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DISCLAIMERS: Xena: Princesa Guerrera, Gabrielle, y otros personajes de "Xena" son absoluta propiedad de copyright de MCA/Universal y Renaissance Pictures. No se pretende infringir los derechos de autor en está historia; esta historia no puede ser vendida o usada en beneficio de ningún tipo, pues hay derechos de autor propios.

DISCLAIMER / ADVERTENCIA DE AMOR /SEXO: Esta historia es explicita en cuanto a la relación de amor y sexo entre dos personas adultas. Si eres menor de 18 años, por favor no la leas.

NOTA: esta historia se la quiero dedicar a mi niña, jeje, te quiero mucho vida mía, también se lo dedico a mi buena amiga Xenti, a ver si mandas ya la continuación de tu historia, jeje, y a Belén, en mi opinión eres una gran escritora, sigue así, bueno… y a todos los que se han tomado la molestia de leer mis historias, muchas gracias a todos, por cierto… AMO A MI NIÑAAA, jejeje


COMENTARIOS: elogios, comentarios, insultos, amenazas de muerte… todo a evelyn_chio@hotmail.com


EL LETARGO DE LA NOCHE

Por Evelyn Chio

Segunda Parte

Miraba por el balcón de su habitación, ante ella la ciudad de Alejandría en todo su esplendor..., hacía muchos años que Xena y ella habían venido a este lugar, por aquel entonces aun no era territorio romano, las cosas habían cambiado...
Respiró profundo, la casa era muy acogedora y las vistas que poseía su habitación merecían mucho la pena, el cauce del Nilo se dibujaba ante sus ojos, alrededor multitud de casas más o menos llamativas
Cerró los ojos cansada, el día había sido muy largo... y extrañamente parecía que fue hace unos minutos cuando aquel hombre la encontrase en medio del río humano de las calles de la ciudad... La había mirado de arriba abajo estudiándola, al posar sus ojos sobre el chakram había sonreído y le había pedido que le siguiera
Después de andar por varias calles se encontró frente la puerta de una casa bastante lujosa a simple vista, el hombre le había invitado a entrar y le pidió que esperase, al poco rato apareció ante ella un hombre más corpulento que el anterior, por su agitada respiración supuso que venía corriendo de donde fuese, la había mirado y había mirado furtivamente el chakram al igual que el otro, y de igual forma había sonreído

- Perdona, mi nombre es Vhalo - hizo una leve reverencia
- Gabrielle
- Te hemos estado esperando - señaló una puerta detrás suya - por favor, sígueme

Tras esa puerta comenzaron a descender por unas escaleras en caracol, después de bajar los que le parecieron una eternidad de escalones llegaron a una gran sala con una mesa redonda justo en su mediación, alrededor de ella se encontraban sentados 12 hombres que se giraron a mirarles curiosos, Vhalo la miró sonriente y le ofreció la única silla que quedaba libre, tomó asiento y se dispuso a escucharle
Pasado un buen rato empezó a entender las cosas y su misión en todo aquello, mientras atendía a lo que le explicaban estudiaba distraídamente a los hombres que allí se encontraban, parecían poderosos por su forma de hablar algunos o por la forma de comportarse en general, hombres importantes en la ciudad seguramente, miró a Vhalo un instante asimilando todo lo que había oído

- Veamos, si he entendido bien..., quieren acabar con la colonia de vampiros que hay en esta ciudad, dichos vampiros han amenazado en repetidas ocasiones a los habitantes de este lugar e incluso hay gente desaparecida - Vhalo asintió - saben donde está la guarida de los vampiros, pero la puerta de dicha guarida sólo puede ser abierta por un vampiro o por una llave - elevó el chakram de forma que todos pudiesen verlo
- Exacto
- Por qué no atacamos hoy mismo? Antes de que anochezca? - Vhalo miró serio a uno de los hombres
- Su guarida está en las catacumbas de la ciudad... da igual que sea de día... - el hombre se sentó levemente avergonzado - trazaremos un plan de ataque..., mientras tanto... - miró a Gabrielle - puedes descansar en la habitación de arriba, que ahora es tuya, cuando estemos preparados te avisaremos
- Pero atacaremos hoy o...?
- Hoy no, ni mañana, debemos tenerlo todo estudiado llegado el momento, atacar hoy o mañana sería demasiado precipitado - todos asintieron, Gabrielle miró al hombre que había hablado, era el único que parecía reticente a las palabras de Vhalo, no le dio más importancia, se levantó y se dirigió a la salida

