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Disclaimers: Xena: Princesa Guerrera, Gabrielle y todos sus personajes son absoluta propiedad de copyright de MCA/Universal y Renaissance Pictures. No se pretende infringir los derechos de autor en está historia; esta historia no puede ser vendida o usada en beneficio de ningún tipo, pues hay derechos de autor propios. Copias de esta historia pueden realizarse para uso privado, y deben incluir todos los DISCLAIMERS y copyright.

Advertencia de violencia: Además de unos cuantos golpes, patadas, costillas y huesos rotos, nada que no se haya visto en la TV.

Advertencia de amor: Esta historia describe un amor entre dos mujeres adultas que se aman hasta los huesos si no te gustan estas clases de historias, te ruego que busques algo mas entretenido vida.

Dedico esta historia a Cyane, la reina de las Amazonas del norte, cuyas palabras de apoyo, me han servido de inspiración para continuar esta labor hermosa y difícil, de contar historias.

Cualquier comentario será bien recibido en: ffmorgan@latinmail.com o ffmorgan1@hotmail.com


IMPIDIENDO UNA BODA

Autora: FFMorgan

Era un bello atardecer, el sol besaba suavemente el agua quieta de la verde laguna, mientras sus rayos comenzaban a ocultarse tras el horizonte, unos hermosos ojos verde esmeralda miraban embelesados el maravillosos ocaso, parecía querer absorber cada momento y guardarlo en su retina para luego poder transformarlo en palabras escritas en sus pergaminos, una leve sonrisa instalada en su cara, hacían de ella una parte perfecta del paisaje, como si hubiese estado allí por siempre, un suspiro enorme inundo su pecho


“Hummmmmm...”, estiro el cuerpo cerrando los ojos, se levanto de la roca donde había estado sentada largo rato, camino en dirección a la fogata que ardía en medio del campamento que habían levantado unas horas atrás “Esto es realmente bello... ¿No crees?” hablo dirigiendo su voz a una morena mujer que afilaba con toda placitud su espada, una y otra vez como si se tratase de un ritual, unos penetrantes ojos azules color cielo se posaron en la menuda rubiecita que se acercaba, la morena enmarco una amplia y vivaz sonrisa


“Si... es hermoso” continuo afilando su espada sin dejar de sonreír “Así eres Gabrielle” se dijo “Disfrutas de todo lo que ves, encuentras belleza en cada cosa, en cada lugar, en cada persona...” volvió a mirar a la joven que ahora se afanaba en preparar la cena, dejo de lado la espada, puso la barbilla entre sus manos y apoyo los codos en las rodillas flexionadas, le gustaba ver a la mujercita menuda cuando trabajaba en algo “Si supieras que día a día intento un poquito ser como tu Gabrielle... que esta fuerte, vieja y torpe guerrera, envidia tu juventud, tu candor, todo ese amor que entregas a destajo, que brota de ti sin proponértelo, que no daría yo por ser capaz de expresar con esa fluidez que tu lo haces...” sus pensamientos fueron interrumpidos por la dulce voz de la bardo
“Xena... está lista la cena” miró a la guerrera intrigada “¿En que piensas Xena?” la alta mujer se levanto sonriendo mientras se acercaba a Gabrielle, recibiendo el cuenco con la comida y sentándose a su lado


“Humm... está delicioso” exclamó echándose otra cucharada a la boca “Cada día sabe mejor tu guiso de liebre...” la rubia sonrió ruborizada “Te estás convirtiendo en toda una experta cocinera ¿lo sabías?”
“No...” balbuceo
“Pues así es, esto está de chuparse los dedos”
“Seguro que has comido cosas mejores que esta Xena...”
“Juro... ante la tumba de mi hermano Lyceus, que jamás había probado un bocado mas delicioso que este” habló poniéndose una mano sobre el corazón, Gabrielle rió de buena gana
“Mentirosa... no me dijiste en que pensabas...” la guerrera suspiró hondo dejando a un lado el cuenco vacío “Hey... parece que si tenías hambre” dijo la rubia con un mohín en la cara, la morena fijo sus ojos en ella
“¿Cómo puedes ser tan hermosa Gabrielle...?”
“¡Qué!” dijo esta dando un respingo, nunca había esperado algo así de esa dura e impenetrable mujer, Xena sonrió al ver la reacción de Gabrielle “Que... que quieres decir con eso Xena...?”


“Eso, exactamente eso... ¿Te has dado cuenta alguna vez de la luz que irradian tus ojos cuando sonríes, de que tu sola presencia puede iluminar el lugar mas lúgubre y oscuro... que el calor de tu bondad y amor son capaces de derribar las barreras mas imponentes e infranqueables que existan... lo hicieron conmigo... derribaste todas mis barreras Gabrielle” la joven bardo escuchaba atónita y embelesada las palabras que escapaban de la boca de su mejor amiga “Antes de que llegaras a mi vida no sabía lo que era sonreír desde el fondo de mi alma, tu me enseñaste eso...me enseñaste a disfrutar de las pequeñas cosas d la vida, cosas que antes no era capaz de ver, no me importaba ver, me parecían tontas e insulsas, contigo aprendí que son importantes...” las lágrimas resbalaban por el rostro de ambas mujeres “Antes de ti... ayudar a alguien era para mi una obligación para redimirme de todo el mal que había hecho, contigo aprendí a ayudar a las personas sin esperar nada a cambio, no por mi redención, no por conseguir el perdón, solo porque así debe ser, porque la verdadera felicidad consiste en hacer feliz a los demás sin esperar sacar provecho de ello, hacerlo solo porque lo sientes...no imaginas todo lo que he aprendido a tu lado... mi pequeña bardo, se que contigo puedo reír y llorar, no siento vergüenza de hacerlo... puedo mostrarme tal y como soy porque tu me aceptas con todo lo que tengo, lo bueno, y sobre todo... lo malo, ese lado oscuro que tantas veces me domina, me transforma en un ser hosco, huraño, déspota, te he herido tanto sin querer... pero tu siempre te quedaste a mi lado, jamás protestas por nada de mi oscuro ser, te ignoro, te dejo atrás infinidad de veces, te aparto de mi vida, te dejo al margen de mis planes... te he menospreciado tantas veces...”
“Xena...” trató de interrumpir la bardo
“Shiiittt...” exclamo la guerrera poniendo un dedo sobre los labios de la pequeña “... lo he hecho, cuando te trato como a una niña... lo hago a menudo, pero no es porque no me importes Gabrielle... me importas mas que nadie en el mundo, ¿Lo sabes verdad?” Gabrielle asintió con la cabeza “... solo trato de protegerte, no me perdonaría jamás si algo malo te sucediera por mi causa, por eso trato de mantenerte el margen de todo lo malo que siempre rodea mi vida... en ocasiones me da pánico que mi forma de ser te canse y te alejes de mi para siempre... no se que haría si tu no estuvieses a mi lado... de verdad que pasaría si te fueras de mi lado...” cobijo su cabeza entre las manos y comenzó a llorar angustiada, Gabrielle se levantó de un salto abrazándola fuertemente y acunándola en su pecho, meciéndola como si fuera una niña pequeña e indefensa que necesitaba todo el amor y el calor que ella pudiese darle, acariciaba suavemente el largo y sedoso cabello de la derrotada ex destructora de naciones


“Xena... oh Xena... jamás, ¿me oyes?... jamás te dejaré, ni siquiera si me echas de tu lado, te seguiré siempre porque eres mi vida guerrera... eres mi mundo, a tu lado me siento a salvo, segura, protegida, amada... he aprendido a conocerte... y si de algo estoy segura en esta vida, es que tu jamás me harás daño real... a veces las personas lastimamos sin querer a quienes mas queremos, somos así... yo también te he lastimado a ti... nunca he deseado hacerlo, pero lo he hecho... tranquila Xena... tranquila mi princesa guerrera... nunca te abandonaré, seremos un par de viejecitas decrépitas y aun así seguiré a tu lado... contándote mis historias una y otra vez...” la guerrera sonrió francamente sin separarse de su bardo
“¿Quieres decir que deberé oírte hablar durante... tantos años Gabrielle...?”
“¡Oyeee!...” exclamó frunciendo el ceño intentando parecer molesta “Mira que me quedo en silencio y no te hablo ni una sola palabra mas... ¿oíste?” beso la cabellera morena con infinita ternura
“Promesas... promesas... “ rió Xena mirando a su joven amiga “... Gracias...” susurró con una mueca de agradecimiento en la cara
“Para eso son las amigas... guerrera tonta, no tienes que agradecérmelo... además...”
“¿Qué...?” pregunto Xena
“Soy yo quien debe darte las gracias a ti...”
“¿Por qué...?”
“Nunca me habías hablado así... bueno, nunca hablas mucho que digamos... dijiste cosas tan hermosas de mi... creo que exageraste bastante pero, es dulce oír a la princesa guerrera hablar de ese modo... gracias por confiar en mi, por desnudar tu alma ante mi, se que te he defraudado en algunas ocasiones, pero intentaré no hacerlo nuevamente...”
“Tu nunca me defraudas Gabrielle...”
“Prométeme algo guerrera...”
“Lo que quieras”
“¿Lo que quiera...?” dijo con una sonrisa maliciosa
“Gabrielleeee” vociferó la guerrera ruborizándose, la bardo rió estrepitosamente
“Ja, ja, ja, bueno... promete que no tardarás tantos años en volver a hablarme de ese modo... me gusta que me hables de las cosas que sientes... de ese modo creo que te conozco mas y te siento mas cerca de mi” termino de hablar poniendo cara de niña triste y haciendo un puchero con su boca, ahora fue Xena la que rió de buenas ganas
“Lo prometo pequeña...... ja, ja.ja... lo prometo”. De pronto la guerrera se levantó de un salto, haciéndole un gesto a su amiga para que guardara silencio, su cuerpo se tenso en estado de alerta escuchando cada sonido, el silencio fue interrumpido por un conocido quejido proveniente de unos arbustos a la izquierda del campamento
“¡Ayyyy!” Xena sonrió y volvió a sentarse relajando su cuerpo
“Solo es Joxer Gaby, nada de que preocuparse... aún...” La figura maltrecha de Joxer apareció ante ellas intentando sonreír mientras se quitaba unas ramas enredadas en su gorra
“Hola chicas... ¿qué tal?... je, je je”
“Hola Joxer” saludo la bardo abrazándolo
“Hola...” murmuro Xena a regañadientes “... ¿qué te trae por aquí...?”
“Este... yo... este...”
“Habla de una buena vez...” grito Xena molesta
“Bueno... Hercules se va a casar dentro de cuatro días...”
“¡Queee!” grito Xena poniéndose de pie de un solo salto con el rostro lleno de asombro “Hercules se va a casar.... no puedo creerlo...” Gabrielle la fulmino con la mirada, el asombro en la voz de Xena, fue percibido como molestia en los oídos de Gabrielle, la ira dominó a la mujer mas pequeña, sintió deseos de golpear a Xena con todas sus fuerzas, después de todo lo que le había dicho, ahora se molestaba por el casamiento del semidiós
“No es una noticia para molestarse...” refunfuño “¿Acaso te molesta que Hercules se case Xena? La guerrea la miró entre asombrada y divertida, su bardo estaba mostrando celos
“No...” pensó
“... ¿o esperas que se pase la vida enamorado de ti...? continuo con un tono sarcástico, Xena trato de evitar la sonrisa que asomo a su rostro, le parecía adorable la escena de celos de la rubia, se veía tan linda con el ceño fruncido y las manos en jarra a la cintura, sintió deseos de abrazarla, pero por supuesto los reprimió
“No es eso Gabrielle...”
“Entonces.... ¿por qué te molesta que Hercules se case” exigió firme
“No me molesta... solo... Oh Gabrielle no deseo discutir contigo” mirando a Joxer pregunto “Traes una invitación para la boda?”
“No...” me enteré en una aldea cercana, es mas...” dijo al sentarse y servirse un poco de comida que había quedado en la sartén “ Humm, esto esta muy bueno...” tragando con avidez
“Habla de una vez Joxer” gruño Xena
“... Si Joxer... habla... la princesa está impaciente por saber de su... querido amigo”
“Gabrielle... ¿desde cuando te has vuelto tan cínica” pregunto el joven con la boca llena, Xena no pudo evitar sonreír, la bardo se sentó molesta, no sin antes haber golpeado a Joxer en la cabeza
“Ayyyy... ¿por qué hiciste eso...?
“Vamos...” dijo Xena “Continua”
“Dicen que no ha invitado a nadie a su boda, ni siquiera a Iolaus, parece que ha cambiado mucho...”
“¿Cómo así?” quiso saber Xena
“Ya no ayuda a la gente... se la pasa con su futura esposa noche y día... dicen por ahí que lo tiene hechizado, que perdió la voluntad... y cosas como esas”
“No será solo que está enamorado de ella...” protestó la bardo “Así es el amor saben... cuando una está con la persona que ama se olvida del mundo, eres solo tu y ella...” hablaba con los ojos cerrados mirando al cielo, acompañando sus palabras con movimientos de manos “Nada mas existe... nada mas importa... si te toca tu cuerpo tiembla, si esta cerca de ti y te mira...” abrió los ojos y notó que Joxer y Xena la miraban fijamente, sonrió nerviosa, buscando en el suelo algo que se le había perdido “... supongo que eso es lo que debe pasar ¿no?”
“Tu deberías saberlo...” dijo el joven con voz melancólica “estuviste enamorada de tu esposo....”
“Oh... no hablaba de el” se interrumpió de golpe dándose cuenta de lo que había dicho
“¿No hablabas de el...?” preguntó Xena intrigada “¿de quién entonces...?”
“Piensa Gabrielle, piensa...” se decía mientras intentaba salir del aprieto “Del amor en general, eso es lo que dicen que sucede cuando te enamoras” tartamudeo incomoda
“¿Y no estabas enamorada de Perdicas” quiso saber la guerrera ansiosa, la joven la observo angustiada
“No... no estaba enamorada de el...” susurro apenas
“¿Entonces... porque te casaste con...”
“Basta Joxer” corto Xena “Gabrielle no desea hablar de eso ¿verdad?” la rubia sintió agradeciéndole a Xena con la mirada, no deseaba seguir hablando de eso, no quería que Xena viera mas allá, lo que realmente había en su corazón, menos aun estando Joxer, sabia lo que el joven sentía por ella y no deseaba lastimar sus sentimientos, la guerrera le sonrió dulcemente, abrazándola le murmuro “No pasa nada cariño..., no pasa nada” se separo de la joven y comenzó a arreglar los petates “es hora de dormir, mañana debemos partir muy temprano así es que a descansar”
“¿Dónde iremos?” pregunto entusiasmado el joven
“Iremos a una boda, donde no hemos sido invitados” sonrió la guerrera “Ven Gabrielle, acuéstate a mi lado...” la joven corrió feliz y se echo al lado de su guerreara, un musculoso brazo le rodeo los hombros y se acurruco en el cuerpo de Xena “Gabrielle...”
“Humm”
“No me molesta que Hercules se case... solo me preocupa, es mi mejor amigo... quiero que sea feliz... me sorprendió, es todo... también me inquieta el que no nos haya invitado a su boda... ¿entiendes verdad?” por toda respuesta la bardo se apego aun mas al cuerpo de Xena, abrazándola con fuerza, la guerrera tomo esto como un si y beso la cabellera rubia con delicadeza. “ Habrá notado que le dije cariño” se pregunto “ No pude evitarlo, se veía tan triste, tan desvalida... se me escapo del alma... si no estuvo enamorada de Perdicas... de quien habla con tanto sentimiento... será... las ganas que tienes guerrera vieja, mira si una chiquilla hermosa como Gaby se va a fijar en una bruta como tu... ya duérmete y deja de soñar despierta” cerró los ojos y se abandono al sueño
“Que bien se siente estar aquí” pensaba Gaby “... me dijo cariño... Xena... casi me desmayo al oírte decirlo... cariño... cariño, que dulce suena en tus labios esa palabra...” el sueño la venció sin darse cuenta.


