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Esta historia está de acuerdo con el subtexto, si no estás de acuerdo con él, por favor no la leas.

Xena, Princesa Guerrera y todos sus personajes son de la propiedad de Renaissance Pictures.


LA PEOR DE MIS CULPAS

Por Xena Futura

Capitulo 1: Minus

El sol yacía sobre el horizonte, las nubes empezaban a tornarse rojizas, la temperatura bajaba; los pájaros callaban. Dos mujeres tomadas de la mano, reían a raíz de su conversación. Una figuraba por su cuerpo corpulento, musculoso, alta, morena, ojos increíblemente azules; la otra cuerpo más pequeño, con marcados músculos, rubia, ojos increíblemente verdes que irradiaban bondad por dondequiera que miraban. El animal que las acompañaba (no era Joxer) era una fiel yegua dorada que seguía el paso de ambas.

-Xena. Esta obscureciendo y no quiero oírme molesta pero tengo hambre-

-En eso mismo pensaba, ya es tarde y creo que necesitamos descansar. Acamparemos aquí-

-Prende la fogata, le daré de comer a Argo-

-Esta bien ......¿¿Xena??-

-¿¿Si??......-

-Te amo!! -

Al escuchar estas palabras, la guerrera se acercó a Gabrielle, la tomo por la cintura y le dio un tierno beso. Acto seguido respondió:

-Yo también Te amo Gabrielle- Y se alejó dirigiéndose a la yegua.

Al cabo de un rato, las dos terminaron de cenar y se encontraban conversando:

-Xena.... estaba recordando la manera en como nos conocimos, nunca pensé que aceptarías que viajara contigo, pero quise arriesgarme-

-El que no arriesga, no gana. Ahora ya casi estamos juntas por dos inviernos-

Las dos se miraron, cada una pudo contemplar la belleza de la otra. Xena acarició el pelo de Gabrielle, pasó una de sus manos por su cuello, la rubia solo musitó... "Xena" ,cerraron los ojos y se acercaban para unir sus labios. Paso mucho tiempo para que Gabrielle sintiera los labios de Xena, cuando abrió los ojos por la extrañes de la tardanza.....la guerrera ya estaba a dos metros de distancia haciéndole una señal de que guardara silencio La bardo se sonrojó al darse cuenta que todavía su boca estaba entre abierta preparada para recibir el beso que nunca se consumó.

Xena corrió hacia unos árboles y con un giro en el aire aterrizó sobre un hombre.....
-¿Qué tenemos aquí?. Un bicho perdido en el bosque- Dijo la guerrera en tono burlón, estando parada encima de aquel hombre que yacía tirado boca abajo. Inmediatamente lo interrogó.

¿-Quién eres y que quieres???-

-¿Cómo, Xena?. No me digas que ya te olvidaste de tu viejo.... amigo-

La guerrera se desconcertó un poco, esa voz le era familiar. Dejó que el hombre se levantara e inmediatamente lo reconoció. Era un sujeto muy alto, fornido, moreno de ojos color aceituna, su pelo era un poco largo, como el de Hércules.

-Minius!! Creí que estabas muerto-

-¿Hierba mala nunca muere, recuerdas?-

Gabrielle pudo percibir el desconcierto de la guerrera.

-¿Xena? ¿Todo esta bien?

-Gabrielle, él es Minius. Hace tiempo el y yo ...... íbamos a casarnos, entonces conocí a Cesar y por supuesto que mis ambiciones de conquista fueron mayores que él hecho de formar una alianza con un ejército débil al mando de Minius-

-Como siempre subestimándome Xena-

-No, simplemente soy realista.... ¿Dime que haces aquí?-

-¿Recuerdas a Talía?-

-Si, que hay con ella-

-¡¡¡No me digas que también ibas a casarte con ella!!!- Intervino Gabrielle muy sarcásticamente-

-Mmmmm, no exactamente, verás, ella es la reina de Memphis es tan amiga mía como Elena la reina de Troya. Le ayude a defender su reino-

-¡Ah!...- Fue todo lo que Gabrielle respondió.

-¿Bueno, que pasa con Talía?-

-Pues vaya que a los Dioses les gusta jugar con la vida de los mortales, Talía necesita tu ayuda para combatir a ......- Hizo una pausa queriendo mostrarse preocupado.

-Termina ya. ¿¿¿Quieres???- Dijo Xena en tono molesto.

-Es Cesar Xena, quiere borrar del mapa a Talía-

-¿Tu como sabes todo eso?-

-Luego de que tu y yo nos separamos, mi ejército se desmoronó, perdí el rumbo de mi vida, todos creían que había muerto. Luego un hombre me atacó para robarme y me dejó mal herido, no sé cuanto tiempo caminé. Desfallecí y cuando desperté unas personas me cuidaban, eran sirvientes de Talía. Me presentaron a ella, me puso a prueba y ahora trabajo como mensajero y guarda espaldas-

-Buena historia pero....¿¿¿Cómo sé que es verdad???-

-Me dió esto. Es un escrito en tela real, seda pura y bordada con el escudo de Memphis-

Gabrielle tomó la fina tela.

-Xena, es real, mírala-

-Creo que Talía no aprendió acerca de contratar gente que trabaje para ella- Dijo la guerrera con su tono característico- Bien, dile a Talía que estaremos allá mañana por la mañana-

-Eso haré.... Adiós preciosa- Se despidió Minius de Gabrielle, ella solo sonrió. El hombre desapareció entre los árboles.

-¿Xena?-

-¿¿UHM??-

-¿Tuviste que ver con Talía?-

-¿Porque la pregunta Gabrielle?-

-Es que de ti no se sabe, de pronto aparece uno y resulta ser un ex - prometido tuyo, y no es el primero, recuérdalo, solo falta que aparezca un montón de niños diciendo que eres su madre-

-Jajajajajaja!!! -

-¿Podrías decirme que es gracioso?- Dijo una Gabrielle mas seria.