Una vez en su habitación descubrió encima de su cama unas ropas típicas del lugar, no querrían que llamase la atención, se puso aquella ropa, realmente le quedaba bien, toda entera de blanco con un cinturón color crema, después de algunos ajustes hechos por ella misma quedó como le gustaba: cómodo y fresco sin llegar a ser demasiado provocativo, se ajustó los sais como pudo ya que las sandalias esas no eran como sus botas y puso el chakram en el cinturón de modo que no llamase demasiado la atención
Con aquellas ropas parecía realmente una egipcia, de no ser por su pelo rubio lo habría parecido, salió de la habitación
Al salir aspiró el aroma del desierto que transportaba la brisa, se dejó llevar por el constante fluido de personas en las calles, mirase donde mirase veía puestos de mercaderes, en uno de aquellos puestos vio una fruta exótica muy llamativa, sonrió divertida mirando aquella fruta, adoraba ir de compras, aunque con Xena no iba a menudo, paró en seco, por qué todo lo que hacía o pensaba tenía que desembocar de alguna forma en Xena? Era cierto que la echaba mucho de menos, era cierto que la había perdido, que había perdido todo..., pero debía seguir, Xena lo quiso así, de nada servía llorar... y ya lo había hecho bastante, se regañó así misma e intentó pensar en algo para distraerse
Pensó en todo lo que había dicho Vhalo, aquellos vampiros, el chakram..., de repente fue como si una luz se iluminase en su cabeza, Anek! Ella le dijo que iba a reunirse con un grupo de vampiros de la ciudad, serían los mismos vampiros? Pero que estupidez... claro que serían los mismos vampiros..., eso significaba que tendría que luchar contra ella? No, eso significaba que tendría que volver a verla, que volver a ver aquellos ojos oscuros misteriosos que tanto la habían desconcertado, inconscientemente recordó la calidez de aquel beso, se desconcentró y resopló con fuerza, no sabía por qué lo había hecho, o por qué lo había permitido, era como si no fuese dueña de sus propios actos..., pero aquella mirada...
Por un momento sintió miedo de volver a verla, la había visto pelear... la había visto mirar a aquellos hombres y paralizarlos tan sólo con eso, tal vez de alguna forma al mirar a alguien fuese capaz de controlarlo?

- Vaya, que buena historia podría sacar de esto... - se sorprendió de escucharse así misma, miró alrededor por si alguien se había percatado de ello, pero realmente le daba igual

Si Anek sería su adversario... debería ser muy cuidadosa..., un leve rugido de su estómago le recordó que no había probado bocado desde la noche anterior, después de comer en un lugar un tanto extraño siguió paseando por la ciudad hasta que anocheció y volvió a la casa
Miró por última vez la ciudad, la luna se iluminaba en el inmenso río dotándolo de una magia extraña, seductora, entró en la habitación deseosa de descansar, se desnudó y se tumbó en la cama tapándose con suaves sábanas de seda, realmente debía ser un hombre poderoso ese tal Vhalo, respiró profundo oliendo el dulce aroma que poseían las sábanas, cerró los ojos entrando en el sopor del sueño