Llegaron a un pequeño poblado cerca de Esparta al medio día, el mercado estaba atestado de gente que iba y venía, se notaba en el ambiente los preparativos para una gran celebración, solo que al parecer la gente no estaba muy feliz por esto, trabajaban mas por obligación que por placer, sus caras se estaban tristes y mas aun, la mayoría se mostraba temerosa de algo, miradas furtivas por aquí y por allá, cuchicheos, gestos de descontento siempre que aparecía algún guardia del palacio.
“Que sucede?” pregunto la bardo a un comerciante, el hombre las examino unos segundos, dudando si debía hablar con ellas o no
“Porque tienes miedo de hablarnos?” interrogo Xena
“No las conozco”
“Soy Xena... y ella es mi amiga Gabrielle...”
“Xena” exclamo asombrado “La gran guerrera...” La morena asintió con la cabeza en gesto de afirmación y de saludo, los músculos del cuerpo del extraño se relajaron “... Lo siento, uno no sabe con que se va a encontrar en estos lugares, no podemos confiar en nadie, nos vigilan muy de cerca...” esto último lo soltó en un susurro
“¿Quién los vigila?” quiso saber la guerrera
“Los guardias de palacio... ”
“Que sucede...?” volvió a preguntar Gaby
“Se casa Hercules con la princesa Taryana... ¿es que no lo saben?, será la boda mas grande de la historia, hasta se contarán historias sobre ella, ... se han gastado miles de dinares en los preparativos... miles de nuestros dinares, ella...” agrego muy inquieto mirando de un lado a otro “no quiere reparar en gastos, desea tener la boda mas lujosa... hasta esclavos han mandado traer de tierras lejanas para que la atiendan...”
“¿Esclavos...?” gruño Xena “Hercules con... esclavos?” el hombre bajó la cabeza temeroso
“El... ha cambiado... ya no es el héroe que todos conocimos, ahora no le importa nada que no sea ella, todos tenemos miedo de el, es... un ser malvado y cruel...”
“No debe ser el mismo Hercules que nosotras conocemos” dijo Gabrielle preocupada
“El semidiós con una fuerza sobrehumana?” interrogó el comerciante
“Aja” contestaron las dos al unísono
“Pues si hablamos del mismo hombre entonces...” respondió afligido
“Solo que esa maldita lo ha cambiado...” dijo una voz conocida
“Guarde silencio” suplico el comerciante aterrado “ Si lo escuchan nos matarán a todos” escapo presuroso del lugar
“Iolaus” grito la bardo abrazándolo efusivamente “que gusto volver a verte” Xena dibujo una mueca de desagrado al ver a su bardo desparramar amor con tanto énfasis
“Xena... Joxer... Gabrielle... me da gusto verlos amigos míos” en su voz se percibía una mezcla de rabia y de tristeza, la guerrera lo examino un instante, mientras apartaba suavemente a la bardo de su lado atrayéndola hacia ella, la joven noto el gesto de la guerrera, sonrío para sus adentros y se abrazo al firme brazo de Xena, la morena le dedico una irresistible sonrisa, que la bardo recibió maravillada “Vamos a la taberna...” invito Iolaus “Allí les contaré que demonios pasa en esta aldea”
Los cuatro estaban sentados a una mesa en la taberna, el barullo era intenso, solo se escuchaba hablar del matrimonio del héroe
“Taryana... esa maldita” hizo un gesto de desagrado “No es ninguna princesa como dicen por ahí, no se bien quien es..., solo se que esta usando a Hercules, algo le hizo, porque el ya no razona... parece no importarle nada, se cree un rey, se viste como tal, dedica su vida a esa mujer, pasa de fiesta en fiesta, obliga a los aldeanos a pagar grandes tributos para poder mantener el lujo en el que están sumidos, como supondrán nadie es capaz de negarse a pagar, le temen demasiado a nuestro amigo para eso, además aquellos que se han negado a hacerlo... terminan azotados en la plaza del pueblo, ... incluso varios han sido asesinados por los guardias del palacio, algunos han escapado a otras aldeas, pero son los menos los que han tenido esa suerte, están aterrorizados... he averiguado algunas cosas, parece ser que Taryana es la protegida de Hera, ustedes saben que la diosa odia a Hercules con toda su alma, siempre ha querido deshacerse de el, solo Zeus ha impedido que lo mate de una buena vez, pero por lo visto ahora ella encontró la mejor forma de anular a Hercules... nuestro amigo hace solo lo que esa mujer le dice que haga...” se agarro la cabeza entre sus manos con desesperación “... encontró la mejor forma de derrotarlo... la mejor...” sollozó por lo bajo


“¿Qué podemos hacer...?” pregunto Gaby apretando con fuerza el brazo de su angustiado amigo
“Cerca de aquí hay un hombre... es un oráculo... quizá el sepa que sucede aquí y como poder ayudar a nuestro amigo... está claro que a el le pasa algo, no es el mismo... todo indica que Taryana es la responsable de su cambio tan abrupto... voy a verlo, ustedes quédense aquí esperándome... y por favor... no se metan en problemas, regreso antes del anochecer” se dirigió a la salida presurosa, Gabrielle la siguió “Gabrielle...... tu también debes quedarte aquí” pidió tierna la morena


“Xena... “ con ojos suplicantes “recuerda lo que hablamos antes...”
“Lo se pequeña... no estoy dejándote atrás, lo prometo, pero tardaré menos si voy sola, solo son un par de horas... ni siquiera notarás que me fui” sonrió gentil
“Si lo notaré Xena...” rezongo agachando la cabeza “te echaré de menos...”
“Lo se... cariño yo también te extrañare, pero volveré pronto” beso su mejilla y partió veloz en Argo, la bardo quedo pasmada, con la boca entre abierta y los colores subidos al rostro
“Otra vez me dijo cariño... ¿estará enferma mi guerrera?” suspiro profundo “si así es... espero que jamás se le pase esa enfermedad” penso entrando nuevamente en la taberna


El anochecer llego pronto, Xena aún no aparecía, alquilaron dos habitaciones, Gabrielle se las arreglo para que su cuarto solo tuviese una cama, quería volver a dormir abrazada a Xena como la noche anterior, acurrucada en los poderosos brazos de su amada amiga, se recostó en la cama a esperarla y ni supo como se quedo profundamente dormida. La guerrera entro despacio en el oscuro cuarto, avanzaba como si sus ojos fuesen capaces de ver en la oscuridad, se acerco a la cama donde se encontraba la joven poeta, se sentó a su lado sin hacer ningún ruido, aparto amorosamente un mechón de pelo de la frente de la bella durmiente, dejó deslizar su mano por la suave mejilla
“Gabrielle... Gabrielle” susurro, la joven abrió lentamente los ojos
“Xena...” dijo adormilada “Volviste... me...” se incorporó sentándose en la cama “Me dormí...quería esperarte... pero no me di cuenta como me quedé dormida...” se disculpó
“Está bien pequeña, no tiene importancia”
“¿Cómo te fue Xena?” su voz sonaba ansiosa, la guerrera frunció el ceño levantando una de sus cejas
“Debo llevarle al oráculo alguna prenda de Taryana, de esa forma el podrá saber quien es realmente y si existe alguna forma de poder combatir lo que sea que le haya hecho a Hercules... por lo tanto mañana... querida mía, tu y yo, nos presentaremos ante nuestro viejo amigo para felicitarlo por su inminente matrimonio... una vez allí, veremos como obtener algo de esa mujer... “ miró a la joven a los ojos severamente “Gabrielle... no debemos despertar sospechas en Hercules, haga lo que haga, se comporte como se comporte, no importa, no deberemos parecer sorprendidas por nada... por nada... ¿De acuerdo...?”


“De acuerdo Xena... lo que tu digas... deberemos seguir su juego ¿no?”
“Así es... deberemos seguir su juego, recuerda que no es el mismo que conocimos antes, si se da cuenta que algo anda mal, nos mandará a pasear y tu sabes que Hercules puede hacerlo si lo desea” ambas sonrieron y se dispusieron a dormir.
La mañana llegó pronta, mientras desayunaban, Xena le explicó a los dos hombres su plan, Iolaus no pareció muy a gusto, terminó aceptando de mala gana, ellos esperarían noticias de las dos mujeres desde el palacio.
Entraron al gran salón donde se recibía a los invitados, el lujo de aquel lugar contrastaba enormemente con la pobreza de la aldea, a la bardo se le partió el corazón
“Tantos dinares tirados aquí Xena, mientras los aldeanos se mueren de hambre... todo para satisfacer los caprichos de una mujer ambiciosa... no es justo, esto no es justo...” protesto amargada
“Gabrielle...” enfatizó Xena “Recuerda lo que hablamos anoche...”


“Lo siento Xena... tratare de no ponerme sentimental nuevamente” dijo resoplando con furia e intentando adoptar una actitud indiferente aunque le costaba un mundo, su corazón generalmente la solía traicionar, pero le había prometido a Xena que haría las cosas bien esta vez y no quería defraudar a su amiga del alma. Una mujer menuda, embutida por completo en un traje negro que solo dejaba ver sus ojos, se presentó ante ellas, haciendo una gran reverencia, las invitó a seguirla, la bardo tuvo que reprimir el impulso de decirle que no hiciera eso, le molestaba ese trato, incluso cuando lo hacían sus súbditas en la aldea amazona, se sentía incomoda, entraron a una gran habitación, iluminada con cientos de velas en candelabros de diferentes formas y colores, una gigantesca lampara colgante hecha de gemas brillantes, que al reflejar la luz de las velas semejaba un prisma inundando el cuarto con los colores del arco iris, grandes y mullidos sillones de cuero que invitaban a sentarse, las paredes cubiertas por tapetes de terciopelo donde podían verse innumerables batallas del pasado recreadas en ellos por los mejores artesanos de la zona, a pesar del lujo el lugar era hermoso Gabrielle no pudo dejar de notarlo muy a su pesar, una gigantesca puerta de la madera mas exquisita que habían visto se abrió de golpe, dando paso a la imponente figura del semidiós


“Hercules...” exclamaron juntas, el musculoso hombre las miro detenidamente, una sonrisa asomo a su cara, poco a poco se fue agrandando hasta llegar a ser franca y abierta, vestía un traje de terciopelo negro ajustado a su cuerpo, dejando ver todos sus atributos, que eran muchos, una gran capa del mismo material arrastraba por el suelo a su paso, su cabeza adornada con una corona de oro macizo, ostentaba en sus muñecas unos brillantes brazaletes de oro y piedras preciosas, un cinturón haciendo juego con ellos adornaba el pantalón, Gabrielle no pudo reprimir una sonrisita, acercándose a la guerrera le susurro divertida


“Parece una bailarina en ese traje Xena...” la guerrera hubo de disimular la tentación de reírse a gritos
“Xena... Gabrielle... que las trae por acá” saludo acercándose a las dos mujeres, tomó las manos de la rubia y besó su mejilla, luego se volvió a la guerrera, que aun se esforzaba por no reír “Xena... tan hermosa como siempre” sin previo aviso tomó a la guerrera entre sus brazos fuertes, dándole un beso que dejo sin aliento a una iracunda bardo, parecía que la menuda mujer iba a explotar de un momento a otro, sus ojos semejaban dagas afiladas, apretaba los dientes con furia, Xena se apartó de Hercules mirando consternada a Gabrielle, tragando saliva intento sonreír sin ningún resultado, la joven continuaba con mirada asesina, a pesar de la incomoda situación, Xena se sintió muy complacida por la escena, ver a su Gaby a punto de arremeter contra el hombre mas fuerte del mundo, solo por ella, le inflaba el ego dándole esperanzas, se acercó a ella y abrazándola le susurro despacio al oído


“Tranquila... ¿recuerdas...?”
“¡SI!... recuerdo Xena” respondió cínicamente “Pero si vuelve a tocarte... lo mato” aseguró con una sonrisa fingida acercándose al hombretón
“Vamos chicas... vengan conmigo, les presentaré a mi futura esposa” dijo embelesado “... es...” suspiró “Mejor será que ustedes mismas la juzguen... tu eres buena en eso de catar mujeres ¿verdad Xena?” bromeo guiñándole un ojo a una helada guerrera que por su aspecto parecía pedir ‘trágame tierra’, Gabrielle examino a su amiga con intensa curiosidad, un cosquilleo en su estómago la hizo estremecer
“Xena... experta en catar mujeres...” penso “¿Qué quiso decir Hercules con eso Xena?” pregunto a la morena, la ruda mujer volvió a tragar saliva con dificultad “Acaso tu... has... has estado con... mujeres?” la guerrera frunció el ceño incómoda “¿Con quien...?, ¿Cuándo...?”
“Hufff...” bufo Xena resignada “Si, he estado con mujeres Gabrielle... si, del modo en que estas preguntándote... he tenido amantes mujeres..., muchas veces... no, nunca he estado enamorada de ninguna de ellas... ni de ellos tampoco... ¿Algo más?” terminó molesta, la bardo negó con la cabeza, aun perpleja por la confesión de su guerrera, si así era, eso le daba grandes esperanzas, una gran sonrisa e instaló en su cara
“¿Ahora de que te ríes?” protesto Xena


“...¿Reírme yo?,... Humm, no me estoy riendo guerrera” exclamo guiñándole un ojo pícaramente, la guerrera se ruborizó y bajó la cabeza mientras seguían a Hercules
“¡Querida mía!” suspiró el hombretón arrodillándose ante una deslumbrante mujer
“Es casi tan alta como Xena...” penso Gaby “Su pelo negro, sus ojos azules... Dioses es igual a Xena” dejó escapar un grito de asombro “Xena...” le susurro a la guerrera desconcertada “es igual a ti...”
“¿De que Tártaros hablas Gabrielle” pregunto intrigada la guerrera “ Es que no tienes ojos acaso... es ... igual a ti” la bardo penso que su guerrera se había vuelto loca, si ella veía a Xena y Xena la veía a ella ¿A quien vería Hercules?
“No te parece familiar Xena...?” pregunto el hombre
“Ohoo siii... muy familiar...”


“Es igual a i difunta esposa...” Hercules abrazó y besó a la mujer, a Xena se le revolvió el estómago al ver a su mejor amigo, besando a su bardo, y lo que era aún peor, su bardo parecía responder de muy buenas ganas a ese beso apasionado, Gaby notó la mirada de la guerrera y se le acercó divertida, con una sonrisa tranquilizadora
“Esa no soy yo Xena...” dio unas palmaditas al hombro de la guerrera con ternura “Además yo jamás besaría a Hercules... “ haciendo un gesto de asco “Y menos de esa forma... Aj... pero no estoy tan segura de ti... guerrera” dijo intentando parecer molesta sin conseguirlo
“Xena... Gabrielle... bienvenidas a nuestro humilde hogar” saludo Taryana
“Vamos, vamos que si a esto llaman humildad...” penso la bardo “¿qué será para ella la riqueza...?”
“Espero se queden a nuestra boda, a mi futuro esposo le haría muy feliz contar con su presencia” acarició la mejilla del hombre que la miraba embelesado “No son muchos los amigos de Hercules que están apoyándolo en su matrimonio, no quieren verlo feliz, sobre todo ese impertinente enano rubio... que se atrevió a llenarle la cabeza en mi contra ¿verdad mi amor?” Hercules asintió abatido “Por eso nos alegramos de tenerlas aquí así mi amado no se siente tan solo... Hercules, ve y enséñales sus habitaciones, se un buen chico ¿si?”
“Lo que tu digas amor...” respondió con una sonrisa estúpida que no se borraba de su cara, Gabrielle miró a Xena que parecía estar en el mismo estado de idiotez que Hercules. Taryana, para ella Xena la examinó con ojos interrogantes
“¿Sucede algo Gabrielle...?” susurró atractivamente, acercándose a la joven de un modo sensual, la rubia sintió que la sangre comenzaba a hervirle, sabía que no era su guerrera, pero el parecido era increíble, le costaba poder diferenciarlas, le costaba pensar con claridad, y esa voz seductora que acariciaba sus oídos como una dulce melodía que la embriagaba, que entraba en sus sentidos aturdiéndola, la cabeza le daba vueltas, cerró los ojos dejándose llevar por esa voz, de pronto la imagen de la cara de Xena con una sonrisa estúpida estampada en ella se le cruzó por la mente, sacudió la cabeza de golpe, debía pensar con claridad, sacar esos pensamientos de su mente
“No... no sucede nada...” pudo articular indecisamente “Nada... ¿Vamos...?” dijo sacudiendo a la guerrera para sacarla del trance, la morena volvió en si extrañada. Se dirigieron a los cuartos de huéspedes, Hercules no cesaba de hablar de lo maravillosa que era Taryana, según el hombre no podría existir una mujer mas perfecta que ella en todo el mundo, parecía no tener ni un solo defecto


“Bueno... ¿supongo que querrán un solo cuarto?” dijo con malicia, codeando en son de broma a Xena, que intentaba disimular el rubor que subía a sus mejillas “Querrán estar a solas un rato ¿no?... aquí tienen, este es el mejor de todos los cuartos, adelante... siéntanse como en su casa, les avisarán cuando este lista la cena, pueden darse un baño... les prometo que nadie las molestará durante un largo rato...” guiñándoles un ojo al salir de la habitación, ambas mujeres se miraron incómodas
“Xena...” interrumpió el silencio la bardo sentándose en la cama “Hercules cree que tu... y yo... bueno, tu sabes, que tu... y yo...”
“Así es, eso cree Gabrielle...” la bardo sonrió abiertamente “¿Qué es tan gracioso?” recrimino Xena
“Nada... solo que... no me imagino a la ex destructora de naciones enamorada de alguien... o haciendo el amor con alguien, me resulta extraño imaginármelo, solo es eso...”


