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- Disclaimers: Xena: Princesa Guerrera, Gabrielle: Reina Amazona, son absoluta propiedad de copyright de MCA/Universal y Renaissance Pictures. Esta historia no puede ser vendida o usada en beneficio de ningún tipo, pues hay derechos de autor propios.

- Advertencia: ESTA ES UNA HISTORIA DE AMOR DEL BUENO, así que si no te gusta, ya sabes...

- Dedicatorias: Esta historia me gustaría dedicársela a una bellísima persona y exquisita bardo FFMORGAN, una mujer capaz de amar con todo su corazón, que cree en el amor verdadero y que ha sido capaz de escucharme y aconsejarme. Muchas gracias. También se la dedico a las grandes personas y actrices Lucy Lawless y Reneé O'Connor. Pero sobre todo, quiero que esta historia que tanto me gusta, esté en honor y en memoria del maravilloso Kevin Smith.

- Mi correo: Esta historia me gusta mucho, así que si os apetece escribirme y decirme qué os ha parecido, hacedlo a lucy_xen@hotmail.com


DECISIÓN ACERTADA

By: Shyara

A la mañana siguiente, una bella rubia yacía sobre la cama, acurrucada entre las sábanas. Xena, tras haber meditado toda la noche de cómo pedirle matrimonio al amor de su vida, se acercó a ella y se sentó a su lado. Un suave beso en la comisura de los labios de Gabrielle fue el causante de su despertar.

- Buenos días mi dormilona -.
- Buenos días- dijo estirando su cuerpo y bostezando.
- Te he traído el desayuno -.
- ¿Tu? ¿Quién eres y qué has hecho con Xena?-.
- Tu asombro me ofende -.
- Es broma, muchas gracias. ¿Tú ya has desayunado?-.
- No, aún no, ni siquiera me he bañado, te estaba esperando -.
- Ven, acuéstate aquí conmigo y después de desayunar nos damos un baño juntas, ¿de acuerdo?-.
- Está bien -.

Las dos mujeres desayunaron amenamente, sin volver a sacar el tema de su boda. Cuando terminaron, se metieron en la tina, se asearon, se vistieron con su rutinaria vestimenta y salieron de la habitación. Cuando bajaron se encontraron la casa vacía.

- ¿Donde está la gente?-.
- Pues no sé, supongo que aún duermen -.
- No creo...-.
- Buenos días - dijo Yarika desde la puerta - estamos fuera en el patio, hace una estupenda mañana, ¿venís?-.
- Claro, vamos - dijo Gabrielle tirando de la mano de Xena hacia la puerta.
- Buenos días chicas- dijo Virgil.
- ¿Durmieron bien?- preguntó Eva.
- De maravilla - se adelantó Gabrielle.
- Me alegro mucho -.
- Virgil, me gustaría hablar contigo - dijo Xena.
- Claro, dime- Xena se apartó de donde estaban todos y se ubicaron a la sombra de un bello sauce llorón.
- Verás, ya sé que tú y mi hija estáis juntos, y me alegro mucho por los dos, pero quiero que sepas algo: Como le hagas daño juro que te perseguiré y te mataré, así que cuídala bien y hazla feliz, que sé que eres un buen chico -.

Terminó de decir Xena dándole una palmada en la espalda y yéndose al lado de Eva. Virgil, tragó saliva con dificultad, y sonrió por la forma de preocupación de Xena.

- No te preocupes Xena, yo la amo - gritó el joven a las espaldas de ésta, quien se dio la vuelta y le regaló una buena sonrisa. Luego, siguió andando hacia su hija.
- A ver, ¿qué le has dicho?
- Nada, sólo le advertí para que nada le pase a mi niña -.
- No lo soy, mamá, pero gracias, necesitaba eso de ti -.
- Sabes que te quiero mucho, ¿no?
- Claro...¿a qué viene esa pregunta?-.
- Es que...doy por hecho que lo sabes pero me cuesta mucho decírtelo -.
- Yo también te quiero mucho mamá -.
- Me encanta que me llames así, de mis dos hijos siempre he querido oírlo...- dijo abrazándola. Tras unos instantes de profundo silencio, Xena decidió erradicarlo.
- Eva, tengo que hablar contigo -.
- Pues habla mamá -.
- Verás...Gabrielle y yo...por cierto, ¿donde está Gabrielle?- dijo al notar su ausencia mirando a todos lados sin encontrarla.
- Yarika ha aprovechado que no estabas y se ha ido a pasear con Gabrielle-.
- ¿Ha aprovechado que no estaba? ¿A qué te refieres? - al no obtener respuesta alguna, salió en su busca.