Un cuarto lleno de velas iluminando templadamente la habitación alrededor de una amplia cama, Gabrielle se incorporó dejando que la sábana resbalase por su cuerpo dejando ver sus pechos y miró la figura que había delante de ella con tranquilidad, siempre se sentía protegida cuando ella estaba cerca, miró alrededor observando el lugar al que le había llevado en esta ocasión, siempre intentaba hacer que sus sueños, que sus encuentros, fuesen en lugares hermosos, sonrió levemente
- Me encanta esto
- A mi me encantas tú - Gabrielle la miró intensamente y sonrió ante su respuesta - Gabrielle, debes tener cuidado con todo esto de los vampiros
- Lo se, si has venido sólo para decirme eso te lo podías haber ahorrado... - Xena la miró entristecida, Gabrielle bajó la mirada, no sabía por qué la trataba así, sólo quería abrazarla y no dejarla ir, pero no podía controlar decirle cosas hirientes
- He venido porque te amo, y porque quiero lo mejor para ti - Gabrielle dejó escapar una risita sarcástica y la miró
- Lo mejor... ya... - Xena bajó la vista derrotada, Gabrielle se levantó dejando ver su desnudez, sonrió para si al ver la reacción de Xena, al ver sus ojos llenos de deseo, se acercó a ella lentamente provocándola - eres feliz Xena? Ha merecido la pena sacrificarte? - ambas se miraban cercanas, Gabrielle sentía una gran excitación, deseaba poseer a Xena y ser poseída de igual forma, deseaba entregarse a ella, Xena hizo un ademán de besarla que fue rechazado por Gabrielle

Xena la miró desconcertada, Gabrielle le dio la espalda evitando que pudiese ver las lágrimas que estaban apunto de salir

- Pues yo no soy feliz Xena... te amo demasiado para ser feliz ahora que no estás... - los dedos de Xena acariciaron la espalda de Gabrielle haciendo que ésta callase de golpe temblando levemente, el simple contacto de sus dedos era demasiado para pensar

Una fuerte mano la sujetó por el hombro y la obligó a darse la vuelta, se miraron fijamente

- Haré todo lo que pueda para que estemos juntas de nuevo - las palabras de Xena sonaron como una simple excusa para Gabrielle, pero estaba más atenta a aquellos ojos celestes que la miraban intensamente, con amor

La mano descendió en una leve caricia hasta su cintura atrayéndola hacia ella, se inclinó levemente para poder besarla, esta vez no hubo rechazo y sus labios se encontraron con pasión, ambas temblaban ante el contacto, Gabrielle sabía que era un sueño, pero era tan real todo...
Sintió como unos fuertes brazos la elevaban y la dejaban en la cama lentamente, abrió los ojos y observó con deseo como Xena se desnudaba ante ella, para ella, una vez desnuda se puso encima sintiendo su peso presionando en todo su cuerpo
La boca de Xena trazó una cálida línea desde los labios de Gabrielle hasta el lóbulo de su oreja pasando por su mandíbula y por la suave curvatura del cuello, acarició la espalda de Xena mientras sentía la leve succión en su cuello
Una mano acarició un seno de Gabrielle haciendo pequeños círculos mientras la succión del cuello se hizo más intensa, un leve gemido de Gabrielle le confirmó que iba por buen camino, descendió besando y rozando con la punta de la lengua la piel notando como se erizaba la zona por la que pasaba, llegó al otro seno y lo besó con dulzura sonriendo para si cuando notó la total erección de sus pezones, atrapó uno con su boca succionando con fuerza mientras con la mano apretaba levemente el otro pezón

- Xena... - la llamada sonó más a una súplica, la espalda de Gabrielle se arqueó, la necesitaba, no podía soportar el juego preliminar, apretó con fuerza sus dedos en la espalda de Xena produciendo que ésta gimiese y soltase el pezón para mirarla divertida

Gabrielle no abrió los ojos, sólo podía sentir todos los contactos de Xena, dejó los pechos y acarició el estómago lentamente mientras admiraba su belleza, besó sus firmes abdominales y se detuvo acariciando con su lengua alrededor del ombligo y su interior, ese movimiento sacó otro gemido a Gabrielle que volvió a arquear la espalda, sus manos estaban en la cabeza de Xena e inconscientemente la empujaba hacia donde más la necesitaba, Xena podía sentir la necesidad de Gabrielle en cada poro de su piel, introdujo la mano entre sus muslos haciendo que Gabrielle diese un respingo, mientras movía la mano ascendió sin dejar de besar su cuerpo, saboreándolo, hasta llegar a su boca de nuevo, se besaron con dulzura, Xena aumentó el movimiento de la mano y Gabrielle se separó del beso inconscientemente para tomar aire

