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BUCANDO A LA DESTRUCTORA

Por Romy

UNA BUENA BATALLA

Gabrielle había llegado a su aldea con bastante comida y dinero, pero extrañamente se sentía vacía.

Al verla sus conocidos salieron a recibirla.

Solo pudo mostrar una media sonrisa, "de nuevo en casa", se repetía.

"He vuelto, sin embargo no me siento en casa."

*****

Tiara había situado su campamento cerca de Potedia, había mandado a dos grupos a rodear el perímetro para sorprender a la caballería de Xena.

Tiara le había ofrecido una cantidad considerable de dinero a Keros para que mandara a la Guardia Imperial de la Emperatriz, dejando sin protección el castillo.

Keros había jugado su papel ahora iba camino a Tártaro, gracias al cuchillo que Tiara enterró en su garganta.

Xena dejaría el castillo solo y sería cuestión de tiempo para poseerlo.

*****

Xena se unió a la avanzada de Trevor.

La caballería de Xena estaba cerca de Potedia, Xena tomaría la delantera.

Trevor: iremos a revisar.

Xena: no quédense yo iré, si no regreso antes de que se ponga el sol, entraran.

Trevor asintió.

*****

Cerca de la aldea se encontraba un arroyo. Gabrielle había ido por agua, al menos esa fue su excusa para escapar de la aldea tenía que salir de ahí ya no lo soportaba.

Dejó los baldes a un lado y se sentó a la orilla del arroyo, pensando y recordando.

Xena llevaba cabalgando varias horas y sintió el cansancio de su yegua.

Xena: tranquila muchacha te daremos de beber.

La zona estaba despejada, aparentemente.

*****

No lejos de ahí Tiara se divertía torturando a un par de aldeanos de una villa cercana a Potedia.

Uno de sus soldados se aproximó a ella.

Soldado: a que hora atacaremos.

Tiara: al anochecer iré yo con diez hombres el resto se escabullirá y cuando los traiga acá, les daré la señal.

*****

Gabrielle perdida en sus pensamientos, no se había movido, recordó que un aldeano había escuchado rumores de que Tiara estaba cerca.

"Tal vez podría regresar y decirle esto a la Emperatriz, pero y si no es cierto, que pensará."

El ruido de los casco de un caballo aproximándose la volvió a la realidad.

"Tiara debe ser ella" pensó. Escondiéndose detrás de unos arbustos.

Xena se aproximó al arroyo y dejó que la yegua saciara su sed, de pronto algo llamó su atención, un arbusto comenzó a moverse.

Xena se acercó rápidamente empuñando la espada, Gabrielle sintió que alguien corría hacia ella, salió despavorida sin ver quien la perseguía.

Al ver la melena rubia corriendo, Xena disminuyó el paso.

Xena: Gabrielle - casi susurró.

Xena: alto detente - orrió tras ella.

Gabrielle seguía corriendo hasta que se tropezó. Una sombra la cubrió, cuando logró distinguir vio esos hermosos ojos azules y su corazón comenzó a latir con mas fuerza.

Xena se acercó.

Xena: tranquila no te haré daño, no lo volveré a hacer - y le tendió la mano, Gabrielle la tomó y la Emperatriz la sostuvo un momento antes de ayudarla a ponerse de pie.

Xena: ¿qué estás haciendo aquí?

Gabrielle: mi aldea, Potedia queda cerca de aquí. Salí un momen...

Xena: SHHH, silencio - interrumpiéndola. Sus sentidos se agudizaron en ese momento y percibió el paso de galope de caballos aproximándose.

Cogio a Gabrielle por el brazo.

Xena: ven conmigo y no hagas ruido.

Xena cogió su látigo y lo lanzó contra los árboles, para luego desaparecer.

Por un momento Gabrielle pensó que había sido abandonada, cuando sintió que la elevaban de la nada.

Su pánico se convirtió en seguridad; alrededor de los brazos de la Emperatriz que podía ser mas seguro.

Xena observó como los caballos avanzaban poco a poco, hasta estar debajo de ella. Una melena rubia irrumpió en el bosque. "Tiara, no podría tener mejor suerte", pensó.

Uno de sus soldados se aproximó a Tiara.

Soldado: Comandante, cerca hay un arroyo los caballos están cansados y pensábamos que podíamos parar y...

Tiara: pues no pienses, cuanto antes lleguemos y tenga a Xena comiendo polvo mejor. ¡¡¡¡¡A GALOPE!!!!!

Los soldados no tenían otra opción que seguirla, mientras Xena sonreía al maquinar su próxima jugada.

Xena cogió a Gabrielle y de un salto estaban en tierra otra vez.

Gabrielle: ¿irás tras ella?

Xena volteo mirándola.

Xena: mejor aún - sonrió - haré que me siga.

Gabrielle: quiero ayudar.

Xena: bien, regresa a tu aldea.

Gabrielle: pero, ella destruyó la aldea, no me queda nada, no me quedaré.

Xena: te quedas, es una orden.

Xena llamó a su caballo y de un salto ya estaba sobre la fiel yegua, cabalgando a galope.


Gabrielle no tuvo tiempo para nada, solo observó como se alejaba más y mas de su destino.

*****

Al otro lado del bosque las tropas de la Emperatriz esperaban órdenes, para iniciar su búsqueda.

La Emperatriz cortó camino para adentrarse en el bosque donde los vigías podían verla.

Uno de los guardias de acerco a Trevor.

Guardia: es ella, la Emperatriz.

Trevor: ¿estás seguro?

De pronto algo cayó sobre su cabeza.

Trevor: pero que demonios - una roca pequeña con un pergamino que contenía el anillo imperial, le habría causado un dolor de cabeza.

Trevor abrió el pergamino.

Lleven mi ejército al otro lado del arroyo,
Que terses se quede detrás,
Guiare a Tiara directo a ustedes
Terses tendrá la emboscada.

Trevor: tu, llévale esto a Terses, el resto síganme.

*****

Xena se aproximó a Tiara, era hora de hacerse visible para empezar el juego.

Los guardias al detectar la presencia de la Emperatriz se aproximaron a Tiara.

Soldado: atacamos - dijo uno de sus hombres.

Tiara: aún no, quiero divertirme un poco antes de comenzar a cazar.

Tiara se adelantó a todo galope, Xena giró y tiró de las riendas para encontrarse con su oponente.

Tiara paró de golpe al encontrarse frente a frente.

Tiara: ya te extrañaba Xena.

Xena: y que esperas, ven para saludarte - dijo la Emperatriz mostrando una sonrisa no muy dulce.

Las dos guerreras galoparon para situarse una frente a la otra, al compás de sus gritos de guerra.

Una embestida dejó en el suelo a una de ellas, las espadas se cruzaron generando chispas del roce del filo del metal.

Xena: aun no te des por vencida.

Tiara: ni tu, querida.

Una de ellas retrocedió, se palpó el costado, una fría humedad inundó su mano, he hizo que de un salto retrocediera y se alejara de batalla.

Una sonrisa se formó en su rostro."¡¡¡ATAQUEN!!!", gritó a su ejército.

La guerrera de ojos azules corría para resguardarse en los arbustos, dejando tras ella un rastro de sangre.

Continuará...


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