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Renuncias: Xena y Gabrielle son de total propiedad de copyright de MCA/Universal y Renaissance Pictures. No tengo la menor intención de violar nada, en éste caso el derecho de autor. Esta historia fue escrita sin ánimo de lucro, sólo con la intención de contribuir con mi granito de arena para que no decaiga el espíritu Xenite.
Violencia: Por supuesto que la hay, pues sino para que cargar con objetos punzo cortantes y que la mayoría de los personajes son guerreras o dementes.
Sexo: Pues claro, ¿qué es la vida sin el sexo?. Si alguien tiene idea me puede escribir. Bueno si habrán escenas de sexo entre mujeres y posiblemente entre hombre y mujer. Si eres menor de edad pues no desesperes que todo llega a su tiempo y si esta prohibido leer éste tipo de lectura donde vives pues tu decides.
Dedicatorias: A todas las personas que se toman su tiempo en leer mi historia. Si quieres hacerme algún comentario o sugerencia siéntete en libertad de escribirme a yossmartin_7@hotmail.com.


ANTROPOFAGIA

Por: Yoss

Capítulo 7

En el camino de regreso Gabrielle puso al tanto a Xena de lo sucedido con Erga antes de que ella y Tildo llegaran con sus grupos. La rubia y la pelinegra iban tomadas de la mano, aunque la bardo iba caminando de lado para mirar el rostro de la guerrera mientras le narraba lo ocurrido.

-La mujer cuando se vio descubierta intento negar que conocía al hombre que la señalaba ser parte del grupo que buscaban y empezó a inventar una historia de que había sido secuestrada por los otro cuatro- contaba la bardo a la guerrera mientras caminaban bajo la vigilancia de miembros de guardia real que se iban uniendo a ellas en su camino de regreso al campamento.

-Marla y varias de las amazonas intervinieron para que yo no creyera a la mujer- dijo la bardo haciendo una mueca a su guerrera -Así que tuve que levantar la mano para detenerlas diciéndoles que las evidencias la señalaban como parte del grupo, ¿puedes creerlo?- preguntó la rubia con gesto ahora ofendido, con puchero incluido.

-Lo que pasa es que conocen del corazón compasivo de su reina- explicó Xena deteniendo sus pasos y tirando ligeramente de Gabrielle para abrazarla y darle un beso en la boquita.

-MMMMM, tu si que sabes explicarme- dijo la bardo con una sonrisa antes de abrir los ojos y continuar su narración -bueno entonces la mujer al ver que no funcionaba intentó hum hacer un trueque por su vida- la rubia pareció algo indecisa para encontrar las palabras correctas a lo que Erga le había ofrecido.

-¿Un trueque?- preguntó Xena algo divertida mientras reanudaban el camino de regreso.

-Pues si se le puede llamar así a la abominación que explicó- contestó la rubia con cara de horror y espanto. La misma cara que puso cuando escuchaba imagino, pensó Xena al verle el gesto en el bello rostro de su alma gemela -luego que terminó de echarse la soga al cuello ordené que la ataran y sólo le dieran agua.

-El mismo trueque que intentó uno de ellos- le comentó la guerrera a la bardo mientras asentía con la cabeza como gesto de saludo a otra de las guardias que se unía a ellas.

La mirada con ceja enarcada que la guerrera encontró en su bardo le indicaba que era su turno de contarle lo sucedió a eso hombres del cual hablaba, entonces Xena tomó un hondo suspiro para contar lo ocurrido sin ocultarle nada a la mujer que amaba.

-Eso mismo intentó el que se hacía llamar Baltos- ese "hacía" no paso desapercibido por la rubia bardo pero evitó hacer preguntas, sabía que Xena le explicaría -a Solari y su grupo antes de que se reunieran con nosotras- continuó la guerrera, mientras seguían el camino al campamento.

-Ellas lo derribaron de su caballo cuando huía de nosotras, lo ataron, revisaron su alforja y encontraron carne fresca sin cocinar, cuando recobró el conocimiento ofreció el "trueque", ellas escucharon para reunir evidencia, luego solicitaron una prueba, él pidió la carne, Solari le dio un pequeño trozo- aquí la guerrera hizo una pausa para tomar aliento.

-¿Y se lo dieron?- preguntó incrédula la bardo, sabiendo de que tipo de carne hablaban.

-Si, él no les había dicho de donde provenía esa carne, vieron como al ingerirla la herida se fue cerrando y al siguiente movimiento las atacó con una fuerza increíble, inclusive trató que tomar un bocado de Lubin, ella pudo cubrirse y las chicas lo volvieron a inmovilizar- volvió a detenerse la guerrera pelinegra, conciente de que las guardias también estaban atentas a sus palabras.

-¿Qué pasó?- inquirió Gabrielle mirando a Xena con los ojos abiertos de par en par.