-Ups! Lo siento, no es para tanto Gabrielle-

Xena estiró su brazo y la jaló sutilmente hacia ella, la abrazo por atrás y al oído le dijo:

-No tuve nada que ver con Talía, ya te dije que solo fue una gran amiga como lo es Elena-

La guerrera, retiró el cabello del cuello de su amada Gabrielle, comenzó a besarlo levemente, luego se dirigió a su oído, mordisqueo un poco, paso su lengua dentro de él. Gabrielle no pudo resistirse a tal acción, olvido su enojo, se entregó a sus propias sensaciones y deseos, dio la media vuelta, tomo del rostro a la guerrera y la beso apasionadamente. Las manos de Xena pronto reaccionaron a tal efecto, desabrocho el TOP mientras seguía besándola, lo retiró lentamente. Pronto la boca de la guerrera comenzó a explorar entre los pechos de la ya excitada barda quien tomó la cabeza de Xena oprimiéndola un poco hacia ella en exigencia de recibir más. La joven rubia no pensaba quedarse atrás, en seguida quitó el cuero que envolvía la perfecta figura de su excitante guerrera. Ambas se miraron, se abrazaron y poniéndose de rodillas poco a poco se desplazaron sobre sus mantas, Oh! Si, esa noche sería larga.


Capitulo 2: Llegada a Memphis

Todavía no se distinguían los rayos del sol, cuando Xena despertó. Se levantó, mojó su rostro un poco, se vistió y se acercó a su amada que todavía dormia y contemplándola, dijo para si:

-Por los Dioses. Mi corazón se estremece al mirarla. Cuando hay una batalla me invade un miedo terrible, no es miedo a morir, sino el miedo a dejarla sola, el miedo a que algo malo le suceda, si eso ocurriera yo no me lo perdonaría jamás.- Su mirada se llenaba de amor y ternura, entonces Gabrielle despertó, Xena se acercó y le dió un beso-

-Es hora de irnos-

-Mmmmmaaah!- La joven estiró los brazos y bostezó.-Creo que debí dormir mas tiempo en lugar de ......-

-¡Ah!¿¿¿ Te arrepientes????-

-No, Xena, es solo que debimos de tomar en cuenta que hoy sería un día duro- Comentó mientras se vestía.

-Tienes razón pero lo hecho, hecho esta y yo lo disfrute mucho- Dijo la guerrera en tono sensual.

-¡¡Ay!! Pensándolo bien, no me importaría desvelarme todas las noches, solo espero no quedarme dormida a mitad de batalla- Dijo, bromeando.

-Dudo que puedas hacerlo...... ¿Gabrielle?. Sabes que esta batalla contra Cesar será dura, ¿verdad?- Dijo en tono preocupado-

-No te preocupes, yo iré a donde quiera que vayas sin importar el riesgo-

-Pero no estoy dispuesta a arriesgarte, no esta vez-

-Eso ya lo hemos hablado y siempre terminamos discutiendo, mejor vámonos y como dices tu: "primero lo primero" - Gabrielle se levantó, mojó un poco su cara y se alistó para salir-

Las dos mujeres subieron a la yegua y cabalgaron a marcha rápida. En un par de horas llegaban a Memphis.

-Bienvenida Xena- Dijo uno de los guardias de la puerta principal- Talía te espera impaciente y preocupada-

-Gusto en verte Liceus, ha pasado mucho tiempo-

-No he olvidado la forma en como nos dirigiste y terminamos con todo ese ejército, sé que ganaremos de nueva cuenta contigo como líder-

-Quisiera ser tan optimista como tu Liceus. Llévame con Talía, ahora-

Xena, Gabrielle y Liceus caminaron por varios pasillos y dieron a un portón grande, Liceus toco la puerta y pronto se escuchó una voz dulce-"Adelante"- Empujó la puerta permitiendo la entrada a la guerrera y su joven acompañante. Y encontraron de espaldas a una mujer.

-Xena esta aquí, mi reina-

-Déjanos solas- La puerta se cerró y aquella mujer dio la media vuelta-

Era alta pero no tanto como Xena, su rostro como el de muñeca de porcelana, sus ojos aceituna, su cabello era lacio y largo de color negro, era realmente hermosa. Inmediatamente se acercó a la guerrera y la abrazó.

-Me alegra que hayas venido Xena. Como sabes tenemos un gran problema.
¿Quién es tu amiga?-preguntó Talía, mirando a Gabrielle.

-Me llamó Gabrielle y viajo con Xena desde ya hace tiempo- respondió Gabrielle.

-¡Oh! Xena, veo que te han atado, por lo visto fue una mujer la que al fin ganó tu corazón-

Al escuchar estas palabras Gabrielle se sonrojó.

-Talía, Gabrielle es la persona que más he amado en mi vida, es lo mejor que me ha pasado y al igual que yo esta dispuesta a colaborar. A aprendido mucho-

-Tengo la mejor maestra- Comentó Gabrielle abrazando a la guerrera.

-Xena, César esta muy molesto por mi alianza con la nación del oeste. Amenazó con venir a atacar los próximos días como protesta y por supuesto para apoderarse de las riquezas de ambas naciones. La del oeste por ahora esta fuera de combate, pues acaba de tener una lucha reciente -

-Claro y ahora Cesar aprovecha que estas sola y seria más sencillo acabar contigo. Prepara a tus mejores hombres, mandaremos una armada al frente y otra se quedará dentro de Memphis. Yo iré con la armada al frente, le daré instrucciones a Liceus, él permanecerá aquí. Partiremos antes del atardecer. A estas alturas Cesar debe estar a un día a caballo de aquí-

-Bien Xena, las acompañaré a sus habitaciones, les espera un baño y comida, es lo menos que puedo hacer-

Capitulo 3: EL PLAN DE ATAQUE

Las tres mujeres se dirigieron a una sala contigua a la de la reina, Xena y Gabrielle entraron y de inmediato tomaron su baño. Tiempo después ingerían sus alimentos. Mientras comían, las dos conversaron acerca de la batalla que se preparaba, sabían que se corrían muchos riesgos, la discusión para este tipo de situaciones no se hizo esperar.

-Gabrielle, escucha, Talía estará acompañada de sus mejores hombres, quiero que permanezcas cerca de ella, los mismos que la protegen te protegerán a ti, sobre todo Liceus, trabajé con él años atrás. Es un hombre altamente capacitado, el te cuidará-

-¿Ah si?. Y... ¿Quién te cuidará a ti?. ¿Cómo quieres que yo me quede muy tranquila, sabiendo que irás con la armada al frente y que es obvio irás tu personalmente por Cesar????. Como quieres que me quede de brazos cruzados sabiendo que estas en peligro. ¿¿¿Eh??? ¡¡¡¡¿¿¿Dime como???!!!!!. Porque yo no lo sé. Xena quiero ir contigo- Dijo en voz alta y temblorosa, por supuesto no iba a abandonar a su guerrera.