- ¿Y a qué te dedicas?- preguntó Gabrielle mientras andaban por un estrecho camino en medio del bosque.
- A tejer...me encanta hacerlo, así, hago lo que me gusta y después las vendo. Tengo que regalarte alguna prenda -.
- Me encantaría -.
- ¿Y a ti qué te gusta hacer?-.
- " Hacer el amor con Xena y estar con ella"- pensó la bardo - Escribir las aventuras que vivo con Xena -.
- Cuéntame alguna -.
- Pues...¿ has oído hablar de las hordas?-.
- Por supuesto, son amigos nuestros -.
- Ahora lo son, gracias a Xena hace más de 25 años. Pero siempre fueron los invencibles enemigos de las personas, pero Xena y yo descubrimos que también eran humanos como todos nosotros...-.
- Cuéntame más, me encanta oírte hablar- Gabrielle bajó la mirada en señal de ser modesta frente al comentario.
- Pues...sabes quién es Prometeo, ¿no?-.
- ¡ Claro ! - exclamó Yarika.
- Pues Hera, la mujer de Zeus, encadenó a Prometeo para quitarnos todas sus enseñanzas: la medicina y el fuego, entre otras cosas. Pero nosotras, con ayuda de nuestros amigos Hércules e Iolus, conseguimos liberarlo. Fue fantástico- Justo ahí Xena las encontró y se paró detrás de unos arbustos.
- Debe ser maravilloso vivir esas cosas...-.
- Lo es -.
- Sobre todo para Xena...al estar cerca de ti... ¿sabes que eres muy bella?-.
- No lo creo -.
- Pues créetelo, ¿es qué Xena nunca te lo ha dicho?
- Sí que lo ha hecho muchas veces -.
- Hola – interrumpió Xena.
- Hola – contestaron las otras dos.
- Yarika, ya es hora de comer, ¿porqué no vas a casa?
- Claro…-.
- De acuerdo, hasta ahora – habló Gabrielle al alejarse Yarika.
- ¿ A qué ha venido eso? -.
- No me gusta Gabrielle -.
- Tu como siempre tan desconfiada…-.
- Me dio mala espina desde el primer momento que la vi. Está más que claro que quiere algo contigo…Te está tirando los tejos…-.
- ¿Yarika? ¿Porqué piensas eso? Tan sólo nos llevamos bien -.
- Tal vez porque te lanza las mismas miradas que a mi -.
- ¿Estás celosa? -.
- No, sólo trato de advertirte -.
- Muy bien, ya lo has hecho. Ahora voy a por ella para disculpar la forma en la que la has echado - Gabrielle corrió hasta llegar al paradero de Yarika, siendo seguida por Xena.

- Yarika, perdona la forma en que te ha tratado Xena, sólo quería hablar conmigo.
- No pasa nada, es normal que quiera estar junto a ti…-.
- ¿Porqué?-.
- Gabrielle, tengo que confesarte algo…-.
- Desde anoche he sentido algo por ti muy extraño, es como si estuviéramos destinadas a conocernos…-.
- No creo…- interrumpió la bardo pero fue recíprocamente interrumpida.
- Gabrielle, me siento muy atraída por ti. Seguro que estarías de maravilla junto a mi, mejor que con Xena, que hasta ahora sólo la he visto mandándote – soltó de golpe.

Yarika se acercó a Gabrielle e intentó besarla. Xena, muy furiosa, que miraba desde un árbol, hizo amago de correr hacia ella para descargar su ira contra ella, pero vio la reacción de Gabrielle. Ésta se apartó de ella.