“Pues he hecho el amor con mas de alguien querida...” recalco las palabras molesta “ y si estoy enamorada...” cerró los ojos con un gesto desesperado al darse cuenta lo que había dicho sin pensar, hablo para sus adentros ”Cuando quieras cagarla me avisas guerrera, así desaparezco del mapa, ¡Idiota!, ¡Idiota!...” los ojos de Gaby casi estaban fuera de su órbita, la boca abierta sin poder respirar, miraba extasiada esos ojos azules que la volvían loca, su guerrera había confesado estar enamorada, ahora la pregunta era ¿de quien?, noto la incomodidad de Xena tras haber hablado demás, opto por no preguntar nada por ahora, ya llegaría el momento de hacerlo y no la perdonaría nuevamente, Xena jugaba incómoda con sus dedos, buscando en ellos algo que supuestamente debía estar muy escondido, la bardo rompió el silencio


“Xena... algo extraño está sucediendo aquí”
“Así es...” respondió la guerrera relajando su tenso cuerpo, agradeciendo con su mirada el hermoso gesto de su amiga del alma, amaba la sutileza de Gabrielle, podría haberla bombardeado a preguntas, generalmente lo hacia, pero su bardo sabia que no era el momento adecuado para ello, sonrío levemente, sabía que en alguna oportunidad su querida amiga volvería al ataque, pero por ahora podría respirar tranquila “... algo extraño sucede, esa mujer... no es quien dice ser”
“No lo entiendo Xena... tu dijiste que se parece a mi... eso es lo que viste, pero yo vi... que se parece a ti... y Hercules dice que se parece a su difunta esposa... además... ustedes dos la miraban con ojos de cordero degollado...” la guerrera soltó una sonora risotada echando todo el peso del cuerpo hacia atrás y tomándose el estómago con ambas manos
“Ja ja ja... ¿de donde sacas esa cosas mujer?... ja ja ja”
“Pero es cierto... yo los vi, ambos la miraban como hipnotizados... reconozco que su voz cuando me habló, fue como un bálsamo que lleno todos mis sentidos y estuve a punto de dejarme envolver por ella... pero logre despejar mi mente”
“¿Cómo lo lograste”


“Pense en ti y la cara de idiota que tenias, eso hizo que mi mente se despejara sin problemas...” rió bajito
“Había algo en ella que no me permitía pensar con claridad, era como si estuviese dentro de mi mente, como si fuese capaz de satisfacer todos mis deseos internos, trataba de luchar contra esa sensación y no lograba despejarme, era como si hubiese un lazo invisible entre ella y yo, algo que no comprendo, algo muy fuerte, no se que... no lo se Gaby, no se quien es... o que es...?”
“Pues deberás preguntarle al oráculo”
“Para eso debo conseguir alguna prenda que le pertenezca a Taryana...”
“Por eso no te preocupes” habló orgullosa la bardo “Yo ya tengo algo de ella...”
“Pero... ¿cómo?”
“He aprendido de Autolycus... sirve de mucho tener como amigo al rey de los ladrones...” exhibió una orgullosa sonrisa triunfal entregando a la asombrada guerrera un pañuelo de seda blanco con pequeños dibujos bordados en el “No preguntes... un buen ladrón no cuenta los secretos del oficio...” rió divertida, levantándose airosa mientras se dirigía al baño meneando sus caderas sugerentemente, antes de entrar se volvió hacia la guerrera que sonreía asombrada aún, tirándole un beso atravesó la puerta mientras gritaba “No eres la única que tiene muchas cualidades... querida mía... no eres la única” juntó la puerta con una risita burlona, Xena se echo en la cama moviendo la cabeza de un lado a otro
“Te estás volviendo muy hábil... pequeña... ¿qué voy a hacer contigo?” le gritó
“Se me ocurren muchas cosas.... “ se oyó su voz del baño con una sonrisa ahogada
“Gabrielleeee...”
“Solo bromeaba... solo bromeaba....”.

La cena fue un suplicio para la menuda mujer, entre tener que luchar contra la seducción de Taryana y soportar ver la cara de tonta de la guerrera, sus nervios estaban a punto de estallar, decidió que retirarse a dormir pronto era la mejor opción de ese momento “Si sigo así terminare o cediendo ante Taryana... o golpeando a Xena”, miró a la guerrera que parecía hipnotizada y prefirió no decirle que la acompañara, lo mas probable era que ni siquiera la escuchase, ni hablar de Hercules, estaba peor que Xena “Yo me voy a dormir...” se excuso amablemente “Tengo mucho sueño... y el cansancio de mi cuerpo reclama con urgencia una cama” levantándose calmadamente para no despertar sospechas “Buenas noches...” Taryana la observo un momento, luego le respondió con voz melodiosa
“Buenas noches Gaby... que duermas bien”
“Gracias...” devolvió el saludo atragantada “Tu también”
“Claro que lo haré... pequeña”
“Je...” sonrió tontamente, saliendo presurosa del salón, subió a su cuarto y se recostó en la cama cansada, Xena entro tras ella y se recostó a su lado
“Hola...” saludo la guerrera
“Creí que te quedarías allí toda la noche...” respondió disgustada
“Solo fingía... niña tonta... recuerda que no debemos despertar sospechas... ahora puedo manejarlo”
“Eres una excelente actriz... princesa guerrera”
“¿Verdad que si?” dijo divertida sentándose
“Ja ja” exclamo molesta la rubia, la guerrera continuo hablando sin prestarle atención
“Bien ahora iré donde el oráculo, Gabrielle... saldré de aquí sin que me vean, debes quedarte y esperarme, Hercules y Taryana deben creer que estoy aquí contigo... ¿comprendes?”
“Pero por que, acaso no puedes salir del castillo sin su permiso?”


“Hoy cuando le mencioné a Hercules que iría a dar un paseo se puso nervioso y me sugirió, a mi me sonó mas a una orden..., que lo mejor sería no salir del palacio, le dije que no se preocupara, que no saldría, al parecer no fui muy convincente, así es que creo se asegurará que yo no salga de aquí, por eso es que debes convencerlos de que tu y yo... estamos juntas...” la bardo le dirigió una mirada insinuante, la guerrera mostró su típica sonrisa de medio lado, sus ojos echaron chispas “Si no te conociera Gabrielle... diría que eres un ser maquiavélico” susurro esto último al oído de la bardo, beso la mejilla de la joven y salió sigilosamente del cuarto, Gabrielle tembló entera con el suave contacto de su guerrera, estiró su cuerpo en la cama y esperó largo rato, había aprendido de la guerrera a escuchar los sonidos en el silencio, una marca de vela mas tarde supo que había alguien tras la puerta “debes ser tu super héroe “ se dijo, bien aquí va la mayor actuación de mi vida “Xena... no te duermas...” tratando de imitar la voz de su amiga
“Gaby... tengo sueño”
“Xena... por favor... “ silencio “Humm, eso me gusta mas guerrera...”
“Grrrr”
“Xena...” dijo riendo y quejándose suavemente “Xena... basta Ja ja ja... cosquillas no, por favor. .. “ nuevo silencio “Ohoo si, eso esta mucho mejor, así... así... Xena eres maravillosa.... Oh dioses... eres increíble, por favor amor mío... no pares...no te detengas ahora guerrera... así... justo así... oh, eres genial, ... OH Xena... dioses Xena.... XENAAAAA...” grito con todas sus fuerzas “fue increíble...” susurro, sintió unos pasos alejarse de la puerta “Esta actuación merece un premio” se dijo orgullosa, “Aunque desearía que hubiese sido de verdad” suspiro hondamente descansando su cuerpo, “Ahora Hercules esta convencido que Xena y yo estamos juntas... solo queda esperarte guerrera...” cerro los ojos y poco a poco el sueño la fue venciendo

Los primeros rayos del sol asomaron junto a una cansada guerrera, Xena se recostó al lado de su dormida amiga, apoyo la cabeza en la almohada y se durmió instantáneamente.

El gran astro amarillo estaba ya alto en el cielo cuando despertó, Gabrielle escribía en silencio
“Gabrielle... ¿por qué no me despertaste?”
“Dormías tan plácidamente que no quise interrumpirte... además... se supone que ambas estabamos muy agotadas después de lo que hicimos anoche... querida mía” rió burlona
“¿Lo que hicimos anoche...?”
“Aja... te perdiste mi gran actuación Xena...” dijo levantándose para hablar acompañándose con sus manos y su cuerpo “Humm... no sabes lo que fue guerrera... me hiciste tocar las estrellas... fue sublime... nuestros cuerpos entrelazados juntando nuestra desnudez... tus caricias suaves y electrizantes... tus besos...¡Que besos!... Oh Xena... estuviste increíble, magnífica...” el rostro de la guerrera mostraba éxtasis, cada palabra de la bardo había tocado su cuerpo lentamente, el rubor cubría sus mejillas, el calor interno la estaba quemando, respiraba con dificultad, el sudor corría por su húmedo y caliente cuerpo, se encontraba total y completamente excitada, sintió un cosquilleo en su bajo vientre y comenzó a temblar “ O al menos eso es lo que debió haber creído... la persona que estaba escuchando atrás de la puerta anoche...” miró a Xena, quien trataba de mostrarse calmada y le guiñó un ojo “... deberías haberme visto Xena...”
“Que suerte que no estaba aquí” penso la guerrera “Si solo al escucharla describir la situación quede en este estado... si la veo actuar no hubiese sido capaz de controlarme... Necesito darme un baño Gabrielle” dijo esto último en voz alta dirigiéndose presurosa al cuarto contiguo ante la mirada extrañada de la rubia
“Xena...” grito entrando tras la guerrera, Xena estaba sumergida por completo en la bañera “Xena... ¿dónde estás?” dijo angustiada, la guerrera saco la cabeza del agua


“¿Qué pasa Gaby?”
“Me asustaste... ¿estás bien?”
“Si... ¿por qué lo preguntas?”
“Porque no me dijiste nada sobre lo que te conté... y entraste como loca al baño”
“Tenía deseos de bañarme... solo eso” la bardo la miró no muy convencida
“Dime... ¿qué pasó con el oráculo... que te dijo?” la guerrera con el cuerpo mas relajado suspiró profundamente
“Dijo que Taryana no es una mujer... no es un ser humano, es ... un demonio...”
“Un demonio?” exclamo Gaby
“Si... se alimenta de nosotros, de la libido de las personas, eso la nutre... mientras mas feromónas expela el cuerpo de la persona, mas fuerte se vuelve este demonio... también presenta otra característica muy particular” miro a la joven intensamente a los ojos con cierto grado de nerviosismo
“¿Qué característica?” quiso saber intrigada Gabrielle, quien ya estaba cautivada por el relato de Xena, escuchaba con total concentración cada palabra que pronunciaba la ruda mujer
“Bueno...” no sabía bien como explicarlo a su joven amiga, tenía conciencia que esto acarrearía consecuencias a su relación, eso le daba miedo, quizá si disfrazaba un poco la verdad, sería menos complicado de contar “ En algunas ocasiones... este demonio puede ser capaz de influir en la mente de las personas...”
“¿Cómo así Xena?” interrogo ansiosa


“... al parecer puede adoptar ante los ojos de las personas... en algunas ocasiones... la apariencia de la persona a la que amas... o de la que estás enamorada... ejerce un poder de seducción sobre ellos que es difícil de ignorar y poco a poco vas quedando atrapado en su hechizo, hasta que pierdes completamente la voluntad, es allí cuando ella te maneja por completo, haciéndote hacer cosas que ni siquiera imaginas que serías capaz de hacer...”
“Eso es lo que le pasó a Hercules... lo tiene totalmente hechizado, el ve en ella a su difunta esposa, nos lo dijo...” De pronto tomo conciencia de lo que ella había visto y de lo que Xena había visto en lugar de la mujer, el rubor subió a sus mejillas “Pero no a todos les pasa eso... dijiste en ocasiones... eso quiere decir que no a todos les pasa ¿cierto?” Xena sonrió con dificultad, no podía engañar a su bardo, no era justo hacerlo, ahora tenía claro lo que la joven sentía por ella, sabía que su bardo la amaba, que estaba enamorada de ella, porque el demonio podía mostrase como el ser amado, no con amor de amigas, ni de familia, amor de amantes, si no estabas enamorada, verías a una persona cualquiera, que ni siquiera conocías, por una parte estaba feliz, sabía que tenia todas las esperanza del mundo con su pequeña mujercita, pero no era justo que solo ella lo supiera
“¿Qué vamos a hacer Xena...” interrumpió sus pensamientos Gabrielle sin darle tiempo a responder la pregunta anterior
“Me dio esta pócima... debemos hacer que Hercules la tome... eso va a ser difícil de conseguir, según el oráculo, la demonio prueba todo lo que nuestro amigo se lleva a la boca, no puede comer ni beber nada sin que haya sido inspeccionado antes... ya veremos que hacer con eso... esta intentando manejarnos a nosotros Gaby, lo mas importante es que no tenemos que separarnos, debemos estar juntas en todo momento, así sabremos quien es quien ¿entiendes?... podemos luchar contra ella si no caemos en su trampa, si al mirarla me ves a mi... aparta los ojos de ella y búscame con tu mirada, yo haré lo mismo contigo... el oráculo me dijo que perdía su poder si no era capaz de lograr mantenernos en su hechizo, es decir si no logra despertar nuestro deseo hacia ella”
“Y ¿por qué no tomamos la pócima y ya?”


“No podemos... ella se daría cuenta que no tiene poder sobre nosotras... y la vida de Hercules corre peligro, esta bajo su total dominio y ella sería capaz de hacerle cualquier cosa..., incluso de obligarlo a quitarse la vida...”
“Dioses...” gimió Gabrielle “Tengo miedo Xena...” sollozó angustiada abrazándose a su princesa
“Tranquila... tranquila cariño... todo saldrá bien... lo prometo “ beso su cabello tiernamente “Juntas lo lograremos... siempre logramos salir de los problemas Gaby, mientras estemos unidas... nada nos vencerá, tranquila... tu puedes lograrlo... eres fuerte, incluso mas fuerte que yo...”
“No bromees Xena...” lloriqueo toda mojada por el agua de la bañera
“¡Hey...! ¿Acaso me llamas mentirosa...?”
“No... se que no eres mentirosa... lo siento”
“¿Mejor?” pregunto mirándola a los ojos, la rubia asintió “Bien... recuerda que debes ser fuerte” le dedicó la mejor de sus sonrisas, la menuda mujer dejó de llorar ante la magia de la sonrisa de su guerrera, ese era el bálsamo que calmaba sus temores, sintió que su corazón se llenaba de ternura, como podía la fuerte mujer hacerla sentir ese torrente de sensaciones con tan solo una sonrisa “Gabrielle... ¿me oyes?”
“Si... lo siento... yo... te oigo, te oigo y haré lo que tu digas”
“Bien... ya hablé con Joxer y Iolaus, los puse al tanto de nuestro plan...”
“¿Tenemos un plan...?”
“Gabrielle... ¿estas oyéndome?” gruño Xena “Te acabo de hablar del plan...”
“Ahaa... ese era el plan...” encogió los hombros como diciendo lo siento “Buen plan... pero no le falta algo?”
“¿Qué?” volvió a gruñir Xena
“¿Cómo haremos para que Hercules tome la pócima... y que papel jugarán el tonto de Joxer y Iolaus?”
“Aun no se como haremos para que Hercules tome la pócima... eso lo resolveré luego, en cuanto a los muchachos deben hacer lo mismo que haremos nosotras...”
“Se mirarán mutuamente?” interrogó divertida “Acaso Joxer y Iolaus... están... tu sabes” dijo levantando ambas cejas
“Gabrielle... para por favor” rugió Xena al borde de estallar “ Esto es algo serio”
“¿Y crees que yo bromeo?”


