Cuando salió el VR6, allá por 1994, pocos sabían lo que significaban las siglas: un V6 de ángulo estrecho (R).Pero no pasó mucho tiempo antes de que los seguidores de VW se dieran cuenta del potencial de este motor. Aunque no destacaba por su potencia respecto de otros V6, tenía suficiente torque para marcar la diferencia frente a los deportivos de la época.
Poco tiempo después se incluyó en el Golf GTi, lo que lo convirtió en uno de los compactos más efectivos de aquellos no tan lejanos tiempos.
Hoy, tras el cambio de plataforma y el tiempo necesario para la ampliación de la gama, pudimos probar la última versión del Jetta que nos faltaba. Este renovado VR6 estrena cabeza multiválvula, lo que implicó un profundo estudio cinemático de los árboles de levas y una singular disposición de los mismos. Gracias a la puesta al día, el V6 de ángulo estrecho logra una potencia superior a los 200 CV, cifra muy deseable para un propulsor de estas características.
Además, como va montado en un chasis de peso más contenido, las posibilidades dinámicas se elevan considerablemente.
Por ejemplo, la entrega de torque es algo más suave, aunque no es sino hasta las 2,800 rpm cuando se percibe el despertar del V6. De hecho, basta observar la curva del par para darse cuenta de que el mejor rango oscila entre las 2,000 y las 5,000 vueltas, muy bueno para una conducción rápida, de tintes deportivos.
O simplemente, se puede practicar un viaje a ritmos sosegados con la garantía de contar con un buen torque en caso de necesitarlo para un rebase o adelantamiento.
En otro orden de ideas, la velocidad máxima de 209 km/h (observada en pruebas) se consigue casi al corte de inyección (6,700 rpm), pues para ello el tacómetro tiene que marcar 6,500 vueltas en la quinta relación. Si insertamos la sexta, el régimen cae a 5,400 giros del motor. Cuando es necesario reducir la velocidad, los frenos responden muy bien.
El tacto es bueno y el coche permanece muy estable incluso en frenadas de pánico. Sólo si le exigimos mucho, presenta una fatiga muy leve. La dirección del Jetta VR6 sigue en la tónica del resto de la gama, con una buena retroalimentación. La sensación que ofrece en general el bastidor es muy confiable; el auto se percibe noble, sin sorpresas.