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EL MILAGRO

Por Nicole

Xena abrió sus ojos azules y sonrió. Estaba feliz de haber tenido una buena noche. Esto no era muy usual en la Princesa Guerrera. Casi siempre duerme pocas horas. Se paró y se desperezó y se dirigió a despertar a su amiga Gabrielle... -Gabrielle, levántate dormilona, y suavemente acarició a la barda.

-Si, si, estoy levantada, nunca podré dormir unas horas extra?

-No, dijo Xena mientras se reía, vamos, tenemos que ponernos en marcha, voy a ir al estanque a atrapar al desayuno, volveré en unos minutos bueno?

-Anda, yo me voy a levantar.

Xena se fue a atrapar algunos peces. Gabby tomo sus pies lentamente y se los rascó. Después reunió algunos leños y encendió el fuego. Cuando Xena regresó, traía con ella 3 peces.

-¡No se como haces eso!... dijo Gabrielle aterrada.

-¿Hacer que?

-Cómo usas la caña de pescar

-¿Quién ha usado cañas de pescar?, estos los atrapé con mis propias manos, dijo Xena.

-¿ah si? Dijo Gabrielle en un tono sarcástico mientras le pasaba una sartén a Xena, -Por que no usas tus habilidades para cocinar esos peces. Inmediatamente recordó que Xena no cocinaba muy bien, entonces pensó en que ojalá los peces saltaran de la sartén y se fueran.

Xena limpió los peces. Gabrielle se sentó y empezó a escribir en uno de sus pergaminos.

-Gabrielle, ¿que estás escribiendo?

-Oh! Solo lo usual, se me ha ocurrido una buena idea sobre como describir nuestra aventura con Afrodita y Ares. Solo espero que este pergamino no esté encantado como el de aquella vez.

-No puedo creer que no me haya dado cuenta de nada hasta que tuve una carreta absolutamente llena de peces... me obsesionaste!

-Si, lo se, oliste a pescado por días... dijo Gabrielle mientras se reía.

-Oye! ¿Y de quien fue la culpa?

Las dos amigas conversaron, mientras desayunaban y levantaban el campamento. Se dirigían hacia Thessalia. Argo estaba allá, reparando sus herraduras y Xena no quería que estuviera en un establo mas de lo necesario, y todavía faltaban 3 días de camino antes de llegar allí.

A medida que caminaban por el sendero, un hombre apareció tambaleándose desde la colina. Estaba gravemente herido y apenas podía avanzar.

Xena y Gabrielle se acercaron hacia él. -Xena, ¡se ve muy mal! Dijo Gabby refiriéndose a su herida en el brazo.

-¿Quien hizo esto? Dijo Xena mientras lo examinaba.

-Una guerrera.... una mujer... con un ejército.... atacó nuestra villa.... todos están muertos.... Mi esposa.... el hombre no pudo terminar.

-¡Callisto! Dijo Xena

-¿Que vamos a hacer?

-¡Detenerla!

Xena terminó de examinar las heridas del hombre y corrió hacia la colina, -Quédate aquí Gabrielle, esto podría ponerse peor.

-¡De ninguna manera, esa miserable ayudó a matar a Solan!

Las dos fueron hacia la cima de la colina y observaron. No había mas sino cuerpos tendidos y la villa quemada. Nada se movía.

-¡Por los Dioses! Dijo Gabrielle aterrorizada.

Caminaron en medio de lo que quedó de la villa, un soldado salió de detrás de algunos escombros y lanzó un grito de guerra. Docenas de soldados salieron de su escondite, incluyendo una guerrera rubia.

-¡Es una emboscada! Dijo Xena.

-¡Oh Xena, solo esperaba que vinieras y aquí estas!. Dijo Callisto. ¿Cómo está tu hijo? ¿Acaso Hope no acabó con él?... o ya entré en confusión.... Callisto se reía con maldad.

Xena trató de abalanzarse sobre Callisto, pero cuatro soldados arrojaron redes sobre ella y no se pudo liberar. Gabrielle tomó su estaca y atacó a algunos soldados. -¡Gabrielle no! Gritó Xena aterrorizada de pensar en que Gabby pudiera resultar herida o..... Un soldado golpeó a Gabrielle con el mango de su espada, cayó al suelo. Xena se desesperó, trató ferozmente de escapar de las redes pero no pudo.

