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SIEMPRE HAY ESPERANZA

Por María

Xena y Gabrielle habían realizado un viaje, un largo viaje, para salvar a las almas perdidas de todos los muertos de Sacram, un temible guerrero muy sanguinario. Mientras Gabrielle ayudaba a un joven malherido, el cual tenia una herida muy fea en el costado derecho junto al pecho. Xena mientras, luchaba con valor y valentía contra Sacram. Era un combate muy igualado hasta que por mala suerte o por mala, en un descuido incompresible por parte de la guerrera, ésta cayo al suelo, y Sacram la mato fríamente sin que ella pudiera hacer nada, así que, en el ultimo aliento de vida que le quedaba consiguió Xena matar a Sacram.

A los pocos minutos Gabrielle se acerco para ver lo que estaba pasando y contemplo atónita con los ojos mojado por pequeñas lagrimas que tanto el guerrero como Xena yacían en el suelo, se apresuro como pudo a ellos, pero tropezó y zas, cayo al suelo.

Cuando Gabrielle se levanto y sin que el dolor le impidiera andar,  se acerco ya al cuerpo de Xena, pero ya era demasiado tarde, Xena había muerto. Gabrielle comenzó a llorar y a aferrarse al cuerpo de su amiga ya muerta. Gabrielle pudo notar como el alma de Xena se marchaba de su cuerpo, intento como pudo retenerla, pero no fue posible, algo le dijo que la tenia que dejar marchar para que ella se pudiera salvar así misma. Y así lo hizo aunque le dolía mucho la dejo marchar. Rota de dolor marchó a Amphipolis a enterrar el cadáver de su amiga. El camino fue largo y apenas pudo pensar, no era capaz estaba bloqueada y su mente completamente en otro mundo, ahora que no estaba Xena junto a ella, todo cambiaba todo era distinto, no solo había muerto ella sino también se había llevado a Gabrielle en cuerpo y espíritu. Cuando llego a la taberna de Cyrane, la madre de Xena. Esta se dio cuenta de que algo pasaba, ya que no veía a su hija con su amiga.

-Cyrane yo.........-Dijo Gabrielle con lagrimas en los ojos, lagrimas que parecían cristales rotos que hacían al mas duro de los guerreros llorar también.

-Gabrielle ¿Donde esta Xena?.-Dijo con pánico en los ojos.

Gabrielle no sabia como se lo iba a decir, era algo muy difícil de contar, pero señalándole la puerta de la taberna ambas mujeres entraron, se sentaron en una mesa, y Gabrielle cogiendo las manos de Cyrane y acariciándolas suavemente dijo:

-Cyrane, Xena ha muerto.-Dijo con un corazón roto.

-No es verdad me estas mintiendo, dime donde esta Xena.

-Cyrane no te estoy engañando, Xena esta muerta y he venido a enterrarla junto a su hermano, ese era su ultimo deseo.

Cyrane comenzó a llorar y buscaba el apoyo de Gabrielle para que la consolara, pero Gabrielle estaba demasiado absorta en su pensamiento como para darse cuenta.

Durante dos días tuvo lugar el funeral y el luto que ambas guardaron a la guerrera Xena, eso si, en la mas estricta intimidad. Ares de forma anónima estuvo allí, dándole forma a uno de sus maléficos planes. En su cabeza rondaba la idea de que tal vez Gabrielle podría ser la guerrera que no quiso ser Xena.

Uno de los días después del funeral Gabrielle aun muy dolida y con mal aspecto por las numerosas noches que había pasado en vela, decidió marcharse, marcharse lejos por una larga temporada. Estaba acampada en uno de los arroyos cercanos a Amphipolis, medio dormida,  casi ya por completo se encontraba, ya que habían sido unos días muy largos angustiosos y de sufrimiento. Pero Gabrielle aun estaba despierta, en eso que Ares con uno de sus maléficos artilugios consiguió dormirla y entrar así en sus sueños. Sabia perfectamente que si estaba despierta no lograría convencerla, otra cosa era ya en sueños, allí lo tendría todo mucho mas fácil para lograr su objetivo, ya que era más frágil allí..

-Gabrielle. Hola ¿Qué tal te va todo?

-¡Ares! ¿Qué haces tu aquí?

-Vengo a hacerte una oferta, una muy suculenta oferta. Una oferta que no podrás rechazar.

-No me interesa nada de lo que me tengas que ofrecer.-Dijo con una mirada muy fría.

-¿Estas segura?.-Dijo con una pequeña sonrisa

-Si Ares lo estoy. Sabes que Xena me dice que no debo hablar contigo,y mucho menos hacer ningún tipo de trato.

-Exacto, ese era tu problema. Pero Xena ha muerto y bueno, ahora todo cambia ¿Sabes?

-Nada cambia Ares, nada ¿lo oyes? nada.

-Haber Xena te ha abandono y yo te ofrezco la posibilidad de ser mi princesa.

-Xena no me ha abandono. -Dijo gritando ferozmente a Ares, el cual apenas se inmuto.

Ares cogió a Gabrielle por la cintura, al principio se resistió,pero al final cedió, era demasiado fuerte como para luchar.