-Lo trajeron a donde estábamos con Tailus, que ya lo teníamos "dominado"- contestó Xena con una sonrisa fiera, fue contestada con una rubia ceja enarcada, haciendo que se le borrara la sonrisa a la guerrera y la hizo volver a suspirar profundo.

-Bueno yo le di una lección de modales y luego se lo dejé a las chicas para que aplicaran lo entrenado y de paso hacerle lo que le hicieron a las que hirió- explicó la alta guerrera mirando el cielo y los alrededores como si buscara algo, la cosa era evitar mirar a la Reina Amazona.

-No se podía mover para cuando llegó Tildo y los centauros, así que al llegar Solari con algunas de las chicas, explicó lo que el hombre dijo e hizo, entonces ya quedaron bajo las leyes centauras- dijo Xena mientras pensaba como decirle lo que aconteció luego.

-¿Y ese Tailus no trató de hacer lo mismo?- preguntó Gabrielle extrañada.

-No podía hablar- respondió Xena mientras pensaba como expresar lo que tenía que decirle.

-¿Y eso como por qué?- volvió a cuestionar mirando curiosa la rubia a la morena.

-Le rompí la mandíbula igual como el hizo con Galas- la respuesta fue dicha mirando con esos ojos azules fijamente a la bardo, en ellos no había pizca de remordimiento y eso fue lo que exactamente vio Gabrielle por lo que sólo asintió.

-Gabrielle ellos ejercieron su derecho una vez Solari terminó de hablar y mostrara los trozos de carne encontrada, en ella había piel de uno de los centauros desaparecidos, dijeron que el asesino de uno de ellos debes ser ejecutado de la misma forma en que arrancó la vida- explicó Xena mirando a la bardo para ver si comprendía lo que le decía.

-¿Y cómo asesinaron a los centauros?- quiso saber la Reina Amazona y todas las que escuchaban.

-Degollados y mordidos vivos- dijo rápidamente Xena.

-¿QUEEEEEE?- fue el grito generalizado, dejando claro que la conversación no era una entre dos personas unicamente.

Xena guardó silencio por un momento tratando ignorar a la audiencia cautiva y de buscar las palabras para describir lo sucedido sin intervención de ella o las amazonas, solamente fueron testigos sin voz ni voto. Los ojos azules de la alta guerrera encontraron un grupo de estrellas al parecer muy interesantes para seguidamente relatar de forma resumida y concisa lo ocurrido.

-Eso confesó Baltos, buscando clemencia pero como nadie iba a morderlos Tildo y los suyos acordaron en que el castigo sería parecido, por lo que ataron a Tailus primero, que se debatió con las fuerzas que le quedaban. Ataron sus piernas y brazos individualmente y luego su cuello, ataron las cuerdas a cinco centauros que fueran familias o amigos de los asesinados, lo degollaron de tal forma que se desangrara lentamente mientras los cinco centauros tiraban en distintas direcciones para arrancar sus miembros y cabeza mientras estuviera vivo- terminó la narración Xena en medio de un gran silencio y ojos azorados.

No había forma de suavizar esto, sólo espero no haber sido muy... ¿cruda?, pensaba la guerrera mientras seguía mirando al cielo estrellado y su camino hacia la aldea, cuando bajó la mirada se dio cuenta que estaba sola, se giró para encontrar a la reina y sus súbditas paralizadas, ¿eso responde a tu pregunta? se burló su mente.

*****

Para cuando Gabrielle, Xena y parte de la guardia real regresaron al campamento, este estaba con sus fogatas apagadas y a simple vista estaba dividido. En un lado estaban los centauros agrupados y por el otro las amazonas que habían utilizado las lonas de ambas carretas encontradas, para montar la tienda de la Reina Amazona. Ambos grupos de guerreros se habían puesto de acuerdo en cazar y cocinar sus alimentos antes de que anocheciera, de esta manera evitarían mostrarle su posición a los dos fugitivos.

Erga estaba atada, con sus manos a su espalda y amordazada acostada boca abajo sobre el suelo dentro de un círculo de centauros, luego de que las amazonas se la entregaran de esa forma.

Mentalmente la mujer trataba de conjurar un hechizo para escapar pero le estaba siendo imposible ya que se encontraba muy debilitada y no había ingerido su tan preciado y poderoso alimento.

-Gabrielle, Tildo solicita hablar contigo- comunicó Eponin cuando estuvo al lado de sus amigas, mientras esta miraba los alrededores, la noche estaba despejada y por lo que no era necesario el encendido de fogatas aunque el ambiente estaba algo frío.

La rubia Reina Amazona detuvo sus pasos, dirigiendo su mirada ahora hacia el "lado" del campamento centauro, percatándose de la mirada sobre ella del jefe centauro y la mayoría de su grupo. Sabía cual era el tema que quería abordar Tildo por lo que suspirÓ, apretó sus puños y se irguió, luego se encaminó hacia el centauro seguida por Xena, Eponin y las guardias reales.

