Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

ADVERTENCIA: Esta historia es subtexter.
DEDICATORIA: Para Londres, porque quedan dos días, porque veré a Lucy y porque ahora mismo mi maldita cabeza solo repite L, L, L, L, L, L, L, L, (Londres, Lucy, Londres, Lucy...)

Para críticas instructivas o intercambio de opiniones, escribidme a: lady_bardo@hotmail.com


EQUIVOCACIONES

Lady_Bardo

Segunda parte

Oigo unos pasos detrás mio.

Alguien me tapa los ojos.

Pero no seré quien aparte esas manos. Aun sabiendo la respuesta, las toco y pregunto quien es:

"Tendras que adivinarlo, mamá," bromea ella.

"Hmmmm... ahora mismo no caigo," contesto haciéndola reir mientras me libera los ojos. Lo primero que veo es a Gabrielle, avanzando hacia nosotras con los hombros rodeados por Virgil. Pero me giro al intante para abrazar a Eve, evitándome esa imagen. Mi hija me estrecha con fuerza y yo no soy menos.

"Madre..." murmura con amor. Aunque no termino de acostumbrarme al cariñoso apelativo, me encanta.

"Eve..." suspiro acariciando su pelo, antes de separarnos. Nos miramos sonrientes, cuando noto que me observa con detalle.

"Madre... ¿estas bien?"

"S... si, claro que si," contesto poco segura, pero parece que logro convencerla. "¿Por qué lo dices?"

"No se... sentí que algo perturbaba tu corazón. Pero quizas son cosas mias," responde más tranquila. Suspiro, recuperando la sonrisa rapidamente. Su instinto no se equivoca, pero el mio me dice que no debo confirmar sus sospechas. Sobretodo porque Virgil y Gabrielle, aun pegaditos y entre risas, se encuentran a pasos de nosotras. Al fin él se separa y viene hacia mí para saludarme, mientras Eve hace lo propio con Gabrielle. Le abrazó con cariño, antes de colocarme de nuevo junto a Gabrielle, pero evitando que mi celosa estrategia se note.

"Chicas, es un placer veros," sonríe el tan educado como siempre. "Dadme cinco minutos, y me escapo con vosotras," nos propone antes de marcharse de nuevo hacia la mesa del certamen.

"¿Y qué haces tú por aquí?" pregunto mirando a Eve, sin poder evitar sonreirla de oreja a oreja.

"Hay un campamento Heliano a las afueras de esta ciudad. Escuche que pasaríais por aquí..." comenta mirando a Virgil. "... y aproveché para venir. ¿Os gustó la sorpresa?" pregunta alegremente.

"Nos encantó," responde Gabrielle por los dos, leyéndome la mente. "¿Tú tambien colaboras en la organización del festival?"

"No, eso se lo dejo a Virgil," sonrie Eve. "Solo vine a veros, antes de volver al campamento."

"¿Pero te quedaras al menos a los eventos de esta noche, no?" le propongo. "¡Será genial! Una buena cena y varios bardos haciendo bla bla bla," broméo mirando de soslayo a Gabriele, que no tarda en propinarme un codazo, fingiendo estar ofendida.

"Parece un buen plan," acepta Eve entre risas.

*****

La noche en la ciudad viene acompañada de varias fiestas, de manera que todos los aldeanos permanecen despiertos entre risas y eventos. Pero la mayoría del pueblo parece haberse reunido con nosotros en el festival de Bardos. El teatro recoge casi de manera asombrosa a un público demesurado y a todos lo conursantes.

Despues de muchísimo esfuerzo logramos encontrar una mesa a menos de cien metros del escenario, y comenzamos a cenar acompañados de Eve y Virgil. La cena va acompañada de risas y algunas conversaciones puntuales, pero no contamos con la participación de Gabrielle. La miro dulcemente, continúa absorta, perdida entre las palabras de unos y otros bardos.

Me quejo mucho sobre estos eventos, pero es mas bien un juego, tan solo para conseguir que Gabrielle se enzarce conmigo en pequeñas y dulces discusiones. Pero realmente disfruto de estos momentos porque adoro esta faceta suya, esa pasión por la narración y el arte. Es un cálido soplo para mi alma ver resurgir su vena creativa y comprobar como la bardo se antepone dulce pero firme, sobre su carácter guerrero, al menos por unos instantes. Es en estas ocasiones cuando puedo ver en sus ojos la inocencia que antes siempre mostraban, y me encanta.