-No quiero hablar de lo mismo, sabes que no me gusta arriesgarte, así que no lo haré. Eres lo mas preciado que tengo en mi vida, debo cuidarte entiéndelo. No quiero irme enfadada. Tu apoyo y tus palabras de aliento son mi mejor arma, ¿entiendes?-

Xena miró a su amada Gabrielle. Ambas se contemplaron por unos instantes, ese amor podía notarse a kilómetros de ahí. Gabrielle la estrechó fuertemente a punto de llorar.

-Yo te entenderé si tu me entiendes a mí. Si entiendes que eres la razón por la que vivo, si entiendes que eres lo más importante, que no podría seguir luchando sola y que te amo.... si entiendes todas esas cosas entonces no dejarás que nada malo te ocurra. Prométeme que si las cosas van mal, regresaras de inmediato y no harás esto tu sola. Xena prométemelo-

Gabrielle tomo el rostro de Xena, esperando su respuesta....

-Lo prometo, Gabrielle, solo no llores, sé fuerte que nada malo va a pasarme- Xena cerró los ojos y Gabrielle la beso temblorosamente. Ambas comenzaban a perderse en esa cálida unión de labios, cuando llamaron a la puerta.

-¡¡¡Xena!!!! Estamos listos para recibir ordenes- era la potente voz de Liceus.

-¡¡¡Iré enseguida!!!.-

- Gabrielle, todo va a salir bien. Cuídate mucho..... Te amo......- Caminó hacia la puerta, la abrió y antes de salir dió la media vuelta y sugirió:

-Ah! Lo olvidaba.... No te le acerques mucho a Minius. No confío en él.-

-¡Aja!. -Se limitó a responder.

A una distancia considerable de ahí se encontraba el ejército de Cesar, la tienda más grande era el aposento de este. Se encontraba acompañado de alguien muy particular.

-No debes dejar pasar nada por alto. "Ella" se hará cargo de todo el ejército. Me alegra poder ayudarte Cesar, siempre he creído que eres uno de los mejores. Y ahora que tenemos algo en común no creo que te vengan mal mi ayuda-

-¿Tu ayuda?. Lo tomo como una alianza, sabes que no soy de los que se encomiendan a los Dioses, además esto nos conviene de igual manera a los dos, tu quieres a Xena y yo la quiero fuera de esto-

- Si, ambos tenemos nuestros propios intereses-

-No hay problema..... Ares, con el uso del "polvo del Olimpo", la dejaremos fuera de combate y a tu disposición. Nuestro amigo Minius hará el resto del trabajo-

-Yo estaré observando muy atento, ¡¡¡jajajajaja!!!- Entre un resplandor, Ares desaparece con una gran carcajada-

En Memphis:

Pasaron unas horas y Xena por fin salía de la sala de juntas, todo estaba planeado. Liceus se quedaría con las armadas de refuerzo, compuestas en total por 600 hombres, ella solo se llevaría la sexta parte. LICEUS, Minius junto con Aretus, Orestes y Cirus, serian los encargados de proteger con su vida a la reina.

-Liceus, no le quites la vista de encima a Gabrielle, es importante que hagas eso por mí, ¿Entiendes?- Ordenó la guerrera

-Así lo haré Xena - Respondió el soldado irradiando confianza.

Xena y Gabrielle se miraron, se abrazaron y sin importar la presencia de todo un ejército, se besaron. El roce de labios era intenso, no querían separarse. Por fin, las dos accedieron a la culminación de ese momento.

-Recuerda tu promesa Xena-

-¡¡¡No la olvidaré....Yeah!!! - Indicó a Argo la partida. En menos de un minuto la armada se alejaba en el horizonte. Gabrielle contempló la rápida lejanía. Una voz la sacó de sus pensamientos:

-Xena sabe cuidarse sola- La voz era de Minius-

-Lo sé. Pero aun así me preocupa-

-Es muy importante para ti, ¿cierto?. Hace años lo fue para mí, pero solo me utilizó. Bueno, bueno, no es que me este quejando, es una gran mujer, siempre consigue lo que quiere. Gabrielle, en lo que pueda ayudarte no dudes en decírmelo, te protegería como si fueras la misma reina de Memphis - Minius se le acercaba demasiado a Gabrielle, tratando de escucharse dulce por sus palabras.

-Gracias, es gentil de tu parte- Dió la media vuelta y se retiró de ahí-

-Buen comienzo. ¡Que sentiría Xena si la despreciaras por mí, o mejor aun que ella te despreciara! Creo que no te causaría mucha gracia, - Minius dijo para sí.

Capitulo 4: La Batalla

Todo era un caos. Cientos de soldados revueltos y corriendo por doquier... había muchos caídos, la mayoría eran romanos. Se escuchó un grito de guerra muy peculiar, los romanos ya estaban fatigados y comenzaban a dar marcha atrás. Xena se encontraba rodeada por 5 hombres, aunque ya tenia varias horas peleando, aun se encontraba en la mejor forma para acabar con los cinco. Cayó uno, otro mas atravesándole las entrañas con su espada y uno más derribado por una patada en el rostro, los dos restantes, pronto tuvieron varios puñetazos certeros en la cara y pecho, dejándolos fuera de combate.

La sangre le hervía a la guerrera, estaba tan concentrada que no se percató de cierta presencia a unos metros de ahí.

-Te he trasportado al lugar indicado Cesar, desde aquí puedes tirarle, ella no te puede ver-

Se trataba de Ares, dándole indicaciones a Cesar junto con otros 10 soldados. Sin esperar un minuto más, pronto el romano tomo posición con su arco en la mano, aprovechando que la guerrera seguía adelante sola, disparó contundentemente una flecha, asestando en la nuca.

-Pero que.......!!!. - Fue todo lo que pudo decir Xena, antes de desplomarse como muerta.

-¡¡¡¡Vayan por ella!!!!- Ordeno a los soldados.. Pronto la cubrieron con una pesada red y la subieron a un caballo. En medio del caos nadie pudo percatarse de lo sucedido.

-¿¿¿Xena???.....¡¡¡ Xena!!!- gritaba un soldado . Se acercó a un colega suyo.... -¿No viste a Xena?- le preguntó.

