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LA ÚLTIMA BATALLA
(MEMORIAS DE GABRIELLE)

Por XD

Segunda parte

-Por que no... -Gabrielle susurró estas palabras de forma que casi no las oyó ni ella.

Y comenzó a escribir.

Escribió sobre su amiga, su valentía, sus hazañas. Decidió contar los sentimientos que de verdad guiaban a la guerrera.

Escribió sobre todo lo que nadie había escrito jamás.

Escribió sobre... sobre su amiga.

*****

Xena montó en Argo y fue lo mas rápido posible hasta donde estaba acampado el ejército.

Todo estaba demasiado tranquilo, y sabia el motivo... Esperaban atacar.

Bajó de Argo y la dejó allí esperando, por si tenía que huir.

Eran decenas, cientos para ser exactos... y estaban planeando atacar la aldea amazona, lo arrasarían todo, aunque... tal vez hubiera una oportunidad... tenían el bosque a su favor y contaban con el factor sorpresa... Era una locura pero conocía a las amazonas y sabía que no abandonarían la aldea, no pensaban huir...

Oculta entre las sombras y sin hacer el menor ruido, Xena se acercó a la tienda del centro, una tienda, pensó Xena, digna de un señor de la guerra, y no quería pensar de quien podría ser.

Debía evitarlo, debía saber todo lo relacionado con esa batalla, aunque se imaginaba las razones.

Xena entró en la tienda y no pudo evitar enfurecer al verla.

-Tu -La voz de Xena sonó grave.

-Xena, que placer volver a verte, tu no te alegras? -Callisto sonreía con maldad, seguía siendo igual de cruel.

-¿Que has venido a hacer aquí Callisto? ¿Cómo has vuelto? -Xena la miraba a los ojos fijamente, buscando respuestas.

-Xena, Xena, Xena... -Callisto negó mientras hablaba- que poco amable eres conmigo...

-Callisto, ¿Qué quieres? -Xena cada vez se enfadaba mas.

-Eso creo que lo has descubierto tu sola Xena... ¿o es que has perdido la astucia que te caracterizaba? -Callisto no dejaba de reír, le encantaba ver a Xena así, sin poder hacer nada, enfadada.

-¿Qué motivos tienes para masacrar a toda esta gente, Callisto? Quiero saber por que no vienes a por mi directamente, porque por mi culpa arrasaras toda un aldea amazona.

-Porque es divertido, Xena... ¿o no recuerdas los buenos tiempos? Quiero verte sufrir, ver como sufre tu Reina Amazona al perder su pueblo, quiero ver tu reacción cuando ella sufra. Xena... quiero verte llorar sobre su cuerpo inerte, sin vida -Callisto estalló en carcajadas.

Cuando Xena escuchó esto ataco a Callisto tirándola al suelo, después se sentó sobre ella cogiéndola del cuello, estrangulándola.

-Hazlo Xena, mátame con tus propias manos, haz que vuelva, que vuelva la Xena que destruyó mi alma -Xena aflojó la presión- no puedes matarme Xena, patético, acabas de sentenciar la vida de tu amiga.

Antes de separarse de Callisto, Xena susurró con una voz realmente tensa y grave.

-No permitiré que nadie toque a Gabrielle -sus ojos irradiaban ira.

Lentamente se levanto.

-Nadie -fue la última palabra de Xena antes de volverse y salir de la tienda.

Estaba muy alterada y nada mas ver un soldado ante ella, fue corriendo y le aplicó los puntos de presión, por lo que el soldado cayó de rodillas al suelo.

-¿A qué hora pensáis atacar? -Xena estaba nerviosa, y se le notaba.

-No lo diré -Apenas pudo pronunciar estas palabras, no podía respirar.

-Como no me lo digas morirás en veinte segundos... ¿a qué hora? -Se le notaba la voz irritada, muy pocas veces había sentido esa furia.

La voz del hombre sonó quebrada, pero aun así Xena la entendió.