-Mira Gabrielle, si te quisiera de verdad, no te hubiera abandonado y eso es verdad, además ella ya no te pude dar lo que te pienso dar yo.-Ares muy lentamente la beso, tan lentamente y dulce que Gabrielle pensó que estaba en los Campos Elíseos, después de unos instantes besándose estos se separaron.

- Mira te dejo pensarlo, pero desearía que fueras mi guerrera. Si aceptas mi oferta solo me tienes que nombrar tres veces y esto será tuyo.

Ares le mostró un ejercito, un gran ejercito, los cuales llevaban un escudo, el escudo de una guerrera amazona, en el ejercito también había unas mujeres, bastantes, se observaba como Gabrielle estaba junto a Ares en un palacio en una cama perfectamente adornada y con joyas y vestidos. Después todo desvaneció.

-Y tu ¿Qué ganas con esto?

-¿Que que gano?.-Dijo sonriendo

-Si,¿tu que ganas.?

-Te gano a ti.-Y dándole un beso en los labios se marcho desapareciendo de sus sueños.

Por unos instantes Gabrielle permaneció en sueños, poco después se despertó estuvo pensando lo que Ares le había dicho, no estaba mal la oferta. Además estaba ahora sola, sola en el mundo y todo por culpa de Xena. y antes de llamar a Ares dijo en voz alta para que Xena la escuchara:

-Xena, escúchame, ya no veras mas a Gabrielle, ella ya murió, porque tu la mataste, así que dile adiós Xena, dile adiós, porque nace una nueva mujer, la que tu creaste.

  Así que sin pensárselo mas llamo a Ares:

-Ares, Ares........ Ares.

En ese mismo momento apareció Ares el cual portaba una preciosa armadura, y una sonrisa en sus labios.

-Hola mi princesa, esto es tuyo y el mundo gobernado por tus manos también será tuyo.

Ares le coloco la armadura y, Gabrielle marcho en un nuevo caballo. Por recomendación de Ares Gabrielle cambio su nombre, le parecía un nombre demasiado amable para la guerrera que se iba a convertir. Así que se llamo Gate. Durante meses Ares fue formando a la pequeña bardo en una sanguinaria guerrera, en una guerrera más sanguinaria de lo que fue Xena antes. Fue destruyendo villas, arrasando pueblos enteros, matando con su propias manos a todos aquellos que osaran a ponerse en su camino.

Mientras en el cielo Xena horrorizada, observa en lo que su pequeña bardo se ha convertido, en lo que el ser al que más ama se ha transformado, con lagrimas en los ojos ve lo que jamás hubiera imagino llegar a ver. Mientras eso ocurre, tanto Artemisa como Afrodita observan a ambas y deciden actuar.

- Gabrielle ¿Qué estas haciendo?

-Hombre Afrodita tu por aquí, hace mucho que no te dejabas ver.

-Gabrielle.¿En que te has convertido?

-¿No lo ves? En un guerrera.

-Pero tu nunca has sido una guerrera, tu has luchado por la paz la que ahora reniegas.

-Si bueno, pero las cosas cambian ¿sabes?-Dijo con una sonrisa en la cara

-¿Por que? Gabrielle ¿Por qué?.No ves que Xena sufre al verte asi.

-Gabrielle murió el día que Xena murió, ahora soy Gate, y esa es la que quiero ser, y ahora márchate ¡¡Fuera¡¡¡¡Dejadme en paz¡¡

Ante esto Afrodita se marchó, y Gate (Gabrielle) se quedo en la campaña sola llorando,llorando sin parar. Hacia mucho que no escribía pero ahora era la ocasión, además nunca es tarde para ello.

"Bueno Xena, otra vez me encuentro sola, y no puedo evitar por ello llorar de verdad, lo deseo pero no puedo, todas las noches quiero no llorar pero no puedo, te llevo demasiado adentro, demasiado cerca en mi corazón, tu presencia ha dejado demasiado huella en mi, todo me recuerda a ti, tu espada, los guerreros la muerte la vida, todo. Aunque sé que estas conmigo eso ya no significa nada, nada, absolutamente nada, simplemente no es o mismo. Porque tu ya no estas conmigo y se que jamás lo volverás a estar. Tu elegiste tu camino y yo ya he escogido el mío, el de la guerra junto a Ares. Si oíste bien, el camino de la guerra, no te equivoques tu no me convertiste en lo que soy, soy lo que soy porque quise serlo, porque tantas veces me decías las cosas, me decías que la guerra no era lo mejor, pero ¿Sabes?.Te equivocabas, Ares tenia razón, el mundo esta dirigido por guerreros. Te mentiría si que dijera que nunca te hecho de menos, que no te quiero, pero eso lo quiero quitar de mi mente, de mi alma de mi espíritu, rezaba tantas noches por encontrar la manera de recuperarte y de decirte que te quiero, pero se que no puede ser, tu decidiste esto, tu decidiste esta vida. Ya no puedo mas así que con esta carta, Xena, te quiero decir adiós, aunque mi alma se queme y mi corazón se queme. Te amo, te amare siempre pero, te dejo marcha como tu me dejaste marchar a mi. Adiós Xena, adiós, tu fuiste y será mi único verdadero amor, tu fuiste mi vida, mi maldición, mi muerte y a veces mi oxigeno. Adiós Xena, no te guardo rencor, ningún rencor, sabia que debías limpiar tu alma de guerrera intentar salvar todo lo que no pudiste en el pasado, pero ¿Por que tuve que morir yo?¿Por que tuviste que acabar con mis ilusiones? ¿Por que? Dime Xena ¿Por qué? Te amaba, y lo sabias, pero no hiciste nada por impedir mi sufrimiento no creas que no intente hacer el bien, lo intente pero no podía, me recordaba demasiado a ti, ¡ay! se que es una mala excusa pero no tenia otra. Tal vez me deje engañar por los sentimientos, y el rencor que queda en mi, pero te amo como el oxigeno, como los pájaros aman, siempre buscare algo de ti en mi vida, y en mi corazón, guardare lo que tu me has dado como el mejor de los tesoros, porque tu mi alma gemela, debe sobrevivir siempre en mi, haya donde estés siempre tendrás algo mío, aunque solo sea mi espíritu. Ahora lo comprendo todo, Adiós Xena ahora te digo Adiós.