-La ultima vez que la vi, combatía a cinco hombres, luego corrió hacia allá-

-Debió ir por Cesar, pero ella dijo que varios de nosotros iríamos con ella-

-Talvez decidió ir sola, tu sabes, para arreglar viejas cuentas con él. Regresemos a Memphis, terminamos con la primer avanzada, Liceus nos dirá que hacer-

Capitulo 5: El Regreso de la Armada

Habían pasado 2 días desde que Xena se fue. Gabrielle no había podido dormir en ese entonces, era muy de mañana y decidió levantarse, después de todo no conciliaba el sueño ni de noche ni de día. Miró hacia la ventana, a lo lejos varias montañas, el cielo completamente azul pero triste. Se preguntaba dónde se encontraría Xena y si estaba bien. Cerró los ojos, recordando la promesa de la guerrera y se sintió un poco más tranquila. Alguien llamaba a la puerta y se dirigió a abrir....

-¿Quién podrá ser tan temprano?-

-Hola. Gabrielle-

-¡Ah! Minius. ¿Que haces despierto tan temprano?-

-Como recordarás estoy de guardia velando por la seguridad de la reina. Escuché ruido en tu habitación asumí que ya estabas despierta y me tome la libertad de traerte el desayuno. Espero no te moleste-

-No, claro que no. Que lindo de tu parte-

-¿Sabes?. Siempre es un placer servir a una mujer hermosa como tu. En mi vida había visto ojos más lindos que los tuyos-

-Y eso que no he dormido muy bien- Gabrielle respondió tímidamente.

-¿¿Gabrielle??. Sé que talvez sea muy rápido pero......- La frase de Minius fue interrumpida al escucharse la voz de varios hombres....

-¡¡¡Regresó la armada!!!!. La armada esta de regreso!!!!-

-¡¡¡Xena!!!!- Dijo con emoción la joven rubia. Envolviéndose en una manta pronto salió corriendo de la habitación, olvidando a Minius, que se quedó con el desayuno en las manos En un impulso de rabia lo arrojó al piso...-Maldición!!!!- Exclamó.

Muchos hombres se acercaban en sus caballos, era la mitad de hombres que se habían ido. A decir verdad les fue bastante bien tomando en cuenta con quien se enfrentaron. Pronto los hombres al cuidado de Talía y Gabrielle salieron, al igual que ellas.

-Reina, estamos de regreso. Muchos de nuestros hombres han caído, pero terminamos por completo con la avanzada de Cesar. Xena fue por el.

-¿¿¿Que???- Exclamó Gabrielle.

-Ella nos dijo que esperáramos la indicación para que avanzáramos con ella e ir por Cesar, pero la busqué y no pude encontrarla. Nos retiramos de ahí antes de que mandaran refuerzos romanos. Supongo que Xena fue sola por Cesar-

-No es posible......-Musitó Gabrielle.

-Reina Talía, ella me prometió que no haría esto sola- Gabrielle, se mostró preocupada ante la reina.

-Ten calma Gabrielle, probablemente pensó que sería lo mejor-

-¿Y si, le sucedió algo?-

-Hagamos una cosa, si en un par de horas no tenemos noticias de ella, mandaré a unos hombres al campamento de Cesar. Yo estoy segura de que Xena esta bien. Solo un par de horas Gabrielle-

La bardo se quedó inconforme. -"Tengo un mal presentimiento"- Se dijo para sí

En el campamento de Cesar. Xena despertaba, sentía que todo su cuerpo le temblaba, tenia un insoportable dolor de cabeza, todo le daba vueltas lo cual le provocaba nausea, es como si hubiera bebido por dos días seguidos sin parar. Se fue incorporando como pudo, se percató que estaba en una gran jaula, buscó sus armas, no estaban.

-Diosss.esss. me siento como si hubiera bebido toda la noche- Dijo balbuceante

-¡¡Vaya!! Que tenemos aquí. Una guerrera con una mala apariencia, la cual aun no cree en mi destino- Dijo Cesar de una forma muy arrogante-

-Mal.... mal...ditto, basstardo... que diablllos... me hiciste... -

-Se llama "polvo del Olimpo" . Su efecto es parecido al que producen tres botellas de vino-

-Pero sssoolo puedes conseguirlo.... en.....-

-Con un poco de ayuda, todo es posible- Un resplandor apareció y en medio de este.... Ares

-¿¿¿Cómo esta mi guerrera favorita???-

-Coommo, quieeress que essteé. Pedazo de Diosss misssserable-

-Veo que no estas de muy buen humor. Eso es característico de ti-

-Quee es lo qq..ue quieres?-

-Sencillo, yo te quiero a ti y Cesar quiere a Talía, si estas conmigo Xena, él olvidará viejas cuentas contigo y no matará a tu amiga Gabrielle cuando conquiste Memphis-

-No tendrán lo que quieren....!!!-

-Te daremos tiempo para que lo pienses, contigo aquí encerrada, Talía será pan comido-

-Nnnno, te seraaá tannn fácill......- Xena sintió como la fuerza la abandonó y volvió a desvanecerse-

-Es una lástima que tenga que verte así Xena, pero como sea, serás mia. Haz tu trabajo Cesar- Pronto desapareció el Dios de la guerra junto con el cuerpo inerte de la guerrera.

Minius. caminaba no muy lejos de Memphis, miraba para todas partes, llegando a un manantial, dijo......

-¿¿¿Estas aquí???.-

-Por supuesto, no debiste hacer esperar al Dios de la guerra-

-Lo siento, pero tuve que esperar a que los guardias se distrajeran para poder salir, que iba a decirles a donde iría-

-Bien, eso no me importa. Este es el polvo que usarás, solo un poco en cualquier bebida por la noche y estará a tu disposición-

-Gracias-

-No lo hago por ti, insignificante mortal. Ahora márchate y haz lo que te dije-

El Dios de la guerra desapareció.

-Pronto serás mía Gabrielle- Murmuró Minius en tono libidinoso.

Capitulo 6: Malas Noticias.

Estaba obscureciendo. Y en Memphis muchos estaban nerviosos por la ausencia de Xena. Gabrielle era la que menos podía con sus nervios e incertidumbre.

Liceus se dirigía preocupado a la habitación de Talía.

-Reina Talía.... ¿puedo pasar?.-

-Adelante Liceus. ¿Que sucede?-

-Xena me dió unas indicaciones antes de irse. Me dijo que si la armada regresaba sin ella, que nos pusiéramos alerta y que si pasaba un día y no sabíamos de ella, que cuidáramos a Gabrielle-

-¿Eso te dijo?. ¿Porque no me lo comunicaste antes?-

-Lo siento pero Gabrielle estaba cerca de usted y no quise preocuparla. Con respecto a nuestro ejército todo esta bajo control, tenemos una trampa para Cesar y destruiremos su campamento fácilmente. Lo que me preocupa ahora es Xena. Sé que me dijo que no fuéramos a buscarla pero yo creo que deberíamos-

-Y así es. En cuanto terminemos con Cesar deberán buscar a Xena. No podemos darle malas noticias a Gabrielle-

De pronto una voz solloza entró por la puerta.