- Gabrielle mírame - después de unos segundos consiguió abrir los ojos lo suficiente para ver la mirada de Xena penetrarle en el alma - pase lo que pase siempre estaré contigo

Que se callase, quería que se callase, pero daba igual, ya daba igual todo, tenía la sensación de que todo le daba vueltas, sólo veía con claridad los ojos de Xena mirarla con ternura, Xena apretó con fuerza en el centro justo del placer de Gabrielle y ésta gritó su nombre mientras sentía como una oleada de inmenso placer recorría todo su cuerpo, Xena sintió como los músculos de Gabrielle se tensaban convulsionando levemente y como su pequeña se abrazaba a ella exhausta
Besó su frente, sus ojos, su nariz, su boca, se separó lo justo para mirarla

- Volveremos a estar juntas - intentó sonar honesta, intentó sonar convincente, pero ni ella misma sabía si sería posible estar con Gabrielle - pronto...


Gabrielle abrió los ojos lentamente

- Xena... - estaba sudorosa, acalorada, el sol de la mañana se proyectaba justo en la cama, cerró los ojos deseando volver a soñar, pero sabía que debía enfrentarse a un nuevo día

Se levantó y se vistió lentamente, cuánto mas podría soportar esto? Estar junto a Xena en sueños no le valía, aunque tuviese que conformarse con eso...
Salió de la habitación y se dirigió a las siempre transitadas calles, como el día anterior el bullicio le llevó a los puestos de mercaderes, en uno de aquellos puestos vio un colgante realmente extraño, era como un escorpión en pequeño, pero su tacto dejaba en duda si realmente había sido antiguamente un escorpión o sólo había sido tallado

- Señora, ese es el genuino escorpión protector de las fuerzas del mal, con él puesto no deberá temer a ningún ser maligno, y es sólo por un precio muy asequible... - Gabrielle lo miró divertida, todos los mercaderes eran iguales, cuando iba a responder una voz detrás suya la sorprendió
- Es falso - se dio la vuelta para encontrarse con una mirada oscura, su respiración se agitó y volvió a mirar al mercader quien miraba fulminante a Anek, Gabrielle dejó el colgante, tomó aire y enfrentó la mirada - y por qué querrías protegerte de las fuerzas del mal?

Se miraron un instante en silencio, Gabrielle no era capaz de articular palabra, sólo podía mira a aquellos misteriosos ojos, Anek sonrió y comenzó a caminar por la calle seguida de Gabrielle

- Te dije que volveríamos a vernos - Gabrielle asintió - encontraste lo que buscabas?
- Si - se lo pensó, Anek formaba parte de los vampiros, esto no estaba bien - mas o menos... y tú?
- Oh! Bien... me han aceptado con una condición
- Cuál? - Anek paró y la miró sonriendo divertida
- Por qué debería decírtela? - Gabrielle miró a todos lados algo nerviosa
- Bueno... somos amigas, no? - Anek la miró seria un momento, como estudiándola, Gabrielle sentía que se iba a volver loca si no dejaba de mirarla de ese modo
- Debo hacer una cosa - miró hacia una casa de la que entraban y salían personas, volvió a mirar a Gabrielle - quieres comer?
- No estaría mal - ambas sonrieron y entraron en la casa

A lo lejos una figura les observaba, no le habían descubierto, llegan a verle y hubiese sido su fin, por qué esa vampiro no habría atacado a Gabrielle? Acaso Gabrielle tramaba algo contra ellos? Sonrió enfurecido, si le contaba aquello a los hombres tal vez podría ponerlos en contra de Vhalo, ese estúpido había puesto todas sus esperanzas en una traidora
Rió con fuerza, si... sería un buen plan para hacerse cargo de todo aquello..., miró por última vez hacia aquella casa y se alejó del lugar