Un bardo acaba de terminar su relato y veo como Gabrielle aplaude con fuerza, sonriendo encantada. Me dejo llevar por su emoción y la acompaño en los aplausos. Cuando el bardo abandona agradecido el escenario, el presentador que ha dirigido toda la noche, le sustituye.

"Este ha sido el último de nuestros bardos principiantes. Gracias por haber asistido y les esperamos mañana de nuevo. Como invitado de honor, el gran Homero abrirá la competición. Esperamos vuestra asistencia y colaboración. ¡Buenas noches!" exclama, haciendo una reverencia y dando por finalizada la noche cuando sale del escenario.

"¿Homero? ¿El gran Homero?" repite entonces atonita Gabrielle.

"¿Te gusta?" pregunta Virgil.

"¿Bromeas? Me encanta. Es todo un genio de la oratoria," exclama ella, casi euforica. No puedo evitar que algo en mi estómago se contraiga molestamente y un segundo despues me escucho gruñendo:

"Pfff... donde esté Safo."

"Safo no tiene comparación," me apoya sonriendome. "Pero ella es poetisa, Xena."

"Igualmente..." insisto farfullando.

"¿Vendremos a verle?" me suplica poniendo ojitos. Temía esa pregunta y mas aun sus artimañas. Aunque no respondo aun, todo será inutil porque ella y yo sabemos que me convencera. "¿Por favor...?" me pide sonriendo tímidamente.

"Pero Gabrielle..." me apetece tanto ir a ver a ese tipo, como escucharla alabarle con adoración. Pero es que sus ojitos me desarman y ella lo sabe. "... Vale" cedo finalmente.

"¡Bien!" exclama alegrándose y por lo tanto alegrándome a mi.

"¿No te cansas de verme ceder siempre?" pregunto bromeando con una mirada acusadora.

"No," me sonríe alegre.

"Xena, no será muy tarde. Abrirá el evento sobre las cuatro porque el concurso durará horas," comenta Virgil, interrumpiendonos.

"Será interesante vovler a verle tras casi veintisiete años," sisea pensativa. Interesante... si esa es la palabra... oigo que gruñe mi conciencia. "¿Qué crees que habra sido de él?" pregunta emocionada.

"Hmmm... ¿qué se ha hecho asquerosamente rico y famoso?" pregunto con naturalidad. Virgil se rie entre dientes e incluso Eve suelta una carcajada, pero Gabrielle me recrimina suavemente con una mirada. "¿Qué? Es cierto, ¿qué esperas?"

"Xena, él no era asi. Recuerdo a un muchacho con pasión por las historias y que solo quería aprender y poder entretener."

"Por lo que he oido, creo que ha cambiado un poco," murmura Virgil.

"¿Ves?" anuncio victoriosa. Gabrielle me hace un par de aspavientos, como quejándose, pero no contesta. Se limita a mirar de nuevo a Virgil y Eve.

"¿Qué se puede hacer por aquí hasta el certamen?" les pregunta. "Cuantas mas cosas, mejor," añade mirándome retadora. Acepto su venganza con una risa inocente.

"Lamento decir que mañana no podré acompañaros por las fiestas" aprovecha para decir Virgil, "el festival es un caos y no puedo ausentarme antes del gran concurso," se excusa con modales impecables, como siempre. "Pero si quereis ver a Homero, buscadme en el teatro poco antes del festival. Seguro que le encantara verte," sonríe antes de marcharse. Vale, el pronóstico para nuestro siguiente día es mercadillos, gente a puñados y un encuentro con un ídolo de Gabrielle, ¿alguien da mas?

*****

Puedo enfrentarme a veinte hombres desarmada y salir victoriosa en unos segundos, o pelear contra dioses y no fallecer en el intento. Pero enfrentarme a cientos de personas por cada rincón de la ciudad, con mercaderes intentando vender a gritos cualquier cosa y grupos de música en cada esquina o portal, es superior a mis fuerzas y mi paciencia.

Lo unico que evita que salte sobre las cabezas de la multitud y huya veloz, es ella. Su sonrisa, que se agranda con cada espectaculo callejero, o sus manos, agarrándome para conducirme hacia algun tenderete interesante, es lo que logra calmarme a lo largo de toda la mañana.

Eve se marchó de regreso al campamento Heliano despues de acompañarnos en el desayuno y ahora nos encontramos las dos solas recorriendo el centro de Atenas. En ese instante toda nuestra atención se centra en un grupo de contorsionistas, que con cada movimiento parece que se partiran en dos. Pero despues de cada truco vuelven a ponerse en pie sin dificultades y reciben los aplausos del corrillo de gente que estamos a su alrededor.