Te ama

Gabrielle."

Después de terminar las lagrimas caían como de un manantial se tratase, no lo podía evitar llevaba demasiado tiempo intentando evitarlo pero su corazón pedía sacar todos los sentimientos de una maldita vez. Cuando ya se seco las lagrimas, cogió una de las antorchas y quemo el papel. Con ese papel se fue todo los sentimientos que guardaba.

Todos los que desde el cielo la observaron no pudieron evitar llorar, debían encontrar la manera de hacer que estuvieran juntas, desde siempre había sido evidente que ambas se amaban mas allá de una simple amistad, pero las circunstancias habían provocado aquello.

Afrodita siendo la diosa del amor, encontró la manera y por ello se volvió a aparecer a Gabrielle.

- Hola Gate

-Hola Afrodita ¿Qué haces tu aquí?-Dijo secándose las aun apreciables lagrimas de los ojos.

-Veras tengo un mensaje, de Xena y un encargo.

- ¿De Xena?.-Su cara se ilumino.

-Si de ella, te ama Gabrielle, te ama tanto como tu a ella, por eso debes recuperarla.

-Si pero eso es imposible, ella esta muerta, muerta para siempre.

-Bueno técnicamente, ya que..........

-¿Cómo que técnicamente?

-Si veras, es una larga historia de contar, resulta que cuentan que existe un pueblo, cercano a Atenas, en el cual por la ira del rey Poseidón, la villa fue hundida por el mar, así que las campanas de la iglesia que antes tocaban cuando el viento soplaba dejaron de sonar, aparentemente ya que aun siguen sonando. Solamente podrás recuperar a Xena si consigues encontrar la villa perdida en las profundidades del mar y logras así escuchar las campanas que repican sin cesar, solo así lograras recuperar en cuerpo, corazón y mente. Sé que no es tarea fácil, pero así demostraras el verdadero amor, ya que dice además la leyenda que solo los enamorados son capaces de escuchar el repicar de esas campanas.

Gabrielle cogió su caballo, y partió a todo galope en busca de ese pueblo, le costo largos días llegar hasta un pueblo desaparecido pero nada parecido a lo que Afrodita le había dicho. Estaba exhausta ya que llevaba muchos días cabalgando sin descanso, una vez allí se sentó en la orilla, para intentar escuchar las campanas, pero estaba tan preocupada de escuchar las campanas que no era capaz de separar el sonido de las olas. Se quedo allí mucho tiempo, cada día por la mañana volvía para intentar escucharlas, ya completamente desesperada llorando amargamente porque no había sido capaz de hacerlo pensó:

"Xena te amo y eso lo sabes, lo he intentado,  pero tal vez mi amor no sea lo suficientemente fuerte para ello, lo intento de veras, no sé que más hacer"

De repente una voz apareció en su cabeza una voz muy lejana,pero la cual se podía escuchar perfectamente.

"Gabrielle amor mío. Tan solo escucha con el corazón"

Gabrielle justo antes de marcharse decidió regresar unos minutos mas a intentarlo. Se quedo tumbada en la arena descansando, y en silencio, pensando con el corazón, Al final consiguió escuchar las campanas y en ese mismo momento noto como si alguien la estuviera observando. Muy despacio se volvió para observar quien estaba allí, no podía ser era Xena, ambas se abrazaron.

-Xena lo siento, te amo tanto.

-Yo te amo Gabrielle y no los sientas, si nos hubiéramos dicho ante las cosas.......

-Calla amor mío, calla.

  Y las dos se fundieron en un beso largo y apasionado. Como era lógico Gabrielle abandono al señor de la guerra y tanto Afrodita como Artemisa celebraron juntas la victoria del amor.

Pero después de esto cuenta la leyenda que los enamorados acudían juntos a la villa sumergida en el mar para declararse el amor que se procesaban, y para saber si realmente se amaban al escuchar las campanas.

Fin


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