-A... al amanecer... por favor... -le quedaba poco tiempo.

Xena con un par de movimientos hizo que la sangre siguiera fluyendo hasta el cerebro.

-¡Matadla! -Los soldados habían visto a Xena y comenzaron a atacarla.

Xena se giró para ver a los soldados y observó como estos cogían los arcos y comenzaban a lanzarle flechas.

Silbó.

Argo fue galopando hasta su posición y ella cogió las riendas y comenzó a subirsele.

No podía, tenía que llegar allí con vida, al menos para avisarlas.

Una flecha pasó rozando el cuello de Xena e iba directa al cuello de Argo, pero la guerrera consiguió cogerla momentos antes de que impactara.

Montó a la yegua y girándose lanzó esa misma flecha que fue directa a la garganta del que la había lanzado.

Con las riendas sujetas, indicó a Argo que debían huir y llegar a la aldea lo antes posible, órdenes que Argo obedeció.

Una sensación estremeció el cuerpo Xena, un intenso dolor llegaba a su mente desde el hombro izquierdo recorriendo todo su cuerpo.

Una flecha la había alcanzado, pero no podía estar pendiente de eso ahora, teniía que ayudar, salvar a las amazonas.

Notaba latir su corazón mas fuertemente, la sangre le recorría la espalda, pero no se detuvo.

Ni siquiera esperó a que Argo parara para bajarse de ella, de un salto empezó a correr hacia... ¿hacia dónde?

Tenía que contar lo que sabia, tal vez si hablaba con Gabrielle... debía sacarla de allí, ponerla a salvo...

Una voz conocida la llamó, Ephiny la había visto y se acercaba a ella...

-¡Xena! -Ephiny vio la flecha y dirigió a Xena dentro del palacio- ¿Qué ha pasado?

-Esto no es grave, pero tengo que hablar con Gabrielle ¿Dónde esta?

-En su habitación, vamos, te acompaño -Ephiny sujetó a Xena y la llevó al cuarto de la Reina.

Gabrielle se asustó al sentir la puerta abrirse de golpe.

-Dioses, Xena... -Pudo ver la cara de preocupación de Gabrielle.

-He de hablar contigo -Xena estaba seria. Decidió ocultar el temor que sentía por Callisto y sus intenciones de acabar con Gabrielle.

-Pero...

Ephiny estaba dispuesta a irse al sentar a Xena en la cama

-Ephiny, quédate, esto también te interesa -Xena interrumpió a Gabrielle.

-Hay que sacarte la flecha Xena -dijo Gabrielle acercándose- será mejor que te quites la armadura.

La guerrera comenzó a quitarse la armadura mientras hablaba con Gabrielle.

-Has de poner un atizador al fuego, trae vendas y agua limpia -Gabrielle asentía mientras le decía eso.

Gabrielle hizo lo que Xena la mando y, al ponerse ante Xena, la preguntó:

-¿Qué has visto? -Gabrielle acarició suavemente la herida antes de coger la flecha entre sus manos.

-Un ejército, enorme, y junto a ellos, Callisto -gimió de dolor al notar como Gabrielle rompía la punta de la flecha.

-¿Callisto? Pero, ¿Cómo ha vuelto? -Ephiny estaba preocupada, ya sabía lo que eso suponía.

Gabrielle cogió a Xena del hombro contrario mientras sacaba la flecha del su interior, no le gustaba ver el dolor que esto le producía a su amiga.

-No lo se, y sinceramente no me importa demasiado -Xena volvió a gemir, esta vez mas fuerte, aunque intentaba que no pareciera que le dolía, no podía evitarlo- Lo que me preocupa ahora es lo que pretende.

Gabrielle mojó rápido las vendas y las puso en la herida sangrante de Xena, intentando aliviarla un poco, cuando escuchó estas palabras levantó la mirada mirándola a los ojos.

-¿A qué te refieres? -Gabrielle no sabía que pensar, sabía en las condiciones en las que estaban, pero ahora estaba mas pendiente de la herida de Xena que de lo que la estaba contando.