- No hables así de Xena, porque no la conoces...-.
- Yo creo que te gusto, lo noté en tu saludo de anoche -.
- Yarika, seguro que eres una persona estupenda, así que mejor será que dejemos el tema...no puedo sentir nada por ti -.
- ¿Porqué no?-.
- Porque mi corazón ya está ocupado. Y no creo que estuviéramos destinadas a nada -.
- ¿Ahh sí?¿ Y porqué?-.
- Porque yo estoy destinada a estar con Xena, y la amo con todo mi corazón -.
- Lo sabía, pero yo no estoy hablando de corazones, sino de cuerpos...- intentó volver a besarla.
- ¡ Déjala en paz ! - gritó Xena - ¿Es que no oyes que no quiere nada de ti?-.
- Lo siento - dijo antes de salir corriendo mientras lloraba.
- ¿Estas bien?- preguntó Xena acariciando con su mano izquierda el rostro de Gabrielle.
- Sí, ¿cuánto tiempo llevas acechándonos?-.
- El suficiente- Las dos se abrazaron.
- ¿ A qué esperas? ¿ No me vas ha decir : "te lo advertí " o algo parecido? -.
- No Gabrielle, ya eres mayorcita para aprender de tus errores -.
- Pero Xena, era tan amable, y mírala ahora, es una cría…algo le pasa…-.
- Seguro que es muy buena persona pero a osado a intentar besar a mi chica – dijo en broma - debe aprender a controlar sus instintos -.
- ¿Cómo tú? – dijo con ironía.
- Gabrielle, me gustaría hablar contigo – dijo seriamente ignorando el comentario.
- Claro ¿Qué pasa Xena? no me asustes -.
- No es nada malo, al menos eso creo...mira Gabrielle...ayer estuve pensando y he tomado una decisión con respecto a nuestra relación...-.
- ¿Vas a dejarme? ¿Porqué? - balbuceó Gabrielle.
- No Gabrielle, ¿realmente crees que haría eso? Déjame continuar -.
- De acuerdo, perdona -.
- ...cuando empezamos nuestra relación...-.
- ¿Gabrielle?- sonó una voz desde atrás interrumpiendo a Xena.
- ¿Sarah?- gritó antes de salir corriendo al abrazo de su sobrina - ¿qué estás haciendo aquí?- dijo alegremente aunque preocupada por la interrupción.
- Pues quería visitar a Eva, lo hago cada semana, y me ha dicho que estabais aquí. Que alegría me da verte – exclamó volviendo a abrazar a su tía.
- A nosotras también. Hola Sarah - intervino Xena abrazándola.
- Tenemos mucho de que hablar- pronunció Sarah dirigiéndose a Gabrielle.
- Sí, nosotras también te tenemos que decir una cosa - contestó Gabrielle.
- Bueno Gabrielle, yo...hace tiempo que no me ejercito ni cazo nada...y sabes lo tensa que me pongo en esos momento...así que será mejor que pase el día por ahí -.
- ¿Quieres que te acompañe y seguimos hablando?-.
- No, tú quédate con tu sobrina. Vuelvo para cenar - se acercó al rostro de Gabrielle pero al acordarse de la presencia de Sarah, se limitó a besarle la mejilla a su bardo y luego a Sarah.
- Ten cuidado...-.
- Bien, vamos a pasear - habló las más joven.

Tía y sobrina decidieron pasar el día juntas en el bosque para hablar de todo lo que había pasado desde la última vez que se vieron, y así, dejarles la casa sola a Eva y Virgil. Cuando el sol moría en el horizonte para dejar que la luna iluminara la noche, Xena se encontró con la bardo y su sobrina. Las tres se dirigieron a la taberna del difunto Joxer mientras hablaban. Cuando llegaron, Eva y Virgil estaban preparando la comida.

- ¿Ya estáis aquí? ¡Que tarde! pensé que algo os había ocurrido -.
- Os hemos dejado la casa sola para vosotros...- dijo Gabrielle.
- ¿Y Yarika?- preguntó Xena.
- No lo sé, este medio día se fue y no ha vuelto todavía- contestó su hija.
- Mal de amores...-.
- ¿Qué? - preguntó Sarah.
- Un rechazo...- dijo la guerrera riendo.
- ¿Un rechazo? ¿Que mi Yarika quiere algo con otra persona?- dijo la indignada Sarah.
- No me lo digas, ¿Gabrielle? - dijo Vigil.
- Pues sí...
- Esto es increíble, después de tanto tiempo juntas y ahora prefiere a mi tía…-.
- ¿Estabais juntas? – preguntó Xena.
- Pues sí, pero lo dejamos hace poco, parece ser que no ha perdido el tiempo. ¿Bueno y tú que le has dicho tía ?
- Pues que lo siento pero mi corazón ya está ocupado...- " bien bardo estúpida, como siempre, una bocazas" pensó Gabrielle al hablar de más.
- ¿Sí? ¿porqué no me lo has contado?- dijo Eva.
- Pues...-.
- ¿Quién es el afortunado? ¿Tú lo conoces mamá?- Gabrielle pensó que había llegado el momento de decir de una vez por todas la verdad pero...
-...No...no sé...¿quién es Gabrielle?- todo el valor de la guerrera se esfumó haciendo que Gabrielle se enfadara.
- Pues...Virgil-.
- ¿Qué? - exclamaron todos al unísono.
- Que no...es broma- dijo al ver la reacción de todos, incluida la de su amada guerrera.
- Será mejor que comamos, ¿no?- interrumpió Xena.
- Vamos Gabrielle, acompáñame a la cocina -.
- Sí yo iré al pozo a por agua para cocer las patatas - dijo Sarah.