“A veces me dan ganas de matarte Gabrielle... “ resoplo Xena, haciendo un gesto de ahorcarla con las manos
“¿Por qué no lo haces?” desafió altanera la rubia
“No me tientes Gabrielle... no me tientes”
“No te temo... señora de la guerra” dijo burlándose mientras le hacía morisquetas con la cara, Xena no pudo evitar sonreír con su típica sonrisa, de pronto llamaron a la puerta anunciando que el almuerzo estaba listo y debían bajar de inmediato
“Mas tarde seguimos hablando Gaby... Hercules se casa mañana temprano y debemos estar preparadas”, las estaban esperando en el comedor
“Parece que estaban muy cansadas...” saludó Hercules con una sonrisa cómplice
“No imaginas cuanto...” replicó Xena sensualmente tomando la mano de Gabrielle, la bardo tembló ligeramente ante ese contacto, emitiendo una sonrisita nerviosa “Siéntate a mi lado cariño...” recalcó esto último provocativa, otro temblor en la bardo “Taryana ¿cómo estás?” preguntó Xena sin soltar la mano de Gabrielle
“Muy bien guerrera... ¿y tú?”
“Maravillosamente...” sonrió complacida buscando la mirada de la verdadera Gabrielle, quien evitaba mirar a Taryana, la mujer demonio se revolvió incómoda en su silla “Maravillosamente... ¿no es cierto dulzura?” preguntó besando la mejilla de una acalorada bardo, que intentaba sonreír sin conseguirlo
“¿Y tú... pequeña?” interrogó a la rubia que se vio obligada a mirarla, se encontró con esos hermosos ojos azules que la hacían soñar y una incitante sonrisa que la provocaba aún mas
“Bien...” balbuceó apenas apartando los ojos y buscando los de la verdadera Xena “Es peor el remedio que la enfermedad” pensó Los ojos de su guerrera eran aún mas encantadores y ese brillo extraño en ellos, lo había notado desde que Xena había vuelto de ver al oráculo, tenían un destello diferente que la hacía suspirar “Las dos Xenas me vuelven loca” se dijo, la guerrera comenzó a trazar suaves círculos en la palma de Gabrielle, esta comenzó a sudar, sonreía tontamente mientras jugaba con la cuchara en la comida, la mano de Xena se posó en el muslo de la pierna de Gabrielle y comenzó a deslizarse por el de arriba abajo suavemente “Xena... ¿qué haces?” susurro nerviosa
“Se lo que hago Gabrielle...” respondió en el mismo tono “Ve lo incómoda que está Taryana” le sonrió con ternura
“¿Es necesario que hagas eso...?” dijo cerrando los ojos en estado de éxtasis
“¡Lo es!” aseveró con firmeza “Pero si te molesta me detendré...” le susurró al oído, la bardo emitió un leve quejido
“¡Oh no... si es necesario que lo hagas... continua” casi gimió las palabras, la mano de Xena subió hasta la entrepierna de Gabrielle, haciendo que esta diera un salto en la silla, Hercules rió estrepitosamente
“Xena... eres terrible mujer... ¿nunca te sacias ¿verdad?” Xena sonrió inocentemente, Gabrielle no podía articular palabra alguna, estaba a punto de estallar


“¿Cómo sería si Xena me tocara de verdad?” se decía a sí misma, Taryana se levantó de su silla incómoda
“Me duele un poco la cabeza... será mejor que me retire a descansar... ¿vamos?” dijo mirando a Hercules, el la siguió solicito, Xena apartó la mano de Gabrielle
“No la saques...” suplicó mentalmente la excitada rubia
“¿Viste como se fue Gabrielle?” replicó feliz la morena
“¿Ver?” pensó la bardo “apenas si se como me llamo en estos momentos y me preguntas si vi como se fue...” sonrió forzosamente “Si... vi como se fue Xena...” relajó su cuerpo lo mas que pudo “¿Acaso tu no viste como me dejaste a mi... guerrera ciega” continuo hablando consigo misma “¿Cómo no te das cuenta que me vuelves loca... no se si podré soportar esto mucho mas tiempo guerrera mía...”
“Bien Gabrielle... nuestro plan está funcionando a las mil maravillas” sonrió frotándose las manos “¿Qué te sucede Gaby...?”
“¿Sucederme...?”
“¿Puedes dejar de responder mis preguntas con otra pregunta?” bufo la morena
“¿Yo hago eso...?”
“¿Quieres bajar a la tierra... bardo?”
“Je, je, je... lo siento”
“Mas te vale... en estos momentos debe estar fortaleciéndose con Hercules” agregó pensativa la guerrera “Lo ideal sería poder debilitarla aún mas... así mañana podremos derrotarla entre todos con mayor facilidad... le pedí a los muchachos que juntarán la mayor cantidad de gente posible y la infiltraran en la ceremonia, por supuesto que todos deben estar al tanto de todo lo que deben hacer, mientras mas seamos, mas pronto lograremos vencerla... solo me falta saber como le daremos la pócima a Hercules... aún no se me ocurre el modo de hacerlo...”
“Yo tengo una idea... ¿quieres oírla?”
“Sipp”
“¿Segura que quieres oírla?”
“Claro... dime”
“Pero... estás segu...”
“Gabrielle...” amenazó Xena apuntándola con el dedo “Habla de una vez”
“Bueno, bueno... tranquila... ¡que carácter mujer!”
“Bardo... no colmes mi paciencia” dijo tratando de no perder los estribos
“Bien es algo muy simple... no se como no se te ocurrió a ti Xena...” dijo haciendo gala de su ingenio “Si pones un poco de poción en tu boca... sin tragártela por supuesto y luego lo besas...” hablo orgullosa
“¡Eres un genio pequeña!” exclamó Xena abrazándola efusivamente
“Lo se... lo se... te permito tocarme solo para ver si se te pega un poco mi genialidad” Xena hizo una mueca de desagrado intentando parecer dura
“No te pases de la raya... rubiecita molesta...” Gabrielle entre cerró los ojos intentando intimidar a la guerrera
“Así que molesta... ¿he?” Xena le hizo un gesto de burla con la cara “¡Envidiosa!”
“¡Ja!” respondió Xena
“Si... envidiosa...”
“Ja, Ja”
“Todo porque no se te ocurrió a ti... claro, la gran princesa guerrera, la toda poderosa... la omnipotente... vencida por una insignificante rubia... ¿Cómo te quedó el ojo... Xena” hizo una mueca de desprecio, Xena estiró la boca y murmuro entre dientes
“A veces eres insoportable... quisiera...”
“¿Matarme acaso?... señora de la guerra” desafió la pequeña mujer, parándose frente a la guerrera, empujándola con su cuerpo, toreándola poco a poco “¿Quieres matarme acaso?... aquí estoy... ven y mátame... ¿Qué esperas?, vamos” la guerrera encontraba la actitud de la bardo sumamente divertida, sabía que de un solo empujón podría mandarla lejos, sin embargo allí estaba, esa pequeña mujercita haciéndole frente, no le tenia miedo, eso le gustaba a la alta mujer, Gabrielle era la única persona que la había mirado la primera vez que la vio, sin miedo hacia ella en sus ojos, reprimió una risita mientras la bardo continuaba toreándola con actitud desafiante, de pronto vio acercarse a Hercules
“Lo siento Gabrielle...” le susurró al oído mientras la tomaba en sus poderosos brazos y atrapaba los labios de la mujercita entre los suyos, el cuerpo de Gabrielle se apegó instintivamente al de la guerrera amoldándose a la perfección a cada curva del cuerpo de Xena, se deshizo en sus brazos, tembló entera , su lengua buscó ansiosa la lengua de la morena, atrapándola, acariciándola, no sabía bien el porque de ese beso, pero no le importaba en absoluto, fuera por lo que fuera, quería aprovechar ese momento, deseaba saborear cada instante, guardar eso en su memoria, no importaba que sucedería después, ahora estaba siendo besada por el amor de su vida y eso era lo único que tenía significaba algo para ella


“¡Hey!...” interrumpió Hercules “¿Aún en eso ustedes dos?... ja, ja, parece que no se cansan nunca... ja, ja ja...” se separaron lentamente, Xena miró a Hercules con cara de ‘que inoportuno’, Gabrielle estaba aturdida, no podía hablar, había sido una experiencia tan exquisita, tan sublime, lo único que deseaba era ir a su cuarto a recostarse y recrear nuevamente lo sucedido, quería revivirlo una y otra vez, nunca había sentido algo así, nunca había experimentado estas emociones, su cuerpo estaba ardiendo, su estómago revuelto, lleno de pequeños gusanillos que no paraban de moverse, con Perdicas había sido tan diferente, se había excitado un poco, solo un poco, pero nada se comparaba con esto, con un simple beso, la guerrera le había hecho sentir lo que Perdicas no logro, aún haciéndole el amor, es mas con el sintió dolor, no se lo dijo para no hacerlo sentir mal, recordó ese momento, recordó que al cerrar los ojos solo había pensado en Xena, de cuanto deseaba que fuese ella, quien estuviera encima, ella no la haría sentir dolor, suspiró profundamente volviendo a le realidad, miró a la guerrera con todo el amor que guardaba en su corazón, Xena acarició la mejilla de su bardo con infinita ternura “Tienes suerte Xena...” dijo Hercules
“¿Suerte?”
“Ve como te mira la pequeña... se ve que realmente te ama... tal y como Taryana me ama a mi” palmeo la espalda musculosa de la princesa “Vamos... acompáñenme a ver los preparativos de la ceremonia” dijo caminando hacia la puerta, Xena susurro en el oído de Gabrielle al pasar
“Además de buen Bardo... eres una excelente actriz... hasta Hercules se creyó tu actuación” Gaby sonrió incómoda
“Te lo dije...” contestó tratando de mostrarse serena caminando tras ella
“Ahora te creo...” afirmó Xena, mientras su mente pensaba “Oh dulce amor mío, que beso mas delicioso te robé... y se que te gusto, lo sentí, respondiste con todo tu cuerpo, con toda tu alma, no puedo esperar a estar a solas contigo, ya no aguanto mas estas ganas de decirte lo que siento por ti... de mostrártelo...”

La tarde paso muy lentamente para Gabrielle, Xena la estaba volviendo loca, con sus roces casuales, sus caricias, sus miradas llenas de deseo, pero a pesar de estar a punto de explotar, le encantaba sentir de ese modo a la ex destructora de naciones
“Oh dioses... es extraño” pensaba “quiero que pare... tanto como quiero que continúe haciendo esto... creo que podría soportarlo... para siempre” Durante la cena Taryana no se veía muy bien, parecía estar enferma, una palidez espectral se adueño de su semblante, hubo un momento en que Xena al mirarla, no vio a su amada, vio a un horrible demonio, con ojos rojos, fríos y transparentes, la guerrera ni siquiera se inmutó, continuó sonriéndole con ojos enamorados, la mujer estaba visiblemente molesta, incluso Hercules lo notó
“¿Te encuentras bien mi amor...?” preguntó comprensivo
“Si... es solo este dolor de cabeza que no se pasa con nada” trato de sonreír
“Quizá estés nerviosa por la boda” intervino la rubia, ella seguía viendo a su amada Xena en el rostro de la mujer, aunque con aspecto de haber sobrevivido al ataque de las hordas del Tártaro, la conversación no duró mucho, al día siguiente había mucho que hacer así es que se retiraron a descansar.

Una vez en su habitación, Gabrielle se recostó en la amplia cama boca arriba, relajando cada músculo de su excitado cuerpo, Xena la observó de reojo con deseo
“Gabrielle”
“Dime Xena”
“¿Estás bien...?”
“Oh si...” dijo estirándose en la cama cuan larga era “...nunca había estado mejor...” cerró los ojos y guardó silencio
“Gaby...” llamó Xena “necesito hablar contigo...” dijo con voz profunda, la bardo se incorporó de un salto, quedando sentada en la cama, con voz preocupada preguntó
“¿Sucede algo Xena?” sabía que si sucedía algo, cuando Xena usaba ese tono profundo, siempre era por algo serio e importante “¿Algo malo...?”
“No...” la tranquilizó “ no sucede nada malo, al menos para mi no es nada malo... y espero que para ti tampoco lo sea”
“Y bien...” dijo Gaby recostándose nuevamente boca abajo, apoyando la barbilla sobre sus manos “¿qué pasa?” miró a la morena inquisitiva
“Tu sabes que yo te he dicho... muchas veces que te amo... ¿verdad?”
“Así es” dijo la bardo dulcificando su rostro, viendo a la guerrera directo a los ojos
“Y tu me has dicho muchas veces que me amas... ¿verdad”
“Claro que te amo Xena...” intensificó su sonrisa suspirando profundamente
“...Las veces que te he dicho que te amo Gabrielle... no es eso lo que he querido decir...” el rostro de Gabrielle se desfiguró por la angustia, miró a Xena horrorizada, sus hermosos ojos verdes se inundaron de lágrimas y en un desconsolado sollozo apenas si pudo preguntar
“¿No... me amas...Xena?”
“Oh... si te amo Gaby... no llores por favor... ¡Soy una bruta!, no soy buena con las palabras y tu lo sabes...” beso la cabeza rubia con inmensa ternura “...No fue lo que quise decir... oh...” tomó por la barbilla a la joven obligándola a mirarla a los ojos “No llores por favor... no llores...” intento sonreír “Escúchame... por favor...” la bardo asintió aún con lágrimas en los ojos “Antes de que tu llegaras a mi vida...” comenzó a hablar pausadamente mientras se sentaba a su lado, tomando las manos de Gabrielle entre las suyas “yo me sentía vacía... lo cierto es que ya nada tenía sentido... muchas personas formaron parte en mi largo camino... tuve muchos amantes, algunos de ellos fueren importantes para mi, Borías..., Marcus... LaoMa...”
“¡LaoMa fue tu amante!” grito la joven asombrada sentándose de un salto
“Mas fuerte Gabrielle... creo que mi madre no te oyó” protestó Xena
“Upss... lo siento... es que... ¿fue tu amante de verdad?”
“Si... ¿puedo continuar?” con tono suplicante
“Perdona... adelante, adelante continua” dijo poniendo nuevamente sus manos entre las de la guerrera
“...formaron parte importante en mi vida, me enseñaron cosas importantes de mi misma, de mi espíritu, de mi camino, Hercules me mostró una senda distinta para seguir... pero cuando tu apareciste Gabrielle... todo fue diferente, tu le diste un nuevo sentido a mi vida, me cambiaste, no solo me tocaste un instante como los demás, tu me cambiaste por completo... cuando te vi por primera vea en ese claro del bosque, algo sucedió dentro de mi, al mirar esos hermosos ojos verdes aterrorizados por el maldito de Draco, ese vacío que sentía se lleno de golpe, supe, en ese momento... que serías parte de mi para siempre y así ha sido desde entonces, se que te advertí que no me siguieras... lo cierto es que me daba terror admitir que necesitaba de alguien para seguir adelante, nunca necesite a nadie... me bastaba con ser la señora de la guerra, si estaba con alguien de la forma que fuera, era porque podía sacar provecho de ella...” se frotó la frente con desagrado “Nunca les di... nada de mi, solo tomaba de ellas lo que necesitaba, cuando ya no me servían las dejaba, o las mataba... a ti te necesite desde el primer instante en que te vi... te ame desde el primer instante... con el paso del tiempo, esa necesidad y ese amor han ido creciendo... mas y mas, en todos estos años que hemos estado juntas... mi amor por ti se ha multiplicado... eres mi mundo Gabrielle, no imagino, ni quiero imaginar lo que sería vivir sin tu presencia... sin tu sonrisa... incluso sin tus insistentes palabras” sonrió cariñosamente, la bardo imitó la sonrisa de Xena “lo que realmente quiero decir es que... me gustas Gabrielle... me gusta cada cosa tuya... cada gesto que haces, cada mueca al hablar, cada sonrisa, cada palabra que dices suena a música en mis oídos... me gusta verte escribir concentrada en tus pergaminos a la luz de la luna, me gustas cuando los rayos del sol besan tus sedosos cabellos, o cuando la brisa suave los mece... cuando estás furiosa, cuando estás triste, cuando te conmueves por alguien en aprietos...” la llave de los ojos de Gabrielle se había abierto, derramando innumerables lágrimas de emoción, de ternura, el rostro hermoso de la guerrera también estaba húmedo “... me gustas a rabiar... no podría amar a nadie mas que a ti cariño” acarició suave las mejillas de la mujercita, limpiando cuidadosamente las lágrimas que bajaban por ellas, Gabrielle apoyó su cara en la palma de la mano de Xena rindiéndose a la caricia “...¿qué me dices Gabrielle?...” suplicó la dura e impenetrable mujer con ojos repletos de amor y deseo