"Xena, ¿podriamos ir ya al teatro?" me pregunta sacandome de mis pensamintos. "No quiero llegar tarde," añade sonriente.

"Claro," respondo escuetamente, mientras la sigo entre la multitud, caminando juntas hacia el teatro. Gracias al tiempo que aun resta par que empiece el gran certamen, parece que el teatro no tiene tanta gente a su alrededor, como el resto de la ciudad.

Bueno, veamos que nos depara la visita...

"Seguidme por aquí," propone Virgil andando tranquilamnete por un pequeño pasillo que aprece desembocar en el exterior. El debe leer en mi rostro mi extrañeza y decide aclararnos nuestro destino. "Está descansando en los jardines, antes de su aparición."

"Oh..." me limito a pronunciar, cuando Gabrielle se gira para sonreirme. Recorremos el último tramo hasta alcanzar un pequeño patio rodeado por los muros del teatro. Y en el centro, cerca de una de las fuentes y vestido con una pulcra tunica blanca, un hombre que sin duda debe de ser Homero. Pero no consigo verle bien porque nos da la espalda y no parece haber escuchado nuestra llegada.

"Perdone... Homero" exclama Virgil, acercándose un poco mas.

"Especifiqué que no me molestaran... ¿qué ocurre?" gruñe mientras se gira hacia nosotros. Nos mira atentamente, como nosotros a él. Se trata de un hombre cerca de los cuarenta años y aunque me moleste reconcoerlo, es maduro, pero atractivo. Nada queda del niño que Gabrielle me describió, en lugar de un risueño jovencito, nos sonrie un hombre tan alto como yo y de espalda ancha.

Su mirada es de sorpresa y nos mira una vez mas, entrecerrando los ojos, como si no se fiara de lo que ve. "¿Ga... Gabrielle?" pregunta atónito. Para ser un famoso bardo, no tiene mucha facilidad de palabra.

"¡Homero!" exclama ella, acercandose hacia él. Con unos pasos de distancia, Virgil y yo nos dirigimos hacia ellos, observando detalladamente como se abrazan con cariño.

"Es toda una sorpresa verte..."

"Y a ti" responde sonriendo Gabrielle. "Ellos son Xena y Virgil" añade presentándonos.

"Tu colaboras en la organización del festival, ¿cierto?" pregunta estrechándole la mano a Virgil, que asiente encantado. "Un placer. Y tu eres la famosa Xena... ¡Vaya!" exclama cuando es mi turno de presentaciones.

"Encantada," murmuro entre dientes.

"Lo mismo digo" responde, sonriéndome de medio lado, creo que intentando parecer seductor. Cuando estrecho su mano aprieto quizas con mas fuerza de la debida y veo como misteriosamente desaparece todo toque coqueto en él.

"Perdón," siseo mientras se frota la mano dolorido. Se gira hacia Gabrielle, algo herido en su orgullo. Pero recupera rapidamente todo su porte y actitud cuando habla con ella. La sonrie y se mueve como un galan, con gestos y tonos mas que ensayados para parecer interesante.

"Hacia tantos años que no nos veiamos... Estas muy cambiada," sonrie, aprovechando para mirarla de arriba abajo. Aunque la saliva deaparece de mi boca y mis manos se cierran fuertemente en puños, intento calmarme. Pero cuando junto a mi, noto a Virgil igual de molesto, confirmo que mis celos no son solo cosa mía. "Pero aun asi parece que los años no pasen para ti."

"Es una historia muy larga," se rie ella.

"¿Una historia? Suena interesante," comenta con voz suave. Es arrollante y pegajoso, como una cotor de tragedias y lo peor es que parece que Gabrielle no se de cuenta. Mira por encima de nuestro hombro, hacia la puerta del patio. "Parece que tengo que salir ya a escena," murmuró con tono apenado. "Si quereis puedo conseguiros una mesa cerca del escenario y seguimos hablando en cuanto termine, ¿qué os parece?"

"Sería un placer," acepta Gabrielle. Resoplo sin poder contenerme y noto como Virgil me mira comprensivo, dedicándole a Homero una sonrisa forzada.

"Pues seguidme" propone colocándose junto a Gabrielle habilmente, dejándonos a nosotros dos detrás, mientras van hablando animadamente.

Virgil, a pesar de sus impecables modales, aprovecha para mirarme y poner un gesto de asco en su rostro. Me río entre dientes y asiento totalmente conforme con él.

Continuará...


Indice Fan Fiction

Página Principal