-¿Cómo que a que me refiero? Gabrielle, es Callisto, y tiene cientos de hombres a su disposición, y viene hacia aquí, y no viene a por mi, ni a por la aldea.

Ephiny entendió lo que quería decir.

-¿Qué me quieres decir con eso? -Gabrielle no se mostraba preocupada- Ya nos hemos enfrentado con Callisto antes, no importa lo que quiera, y tu sola conseguiste vencer a un ejército entero, no veo el problema...

-El problema esta en que no nos hemos enfrentado a los dos a la vez Gabrielle -Xena estaba comenzando a impacientarse- Ese es uno de nuestros problemas.

-¿Y cuál es el otro Xena? -Gabrielle comenzó a coser la herida de la guerrera con delicadeza.

-Que su objetivo eres tu, viene para matarte a ti Gabrielle.

Xena se dio cuenta de la ropa que Gabrielle llevaba puesta. Parecía dispuesta a entrar en la batalla.

-¿No estarás pensando luchar verdad?

-Por que no iba a hacerlo? -Gabrielle sabía perfectamente por qué se lo había preguntado, pero no pensaba darse por vencida.

-¿Acaso no has oído lo que acabo de decir? -Era una locura, no la iba a dejar ir sabiendo que sería a ella a la que querían matar.- Callisto te quiere a ti.

-Xena no voy a abandonar a las amazonas a su suerte, no huiré dejándolas morir, no haré eso -Gabrielle estaba convencida.

-Gabrielle, eres la Reina y debemos protegerte, debes irte, Xena tiene razón -Ephiny sonó decidida.

-Precisamente por que soy la Reina debo...

-No Gabrielle, no me arriesgaré a perderte de nuevo, si Callisto te mata mañana, habrá ganado -Gabrielle no se daba por vencida por lo que Xena se asustaba cada vez mas.

-Y si huyo matará a todas las amazonas, a todas.

-Hay posibilidades de que no ocurra, saben defenderse, pueden resistir, en cambio si tu apareces seguro que Callisto consigue matarte...

Hubo un silencio absoluto, Gabrielle estaba confusa, Xena decidida y Ephiny... ella observaba a sus dos amigas, tenía claro que iba a proteger a Gabrielle, fuera cual fuera su decisión.

-Por favor... -la voz suplicante de Xena rompió.

Gabrielle la miró a los ojos, lo había conseguido, la mirada de la Reina marcaba la derrota.

-Esconderé a Argo en el bosque al este de aquí, antes del alba irás allí y montarás, luego cabalgarás al mar y navegarás en una barca hasta algún lugar seguro, ¿de acuerdo?

Gabrielle asintió

-Voy a prepararlo, Ephiny, divide a las amazonas, las que sepan usar arco que se unan y esperen alrededor del bosque, cuando vengan los soldados las primeras que atacaran serán ellas. Las demás que se escondan en los árboles con sus armas y les arrojen lo que puedan... Luego que ataquen por sorpresa -Ephiny aceptó el mandato y se dispuso a cumplirlo- Y Ephiny...

Ephiny se dio la vuelta

-Dime Xena.

-Que nadie se enfrente a Callisto -Esto último lo dijo mirándola a los ojos.

-De acuerdo -Acto seguido la amazona salió por la puerta.

-Voy a por Argo -Xena comenzó a caminar a la puerta.

-¡Xena! -la guerrera se giró prestando atención a Gabrielle- ten cuidado, por favor -Gabrielle miró la herida de Xena- son demasiados.

Xena le dedicó una sonrisa a modo de agradecimiento y se fue.

Gabrielle se sentó de nuevo en la silla y comenzó a pensar en la seguridad de su amiga, de sus amazonas...

Suavemente cogió su pluma, no se le ocurría nada mas que hacer que escribir, escribir sobre la Princesa Guerrera, sobre su mejor amiga, y sobre los riesgos que iba a correr por su seguridad.

Continuará...


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