-Lo siento..... pero ya me las dieron- Era Gabrielle que escuchó toda la conversación. Dió la media vuelta y corrió hacia su habitación.

-¡¡¡Gabrielle!!!-Le llamo la reina, pero esta hizo caso omiso.

- Liceus!!! Dile a Minius que cuide de ella, que se lo pido yo, que la cuide como si se tratara de mí, es un trabajo que Xena te encargó pero te necesito, sé que él tambien puede hacer ese trabajo. Anda vé y luego vienes conmigo-

-Así lo haré- Salió el hombre. La reina se quedó pensativa y preocupada por la guerrera.

En la habitación de Gabrielle, se escuchaba toda una revolución.

-¿¿¿Xena??? ¿¿¿Cómo pudiste hacerme esto???. Dijiste que te cuidarías y que no harías esto tu sola. Faltaste a tu palabra y ahora no sé si estarás bien. Es una incertidumbre que me esta quemando el corazón- la joven bardo dio la media vuelta y se encontró con Minius.

-No llores Gabrielle. No puedo ver tristes a esos preciosos ojos verdes. Tranquila.- Tomó a Gabrielle del brazo y la abrazó. Ella posó su cabeza en su pecho.

-Te traeré té jarmin..... Sí, es uno muy bueno para esos nervios que seguro debes tener destrozados....Te ayudara a tranquilizarte. Espera aquí, no tardaré-

Pronto salió de la habitación y mando traer un recipiente con té jarmin. En el pasillo se encontró con Liceus.

-¿Adónde llevas eso, Minius???-

-Ah. Ehm! Es para Gabrielle, es té jarmin. Esta muy nerviosa por no saber nada de Xena-

-Bien. Escucha, esta noche saldremos por Cesar. Tú te quedarás con Gabrielle. No la descuides por favor. Talía te lo ha encargado como si se tratara de ella misma-

-Liceus..... No sabes que placer me dará proteger a Gabrielle-

-Debo irme- Dijo tajantemente Liceus y se retiró de ahí. Cuando Minius se vio solo, rápidamente de entre sus ropas sacó un pequeño recipiente de vidrio, en él había "polvo del olimpo", era la que Ares le había dado. Lo vertió en el té que llevaba para Gabrielle y se dirigió a la habitación.

 

Capitulo 7: En la Cama con ¿Ares?

Era un lugar cerrado lleno de comodidades. Había unas velas encendidas, unas estatuas de un personaje conocido. Se trataba del templo del Dios de la guerra. Xena estaba recostada en una grande y hermosa cama blanca, cubierta con un velo luminoso de seda pura. Ella tenia puesto un vestido rojo completamente transparente, un pedazo de tela que apenas cubría lo esencial de su cuerpo, pues tenia tantos escotes que a eso no se le podía llamar estar vestida .. Solo abrió los ojos, una sensación de tranquilidad la invadía, todo su cuerpo estaba relajado, no entendía porque se sentía perfectamente bien. Se sentía libre, fresca, liberada, tenia la sensación de que la cama se elevaba del piso, su cuerpo cubierto por un agradable cosquilleo, todo era libertad, una sonrisa emitió. De pronto vió acercarse a ella a un hombre alto, moreno, muy apuesto y atractivo, de entre sus pensamientos torpes tenia la leve sospecha de que ese hombre había llamado su atención hace muchos años atrás.

-Te sientes bien, ¿cierto? Crees que todo es libertad, que todo es como un sueño y que tienes control absoluto de todo y a la vez no puedes controlar nada. Pues te haré ver que tu felicidad soy yo, mi guerrera, sentirás el placer que soy capaz de darte, esta noche serás del Dios de la guerra!!!!. -

Pronto Ares comenzó a acariciar las piernas de la guerrera....

-Te gusta ¿eh?- Xena solo emitió una sonrisa torpe

Ares comenzó a besarla apasionadamente recorrió todo su rostro y cuello con su boca, al mismo tiempo que movía sus manos hacia los muslos de Xena...

-No sabes como ansiaba este momento......Xena- Dijo quedamente el Dios de la guerra ya con un tono que denotaba excitación. A Xena parecía gustarle por sus expresiones. Pronto Ares, de una forma poco sutil arrancó el vestido a la altura del pecho, dejando así al descubierto los senos de la guerrera, los besó a ambos sin piedad, mientras aflojaba sus pantalones. Xena ni siquiera ponía sus manos en él, solo sé limitada a posarlas en la superficie de la cama.

-Oh! Xena. Mi amor..... te darás cuenta de que nadie es capaz de ofrecerte tanto placer como yo, ni siquiera Gabrielle- Esta ultima palabra de Ares fue su grave error, pues el nombre de Gabrielle comenzó a escucharse como un eco en la cabeza de Xena.....

"Gabrielle, Gabrielle..... Gabrielle"- Estallaba en su mente-
"Adonde iremos habrá problemas"
"Ya lo se"
"Entonces, ¿porque quieres acompañarme?"
"Porque para eso son las amigas"
"Xena??. Porque te fuiste? Hay muchas cosas que quiero decirte......
"Te amo Xena....!!!"

Todas estas frases retumbaban en la mente de la guerrera, era imposible sacarlas de ahí....pronto trato de entender su entorno y pudo recordar el "polvo del Olimpo". No podía permitir que un tóxico la llevara a un acto desleal e infame.
Ares la tenia lista..... él estaba dispuesto a consumar el acto cuando....

-Nooooo!!!. Nooooo- La guerrera gritó y violentamente empujó a Ares, golpeándolo después en la cara. Tambaleante se levantó y sin ningún pudor se enfrentó a él aun con los pechos descubiertos. La guerrera con una expresión bastante furiosa, se puso en guardia y comenzó un enfrentamiento cara a cara.

-Podrás destruirme a mí si quieres pero nunca destruirás el respeto y la fidelidad que Gabrielle merece-

-Estas loca? Tenerle respeto a ella? Una insignificante niña la cual recogiste de un pueblo de quinta?. Te ha hechizado Xena y no estas en tus cabales.