- Te gustan los escorpiones? - Anek y Gabrielle estaban sentadas en una mesa dispuestas a comer algo, la intensidad de la mirada de Anek se había reducido, dande un respiro a Gabrielle que se sentía a gusto
- Nunca los he probado
- Están deliciosos - Anek hizo un gesto al encargado del lugar y volvió a mirar a Gabrielle
- Oye Anek... tú conociste a Xena? - sonrió ante la pregunta - ayer me dejaste algo desconcertada...
- No la conocí en vida, me hablaron de ella - Gabrielle arqueó una ceja extrañada - y luego oí rumores de que había muerto... - la miró fijamente dándose cuenta de la tristeza que la inundaba - pero así es la vida... unos no quieren morir jamás y llega el momento en que mueren... y otros queremos morir y no podemos
- Quieres morir?
- Algún día
- Y no puedes?
- Técnicamente si puedo..., pero no es morir... es sólo... - Anek parecía buscar las palabras adecuadas para que Gabrielle lo entendiese - entrar en un sueño muy profundo... del que jamás podré salir por mi misma...
- Cómo? - sonrió, tal vez diciéndole como se llamaba aquel tránsito entre la muerte mortal y la inmortal lo entendería mejor
- Entraría en letargo - Gabrielle se quedó pensativa un momento y asintió levemente
- Y cómo podrías salir de ese letargo?
- Depende de las circunstancia que hubiesen hecho que entrase en él

Por qué le estaba contando todo eso a aquella mujer? Sentía debilidad por ella, eso lo tenía claro, pero su debilidad debía ser antepuesta a su misión? Era realmente peligroso hablar de la forma en que podría morir a la portadora del chakram, a la persona que debía destruir si quería protección en aquella ciudad, esto no estaba bien..., pero no podía evitar mostrarse abierta ante aquella mujer de ojos verdes que la miraba intensamente, debía admitirlo de una vez por todas... el interés que tenía por aquella mortal era mayor que el simple deseo que había sentido en ocasiones por otros, y si la dominaba? Haría que subiese a las habitaciones sin rechistar y sin objeciones, pero no... eso sería demasiado ruin... y aquella mujer, portadora del chakram o no, tenía una increíble alma en su interior, lo había visto, lo veía cada vez que se sumergía en sus ojos, no se sentía capaz de herirla de ese modo...
Debía parar con todo esto, lo que sentía por dentro no debía interponerse en su misión: SOBREVIVIR, sus padres se lo habían dejado bien claro... "nunca sientas, nunca mires con bondad, nunca te enamores, nunca muestres debilidad ante nadie, o vives o mueres", las palabras de su padre retumbaban en su cabeza, Gabrielle le estaba hablando, que estaría diciéndole aquel ángel? No, no era un ángel... sólo era una mortal... y sólo un ángel podía sacarla de este sufrimiento, y por mucho que quisiera Gabrielle no era un ángel propiamente dicho
Maldita sea! No podía herir a aquel ser tan hermoso, pero debía obtener la protección de aquellos vampiros, si no los lobos la atraparían y no quería ni imaginarse por lo que le harían pasar, qué podía hacer?
Gabrielle la miraba extrañada, hacia rato que parecía perdida en sus pensamientos, iba a hablarle cuando Anek hizo un gesto y sacó un extraño colgante ofreciéndoselo

- Póntelo - lo cogió lentamente y lo miró, una mueca de sorpresa se dibujó en su cara - te protegerá - Anek se levantó y salió del lugar presurosa sin darle tiempo a reaccionar, Gabrielle volvió a mirar el colgante, era una copia exacta del chakram en miniatura

Miró a todos lados desconcertada, que la protegería? De qué? Llevó el colgante a su cuello y lo abrochó, salió de la casa
Aquella extraña mujer... llegaría el momento en que tendría que enfrentarla, realmente quería eso? No lo quería, pero por miedo o por...? Meneó la cabeza resoplando, ya estaba harta de pensar, si Anek estaba del lado de los vampiros la enfrentaría y fin de la cuestión
Se dirigió a casa de Vhalo, necesitaba hablar con él, contarle lo que había pasado, aunque tal vez si le decía que había hablado amistosamente con Anek se enfurecería, bueno era un riesgo a correr
Al entrar a la casa encontró a Vhalo atado en el suelo y a los hombres mirándola con furia

- Ahí está la traidora, prendedla!
- Qué??!! - Gabrielle miró la situación sorprendida, qué estaba pasando??

Continuará....


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