“Oh Xena...” exclamó acariciando el rostro de su amada “Yo te amaba aún antes de conocerte... cuando te vi, luchando por nuestras vidas supe que tu... eras mi destino... mi alma gemela... mi camino... te seguí sin pensarlo, porqué ya te pertenecía, mi corazón me dijo que eras el amor de mi vida, el amor que todos sueñan tener alguna vez, te ame entonces y te amo mas aún ahora guerrera hermosa... eres tan hermosa Xena... eres mi luz, mi sol... cuando no estás a mi lado siento que voy a morir... cuando regresas a mi vuelvo a renacer, cada vez que me tocas... un concierto de emociones me sacuden... me embriagas con tu aroma a canela...” bajó los ojos avergonzada
“...Que...” pidió en un murmullo Xena
“El beso de hoy... no imaginas lo increíble que fue par mi... nunca... en toda mi vida, había sentido lo que tu beso me hizo sentir hoy...”
“¡Nunca?” dijo sugerente “Estuviste casada... ¿recuerdas” concluyó con un atisbo de tristeza en su voz, Gabrielle meneo la cabeza apesadumbrada
“Nunca me perdonaré por eso Xena...” la guerrera la miró interrogante “Yo utilicé a Perdicas Xena... me casé con el, pero jamás lo ame de verdad, lo quise mucho es cierto, crecimos juntos y el me amaba, era tierno... y pensé que si me casaba con el podría... olvidarme de ti... “ la guerrera no podía esconder todo el amor que le inspiraba esa mujer, sus ojos la miraban hipnotizados “...pero no funcionó ¿sabes?... la noche de bodas, cuando... estaba sobre mi... solo cerré los ojos y te imaginé a ti... no pude corresponder a su amor... lo cierto es que ni siquiera me gustó estar con el Xena... sentí mucho... dolor” balbuceo avergonzada, la guerrera la abrazó con gran ternura
“Oh mi amor... cariño... te lastimó... ¿por qué no me lo dijiste?, porque no me lo contaste antes...”
“¿Qué te diría Xena... que me dolió porque no pude entregarme a el... porque el, no eras tu... pense que si alguna vez sabias lo que realmente sentía por ti... o me echarías de tu lado o me golpearías asqueada de mi... ¿cómo iba a saber que tu sentías lo mismo que yo?...”
“Gabrielle... creo que ambas estabamos tan preocupadas por ocultar nuestros propios sentimientos, que no fuimos capaces de notar los sentimientos de la otra... cuando te bese, estando en el cuerpo de Autolycus, pense que habías respondido a mi beso... solo por gratitud, de que no hubiese muerto, cuando volví y no dijiste nada sobre el beso, me convencí de que mi teoría era correcta...”
“Yo creí que solo lo habías hecho por que me viste tan angustiada por tu ausencia... como tampoco dijiste nada... supuse que era solo por eso...” la guerrera comenzó a acariciar el rostro de su amada, dibujando el contorno con sus dedos, suave, lento, Gabrielle se mecía embriagada al ritmo de la caricia
“Todo eso ya no importa... mi bardo, ahora sabes que estoy... total, completa y locamente enamorada, de una mujercita pequeña... rubia... y habladora" Gabrielle soltó una risita cómica, comenzó a devolver las caricias a la guerrera
“Y tu sabes que yo estoy perdida y mortalmente enamorada, de una ruda... musculosa, fuerte, exquisita... y gruñona guerrera”
“¿Gruñona ¿yo?...”
“Así es... pero me encantas de esa forma...” acercó sus labios a la boca de la guerrera, aún antes de tocarlos, podía sentir un cosquilleo en toda su piel, tenía sed de Xena, pero no quería saciarla de una sola vez, deseaba disfrutar lentamente a esa maravillosa mujer que tenía en sus brazos, así es que retiró su boca mirándola con ojos rebosantes de pasión


“Oh... Gabrielle...” se quejó Xena “No me hagas eso... no seas cruel conmigo...” la bardo sonrío, acarició los labios de la guerrera con sus dedos, luego se los humedeció, volviendo a acariciarlos, Xena abrió apenas su boca, pasando su lengua por los dedos de Gabrielle, un escalofrío le recorrió el cuerpo, la guerrera intentó capturar los labios de la bardo, pero esta no se lo permitió, La mujer morena gruño furiosa, reprimiendo el impulso de tomar a la pequeña por la fuerza, sabía que podía hacerlo con un solo movimiento de su poderoso cuerpo, pero con Gabrielle no podía ser así, la sentía tan frágil entre sus brazos
“Ten paciencia... princesa guerrera” susurro a su oído mordisqueando su oreja delicadamente “La paciencia es una virtud... que puede traer muchas recompensas...” otra mordida suave
“Humm...” soltó un quejido “ sabes que no me gusta esperar Gabrielle...”
“¿Ni siquiera por mi... mi amor...?” arrastró las dos últimas palabras frotando su cuerpo contra el de Xena de modo sensual, provocativo
“Eso no es justo...” protesto “sabes que por ti haría... cualquier cosa... esperaría hasta el fin de mis días...” la bardo rió echando la cabeza hacia atrás
“No pretendo que esperes tanto amor... no lo soportaría” comenzó a acariciar la espalda de Xena, moviendo sus dedos en forma circular, de arriba hacia abajo una y otra vez, por cada movimiento de sus dedos, recibía como respuesta un temblor del cuerpo de su amada, Xena entre tanto dibujaba con sus manos las líneas del cuerpo de la pequeña diosa amazona, haciéndola emitir leves quejidos en su oído, excitando aún mas a la morena, la cual estaba a punto de llegar a su límite, las caricias se repitieron durante largos minutos
“Ohoo pequeña... “ gimió mordiéndose el labio inferior, echando la cabeza hacia atrás cerró los ojos “¿Qué magia usas para hacerme sentir así... con tan solo tocarme de este modo tan simple?, ...esto es mejor que cualquier orgasmo que alguna vez haya sentido... esto es tan bueno... creo que si vale la pena esperar por el resto” sonrió provocativa, pasándose la lengua por los labios, mientras sus ojos miraban intensamente los verdes lagos esmeraldas de su amante, las lágrimas comenzaron a rodar como gotas por las mejillas de la guerrera


“Xena... ¿qué sucede?... ¿por qué lloras?... ¿hice algo malo?” con voz angustiada la interrogó
“No pequeña mía... mi mujercita hermosa... son lágrimas de felicidad... al mirar en la profundidad de tus ojos... vi tu alma Gabrielle, y allí, en tu alma, vi mi reflejo... me vi a mi dentro de ti,... eso es todo lo que necesito para ser feliz... mi dulce bardo, mi Gabrielle...” beso los ojos de la muchacha con devoción, abrazó a la joven con fuerzas hasta que esta se perdió entre sus brazos “Eres tan condenadamente hermosa... te amo tanto... no hay palabras para describir lo que siento cariño...”
“Entonces muéstramelo...” susurró la bardo ofreciéndole sus labios entre abiertos, una diabólica sonrisa asomo en el rostro de Xena
“¿No quieres esperar...?” pregunto insinuante
“Ni un minuto mas... Xena” sus labios se tocaron suaves, sin prisa, un leve roce, dándose todo el tiempo del mundo para conocerse, para descubrirse, un torrente de electricidad las recorrió enteras, sacudiendo sus cuerpos, haciéndolas temblar, una y otra vez
“Ohoo dioses...” gimió Gabrielle
“Ohoo Gabrielle... Gabrielle...” la bardo sentía que su cuerpo estallaría en cualquier momento, no podía controlarlo, un hilo de humedad se deslizó por su centro, la cara de su amada le decía que estaba sintiendo exactamente lo mismo que ella
“Ohoo Xena... ¿qué me está pasando?... no puedo... controlarlo... dioses que es esto...” la guerrera sonrió extasiada
“Mi amor...” volvió a sonreír en la boca de la bardo “Solo déjate llevar... no lo resistas Gabrielle... deja que sea tu cuerpo el que hable por ti...” capturó la diminuta boca devorándola con frenesí, la lengua de Xena, se abrió paso entre los dientes de la bardo con una pasión descontrolada, explorando cada rincón de esa boca tan deseada atrapando a la de Gabrielle, abrazándola con la suya, entrelazándose hasta formar una sola, la bardo respondió con la misma intensidad saboreando a su guerrera, cada parte de su cuerpo parecía que estaba siendo besado por Xena, perdió la noción del tiempo y del espacio, oleadas de calor las sacudían, nada mas existía en ese momento, solo ellas dos y ese beso profundo a través del cual podía sentir cuanto amor podía ser capaz de entregarle su amada princesa, cuanta pasión podía transmitirse con solo un beso del ser amado
“Gabrielle...” gimió intentando llenar de aire sus acalorados pulmones “Gabrielle... Dioses... creo que... no puedo aguantarlo mas... no puedo... ¡Ohoo Gabrielle!... GABRIELLEEEE” gritó esto último Xena, mientras una ola de inimaginable placer sacudió con fuerzas su centro, haciendo que sus rodillas se doblaran sin poder sostenerla de pie, cayó al suelo arrastrando consigo a su bardo


“XENAAAAA...” gritó Gabrielle, mientras caía sobre el cuerpo en llamas de su guerrera, sacudiéndose igual que Xena una y otra vez
“Ohoo Xena...” dijo cuando dejó de temblar, la guerrera se apretó mas a ella y otra ola de placer las volvió a sacudir tan intensamente como antes, el silencio reino en la habitación por largos instantes, solo podía oírse la respiración entrecortada de las dos mujeres, que yacían tiradas en el suelo una al lado de la otra unidas en un abrazo intenso, completamente exhaustas y vestidas. Sus cuerpos comenzaron a relajarse lentamente, un cuarto de vela mas tarde Gabrielle rompió el silencio
“Tienes que explicarme como lograste hacer eso Xena... nunca había sentido algo así... tan intenso... fue... fue... “
“Un orgasmo Gabrielle... un maravilloso y extraordinario orgasmo...” suspiró hondamente sonriendo dichosa
“Tu lo habías sentido antes...?” pregunto inocente, Xena la miró a los ojos con ternura
“Jamás mi amor... ninguno como este, te lo aseguro...” beso los labios de la joven con suavidad, levantándose la tomó en sus brazos depositándola en la cama con exquisita delicadeza, se recostó a su lado, acariciando su rostro aparto un mechón de su rubio cabello hacia atrás “Nunca... ¿me oyes?... nunca en toda mi vida... había sentido esto con alguien... si he llegado al clímax con otros, pero después de mucho trabajo, esto es algo totalmente nuevo para mi... aún no puedo creer que hayamos acabado sin hacer nada mas que besarnos...”
“¿Por qué no lo puedes creer?”
“Porque generalmente... tal y como tu describiste nuestro encuentro...”
“¿Cuál encuentro?”
“El que actuaste la noche anterior pequeña”
“Ahaa”
“Generalmente... hacen falta mas que unas caricias y un beso para llegar a acabar, se que no tienes mucha experiencia en esto amor mío...”
“Lo siento...” se disculpó avergonzada bajando la cabeza
“No... tesoro mío, no lo sientas... eso es lo que mas me gusta de ti, una de las cosas que mas me gusta... “ Gabrielle sonrió feliz “... decía que generalmente hace falta que te toquen ciertas partes del cuerpo para lograr estimularte, tus pechos... tu centro... y también por regla general sueles estar desnuda cuando haces algo así... “ rió divertida “No se como lograste tu hacerme tocar las estrellas de un modo tan... simple” volvió a besar a la joven “ y no me importa... lo único que me importa es que... este fue mi primer orgasmo Gabrielle... porque fue el primero por amor... puro, auténtico y verdadero amor”
“Yo nunca había sentido esto antes Xena...”
“Lo se pequeña... lo se... y te doy las gracias por eso”
“Xena...”
“Dime...”
“¿Ahora soy tuya... verdad?” la guerrera le sonrió con ternura “¿Y tu eres mía... cierto?” parecía mas una súplica que una pregunta
“Por siempre... y para siempre... por todas las vidas que nos toquen vivir... por toda la eternidad... soy tuya amor... solo tuya en cuerpo y alma...” Gabrielle sonrió satisfecha acurrucándose en los poderosos brazos que la sostenían
“Xena...”
“¿Si cariño...?”
“Te regalo mi vida... todo lo que tengo, todo lo que soy es tuyo... puedes hacer conmigo lo que quieras...” se apretó mas contra ella
“Lo que quiero es amarte Gabrielle, cuidarte, caminar a tu lado, ser tu compañera... tu amante, no todo será color de rosas, siempre habrá problemas, en toda relación los hay... pero trataré de hacer las cosas bien y se que tu también lo intentarás, quiero que seamos sinceras la una con la otra, la verdad y la buena comunicación son la base para que una relación funcione, quiero que conozcas cada parte de mi vida, sobre todo ese lado oscuro que siempre te he ocultado, se que has visto parte de el, pero aún hay mucho que no sabes de mi pasado...”
“No me importa lo que hayas hecho en tu pasado Xena...”
“Lo se, pero igual quiero que lo conozcas, ahora eres mi pareja Gabrielle... “
“Suena hermoso so... viniendo de tus labios Xena” rió bajito
“Quiero darte lo mejor de mí... amarte con todo mi ser... llegar a ser viejecitas juntas Gabrielle, pasar el resto de mi vida a tu lado, despertar todos los días, contigo en mis brazos así como ahora...”
“¿Nunca nos vamos a desnudar?” preguntó con cara de inocente
“Ja, ja, ja...” rió estrepitosamente la princesa guerrera “ Eres adorable bardo mía... Ja, ja, ja... realmente adorable...” cerró los ojos henchida de felicidad, no podía pedir mas de lo que ya tenía, ahora ya no se sentía la ex destructora de naciones, ahora su mundo estaba regido por el amor de Gabrielle “Jamas me sentí tan poderosa como en este instante... contigo a mi lado pequeña... siento que soy la dueña del mundo, podría luchar contra cientos de ejércitos, contra cualquier dios... sabiendo que tu me amas nada se interpondrá en nuestro camino a la felicidad... ni siquiera el maldito de Ares” penso


“Xena...”
“Humm...”
“Mañana... cuando todo esto termine y hallamos liberado a Hercules...” hablaba medio dormida “¿vas a mostrarme como hacer el amor... de la forma que generalmente... se hace?
“Es una promesa Gabrielle...” respondió besando sus labios
“Humm... buenas noches Xena...”
“Buenas noches dulce amor mío... que duermas bien...” cerró los ojos abandonándose increíblemente tranquila y sosegada a los brazos de Morféo.


“Arriba dormilona...” la sacudió con suavidad la guerrera
“Un ratito mas Xena... por favor...” rogó la bardo tapándose la cabeza
“¡Gabrielle...! ya es muy tarde, tenemos cosas que hacer ¿recuerdas...?”
“...Cosas que hacer... si... “ refunfuño abriendo los ojos con dificultad “No quiero hacer cosas Xena... quiero seguir durmiendo...”
“Hay un baño caliente esperándote...”
“... me sigue atrayendo mas... dormir...”
“¿Y si agregamos... una guerrera desnuda en la tina...?” dijo sugerente
“Humm... esa sería una gran oferta...” respondió desperezándose mientras se sentaba en la cama “una oferta a la que no puedo resistirme...” beso a Xena, rodeándole el cuello con sus brazos, miró a su amante intentando mostrarse indignada “Solo lo dijiste para que me levantara... ¿verdad?”
“Oh si... y funcionó...” dijo burlona
“Eres mala...” la volvió a besar “perversa... te aprovechas de mi ingenuidad...” otro beso “... pero igual te amo princesa guerrera... ¿me amas tu?”
“Te amo Gabrielle... y prometo que esta noche tendrás tu tina con tu princesa guerrera en ella, tal y como los dioses la mandaron al mundo”
“Ya quiero que sea la noche...” susurró abrazándose a su musculoso cuerpo.

Hercules y Taryana ya estaban a la mesa cuando llegaron, Taryana se veía realmente mal, grandes y oscuras ojeras marcaban aún mas su pálido y demacrado rostro, el héroe estaba preocupado por su amante aunque algo menos solícito que de costumbre, por breves instantes, parecía volver a ser el mismo hombre que las había honrado con su franca y leal amistad
“Buenos días dormilonas...” saludo con una amplia sonrisa
“Buenos días” respondieron a coro
“¿Qué sucede?” pregunto Xena dirigiéndose a Taryana “...parece que no dormiste muy bien que digamos anoche...” ahora ya no veía en ella a su amada Gabrielle, ahora veía lo que realmente era esa mujer, esa cosa, un horrendo demonio con cientos de pequeños cuernos en su cabeza, grandes ojos coronados por una pobladas cejas que ocupaban toda su frente, una boca ancha y grotesca cubierta de filosos dientes semejando colmillos, la piel de un color violáceo cubierta de algo que parecían ser escamas peludas, largos y afilados dedos terminados en garras amarillas y negras, dos protuberancias en su espalda, que supuso la guerrera serían algo así como alas, aunque casi sin desarrollarse, no era un espectáculo grato a la vista, a cualquiera le hubiese impactado, pero Xena no era cualquiera, mantuvo la cara de un jugador de póquer, ni un solo músculo de su rostro dejo ver el asco que sentía por ese ser maligno, le sonrió con dulzura
“No se que le sucede...” dijo el hombre “Estuvo muy inquieta durante toda la noche, no paraba de moverse de un lado a otro en la cama, quejándose, retorciéndose... de dolor... me dijo que estaba bien, quise llamar a un sanador, pero no me dejó... no...”


