonrió, en tanto adoraba tal gesto.
-Por aceptar mi decisión- justificó la bardo, mientras se alejaba.
Xena quedó pensativa, procediendo a lustrar su armadura.
Un rato más tarde la luna brillaba en su esplendor. Najara se aproximaba al campamento y al llegar tomó asiento cerca de Xena.
-¿ Has visto a Gabrielle?- Preguntó Najara.
-Está en uno de sus pergaminos supongo-contestó desinteresada y continuó.-Me contó lo que planea hacer. Acerca de que planea irse contigo al orfanato para ayudar.
-Cierto. Ella será de gran ayuda, con su ternura y dulzura curará todas las heridas, no tengo dudas -
-Dime Najara- dijo astutamente Xena-¿Qué demonios planeas?¿Qué ve ella en ti?
-Cálmate Xena- contestó cortante y sin prestar mayor atención a las sugestiones de la guerrera- Yo sólo propuse y ella aceptó.
-No confío en ti por más cambios qué dices que has hecho en tu vida. ¿O acaso te olvidas de todo lo que ha pasado en todos estos años?
-No, no lo olvido-Ahora mirando a los ojos para enfrentar a Xena sin miedo-De la misma forma en que tú no dejas de pensar en tu negro pasado y todo el mal que has hecho.
-¡Por favor, Najara! Tu no tienes derecho a juzgarme-
-Tú tampoco. Déjala ir; ahora yo voy a cuidarla. Ya sabes lo que siempre pensé: Tu no eres buena para ella.
-¿Y tú que sabes?- dijo Xena desenfundando su espada. Najara tampoco titubeo, tomó su espada.
Xena embistió primero, Najara detuvo el ataque, el choque de espadas causó eco en el silencioso bosque. Najara giró sobre sí misma y contraatacó a Xena que repelió su ataque con un ágil movimiento. Xena seguidamente pateó el rostro de Najara, ésta, una vez recuperada, velozmente presa de la adrenalina respondió certeramente con un golpe de puños en el rostro de la princesa guerrera, produciéndole esto un corte sangrante en el pómulo izquierdo. Los sonidos aguerridos alertaron a Gabrielle, quien concurrió de prisa al lugar con báculo en mano. Su sorpresa fue grande, entonces al verlas grito:
-¡¡¡Basta!!! ¡Xena, Najara!
Ambas guerreras se detuvieron pero sin dejar de mirarse fijamente, las miradas desbordaban en furia, en tanto sus respiraciones jadeantes hacían el momento mas tenso.
-¿Acaso estas peleas son tradición? ¿Xena que sucedió?¿Najara?- Preguntaba molesta mientras miraba a ambas esperando una respuesta.-¡¿Acaso están locas?! Por todos los dioses parecen niñas.¡ En verdad ni siquiera las niñas se comportan como ustedes!
-¡Maldición!- Exclamó Najara, mientras enfundaba su espada, alejándose del lugar.
-¿Najara, adonde vas? ¡Najara!-decía Gabrielle sin recibir contestación y fue tras ella.
-¡Maldita!- Esbozó Xena cansada. Quedándose allí.

Gabrielle alcanzó a Najara.
-Najara, ¿qué pasó? Mírame....- decía la bardo caminando detrás suyo.
-¿¿No es obvio Gabrielle?? No hemos nacido ni para estar juntas o ser amigas... ¿Cuando nos vamos?- dijo impaciente observando a Gabrielle.

El alba ya pintaba el cielo... aves anunciaban el nuevo día.
-Es mejor que ya nos vayamos- Exclamó Gabrielle. Abrazando a Xena muy fuerte.-Te extrañaré, Xena-
-Yo también lo haré, Gabrielle. Pronto nos veremos, no creas que vas a dejar de verme...- se sonrió la guerrera.
Gabrielle montó al oscuro caballo con ayuda de Najara.
-Adiós, Xena. Siento lo de anoche.- Dijo Najara apenada.
-Adiós Najara. Yo también lo siento.
-¡Vamos, Vónakar!- Dijo Najara mientras tomaba las riendas de su corcel y daba la orden.
Xena observó a Gabrielle hasta que esta se perdió en el claro del bosque.
Xena susurró....
-Te amo, Gabrielle..... - su tono triste lleno el silencio. Gabrielle era feliz abrazada a Najara, esto derrumbó parte de la guerrera.


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