-Si, me ha hechizado de amor puro....y de una manera que nunca lograrás a pesar de tus asquerosos recursos-

-No quiero pelear contigo, no en este estado. De cualquier modo, yo gano, tengo otra carta que jugar y no tienes mucho tiempo-

-De que diablos estas hablando? - Xena se despojaba de su roto vestido, cambiando ese atuendo con su habitual ropa de cuero y armadura, junto a una ofrenda vio sus armas y las tomó.

-Sabía que tu fortaleza talvez vencería los efectos del polvo del Olimpo, pero de lo que también estaba seguro es de que tu adorada Gabrielle no podrá con ello-

-No me digas que.... ¡¡¡¡Eres un maldito!!!!-

-Es inevitable. Hazle como quieras- En medio de un resplandor, Ares desapareció.

 

Capitulo 8: Un Corazón Destrozado.

En el palacio de Memphis, dentro de la habitación de Gabrielle unas carcajadas se escuchaban, como si hubiera una fiesta ahí. Se encontraban Gabrielle y Minius conversando, la bardo tenia un aspecto inestable, sus ojos se entrecerraban, una sonrisa bastante exagerada de oreja a oreja. Cuando se movía lo hacia torpemente y otras veces como si estuviera volando. Sus sensaciones eran bastantes buenas para ser reales, sabia que debía estar preocupada por algo, pero esa ligereza en su mente y cuerpo no la dejaban ni siquiera preocuparse, todo estaba bien y se sentía tan libre que no podía entenderlo.

-Eressss muy divvertido Minius, no sabbia que tenias tan buuuen sssentido del humor-

-Las apariencias engañan, ¿lo ves?. UHF!! No te parece que esta haciendo mucho calor?- Dijo Minius despojándose de su armadura de guerra y todo lo que traía encima en la parte de arriba- Dejó ver toda su musculatura, un poco de sudor envolvía su cuerpo.

Gabrielle solo lo miró por unos segundos tratando de entender porque hacia eso.

-Sssabias... que sssssoy, una princesssa amazzzzona?- Dijo balbuceante, comenzando a contonearse.

-De verdad? No me digas?-

-Sssi, una vez me invitaron a que aprendiera a bailar sus danzzzas.... creo que hice el ridículo, aunque me encantaron los movimientos, no puedo recordarlo bien pero era algo así...-

Gabrielle se dejó llevar por el recuerdo de aquella música, cerro los ojos, tarareó y bailó aunque de una manera no muy coordinada por su estado, aun asi sus movimientos no dejaban de ser sensuales ante los ojos de Minius que no podía resistirse a esos contoneos.

La bardo en un instinto de coquetería aflojó un poco las cuerdas de su TOP. En un intento por realizar un movimiento, tropezó y Minius la tomó por la cintura, por delante. Su mirada estaba llena de deseo ardiente, Gabrielle apenas abría los ojos. Minius la besó de forma muy exigente, no era posible ver que Gabrielle le correspondía pero así era, pronto la lengua de Minius comenzó a explorar mas allá. Con un movimiento rápido, el guerrero quitó por completo el TOP de la joven, el cual ya estaba flojo y la llevó hasta la cama, ahí la recostó. Comenzó a explorar con sus manos la parte baja de la bardo, al sentir su humedad se volvió loco.

-Eres tan hermosa Gabrielle, solo te tengo para mí....Mmmm!

Minius estaba tan concentrado, que no se percató de que una voz en el pasillo gritaba su nombre, de pronto la puerta se abrió.....

-Minius necesito que........- Se trataba de Liceus el cual no pudo completar su frase, se quedo atónito. Sobresaltado, Minus se abotonó su pantalón y se levantó.

-No deberías estar combatiendo a Cesar?- le preguntó

-De manera increíble su ejército esta dando marcha atrás, te iba a pedir que te unieras a la búsqueda de Xena junto con los mejores hombres. ¿Pero que diablos estas haciendo?- Le preguntó acercándose a la cama donde estaba Gabrielle. -Por los Dioses!!! Esta niña esta drogada!!!. ¡¡¡¡¿¿¿Cómo te atreviste miserable???!!!!- preguntó desenvainando la espada- Confié plenamente en ti-

-Esto es algo que no te incumbe, así que por tu bien no te metas-

-Toma tu espada desgraciado!!!!-

Ambos con espada en mano comenzaron a enfrentarse. Minius era mas joven que Liceus, pero no tenía su experiencia como guerrero. Varios minutos de furiosa lucha se desataron, los movimientos de las espadas eran tan rápidos que casi no se podían ver. Minius trataba de sorprender a su contrincante por la retaguardia, este evadió rápidamente. Liceus no tenia buen aspecto, estaba muy cansado por la batalla contra los romanos. Gabrielle comenzó a toser intensivamente, esto distrajo a Liceus y en una ráfaga de nada Minus asesto su espada en el vientre de este. Cayendo de rodillas y aun con la espada atravesada, escuchó lo sig. ...

-Lo siento mi amigo, tenía viejas cuentas con Xena y debo saldarlas usando lo mas querido que tiene, así voy a salir doblemente satisfecho- Con tremenda carcajada sacó la espada del vientre de Liceus y este cayó al suelo.

Acercándose a Gabrielle....

-Bien preciosa, ¿En que nos quedamos?- Gabrielle, musitó algo que no se percibió:

"Nnnoo" Se veía pálida, una incesante tos se apoderó de ella. Pronto una voz a lo lejos le decía:

"El verte feliz me hará feliz......"
"Eres lo mejor que ha pasado en la vida"
"Gabrielle, no temas. Todo va a salir bien. Cuídate mucho..... Te amo....."
"No te le acerques mucho a Minius, no confio en él".

En un intento por reaccionar Gabrielle trató de moverse:

-Nnno, nnno, de ja mee.....-

-Tranquila mi amor, nada malo sucede- Minius le susurraba en tono libidinoso y burlón-

-Xe...Xeena....-

-No me menciones a esa maldita perra- Dijo eufórico poniéndose de pie a un lado de la cama con su pantalón desabrochado-

En medio de la oscuridad y de los árboles una silueta se veía corriendo a toda velocidad, de pronto se detuvo......

-Por los Dioses, este maldito veneno, me paraliza las piernas. No tengo tiempo, andando guerrera, Andando!!!!- Xena trataba de combatir con la resaca del polvo del Olimpo. Corría como podía nombrando a Gabrielle en cada zancada.