“Basta Hercules” cortó Taryana de modo tajante “... debe ser lo que dijo ayer Gabrielle... solo eso... los nervios prenupciales, ...estaré bien una vez que nos casemos... tranquilízate cariño” acaricio el rostro del hombre
“¿Estás segura?” dijo Xena mostrando preocupación por ella
“Xena es una buena sanadora...” logró hablar la bardo, luego de haberse recuperado de la impresión que le causó el ver lo que realmente era la mujer “¿Por qué no dejas que te revise?” pidió con su mejor cara de inocente
“Puedo hacerlo... si quieres...” anuncio Xena haciendo un ademán de acercarse a la mujer
“No” gritó furiosa “... gracias” calmando el tono de su voz “estoy bien de verdad, gracias por preocuparse por mi, pero estoy bien, Hercules siempre exagera las cosas, ustedes coman tranquilas... yo... no tengo mucho apetito... será mejor que me retire a descansar un rato... nuevamente gracias por su preocupación”
“No tienes porque darlas” respondió Gabrielle “Eres la futura esposa de nuestro mejor amigo... por lo tanto debemos preocuparnos por ti” Taryana hizo una mueca que semejaba a una sonrisa
“¿Vienes Hercules?” pregunto la mujer, el hombre se levanto y fue tras ella de inmediato, desaparecieron tras la puerta, mientras comían Gabrielle preguntó
“Xena...”
“¿Humm?” dijo con la boca llena la guerrera
“Ha habido ocasiones en las cuales hemos estado a solas con Hercules...”
“¿Y...?”
“¿Por qué no las hemos aprovechado para hacerlo tomar la pócima sin que Taryana se de cuenta?”
“”Porque...” dijo limpiándose la boca y dejando de lado la cuchara “por si nunca lo has notado, pequeña mía... cada vez que nuestro amigo está con nosotros, Taryana está vigilándolo muy de cerca... yo he notado su presencia en cada ocasión... si hubiésemos intentado darle la pócima, esta es la hora en que estaríamos o muertas o fuera del castillo, tal y como le sucedió a Iolaus”
“Al final no me contó bien que fue lo que le sucedió...” protestó la bardo
“Taryana trató de hechizar a Iolaus, pero no lo consiguió, debido a que Iolaus no está enamorado de nadie, solo pudo lograr que el se sintiera atraído por ella, pero solo era una simple atracción, nada fuerte como con Hercules, Al no estar completamente bajo su dominio, nuestro amigo pudo darse cuenta que algo andaba mal con esta mujer, el cambio de actitud de Hercules lo puso en estado de alerta, cuando trato de advertírselo Hercules por supuesto no le creyó y Taryana hizo que lo sacara patadas del palacio, ... su ojo morado demuestra que Hercules no fue muy amistoso para pedirle que se fuera...”
“Me preguntaba que le había sucedido... pobre Iolaus... es tan tierno...” dijo suspirando la rubia, Xena la miró seria
“Cuidado... rubia... mira que soy una mujer muy celosa de lo que es mío”
“¿Y acaso crees que yo soy tuya princesa guerrera?” rió burlona, Xena endureció la mirada y su rostro se torno frío y duro, Gabrielle se arrepintió de haber dicho eso y con la voz temblorosa por la angustia “Xena... es una broma... soy tuya, soy solo tuya... Iolaus no me interesa para nada, nadie me interesa solo tu mi amor... Xena, por favor” la guerrera soltó una estridente carcajada que hizo saltar a la bardo de su silla
“Ahora dime... ja, ja, ja, ¿quién es la buena actriz Gabrielle?, ja, ja, ja”
“Hay ocasiones en las que te detesto guerrera...” la miró con ojos asesinos, Xena la beso en los labios
“¿Ocasiones como estas...?” Gabrielle suspiró con deleite “¿Aún me detestas?” la besó nuevamente envolviéndola en un abrazo cálido, la bardo se acomodó en los brazos de Xena con placer
“¿Cómo podría detestarte después de esto” musitó
“Si... generalmente nadie me detesta después de que lo beso” dijo con gesto de autosuficiencia y superioridad, Gabrielle movió la cabeza de un lado a otro con un gesto de ‘Pobre guerrera ilusa’ “Nadie se resiste a mis besos...” ahora la mirada de la rubia era amenazante “Ahaaaa...” suspiró la guerrera “Eso me pasa por ser tan encantadora...” levantó las manos para detener la lluvia de golpes que le propino Gabrielle, mientras reía y se disculpaba con su amante “Ja, ja, ja... es broma bardo... ja, ja, ja solo es broma... detente... ja, ja, ja... detente...”


Taryana estaba cada vez mas irritable, lo que Xena y Gabrielle no sabían, porque el oráculo no se lo había dicho a la guerrera, era que cada vez que ambas se demostraban su amor, dentro del palacio, aunque Taryana no estuviese viéndolas o cerca de ellas, esta iba debilitándose mas y mas, se debía a que al haber concentrado sus esfuerzos en hechizar a ambas mujeres, había establecido una conexión con ellas, se valía de esta conexión para dragar a sus víctimas cada vez que estas se excitaban por ella, pero como Xena y Gaby se excitaban entre ellas, en vez de obtener energía, la perdía, y como ambas estaban tan enamoradas, sus demostraciones de amor eran cada vez mas frecuentes. Solo ansiaba el momento en que llegar la ceremonia, una vez unida al semidiós, esa conexión se rompería, tomaría toda la fuerza vital del hombre para si misma, podría mantener la apariencia humana para siempre sin perder energías, claro que su esposo en la noche de bodas dejaría de existir, pero eso era lo menos importante para ella, cumpliría el trato con Hera y podría vivir tranquila en el palacio, como ama y señora de esa aldea, sus poderes como demonio se fortalecerían, solo debía soportar un rato mas y todo habría terminado “Ya verán esas dos...” lo primero que haría sería encargarse de ellas, nunca debió dejarlas quedarse “¿Cómo iba a saber que estaban enamoradas la una de la otra?... de haberlo sabido jamas hubiese intentado hechizarlas” las haría sufrir, primero seduciría a esa rubia molesta con cara de niña buena y haría que la maldita guerrera las observara, haciéndola que se retorciera de rabia, luego le tocaría el turno a la guerrera y sería la rubia quien sufriría la tortura de ver a su amada guerrera disfrutando en brazos de otra mujer, eso les pasaría por intrusas, por haberse venido a meter donde nadie las invitó, de no ser por ese par, ella estaría bien, no se sentiría como ahora, a punto de desfallecer, debía mantener toda su concentración, o si no Hercules se daría cuenta de todo y sus plan fracasaría rotundamente, si eso pasaba, ella volvería al infierno, o peor aún, enfrentarse a la furia de Hera, era preferible volver al infierno, Hera podía ser peor que el mismísimo demonio cuando se lo proponía, sobre todo tratándose de Hercules, Hera lo odiaba a muerte, intentaba cualquier cosa para deshacerse del hombre que le quemaba de odio las entrañas “Cuando llegue la hora de la ceremonia, el templo estará lleno de gente, allí podré reabastecerme, tomaré de cada ser humano lo que necesito para recuperarme... secaré a este maldito pueblo... seré la mas poderosa de todos, no habrá nadie que se me resista... nunca mas... nadie... Ja, ja, ja “ rió estruendosamente en voz alta, Hercules la miró extrañado


“¿Qué sucede mi amor...?” pregunto asombrado, Taryana un tanto molesta y sorprendida trato de mantener la calma
“Nada... solo recordé algo gracioso que dijo tu amiga Gabrielle... es una chiquilla encantadora”
“Lo es... “ dijo el hombretón con una mirada tierna “Xena también es muy especial... ¿No lo crees?”
“Por supuesto que lo es... además de ser endiabladamente hermosa y atractiva, comprendo porque en algún momento de tu vida estuviste enamorado de ella...” su voz sonó fría
“¿Celosa...?” interrogó divertido
“No... se que eso quedo en el pasado... pero deberías decírselo a la rubiecita... cada vez que miras a su guerrera parece querer saltarte encima” Hercules rió fuerte
“Lo se... ja, ja, ja... me encanta ponerla celosa, si las miradas matasen... yo estaría muerto un millón de veces...” miró a Taryana con infinito amor “Aparte de nosotros dos... nunca había visto dos personas que se amaran tanto como ellas... es un amor tan grande y tan profundo que perdurará en este y todos los tiempos que vengan... tal y como el nuestro querida...” beso a la mujer con ternura “Ya quiero que seas mi esposa”
“Pronto estaremos unidos para siempre amor mío...” dijo besándolo nuevamente “Hasta que la muerte nos separe...” una sonrisa diabólica se dibujó en su rostro abrazando al hombre “Hasta que la muerte nos separe...”


Entre tanto en la aldea Iolaus y Joxer, estaban preparando a un grupo de gente para la ceremonia, explicándoles lo que debían hacer cuando se encontrarán allí, Iolaus se cercioró de que todos lo entendieran muy bien para que no hubiesen equivocaciones, la vida de su mejor amigo estaba en juego, Iolaus haría lo que fuese necesario para ayudarlo, sentía un gran cariño por Hercules, lo admiraba, siempre había querido ser como el, le dolía verlo convertido en un ser banal, egoísta, cruel, desalmado, esa maldita mujer lo había transformado, ahora que Xena le había contado lo que sucedía, entendía todo, ese no era su amigo y el lo recuperaría a como diera lugar
“Joxer... ¿está todo listo?” preguntó inquieto
“Humm... creo que si... Ehee... no entendí mucho todo lo que me dijiste...”
“Joxer... te lo he repetido un millón de veces” bufó Iolaus, tomándose la cabeza entre las manos “Si no puedes hacerlo... será mejor que te quedes aquí...” sentenció encolerizado
“Si puedo... Yo Joxer el poderoso... puedo hacer lo que sea, soy un magnífico guerrero... hábil... astuto... el mejor” dijo orgulloso con su típico gesto
“No se como Xena te soporta...” murmuró por lo bajo
“Porque Xena... reconoce mi talento “ dijo gallardo “soy su mano derecha... si no sintiera pena por Gabrielle ya estaría yo ocupando su lugar, me habría hecho su ayudante... ella confía plenamente en mis habilidades como el gran guerrero que soy, Joxer el magní...” no alcanzó a terminar la frase, cuando se encontraba de bruces en el suelo “...fico..”
“Joxer... fíjate por donde caminas...” rió Iolaus
“Ehee... no me caí... solo estoy oyendo, para ver si alguien nos sigue... Je, je, je ... siempre hago lo mismo... je, je, je...” Iolaus miró en todas direcciones, se encontraban en la plaza del pueblo, rodeados de gente que iba i venía
“¿Si nos siguen?” interrogó divertido “Está lleno de gente siguiendonos... Tonto, levántate de una buena vez o terminaré golpeándote” volvió a explicar a Joxer con cara de pocos amigos, lo que debían hacer en el palacio
“Es decir...” repitió caminando de un lado a otro y moviendo sus manos con gestos teatrales “que debemos evitar que entren otras personas, que no sean aquellas con las que hablamos ya que están preparadas para luchar contra esa cosa... Uy... “ tembló
“¿Tienes miedo?”
“¿Miedo?, JA, ¿miedo...?... Joxer el poderoso no conoce la palabra miedo, Joxer el poder...”
“¡¡¡Basta!!!” gritó el joven harto de oír a Joxer “¿Entendiste o no?”
“Ehee... si... creo que entendí... je, je, je”
“Bien... vamos entonces..” dijo caminando de prisa

Xena y Gabrielle se encontraban ordenando el salón, donde se llevaría a cabo la ceremonia, la bardo había hecho unos arreglos florales con rosas, lilas y azucenas, realmente bellos
“Tienes buen gusto Gabrielle... esos arreglos son hermosos” la bardo la miró risueña con ojos pícaros
“Si tengo muy buen gusto ... guerrera” le guiño un ojo y le tiró un beso sensual “Me gustas tú... que mejor ejemplo puede haber” rió, mientras continuaba trabajando, la guerrera se acercó a ella, despacio por detrás, abrazándose suavemente a su cintura, besando la parte trasera de su cuello
“Yo tengo mejor gusto que tu...” otro beso “Estoy enamorada de la mujer mas hermosa del universo...” la bardo recostó su espalda sobre el cuerpo de la guerrera, gozando de sus besos y sus suaves caricias, con delicadeza se apartó de ella besándola intensamente en los labios
“Tenemos que terminar con esto Xena...” suplicó en un quejido “luego tendremos todo el tiempo del mundo para nosotras... ¿De acuerdo?”
“No” protesto
“Xena...” censuró la bardo, la guerrera se apartó de malas ganas refunfuñando
“Esta bien... esta bien... “ agrego por lo bajo con una sonrisa maquiavélica “...ya verás esta noche...”
“Te oí Xena... te oí...” ambas rieron durante largo rato. Una marca de vela mas tarde, el salón estaba radiante y listo para que comenzara la tan esperada ceremonia.

Subieron a su cuarto para tomar un baño y vestirse, sobre la cama encontraron dos bellos trajes de fiesta, la bardo suspiró aliviada
“Que bien Xena... ya estaba preocupada pensando que tendría que asistir a la boda, con esta misma ropa...” la guerrera solo meneó la cabeza de un lado a otro, no le hacía gracia tener que vestirse con uno de esos elegantes trajes, prefería su indumentaria de guerrera, se sentía mas cómoda con ella
“Gabrielle...”
“Dime Xena...” respondió esta del baño mientras jabonaba su cuerpo
“Es necesario que nos vistamos con esta ropa...” dijo con cara de pocos amigos, haciendo un gesto de desagrado con la boca “Sabes que no me gusta mucho...” se quejó como una niña pequeña que no quiere comer su comida
“Te verás hermosa” dijo saliendo del baño envuelta en una fina tela, rió al ver la cara de Xena “no hagas pucheros guerrera... ve a bañarte”
“Gabrielle...” suplico
“Fin de la discusión Xena, te bañas y te vistes con esto...” dijo mostrándole el vestido de fiesta, la guerrera entro al baño pateando el suelo en señal de disgusto. Mientras Xena se bañaba, Gabrielle comenzó a arreglarse, cuando la morena salió del baño, Gaby estaba lista, al ver a su bardo, a la guerrera se le cortó la respiración, quedó pasmada, con la boca abierta, sin poder articular palabra alguna. Gabrielle se veía majestuosa, su cuerpo ceñido por un delicado vestido blanco que dibujaba sus curvas sutilmente, sostenido de sus hombros por unos finísismos tirantes, sus pechos asomaban insinuantes por el amplio escote que se extendía por su espalda descubierta totalmente, sus pies envueltos en tiras del mismo color, trenzándolos con elegancia, un suave rubor en sus mejillas, una delgada línea negra sobre sus párpados, que acentuaba aún mas el hermoso y profundo verde de sus ojos, un leve brillo en sus provocativos y sensuales labios
“Estas... magnífica Gabrielle...” exclamó volviendo a respirar “...los dioses del Olimpo deberían arrodillarse ante tu belleza...” inclinándose ante la maravillosa mujer que tenía frente a ella, la bardo carraspeó nerviosa, acercándose a Xena y obligándola a levantarse
“...No hagas eso por favor Xena... “ pidió incómoda “Haces que me avergüence...” totalmente sonrojada, miraba a la morena con ojos tímidos y suplicantes “...por favor...” se quejó dolida
“Es que le quitas el aliento a cualquiera amor mío...” hizo un mohín de molestia con su boca curvándola hacia un costado “No se si quiera que todos te vean así... bardo mía... me sentiré celosa...” gruñó tiernamente, Gabrielle sonrió
“¡Vístete de una vez que se hace tarde mujer...!”
“Como usted ordene... alteza...” hizo una reverencia
“Xena...” se quejo la rubia
“Ups...” se alejó riendo


La guerrera terminó de arreglarse, se dio la vuelta para mirar a su amante, Gabrielle la observó extasiada, la belleza de Xena instalada en ese vestido de cuero negro, que apenas cubría su desnudez, era abrumadora, frunció el ceño severamente
“...Oh no... no... no y no... me niego rotundamente a que bajes vestida así Xena... no lo permitiré... “ cruzó los brazos sobre su pecho mirándola fijamente
“Gabrielle...” se ruborizó la guerrera
“Dame una sola razón, para dejarte bajar así...” gruño
“Porque soy tuya amor mío... solo tuya... los demás solo pueden mirar... lo que solo tú puedes tener y... tocar” dijo sugerente elevando su ceja, Gabrielle se colgó de su cuello mientras la besaba
“Es una excelente razón...” sus ojos desbordaban pasión por la guerrera “me sentiré orgullosa de tener una amante tan perfectamente exquisita... seré la envidia de todos...” rió bajito escondiendo la cara en el pecho de Xena
“¿Qué?” protestó Xena “¿Qué es tan gracioso?”
“Se volverán locos por ti Xena... Oh... me encanta esto...”