-¡Oh Gabrielle, parece que tu querida Xena no te puede salvar ahora!

Callisto vio que los tres soldados sacaron sus espadas de sus fundas. Se dirigían hacia Gabrielle - No... esperen.... no usen sus espadas... eso sería demasiado fácil. Queremos que su muerte sea lenta... dolorosa.... tengan estos palos.... ¡diviértanse!

Gabrielle se encontraba indefensa, los soldados comenzaron a golpearla en los hombros, en las piernas, en todo el cuerpo. -¡Déjenla en paz bastardos! Xena gritó tratando de liberarse de la red. Un soldado se acercó a Xena y la amenazó con su espada.

-Alto! No lo hagas. Le ordenó Callisto. Quiero que Xena vea esto, quiero que ella vea a la persona que mas ama en el mundo ser torturada, ¡así como yo tuve que ver a mi madre quemarse!

Los soldados continuaron golpeando a Gabrielle de manera salvaje. Después entre todos la levantaron y la amarraron a un poste rodeado de leños. Gabrielle ya estaba inconsciente.

Las lágrimas rodaron por las mejillas de Xena, al mismo tiempo que veía a su mejor amiga dirigirse hacia la muerte. -Por favor piedad.... ¡déjenla en paz!

-¡Es suficiente! Gritó Callisto... de acuerdo... Xena te voy a dejar aquí para que puedas mirar a tu pequeña preciosa Gabrielle irse de tu vida... y no habrá nada que puedas hacer para salvarla ahora!

Callisto caminó hacia Xena... ¡oh, pero no es así de simple, si te dejo aquí podrías escapar y salvarla... no puedo permitir que eso suceda... así que tengo una buena idea! Callisto golpeó a Xena y la dejó inconsciente. Luego ella y su ejército se marcharon.

Algunas horas después, Xena empezó a recobrar la conciencia. Su cabeza era un solo dolor. Lentamente se paró y miró alrededor. La vio! Allí tendida.

-¡Gabrielle! Xena gritó. A la vez que se dirigía hacia su amiga inmóvil. Su cuerpo se sacudía. Xena suavemente la tomó. Chequeó su pulso y su respiración. Ambos eran débiles. -Tranquila Gabrielle!...Xena le dijo.

Xena sabía que tenía que encontrar un refugio para Gabby. Miró que como a 20 pasos había una pequeña cueva. La cargó y se la llevó para allá.

Tendió a Gabrielle en el piso, sobre unas sábanas y la cubrió. La volvió a examinar, aún vivía. Tenía algunas costillas rotas y su brazo izquierdo estaba muy mal. Todo su cuerpo estaba tremendamente maltratado. Probablemente tendría una contusión muy grave debido al golpe que el soldado le propinó en la cabeza. Xena encendió una fogata para mantener caliente a Gabrielle. Mientras curaba las heridas de su amiga, la rondaron sus pensamientos.... escuchaba voces familiares... Duele, ¿no es cierto? ¡Perder a tu familia!

-No, prométemelo, que si algo me pasa algún día, no te volverás un monstruo, solo hay una forma de acabar con el círculo del odio y es a través del amor y del perdón....

-Gabrielle tenía muy mal semblante, Xena puso algunas vendas en su cabeza con cuidado para no ocasionarle dolor alguno. La respiración de Gabrielle empezó a detenerse, Xena había hecho todo lo que había podido para salvar a su amiga. Se sentó al lado de Gabrielle y tomó su mano. -Gabrielle, quiero contarte una historia, Sé que tu siempre eres la que las dices, pero esta vez déjame hacerlo a mi.