-Gabrielle!!! Gabrielle.......-Abrió de golpe una puerta y no estaba ahi-

-Gabrielle!!! Siguió buscando. Pronto llegó a la habitación de la bardo, golpeó la puerta, entró con la esperanza de encontrarla por fin.

-"Gab........"- No pudo decir más. Su respiración agitada se volvió entrecortada. Sentia como si una daga le perforaba el corazón. Sacó su espada con una expresión de verdadero odio. No daba crédito a lo que miraba, Minus de pie y semidesnudo a un lado de la cama y Gabrielle en ella.

-Aléjate de ella hijo de.......- Exclamó con mucha rabia. La escena era repugnante y dolorosa muy dolorosa.

-Xena!!!! Que haces aquí?? Deberías estar con Ares haciendo lo mismo....O ¿¿¿que??? Le diste problemas??- Exclamó tomando su espada.

-Debí suponer que tu serías el encargado de un acto tan bestial. Maldito miserable, te mataré peor que a un perro, desgraciado!!!

Comenzó un enfrentamiento a muerte. Xena tenia una expresión llena de rabia y odio... no iba a tener piedad de ese pobre desgraciado. Rápidamente Minius reventó su espada sobre la cabeza de Xena pero lo que encontró fue la espada de esta. La guerrera rechazó el golpe con una furia tal que hizo que Minius diera dos pasos atrás. Las espadas chocaron varias veces, se podían ver las chispas que emergían del choque. La guerrera dió un giro en el aire sorprendiendo a su oponente por la retaguardia, a tiempo él atravesó su espada a lo largo de su espalda y así evitar ser herido. Pronto se gira para darle la cara a Xena. Una vez más el choque de ambas espadas... ..Xena golpea en la cara a Minius suficiente para hacerlo sangrar. Ella propina una patada en el aire y este se agacha, se gira rápidamente y alcanza a herir a la guerrera en el hombro con un roce de su espada. Minius sonrie ante tal acción.....

-¿Lo ves Xena? Esta vez no te será tan fácil. Ya no soy el mismo de antes, ya no soy como aquel al que utilizaste. Siempre me hiciste menos y ahora mirate, ella esta en mis brazos y no en los tuyos. ¡¡¡Si vieras que bien lo hace!!!

-¡¡¡Te pudrirás en el infierno!!!! ¡¡¡En unos minutos más implorarás que te mate!!!.

Con su grito de guerra Xena se lanzó sobre él. La expresión de la guerrera era como la del mismo demonio....Ambas espadas se golpearon una y otra vez, los efectos del polvo del Olimpo era una desventaja para ella. De pronto sintió como si le hubieran sacudido la cabeza, en ese segundo Minius aprovechó y con una patada le apartó su espada a varios metros de ahí. Xena comenzó a evadir el arma de su contrincante. Aún estando desarmada le propinó varios puñetazos en la cara. Retrocediendo un poco, Minius giró en el aire quedando a espaldas de la guerrera, rápido tomó una silla y se la estrelló. La guerrera cayó al piso: -"Adiós Xena" - Dijo Minius victorioso..... La guerrera en un increíble reflejo, sacó pronto de una de sus botas un cuchillo y lo lanzó justo entre las piernas del bastardo. *(ups! Perdón).

-AAAAhg!!!-

-Dime, ¿¿¿Cómo se sintió eso eh??? ¿Es demasiado placer?-

-Maldita perra!!!- Exclamó en forma inteligible. Cayó al suelo y se llevó las manos a su miembro sangrante. Xena tomo su cuchillo y le cortó una mano.

-Nunca, nunca debiste hacerlo......Me dará mucho gusto ir a tártaro con el fin de seguirte y torturarte por toda la eternidad. Así que espérame ahí.-

Xena uso los puntos de presión en el cuello de Minius, el estaba a punto de dejar de respirar cuando la guerrera lo liberó......

-Estas asustado???. Si, lo puedo ver en tu rostro....

-Hazlo yaaaa..... mattame....!!!-

La guerrera nuevamente aplicó los puntos de presión de manera que muriera no en uno sino en 2 minutos. Disfrutaba la muerte lenta y dolorosa de aquel hombre. Cuando faltaban unos segundos más para que Minius dejara de existir, una voz temblorosa y balbuceante protesto....

-Xeena, no. No lo hagas....-Gabrielle intentaba incorporarse- No Xena, no lo mates-

-¿¿¿Pero Gabrielle??? Tengo que hacerle pagar por esta humillación. Es un maldito perro!!. El.... el.... te..... No, no puedo dejarlo vivir-

-Xena por favor, no puedo permitir que mates por mi causa. Aun si hubiera muerto no deberías hacerlo, hace mucho me prometiste que no te volverías un monstruo si algo me pasaba y yo sé que cumplirás tu promesa-

-Gabrielle, esta vez no puedo.... -

-Sé que lo harás. Así que libéralo....... por favor-

La guerrera liberó a Minius, sin estar convencida de que fuera lo correcto, con un gran rostro de disgusto lo golpeó en la cara para dejarlo inconsciente. Xena se acercó a Gabrielle, la miró por unos instantes. Su rostro de rabia pronto cambio por el de una profunda tristeza. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Gabrielle, yo...... ¡¡¡Maldición..... ¡!! Yo debí estar aquí, jamás debí dejar que esto pasara-

-No es tu culpa. Yo no debí descuidarme, supongo que algo le puso en la bebida-

-Se llama polvo del Olimpo, es una droga que en grandes cantidades puede ser mortal, pero dime ¿De qué bebida hablas?-

-Me dio té jarmin, yo estaba muy nerviosa porque no sabía nada de ti y él....-

-Creí haberte dicho que no te le acercaras-Interrumpió Xena un poco molesta

-Pero me pareció tan amable-

-Por los Dioses!!!. ¿Porque no me escuchas cuando te digo que no confies? Lo mismo paso con Najara, no hiciste caso.

-Lo lamento Xena-

-Tienes que refrescarte un poco para que los efectos del Polvo del Olimpo desaparezcan por completo, te traeré algo para que te sientas mejor- Ordenó la guerrera, evadiendo la disculpa de la bardo. Cuando se retiraba de ahí, Gabrielle la jaló del brazo y la miro a los ojos diciendo:

-¿Xena?. Estaba muy preocupada por ti y no sabes que alivio al saber que estas bien. Te extrañé mucho- Gabrielle se acercó a Xena para besarla y entonces de manera inesperada, esta la evadió-

-Ahm.... iré a prepararte algo, ahora regreso-

La joven bardo se desconcertó ante la evidente evasión de la guerrera, la cual tomo de una mano los cuerpos de Minius y Liceus y los sacó de la habitación arrastrándolos. En ese momento el ejército comenzó a llegar y con él Talía.