Su entrada al salón tomadas de la mano, dejó a todos los presentes sin habla, hombres y mujeres por igual, quedaron estupefactos, avanzaron lentamente por el largo pasillo hacia el semidiós que se encontraba fascinado ante la aparición de tanta belleza junta
“Son hermosas...” murmuraba la gente
“Son unas diosas...”
“Son perfectas...”
“¡¡¡Cielos!!!...” balbuceó Hercules “No se cuál de las dos es mas hermosa... se ven radiantes” ambas sonrieron gentilmente “Xena... no se si aún quiera casarme con Taryana...” bromeó el hombre, la bardo lo fulminó con una sola mirada “Lo siento Gabrielle...” se disculpó divertido “Pero quita el aliento esta belleza...” puso su mano en el hombro de Xena, Gabrielle retiró la mano de Hercules de ‘Su’ guerrera y dijo con voz sarcástica
“ ...No olvides que esta belleza...” acarició el cuello de Xena con sensualidad “... Ya tiene dueña...” tomó a la princesa de la mano atrayéndola a su lado, Xena capturó su cintura con rostro radiante de dicha, Taryana entro al salón y caminó hacia ellos, quedó impactada por la belleza de las dos mujeres, no pudo disimularlo
“Demonios... ustedes dos son... preciosas... son el broche de oro para mi matrimonio” Gabrielle la miró intrigada, la mujer se paso la lengua por los labios “Me gustaría verlas esta noche...” invitó con mirada sugerente a las mujeres ” Sería... fantástico...” su sonrisa hizo que la bardo temblara de pies a cabeza, era demoniaca, un escalofrío la recorrió entera, Xena la abrazó mas fuerte tratando de tranquilizarla, con el rostro mas inmutable que podía mostrar, devolvió la sonrisa a Taryana


“No esta noche... cariño...” interrumpió Hercules “Esta noche seremos solo tu... y yo... será una fiesta privada... Ja, ja, ja” Xena vio entre la gente a Iolaus y a Joxer, el joven rubio le hizo una seña indicándole que todo estaba listo, la guerrera dio una significativa mirada a Gabrielle, quien comprendió que era el momento de actuar
“Hercules...” hablo ceremoniosamente, como preparándose para empezar a narrar, como siempre lo hacía una de sus historias, las personas del salón comenzaron a rodearlos disimuladamente, el círculo se cerró y la bardo continuó hablando “...Dentro de unos momentos mas... serás un hombre felizmente casado querido amigo mío... ya no podrás pensar en otras mujeres...” bromeó risueña “Por lo tanto Xena...” se acercó al hombre y le susurró “...Mi Xena...que quede claro...” continuó hablando para todos los demás “Te dará un obsequió de despedida de tu vida de soltero... este es nuestro presente de bodas para ti... Xena... por favor...” Le dio el pase con un ademán de su mano “... Puedes proceder...” se apartó unos centímetros, la guerrera se acercó sensual al asombrado héroe, acariciando su rostro con la palma de la mano sonrió invitándolo a acercarse, puso la mano en la nuca del musculoso hombre acercando su cabeza hacia ella, entreabriendo sus labios atrapó la boca de Hercules sin resistencia e introdujo en ella su lengua, Taryana hizo el amago de detenerla, la bardo sujetó a la mujer delicadamente “Es solo un beso de despedida, no te preocupes... luego de esto será todo tuyo...” junto con el beso Xena, pasó la pócima a la boca de su amigo, Hercules tragó con cierta dificultad sin percatarse de nada, el beso lo dejó sin aliento, tardó unos segundos en recuperarse
“Felicidades Hercules” sonrió Xena “Ahora te puedes casar...” Taryana notó que algo extraño sucedía, miró a la gente que la rodeaba intentando reponer sus debilitadas fuerzas
“¿Qué sucede...?” gimió, retorciéndose de dolor “¿Por qué me estoy debilitando... cada vez mas...” aulló, Hercules sacudió la cabeza despejándose, como despertando de un oscuro sueño, la venda cayó de sus ojos y pudo ver por primera vez quien era realmente Taryana, la mujer con la que estaba a punto de casarse, aún se sentía aturdido y le costaba razonar


“Bienvenido amigo mío...” saludó la guerrera palmeando fuerte la espalda del hombre
“¿Qué... que sucede... Xena... Gabrielle... ¿qué está pasando aquí...?” un mareo lo hizo sujetarse del altar
“Luego te lo explico...” respondió Xena mientras Taryana seguía retorciéndose de dolor, con el rostro desfigurado “¿Te duele...?” preguntó la guerrera sarcásticamente, de pronto la mirada de Taryana se fijó en alguien de la multitud, comenzó a levantarse con la misma sonrisa que hizo temblar antes a la rubia
“¿Sabes lo que soy... verdad Xena?” chillo agudamente, la guerrera hizo un gesto de dolor tapándose los oídos “Nunca debí dejarlas entrar al palacio...” protestó en un gruñido, comenzó a moverse de modo sensual
“Gabrielle... Iolaus... algo está sucediendo, está fortaleciéndose... “ gritó “se está alimentando de alguien aquí... averigüen quién Tártaros es” diciendo esto, lanzó un golpe directo al rostro de Taryana quién salió disparada hacia atrás chocando con una de las paredes del salón y cayendo pesadamente al suelo, Iolaus y Gabrielle comenzaron a buscar desesperadamente por todo el lugar a la persona de la cual Taryana se estaba alimentando, la mujer se levantó de un salto y atacó a la guerrera con un movimiento tan rápido, que Xena no pudo esquivarla, recibiendo en su estómago, todo el peso de los pies de Taryana, Xena salió disparada a veinte metros del lugar, destrozando en su aterrizaje un gran altar, intentaba levantarse cuando la demonio ya estaba nuevamente sobre ella, golpeándola una y otra vez, la guerrera lanzó un golpe al estómago de Taryana haciéndola retroceder, la mujer volvió al ataque con mas furia que antes, un golpe tras otro, Xena sangraba abundantemente por la nariz y por la boca, no le daba tiempo de evitar los golpes, la fuerza de la demonio aumentaba, el resto de las personas habían perdido la concentración por ver la pelea que se llevaba a cabo en el lugar, la guerrera estaba en muy malas condiciones, de pronto Iolaus vio a Joxer con cara de idiota enamorado mirando fijamente a Taryana


“Gabrielle... es Joxer...” le gritó a la rubia “Joxer... Joxer despierta...” gritaba abofeteándolo con fuerzas, Joxer seguía en trance con una sonrisa estúpida instalada en la cara, Iolaus miró angustiado a la bardo
“Iolaus...” suplico la rubia “Tienes que hacer algo... esta matando a Xena” gemía entre profundos sollozos “...la está matando...” la guerrera tenía varias costillas y huesos rotos, respiraba con dificultad, la demonio estaba gozando con eso, Xena cerró los ojos porque estaba comenzando a ver nuevamente en ella a su bardo, Hercules continuaba aturdido, Xena intentó levantarse con gran dificultad y antes de recibir un nuevo golpe logró musitar
“Gabrielle... besa a ... Joxer...” el golpe la tiró contra la pared, su visión comenzó a nublarse “...besa a Joxer...” volvió a decir antes de perder el conocimiento
“Que... “ gritó la angustiada bardo, sin pensarlo mucho tomó la cara de Joxer entre sus manos y le estampó un ardiente beso diciendo “Esto solo lo hago porque te amo Xena...” Taryana se detuvo de golpe mirando hacia donde estaba la rubia, una puntada en el vientre la hizo doblarse de dolor
“Noooo...” aulló, saltando sobre la joven que continuaba besando a Joxer, el cual comenzaba a despertar del trance, de un salto Iolaus detuvo el ataque de la mujer, rodando ambos por el suelo, la mujer rugía de rabia y dolor, Iolaus se levantó y lanzó una patada directa al rostro de Taryana, haciéndola volar al otro lado del salón, chilló revolcándose en el suelo, con movimientos cada vez mas veloces, hasta quedar inconsciente
“...Ya puedes dejar de besarlo... Gabrielle” dijo Xena en un quejido, que pretendió sonar molesto, la joven se aparto de Joxer con un gesto de desagrado


“Aj... Aj... “ dijo asqueada limpiándose la lengua con las manos una y otra vez mientras escupía, corrió hacia la guerrera angustiada “Xena... ¿cómo te sientes mi amor...?... Xena... cariño... ¿estás muy herida... ¿te lastimó mucho esa maldita?” acunó la cabeza de la guerrera en su regazo, besando su cabello y su frente, Iolaus corrió hacia ellas arrodillándose a su lado
“Xena... ¿te encuentras bien?” las lágrimas no paraban de correr por la cara de Gabrielle, Xena comenzó a toser ahogándose con su propia sangre que no paraba de fluir, Gabrielle la obligó a sentarse para evitar que se ahogara, un quejido agudo escapó de los labios de Xena
“Ay...”
“¿Te hice daño...?, lo siento, lo lamento... cariño...” no podía dejar de llorar angustiada “Xena... háblame por favor...” Joxer continuaba mirándola con cara de idiota “Dime algo Xena...”
“...Deberías ver... como... quedo el otro... Gabrielle...” musitó entre quejidos la morena
“Oh Xena... Xena...” lloraba y reía a la vez, mientras besaba cada parte del rostro de la maltrecha guerrera
“Joxer...” dijo Iolaus “Ve a buscar a un sanador...”, Joxer no se movió del lugar, continuaba mirando a Gabrielle con ojos enamorados, la joven lo miró furiosa y le gritó con todas sus fuerzas
“Joxer... ve a buscar un sanador” Joxer despertó de un salto
“Un sanador... un sanador.. claro Je, je...” salió corriendo, no sin antes tropezar con varios objetos al salir del salón
“No hace falta...” un hombre alto y moreno salió de entre la multitud “Yo soy sanador... déjame ver a tu amiga pequeña...” pidió educadamente, examinó durante unos minutos a la guerrera, tocando en un lugar y otro de su cuerpo, por fin rompió el silencio “Tiene varias costillas rotas... fracturas en su brazo izquierdo y en su hombro, muchas contusiones producto de los golpes...” la desesperación se reflejaba en el rostro de la joven mujercita que continuaba aferrada a su amada “...pero no hay daño interno pequeña... solo está adolorida y bastante magullada... debemos subirla a su cuarto” miró a Iolaus “Ayúdame a subirla” pidió amable pero firme
“Yo lo haré” dijo una voz familiar, todos los rostros se volvieron hacia ella “es lo menos que puedo hacer por ella... después de todo, esto le sucedió por mi culpa, por intentar salvarme... ¿no?”
“Hercules” grito Iolaus emocionado “regresaste...” abrazó a su amigo con alegría “Por fin regresaste ”
“Así es amigo... regresé... y todo se lo debo a ustedes... gracias” tomo a la guerrera en sus poderosos brazos, como si no pesara nada y subió con ella al cuarto que ocupaba con Gabrielle


“Suban” dijo el sanador, caminando hacia Taryana que aún seguía inconsciente “Yo iré en un momento...”
Hercules depositó a Xena con delicadeza sobre la cama, la bardo arregló las almohadas para que estuviese cómoda, el sanador entro unos momentos mas tarde, traía consigo vendas, unas tablillas y un gran cuenco con agua, dejó todo sobre una pequeña mesa y se sentó al lado de la inconsciente mujer
“Todos deben salir...” ordenó, Gabrielle ahogó un quejido “...Tu puedes quedarte pequeña...” le sonrió paternalmente “No voy a separarte de tu guerrera... no te angusties...” con infinita paciencia curó las heridas de Xena, compuso sus huesos rotos uno a uno, entablilló su brazo y inmovilizó su hombro “Está lista...” murmuró “Ahora depende de ella... el recuperarse bien...” Xena abrió pesadamente los ojos
“...Gabrielle...”
“Aquí estoy Xena...”
“Gabrielle...”
“Aquí estoy Xena... aquí estoy” tomó su mano y la beso con ternura, apoyándola en su mejilla y acariciándola con ella, la guerrera sonrió con gran dificultad
“¿Estás bien...?” la rubia asintió con la cabeza “¿Segura...?”
“Si amor... estoy bien”
“Y... la demonio?”
“Ya me encargue de ella guerrera” respondió el sanador “No debes preocuparte mas”
“¿Tú?” exclamó Xena
“Si guerrera... yo”
“Me curaste...”
“No solo soy un buen oráculo Xena...”
“Taryana...que...”
“Te dije que ya me encargue de ella, está donde debe estar... donde pertenece, no volverá a molestarlos nunca mas, no te preocupes...” tomó la mano de ella entre las suyas y la apretó con afecto “Descansa... ya todo termino, ahora solo debes concentrarte en recuperarte y en...” miró a Gabrielle con una dulce sonrisa “hacer feliz a esta hermosa mujercita que te ama con toda su alma... eres afortunada guerrera... nunca lo olvides... el amor es la fuerza mas poderosa que existe en el universo y tu lo tienes de sobra”
“Eso es lo que siempre dice Gabrielle...” se quejó “¿Estás seguro de que no estuviste hablando con ella...?” intentó reír, pero solo consiguió toser “Puede ser muy... convincente... cuando se lo propone...” acabó de decir, echando la boca a un lado, con una tenue sonrisa


“Veo que no has perdido tu sentido del humor...” protestó la bardo mas tranquila al ver que su amada bromeaba
“¿Contigo a mi lado... como podría perderlo Gabrielle?
“Oh Xena... puedes ser tan dulce cuando lo deseas...” besó los labios de su amada
“Gaby...” dijo Xena incómoda, haciéndole una seña “No estamos solas”
“Ups... lo siento...” bajó los ojos avergonzada, el hombre rió con fuerzas doblando todo su cuerpo
“Nunca lo sientas muchacha... y tu guerrera no pierdas la oportunidad de besar a esta hermosa mujer, porque hayan otras personas, el amor que ella te expresa es único y tu lo sabes, no le quites esa libertad...”
“Lo siento... Gabrielle... lo siento mi amor, es verdad, no debemos avergonzarnos de este amor que sentimos, es puro... es bueno...” volvió a toser
“Xena... no te preocupes... descansa yo...te amo”
“Y yo a ti... si a los demás no les gusta, pues que no miren...” Gabrielle volvió a besarla, el hombre sonrió francamente
“Ya pueden entrar... “ gritó el sanador hacia la puerta, tres rostros con expresión de niños atrapados en una travesura asomaron en el cuarto sonrientes “Adelante pueden ver a su amiga...” se levantó “Me retiro guerrera... sabes donde puedes encontrarme si me necesitas”
“Gracias...” dijo la bardo abrazándola con cariño “Gracias”
“Cuídala mucho... y cuídate tu hermosa... Hey guerrera...”
“¿Sip?”
“Te dejó en buenas manos... en las mejores manos... pórtate bien y hazle caso a la pequeña en todo... ¿oíste? En todo lo que diga... tiene el corazón mas puro que he visto alguna vez... siempre te dará un buen consejo, deja que ella te guíe... vendrán tiempos oscuros, pero juntas podrán superar cualquier cosa que se les presente... promételo...”
“Lo prometo....” respondió Xena, mientras el hombre salió del cuarto y desapareció silenciosamente
“¿Cómo te sientes?” preguntaron a coro los tres hombres
“Sobreviviré... “ rió apenas “No soy fácil de matar...”
“Gracias da los dioses” dijo suspirando Gabrielle
“¿Y tu amigo... como te sientes...?” Hercules alzó los brazos como exibiendose
“Bien... supongo... gracias a ti”
“No solo gracias a mi...”
“Lo se... gracias a todos... es bueno contar con amigos como ustedes... la verdad es que no se bien que me sucedió...” dijo avergonzado “no se como no me di cuenta de lo que me estaba pasando”
“Vamos amigo mío...” lo reprendió Iolaus “Sabes que no fue tu culpa... Taryana... si ese era su verdadero nombre... era muy poderosa...”
“Así es “ Dijo Xena tosiendo nuevamente “A nosotras también nos afectó al principio ¿verdad Gaby?”
“Así es Xena...” con cara pensativa preguntó “Aún no comprendo bien ¿cómo pudimos evitar caer en el hechizo de esa mujer”
“Supongo...” respondió Hercules “que estaba concentrando la mayor parte de su fuerza en mantenerme cautivo a mí... no pudiendo usar todo su poder en ustedes dos, así les fue mas fácil no caer de lleno en sus garras...”
“Eso debe haber sido” aseguró Iolaus
“De no haber aparecido ustedes yo... quizá hubiese...”
“Muerto” termino la frase la guerrera
“Así es... podría haber muerto” su cara mostraba aflicción “Ya arreglaré cuentas con Hera” dijo elevando su puño al cielo “Mientras tanto... ustedes queridas amigas y amigos, permanecerán en el palacio hasta que esta ruda y hermosa guerrera se recupere totalmente...” asomó una gran sonrisa en su rostro
“¿Qué harás ahora?” pregunto Joxer
“Creo que debo componer... algunas de las cosas que descompuse antes...”
“¿A que te refieres?” pregunto Gaby