Mientras Gabrielle y Xena discutían sobre el tema en la cocina, Virgil y Eva, permanecientes en el salón, hablaban..

- ¿Qué se creen? ¿Qué somos tontos? Está claro que están enamoradas- dijo riéndose Virgil.
- ¿Y quién no lo notaría? Esas miradas, esas sonrisas...tan sólo con observar la forma en la que mi madre habla a los demás y la forma en que lo hace a su amor...hasta un ciego lo notaría ¿Tanto les cuesta reconocer que se aman?- se preguntó su novia.
- Tenemos que hacer algo. Yo las aprecio mucho y no quiero que sigan así, sin expresar lo que llevan dentro -.
- Sí, y se me ha ocurrido una cosa...-.
- Dime cariño -.
- Para que por fin expresen sus sentimientos...vamos a intervenir...-.
- ¿A qué te refieres?-.
- A que tu seducirás a mi madre y así tal vez se decida a decirle a Gabrielle lo que siente.
- De acuerdo, esta situación va ha ser muy graciosa...-.
- ¿Tan rápido aceptas a mi plan?- dijo molesta y a la vez en broma.
- Es que me parece un buen plan -.
- No estarás interesado en Xena, ¿no?-.
- Que tonta eres, ¿tu que crees?-.
- Que me amas - susurró acercándose a sus labios.
- Pues no te equivocas...-.
- Ya verás la que se va a liar...- dijo en voz baja con una sonrisa burlona.

Sarah llegó acompañada de un cubo de agua y las dos mujeres salieron de la cocina. Todos en el salón, se sentaron en la mesa y tras ser bendecida por Eva, comenzaron a comer. Xena se encontraba entre Gabrielle y Virgil, y Eva y Sarah estaban al otro lado de la mesa. Mientras conversaban felizmente, una mano de Gabrielle se posó en la pierna de Xena por debajo de la mesa, la cual sonrió y continuó comiendo. De repente, otra mano se apoyó en el otro muslo de la guerrera, quien pegó un brinco al descubrir que era de Virgil y ni siquiera se dignó a mirarle.
Todos continuaban hablando a excepción de Xena, que comía de forma rápida. La mano de Virgil comenzó a acariciarla, subiendo lentamente por debajo de la corta falda de Xena. Justo cuando estaba llegando al sitio concreto donde se dirigía, la guerrera se levantó de golpe.

- ¿Qué pasa Xena?¿Estás bien?- preguntó Gabrielle mostrando preocupación.
- No, no me pasa nada, sólo que no tengo más hambre, me voy a la cama -.
- No, por favor, sin tu presencia aquí no es lo mismo - Gabrielle se quedó sorprendida al oír a Virgil.
- Lo siento, pero no me encuentro bien. Quedaros aquí todos...hasta mañana -.
- ¿No te encuentras bien? Xena, yo te acompaño -.
- No tía Gabrielle, quédate aquí con nosotras, prometiste que ibas a relatar una de tus historias- dijo Eva.
- Además yo te acompañaré Xena, no te importa, ¿no?- completó Virgil. Xena asintió sin saber porqué.
- Está bien - aceptó inocentemente Gabrielle, quien se levantó y le susurró a Xena al oído descaradamente: - Espérame despierta- Xena aún perpleja por lo sucedido asintió de nuevo y subió acompañada por el apuesto Virgil.

Cuando llegaron a la puerta Xena entró y tras ella la cerró en la cara a Virgil. Éste la volvió a abrir.