Esta es la historia de una guerrera quien viaja por el mundo tratando de redimirse de su pasado. Un día la guerrera viajó a una villa llamada Poteidaia. Otro guerrero llamado Draco estaba atacando la villa y sus hombres habían llevado a la gente a la colina. La princesa Guerrera rescató a la gente y pasó algún tiempo en esta villa mientras que una jovencita se hacia cargo de una herida que uno de los hombres de Draco le propinó. Esta jovencita tenía fuego en ella, el cual la guerrera no pudo ignorar. La jovencita la siguió por todas partes. Un día la guerrera se enfrentó a una multitud que la quería linchar pero ésta joven la salvó. Las dos se volvieron amigas y viajaron por el mundo. Las dos estuvieron en una guerra un día, la guerrera decidió detenerla. Encontraron un templo de sanación y ayudaron a todos los heridos. La jovencita se metío en medio de la guerra para encontrar el hijo de un hombre. Fue gravemente herida y el corazón de la guerrera sintió perderse. La joven sobrevivió y se puso mejor pero en este instante, no sabe si sobrevivirá, todo lo que puede pensar es en lo mucho que necesita a su amiga, en lo mucho que la ama, por que ésta jovencita le enseñó a la guerreraa de corazón frío a preocuparse por los demás, de la misma manera en que la jovencita se había preocupado por ella... y también le enseñó a amar. La guerrera aún está en deuda con ella y por siempre le estará agradecida.

Lágrimas rodaron de manera incontrolable por las mejillas de Xena, al mismo tiempo que acariciaba el pelo de Gabby. -Por favor... ¡no me dejes! ¡Este mundo te necesita!...¡Yo te necesito!... Por favor... ¡tu eres mi luz!... ¡mi razón de vivir!.... . Xena puso su cabeza sobre Gabrielle... -¡Todo es mi culpa! ¡Lo siento tanto!

En ese momento Gabrielle se quejó de dolor. Lentamente empezó a recuperar la consciencia.

¿Gabrielle?

¡Xena no podía creer lo que estaba sucediendo! Las personas no soportan una golpiza como la que le dieron a Gabrielle. -¿Gabrielle? ¿puedes escucharme? Es hora de levantarse!

Gabrielle lentamente abrió sus ojos, mostraba un estado de pánico terrible.

-Xena... ¿Donde estás?.... ¿Estás bien?

La bardo trató de sentarse, pero inmediatamente cayó. Le dolía demasiado la cabeza y le dolía al moverse.

-Ahora estoy bien, ¿cómo te sientes? Otra vez las lágrimas rodaron por las mejillas de Xena, lágrimas de emoción.

-Xena, ¿por que lloras? Voy a estar bien, estoy algo herida ahora, y estoy muy cansada... Gabby sonrió.

-No puedo creer que estés viva, pensé que te había perdido por siempre. Me alegra ver que no estás tan mal herida. Ten, bebe esto, después quiero que duermas un poco.

Xena ayudó a Gabrielle a beber. Después Gabby cerró sus ojos.

-¿Xena?

-Duérmete hazme el favor! Siempre me estás diciendo que estás cansada, pues bien, quédate quieta y duerme bueno?

-Está bien. Dijo Gabrielle.

La mañana siguiente, Gabrielle quiso ponerse de pie y moverse, pero Xena se opuso a dejarla hacerlo. Xena construyó una especie de camilla para poder mover a Gabrielle, quien se sentía bien para moverse. Xena cargó a Gabrielle hasta la camilla y ahí la tendió. Las dos empezaron a andar. Gabrielle en la camilla y Xena arrastrándola.

-¿Xena?

-¿Si?

-Mientras estaba inconsciente, tuve un terrible sueño.

-Sabia que me lo dirías. Xena se rió.

-Tienes razón, Me vi a mi misma tendida en la cama de sábanas, sostenías mis manos y me narrabas una historia... ¿puedes imaginarte eso? ¡Tu narrándome a mi una historia!... de todas maneras algo me decías de necesitarme... y también decías que yo era la razón de tu existencia.... la próxima cosa que supe fue que me desperté y que me estabas llamando. ¿Puedes creerlo? ¡Debieron golpearme demasiado fuerte!

-Si, no hay duda sobre ello, por que no tratas de dormir un poco... te despertaré en cuanto el almuerzo esté listo está bien?

-Está bien, pero... no estoy segura acerca de la combinación Xena - cocina, es algo como de miedo.... Gabrielle se rió.

-¡Oye! ¡Cuida tus palabras mi querida bardo, ahora soy yo quien debe alimentarte!

-¡oh si! ¡eso también me asusta!

-Si, si, si.... duérmete!

Xena arrastró la camilla con su preciado tesoro hacia Thessalia..... ¡Gracias mi amiga!


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