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LETANIA DE LA HUMILDAD

(Devoción privada únicamente)

Su Eminencia el Cardenal Merry de Val acostumbraba rezar esta letanía diariamente, después de celebrar la Santa Misa.

¡O Jesús! manso y humilde de Corazón, escúchame.
Del deseo de ser estimado,
Del deseo de ser amado,
Del deseo de ser ensalzado,
Del deseo de ser honrado,
Del deseo del alabado,
Del deseo de ser preferido,
Del deseo de ser consultado,
Del deseo de ser aprobado,
Líbrame, Jesús.
Del temor de ser humillado,
Del temor de ser despreciado,
Del temor de ser reprendido,
Del temor de ser calumniado,
Del temor de ser olvidado,
Del temor de ser ridiculizado,
Del temor de la injusticia,
Del temor de ser sospechado,
Líbrame, Jesús.
Que los demás sean más amados que yo,
Que los demás sean más estimados que yo,
Que en la opinión del mundo, otros sean engrandecidos
y yo humillado,
Que los demás sean preferidos y yo abandonado,
Que los demás sean alabados y yo menospreciado,
Que los demás sean elegidos en vez de mí en todo,
Que los demás sean más santos que yo, siendo que
yo me santifique debidamente,
Jesús, concédeme la gracia de desearlo.

Imprimatur: +James A McNulty, abispo de Paterson, N.J.

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