- ¿Qué te ocurre Xena?- preguntó inocentemente.
- No, ¿qué te ocurre a ti?-.
- ¿Te ha incomodado lo de la mesa?- dijo cínicamente.
- ¡ Bastante !- exclamó.
- Lo siento Xena, no tenía ningún significado, mejor será olvidarlo, no quiero que por esa tontería perdamos nuestra relación -.
- Sí, será lo mejor -.

Los dos se sentaron en la cama y comenzaron a hablar sobre todo lo que había pasado desde que no se veían. Poco a poco Virgil se acercaba más a Xena.

- Aquí hace mucho calor, ¿no te parece?-.
- Pues sí, yo voy a ponerme el camisón. Espérame un momento -.

Xena se levantó y entró en el baño. Virgil, mientras ésta se ponía algo más cómodo, bajó a por algo de vino y subió rápidamente.
Gabrielle por su parte, se encontraba de pie en el salón, y a su alrededor estaban Eva y Sarah escuchando con mucha atención su historia. La bardo relataba la historia sobre el día en que Callisto se introdujo en el cuerpo de Xena y viceversa, mientras sus manos y todo su cuerpo le ayudaban a expresarse mejor. Ella cerraba los ojos para que las imágenes volvieran a su mente, y los ojos de las dos chicas, admiraban el talento de la aquella rubia.
Xena salió del baño levemente cubierta por un suave camisón de seda blanco y transparente. Virgil, como hombre que es, se quedó sumido en la belleza de Xena y de su cuerpo.

- Ya estoy aquí -.
- Mira, he traído vino, ¿te apetece?-.
- No gracias -.
- De acuerdo. Bueno, yo también tengo calor, ayúdame a quitarme la camiseta, por favor- Xena se acercó a él y lentamente le quitó la camiseta negra que vestía para mostrar su musculoso pectoral - Uff, mucho mejor. Gracias -.
- De nada...Virgil...- el rostro de Virgil se acercó al de Xena, la cual cerró los ojos - Bueno, tengo un poco de sueño así que mejor será que nos veamos mañana, ¿de acuerdo?- dijo apartándose de él.
- Claro, como quieras, me lo he pasado de fábula platicando contigo. Dulces sueños Xena -.
- Virgil…-.
- ¿Sí?-.
- Muchas gracias -.
- De nada – contestó sin saber del todo el porqué.

Xena penetró en la cama, sospechando lo evidente. Fue entonces cuando se dio cuenta que jamás podría amar o sentir por nadie lo que siente por Gabrielle, pues al cerrar los ojos cuando estuvo a punto de besar al Virgil, tan sólo se le vino una imagen: el rostro de su bardo. Intentó no dormirse y esperarla despierta, pero el sueño la venció al sentir su ausencia. Cuando a ésta le permitieron retirarse de una vez por todas, subió corriendo deseando ver a Xena. Entró sigilosamente al cuarto y se encontró a la guerrera acostada en la cama.

- Xena, ¿estás dormida? – decir eso era despertarla pues tenía la increíble capacidad de mantener todos sus sentidos alerta, y su agudeza siempre estaba presente.
- No…ya no- dijo abriendo los ojos . Se destapó y se sentó al lado de Gabrielle.
- Lo siento, pero no me dejaban tranquila, pueden llegar a ser bastante persuasivas -.
- Oye, de mañana no pasa…-.
- ¿El qué?-.
- Decirle a todos lo nuestro, ¿de acuerdo?-.
- Sí, totalmente de acuerdo...por cierto…¿ de qué se trataba eso que intentaste decirme esta mañana?-.
- Ahhh…de eso quería hablarte ahora mismo -.
- Soy toda oídos -.
- Como te dije he tomado una decisión sobre nuestra relación…-.
- Vuelves a asustarme -.
- Gabrielle…cada día que pasa caigo más enamorada de ti…Cuando no estás a mi lado mi corazón se resiente y la luz que ilumina mi rostro se apaga, inundada por las amargas lágrimas de soledad. Eres la razón de mi ser y no puedo imaginarme la vida sin ti…Contigo aprendí lo que es hacer el amor. Te quiero con toda mi alma. Gabrielle…- dijo con la voz entre cortada.
- ¿Qué mi amor?- dijo Gabrielle derramando alegres lágrimas mientras Xena se arrodillaba frente a ella. La guerrera sacó de entre sus pechos un anillo y se agarró de su mano.
- Cuando empezamos nuestra relación me prometía mi misma que te haría la persona más feliz del mundo y eso es lo que más deseo en este mundo: ver cada mañana tu sonrisa durante el resto de mi vida…Gabrielle - se detuvo para coger aire - …¿Quieres ser mi esposa?-.
- Xena…- dijo llorando y acunándose en los fuertes brazos del amor de su vida.
- ¿Qué pasa Gabrielle? ¿Te ha molestado algo de lo que te he dicho?- dijo muy preocupada.
- No – sollozó – es sólo que…he estado esperando toda mi vida a que alguien como tu me dijera eso. Te amo tanto que lloro de alegría al oír tu voz serena y profunda…Xena, claro que seré tu esposa…seré mucho más que eso, eres lo mejor que me podía regalar la vida -.
- ¡¡¡ ¿Sí? !!!- Xena soltó el anillo en la cama, se puso de pie y cogió a Gabrielle en un abrazo, dándole vueltas – No sabes lo feliz que me haces…- dijo llorando también.