“He sido muy cruel... sobre todo con los aldeanos...” dijo apesadumbrado “debo recompensarlos por todo el mal que les cause... no se como, pero ya encontraré la forma de lograrlo” sonriendo beso a la guerrera en la frente he hizo lo mismo con la bardo que ya había fruncido el ceño “es solo un beso de amigo... rubia gruñona...”
“Mas te vale musculoso...” manifestó parándose frente a el “...si no... te las verás conmigo”
“No te lo aconsejo...” rió Xena guiñándole un ojo
“Te creo...” dijo Hercules riendo “No es bueno enfrentarse a una bardo furiosa...”
“Y enamorada... “ agrego Iolaus “... lo lamentarías por el resto de tus días...”
“No te preocupes amigo mío... no tengo intenciones de morir tan joven... y menos en manos de una chiquilla habladora e irritante...” dijo sarcástico
“Cuidado con lo que dices amigo “ advirtió Iolaus “Hay una guerrera que te está mirando con ojos asesinos” Hercules llevándose las manos al pecho se inclinó ceremoniosamente
“Me disculpo por lo que dije de tu amada, guerrera... no es habladora y no es irritante” dijo sonriente
“Si que lo es...”
“Xena...” protestó Gabrielle
“Pero es mi habladora... y mi irritante bardo... y no la cambiaría por nada del mundo” dijo regalándole la mejor de sus sonrisas
“Bueno...” voceo el hombre alto “Nos vemos mas tarde” salió de la habitación
Entre tanto la cara de Joxer mostraba una total confusión, Iolaus le dio un codazo para despertarlo de su trance
“¿Qué te pasa Joxer?” bromeo el rubio
“...¿una bardo enamorada...?” repitió Joxer en voz alta
“...Joxer...” pidió Xena incómoda
“... Tu amada...” continúo hablando
“Joxer...” volvió a pedir la princesa
“... no entiendo eso...” miró a Gabrielle directo a los ojos, esta bajó la cabeza abrumada, esquivando los ojos del confundido joven
“Hey...” dijo Iolaus incómodo por la situación
“...¿de quien estás enamorada Gabrielle...? “ preguntó con angustia
“Joxer...” escucha...” pidió el joven rubio
“¿de quien estás enamorada Gabrielle?” volvió a preguntar sin dejar de mirarla, haciendo oídos sordos a Iolaus
“...de Xena...” dijo entre dientes la bardo mientras las lágrimas escapaban de sus tristes ojos verde esmeralda
“... ¿De quien...?” volvió a preguntar con el rostro lleno de asombro e incredulidad
“De Xena” gritó fuerte llorando
“...¿De Xena...? pero ella es... y tu eres...” la miró risueño “Ya se es una broma... ¿verdad?” habló adoptando su típico tono


“No Joxer...” dijo la guerrera con tristeza
“Si es una broma... vamos Xena... ¿me van a hacer creer que tu y Gabrielle?... ja. Ja... creen que soy tonto? ”
“...lo siento Joxer...” dijo Gabrielle con el rostro mojado por el llanto
“¿Lo sientes.. entonces es...es cierto....?” preguntó sin entender
“Se lo que tu sientes por mi... lo lamento... pero mi corazón pertenece a Xena... no podría amar a nadie mas que a ella... perdóname ...” suplicó acongojada. Joxer deglutió saliva con dificultad observando con ojos atónitos a la bardo, Gabrielle sintió que el corazón se le apretaba dentro del pecho, la angustia de su amigo le calaba hondo, Xena por primera vez no sabía que decir ni que hacer, se revolvía inquieta en la cama, le dolía ver a su amigo en ese estado y le dolía aún mas ver a su amada Gabrielle sufriendo tanto
“Joxer tienes que entender...” dijo quedamente la guerrera
“¿Tengo que entender Xena...?” dijo en un tono bastante sarcástico con los ojos bañados en abundantes lágrimas
“Joxer...” pidió Gabrielle acercándose a el
“No me toques Gabrielle...” la aparto herido “lo último que necesito ahora... es que tu me toques... ”
“...pero...” suplico la rubia con una tremenda angustia reflejada en su cortada voz
“Tengo que salir de aquí...” balbuceó confundido, dejando la habitación y dando un portazo tras de si, Gabrielle se echo a llorar desconsoladamente
“Ven aquí cariño...” pidió Xena, la bardo se refugió en los brazos de su compañera, dejando escapar largos y sentidos sollozos “Tranquila amor... todo va a estar bien... tranquila”
“Xena...” hablaba entre sollozos “... yo no quería lastimarlo... tu sabes que yo no quería hacerlo... pobre Joxer...” gemía “... yo no quería lastimarlo”
“Sabemos que no querías lastimarlo Gaby...” intentó tranquilizarla Iolaus “Esto no es algo que se planeo... solo sucedió, nada mas... no te culpes por ello... el amor es así amiga... o lo sientes o no lo sientes... no puedes obligar a tu corazón a amar a alguien específico...” acariciaba el rubio cabello de su desesperada amiga, mientras cruzaba angustiadas miradas con la guerrera que sentía el alma aprisionada de dolor “... si Joxer te ama de verdad... como dice hacerlo... tendrá que entender lo que te sucede... no te culpes, no has hecho nada malo Gabrielle... el tendrá que entenderlo, solo dale tiempo... estoy seguro que lo entenderá...”
“Vamos cariño... “ suplicaba Xena “sabes que Iolaus tiene razón...”
“Lo se Xena... pero no por eso deja de dolerme...”
“Se que duele... pero ya se te pasará, lo prometo amor... lo prometo”
“¿Y que pasará con Joxer Xena.... dejará de dolerle también?” preguntó deshecha
“... con el tiempo si dejará de dolerle amor mío... yo hablaré con el, trataré de explicarle que nunca quisimos dañarlo, no pedimos enamorarnos, pero sucedió... y doy gracias a los dioses por eso... “
“Pero Xena...”
“No Gabrielle... yo quiero a Joxer, pero no voy a disculparme por amarte, ni porque tu me ames a mi, tu eres lo mejor que me ha pasado en la vida... si el no es capaz de entenderlo... pues lo lamento mucho... no voy a dejar de estar contigo porque el te ama a ti, no voy a renunciar a tu amor por el... ¿vas a renunciar tu a mi amor?”
“No Xena...” sollozó
“Yo tampoco lo haré... aunque lo quiera mucho...”
“¿De verdad me quieres Xena...” preguntó una voz tímida
“Joxer...” exclamó la guerrera , el joven había entrado sin que lo oyeran, esto le había permitido escuchar toda la conversación
“¿De verdad me quieres...?” volvió a preguntar incrédulo
“Bueno...” respondió incómoda la guerrera “se que a veces te trato muy mal y todo eso... es que hay ocasiones en las que me exasperas Joxer...” haciendo un gesto de cariño con la boca continuó “pero si te quiero...”
“Nunca me lo habías dicho...” dijo triste
“Lo siento... “ se disculpó molesta consigo misma “no soy muy buena con las palabras como lo es Gabrielle... pero ambas te queremos Joxer... eres un buen amigo” dijo acariciando su brazo
“Gracias...” dijo sonriendo “Gabrielle...” pidió suavemente
“Joxer... yo...” trato de hablar la bardo sin conseguir dejar de llorar
“Escúchame Gabrielle... yo siempre supe que ustedes dos se amaban... esto no es una novedad para mi...” miró dulcemente a la rubia “creo que todos lo sabíamos ¿verdad Iolaus?”
“Así es” afirmo el rubio
“¿Todos lo sabían?” pregunto asombrada Xena
“Todos lo sabíamos... excepto ustedes dos claro está... no querían darse cuenta y yo basé mis esperanzas en eso, pero siempre supe que no tenía oportunidad contigo Gabrielle...” rozo la mejilla de Gabrielle con sus dedos “Siempre supe que esto pasaría alguna vez... no estés triste por mi amiga mía... es verdad que yo te amo y nunca dejaré de amarte... pero te amo para que seas feliz, no importa que no sea yo quien te haga feliz... me basta con verte contenta, con verte sonreír... si tu eres feliz Gabrielle... también yo lo soy...” a estas alturas todos lloraban desconsoladamente “...se que para ti es difícil saber esto... pero quiero pedirles que por favor no me alejen de sus vidas... quiero seguir estando cerca de ti...” dijo limpiándose las lagrimas con el puño de su saco “quiero que sigamos siendo los mejores amigos como hasta hoy lo hemos sido... perdona por haber actuado de una forma tan irracional, perdónenme las dos, quiero que sean felices... Xena cuídala mucho, porque si la haces sufrir te las tendrás que ver conmigo... “ dijo levantando el pecho gallardamente “Recuerda que soy... Joxer el poderoso... y que puedo acabar contigo fácilmente guerrera...” todos comenzaron a reír


“Eso es verdadero amor...” dijo el rubio
“Ven aquí...” dijo Xena abrazando a Joxer y a su adorada bardo, Iolaus se unió al abrazo, hasta que la guerrera comunicó con un leve quejido que la estaban aplastando mucho “Basta de tanta cursilería...” insto a que se separaran de ella, asegurándose de que Gabrielle permaneciera a su lado
“Estás bien Xena?” quiso saber la rubia
“Estoy cansada...” pronunció quedamente cerrando sus ojos con fatiga, Gabrielle acariciaba su cabello con devoción, las caricias hacían que sus ojos se sintieran pesados, eran relajantes “Que bien se siente eso Gabrielle...”
“Duérmete amor...” susurraba a su oído mientras continuaba pasando sus dedos por la cabeza de Xena
“Humm... se siente bien eso Gaby... muy bien...” momentos mas tarde la guerrera se sumió en un profundo y reparador sueño.

Despertó ya entrada la noche, unas cuantas velas iluminaban la habitación que olía a esencias florales
“Gabrielle...” llamó inquieta
“Aquí estoy Xena” manifestó solícita la mujercita, la morena se adentró en la profundidad de esos hermosos ojos verdes que tanto amaba
“Hola...” saludó
“Hola... dormilona” respondió pletórica la bardo “¿Cómo te sientes?” consultó inquieta
“...He tenido días mejores...” rió suavemente, depositando un beso en la mano de Gabrielle, sin dejar de mirarla “Pero... ahora que mis ojos te ven... me siento de maravilla... eres el mejor remedio que existe, la verdad que eres el único remedio que necesito tomar para sentirme mejor nuevamente...” Gabrielle sonrió gustosa “Es cierto... el oráculo me lo dijo, dijo que tu eras la medicina que debía tomar durante todos los días... hasta que sea viejita y arrugada...” la bardo continuaba riendo embelesada
“¿Y no te aburrirás de tomar a diario la misma medicina?” preguntó con ojos soñadores
“Nunca podría aburrirme de ti... siempre me sorprendes... me diviertes...” se estiró quejándose de dolor
“Xena... tienes que comer algo” dijo firme la rubia
“No tengo hambre Gabrielle...” protesto con cara de niña
“Recuerda lo que dijo el oráculo guerrera...”
“¿Sobre la medicina...?” pregunto divertida
“Sobre hacerme caso en todo...” frunció el ceño severa, la guerrera suspiró hondo y se rindió con una mueca de resignación
“Lo que tu digas...” Gabrielle mando a traer la comida
“La traerán dentro de unos momentos” acomodó los cojines en la cama ayudando a sentarse a su amada, la guerrera soltó un quejido agudo, la bardo examinó los vendajes con suma delicadeza, verificando que todo estuviese bien
“Estoy bien Gabrielle” protestó Xena
“Después de comer... volverás a descansar... y yo te contaré una hermosa historia” sonrió dulcemente atendiendo la mirada de su guerrera, la morena enarcó una ceja acompañando este gesto con un mohín de descontento “¿Qué?” pregunto Gabrielle curiosa
“Nada...” respondió la guerrera amurrada, Gabrielle encontró exquisita la actitud de Xena, parecía una pequeñita molesta
“Que?” volvió a preguntar con ternura
“...Bueno creí que tu querías que te enseñara... algunas cosas sobre...” un brillo sugerente asomó en los azules ojos “...hacer el amor...” explicó abatida, la bardo no pudo evitar soltar una sonora carcajada
“No te rías Gabrielle...” reclamo molesta
“Ja, ja, ja... no tienes remedio amor mío... ja, ja, ja “ abrazó a la mujer mas alta con ansias, besando sus ojos, su nariz, su boca lastimada, acarició sus labios tersos
“¿Qué?” pregunto la guerrera ronroneando
“Te amo Xena...” susurró a su oído “No imaginas cuanto amor me haces sentir, eres un ser delicioso, eres bellísima... la mujer mas hermosa que jamás haya visto, eres tierna...”
“Solo contigo amor...”
“Eso espero... no me gustaría tener que pelear con otra persona por tu amor... “
“¿No lo harías?”
“Por supuesto que lo haría, sin dudarlo... y que los dioses la amparen guerrera, hay de la que se atreva a disputarme tu amor... allí sabrán quien es la verdadera bardo de Potadia... “ hablaba con un brillo que Xena jamás había visto en sus ojos, parecía que arrojaban chispas, detuvo la vista amenazante en la asombrada guerrera “Y tu mi amor... sabrías de lo soy capaz”
“Upss...” soltó una exclamación Xena
“Si... Upss “ amenazó la bardo, la morena rió de buenas ganas mientras se tomaba sus adoloridas costillas
“Eres de armas tomar... pero me encanta que seas así...” le dio un tierno beso “Jamás tendrás que pelear con nadie por mi amor Gabrielle.... porque es solo tuyo”
“Mas te vale... mas te vale” dijo contenta abrazándola
“”Palabra de guerrera....”
“Cuando te recuperes bien... podrás enseñarme todo lo que quieras sobre hacer el amor contigo... de ti depende el tiempo que tardes vida mía...” la guerrera aseguró
“Te prometo que mañana mismo estaré en óptimas condiciones...”
“¿Tantas ganas tienes?” pronunció uniendo su boca a la de ella en otro profundo beso, Xena la apartó con asombro cuestionándola
“¿Acaso tu no Gabrielle...?”
“¿Yo?” mostrando indiferencia en la voz alardeó “¿Tener ganas...?”
“Gaby...” protestó amenazante la guerrera
“Tonta...” musitó la bardo acunándola en sus brazos “Yo... me muero de ganas por estar contigo Xena... siempre me he muerto de ganas por estar así, de esa forma mi adorable princesa guerrera” comenzó a mecerla con increíble lentitud, Xena se acurrucó en los brazos de su amada, sentía los ojos pesados, su cuerpo increíblemente relajado, estar así con Gabrielle era lo mejor que le podía suceder, la bardo curaba todos sus males, la bardo le había sanado el espíritu maltrecho “Te amo Xena... siempre te amaré... nunca te dejaré sola... recupérate pronto vida mía” antes de abandonarse por completo a los brazos de Morféo, la guerrera susurró
“Mañana... arreglaremos cuentas tu y yo Gabrielle... mañana...” el sueño las venció por completo

“La comida está lista...” dijo Hercules entrando con la bandeja, se encontró con las dos mujeres dormidas una en brazos de la otra, sus rostros reflejaban paz y quietud “Se ven hermosas así juntas” susurró muy despacio “Que duerman bien, amigas mías, mañana será otro hermoso día...” apagó todas las velas y salió muy despacio para no despertarlas, con una sonrisa instalada en su rostro “Que duerman bien...”

FIN


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