-Xena!!! ¿Ya estas aquí?. Fuimos a buscarte. ¿Que les sucedió a Minius y a Liceus?. ¿Gabrielle esta bien?- Preguntó preocupada la reina Talía cuando bajaba de su caballo-

-No....Quisiera hablar contigo a solas, Talía-

-Por supuesto, ven conmigo. Orestes, encárgate de Minius, esta herido- le indicó a uno de sus hombres.

Estando solas, las dos mujeres conversaron.

-No puede ser, Xena.. ¿Minius?. Nunca me falló en ningún momento. Y dices que el mató a Liceus-

-Asi, es, todo indica que Liceus murió defendiendo a Gabrielle-

-Nunca me lo imaginé. Xena, lo siento. Es mi culpa. Yo mandé a Minius que cuidará a Gabrielle como si se tratase de mi misma y tuve que llevarme a Liceus conmigo porque el fue quien recibió tus ordenes antes de que partieras. Minius tendrá el juicio correspondiente, te prometo que recibirá el castigo que merece. Lo siento tanto -

-No....no te sientas culpable, fueron las circunstancias supongo. Minius quería saldar cuentas conmigo. El y yo trabajamos juntos hace mucho tiempo, pero yo solo lo utilizaba, al final lo traicioné. Si me disculpas iré a prepararle algo de beber a Gabrielle, todavía no se siente bien, nuestro trabajo terminó aquí, así que partiremos en cuanto Gabrielle se sienta mejor-

-Me gustaría que te quedaras unos dias más, pero se como te sientes. Gracias por todo y de nuevo lo lamento mucho-

La guerrera sin decir palabra alguna, se retiró de ahí. Salió del palacio de Memphis y estando a unos metros de ahí, tras los árboles rompió en llanto. Sus lagrimas de impotencia, resentimiento y coraje invadieron su rostro, golpeaba con sus dos puños el tronco de un árbol, una y otra y otra vez mas. No podía percibir el dolor de sus nudillos pero el que habia en su corazón la estaba matando. Pronto ceso de los golpes, y se dejó caer de rodillas para después quedar sentada en el piso recargada en el árbol. Se llevó sus manos sangrantes a la cabeza y seguía llorando dolorosamente.

-¿Por qué dejaste que ocurriera Gabrielle? ¿ Porque permití que ocurriera? Debí matar a ese maldito cerdo. Yo.... yo.... es mi culpa. Debí estar ahí- Declaró sollozando.

Cuando hubo descargado un poco su dolor, la guerrera regresó al palacio.
Gabrielle recién habia tomado una ducha, el amanecer se hizo notar; se encontraba mirando por la ventana de su habitación, tratando de recordar todo lo sucedido. Pronto la guerrera apareció por la puerta.

-Tomate esto. Te hará bien-

-Gracias. Ya me siento mucho mejor. Creí que la cabeza me estallaría en mil pedazos- Sonrió levemente. Y tras una pausa dijo:

-¿Xena?. Por favor perdóname- Le dijo a la guerrera tomando sus manos-

-Por los Dioses!!. Estas lastimada. Tus nudillos están sangrando-

-No es nada, estoy bien-

Gabrielle tomó un pañuelo, lo mojó un poco y comenzó a limpiar los nudillos de Xena-

-¡¡¡Te dije que estoy bien Gabrielle!!!- Exclamó Xena retirando sus dos manos.

-Pero... ¿Xena?. Se que hice mal, no te pongas así conmigo, no ahora-

La mirada de Gabrielle se tornó triste y suplicante, era una de esas miradas las cuales Xena no podía resistir, no podía sino hasta hoy.

-No fue tu culpa, así que no tengo nada de que perdonarte. Lo siento si te levanté la voz, pero estoy muy tensa, tu sabes fue un día muy agitado para todos. En cuanto te sientas completamente bien, nos iremos, pero antes tomaré un baño- Dijo dándose la media vuelta

-Xe........- Gabrielle se quedó a mitad de sus palabras, quedándose con las ganas del beso acostumbrado de la guerrera después de excusarse. Sentía un gran vacio en su alma, sabía que Xena estaba furiosa y que pasaría mucho tiempo para que todo volviera a ser como antes. Un terrible miedo se apoderaba de ella, el motivo; no estaba segura, talvez era a que Xena ya no la quisiera a raíz de lo sucedido, de que la guerrera quisiera alejarse un poco para tener tiempo y pensar las cosas. El tiempo lo diría todo, pero por el momento se sentía vacía con un dolor interno que sobrepasaba a el que sentía físicamente.

Unas horas pasaron y Xena entró de nuevo a la habitación.

-¿Nos vamos?-

-Si, me siento mejor. Solo me despido de Talía-

-Hazlo-

Al poco rato, las dos salían de Memphis, ambas a pie y con Argo a su lado. Pronto tomaron un camino hacia el oeste. Ninguna de las dos hablaba, pero cada que tenian oportunidad una miraba a la otra sin que esta se diera cuenta, asi sucedió por varios minutos. La guerrera estaba siendo sacudida por la enorme culpa que sentía, su cabeza estaba llena de miles de ideas y de dolorosos recuerdos, sus ojos se nublaban un poco y solo se limitaba a apretar sus puños. Mientras tanto Gabrielle, entre sus recuerdos vagos de los sucedido, trataba de entender exactamente la actitud de Xena, porque mas bien le parecía molesta, muy molesta con ella. La guerrera había evitado tener contacto físico, la estaba evitando y eso la aterraba. En ese momento parecían como dos extrañas, bastante distantes y calladas, las dos con sentimientos encontrados, con almas vacías y a la vez llenas pero solo de culpas. Ninguna de las dos quería seguir recordando pero era inevitable. El canto de los pájaros se dejó escuchar, era un canto triste, parecía una tonada melancólica a modo de música de fondo.

En un camino confuso, en un camino lleno de sentimientos encontrados, con hojas secas por doquier, las dos mujeres se iban perdiendo en aquel melancólico horizonte, arrastrando un profundo dolor en sus corazones. Tratando de encontrar la manera de que todo regresara a la normalidad y así no seguir cargando con la peor de sus culpas.......

CONTINUARA......

* Una disculpa por la mala palabra marcada con * esa la dije yo.

FIN


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