Gabrielle besó las lágrimas de Xena y luego cogió entre sus manos la cabeza de Xena y la atrajo hacia así. Sus labios se rozaron levemente, para luego dar rienda suelta tanto a su pasión como a la emoción. Sus bocas se entreabrieron y saborearon el beso como si fuese el último…o el primero…

- Mi pequeña, aquí tienes mi anillo -.
- ¿De donde lo has sacado?-.
- Cuando salí a cazar en verdad me fui a la aldea a comprártelo -.
- Xena, eres tan detallista…-.
- Lo que sea por ti…- Xena cogió el anillo y se lo puso en el dedo anular de Gabrielle.
- Xena, te das cuenta que eres mi prometida…-.
- ¡¡¡ Sí !!! Suena hermoso…La verdad es que equivoqué…-.
- ¿En qué?-.
- En que esto de casarme no es para mi, porque nunca me había sentido tan feliz -.
- Yo tampoco. Xena, ¿porqué no bajamos a anunciamos nuestro amor?-.
- Tienes razón, ahora más que nunca deseo que todo el mundo sepa que te amo…TE AMO GABRIELLE – gritó Xena efusivamente.


CONTINÚA EN "NUESTRA PERFECTA UNIÓN"

Mensaje de Paz : Este mensaje de paz va dirigido a las personas que justifican la guerra, y a través de ellas, a todo el mundo:

Muchas personas dicen que no quieren la violencia en el mundo, pero pocas personas tienen el privilegio de guardar en su corazón el deseo de la paz y el amor. Sé que es difícil y que a veces sientes el deseo de paz pero no sabes cómo lograrla, ni siquiera sabes si las causas para una guerra existen, pero debemos ser conscientes de que ni los fines justifican los medios, ni los medios justifican los fines, porque no hay atenuante para la máxima expresión de la violencia, la guerra. Pues si la defensa de un objetivo obliga a cometer demasiados daños, habría que empezar a dudar si ese objetivo es realmente justo.

Siendo realistas, somos humanos, y como tales, somos violentos y ansiamos el poder, pero hay que recordar que todo humano nace con dos naturalezas, el bien y el mal, el lado que elegimos nutre y nos define. Así que podríamos crear un mundo nuevo, lleno de paz, amor, justicia, igualdad, diálogo, libertad, etc...

De hecho, los que provocan las guerras deben ser conscientes de que toda acción conlleva una reacción...todo lo que hacemos tiene un precio. Y realmente creo que aún hay tiempo, siempre hay tiempo para decir "NO A LAS GUERRAS, LA GUERRA ES LA MUERTE, EL FIN"...para amar...y para vivir. Y nosotros, los que sufrimos las guerras y el dolor de sus consecuencias tenemos que poseer esperanza y fuerza espiritual, pues en el mañana conoceremos un mundo de paz. Como dijo una vez alguien, no es que esperemos porque creemos, sino más bien creemos porque esperamos.

Entonces, debemos ser sensatos y unir el coraje a la sabiduría para erradicar la violencia y el dolor pues en una guerra nadie gana...todos somos vencidos por el odio y tras él tan sólo queda una cosa: el vacío.

Así que no busquemos la respuesta en el filo de una espada o de un rifle, pues no es la solución, es lo que los cobardes hacen para no enfrentarse a la verdad, una verdad absoluta que hasta un ciego observaría: SIEMPRE HAY OTRO CAMINO.

De acuerdo con Shakira: Cuando el poder del amor supere al amor por el poder, el mundo conocerá la paz...


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