Xena no pasó desapercibida el cambio de postura rígida y tensa de su bardo al dirigirse hacia el lado centauro, pensando ya en un plan para relajar esos tensos músculos que sus ojos veían. La guerrera pelinegra sabía que para Gabrielle le estaba siendo difícil aceptar la ejecución de los dos hombres y ahora la de la mujer que habían capturado.

-Gabrielle- saludó Tildo con una inclinación de cabeza, que estratégicamente estaba algo alejado del resto de los centauros, quería que esta conversación fuera lo mayor personal que se pudiera dada las circunstancias.

-Tildo- respondió el saludo la rubia bardo.

-Hemos pensado que no debemos mantener entre nosotros a esta mujer- Tildo fue al grano mirando a los verdes ojos -no deja de ser un peligro y una distracción innecesaria- dijo el jefe centauro haciendo una nueva pausa, tratando de encontrar las palabras para concluir su punto.

-Lo sé y comprendo que están en su total derecho de tomar las decisiones que consideren adecuadas- las palabras de la joven Reina Amazona fueron dichas para darle a entender a los centauros presentes que entendía el significado de las palabras inconclusas de Tildo.

El jefe centauro asintió sintiendo gran alivio al escuchar las palabras de la reina, tenía debilidad por la rubia reina pero no quería demostrarlo ante sus generales, aunque pensaba que en el fondo estos también habían caído en el embrujo de su angelical encanto.

-Tildo- llamó la reina cuando el centauro y los cuatro que lo acompañaban se daban vuelta para retirarse -Agradezco mucho me hallas tomado en cuenta para comunicármelo, sé que no tenías porque hacerlo.

Los cinco centauros se habían girado para encarar a la Reina Amazona cuando esta llamó, Tildo con una sonrisa y un cabeceo retomó sus pasos, encontrándose con Solari que se aproximaba con dos tazas de té caliente.

-Gabrielle, Xena- dijo Solari extendiéndoles una taza a cada una.

-Gracias- ambas mujeres agradecieron para tomar seguidamente del brebaje caliente.

-Vayamos a la tienda- pidió Xena.

*****

En la oscuridad de la noche se refugiaban veinticinco guerreros liderados por un nuevo y ambicioso Señor de la Guerra, adentrados ya en territorio centauro por una ruta que le fue dada por el mismísimo Dios de la Guerra.

-Esta es una noche tan buena como cualquier otra para tener algo de acción y claro ¿por qué no pescar en río revuelto? mi Princesa Guerrera- dijo muy divertido Ares parado sobre una colina vigilando que su nuevo "elegido" no equivocara el camino que los haría llegar directamente a complicar los planes ya hechos por las amazonas y centauros.

-Sólo espero que este estúpido crea en todo lo que le he dicho y se halla inspirado en hacerse con el territorio centauro- se quedó callado recordando lo que le había engatusado al jefe guerrero, en realidad tenía buenos hombre, lo había estado vigilando desde hace ya rato, le agradaba sus ganas de hacerse conocer como el más despiadado guerrero que halla existido.

-JAJAJAJAJA, ninguno como tu mi Destructora de Naciones, ya va siendo hora que regreses a mi bella Xena- las palabras del moreno Dios fueron dichas mirando en dirección hacia donde sabía estaba el objeto de su deseo y con estas palabras desapareció.

El Dios se había enterado de casualidad de lo que estaba sucediendo con las amazonas y centauros al ir de visita al Monte Olimpo. Los gritos indignados de Artemisa cuando Erga había entrado al territorio amazona, ella había hecho posible que algunas cosas de las niñas amazonas se adhirieran al cuerpo de la mujer y así poder arruinar la incursión en la aldea por parte de la hechicera.

No pudo evitar que su mente comenzara a fraguar un nuevo plan para traer a su lado a la mujer con la que se había obsesionado, ese rechazo una y otra vez por parte de la guerrera de ojos azules no era aceptado por Ares. Había que aprovechar cualquier oportunidad para romper el hechizo que tenía la pequeña rubia parlanchina sobre su elegida.

Ares regresó a sus dominios inmediatamente sin que su hermana se diera cuenta de su presencia y buscó al ejército más cercano para utilizarlo en sus planes. Encontró este pequeño ejército conformado por hombres feroces y despiadados, como bono añadido muy buenos espadachines.

Ahora estos guerreros se encontraban pensando que eran invencibles al tener el respaldo del Dios de la Guerra, ya que este les había dicho que eran los guerreros elegidos por él.

*****

El campamento estaba en calma, la mayoría de las amazonas dormitando recuperando algo de fuerzas ya que no habían podido dormir desde la noche anterior, sólo un grupo de vigías ocultas entre las ramas de los árboles se mantenían despiertas con órdenes específicas, alertar de cualquier peligro y esperar la señal del grupo encargado de vigilar el regreso de la pareja que esperaban.

La improvisada tienda de la reina estaba algo alejada del campamento para dar privacidad a la Reina Amazona, a una distancia prudencial la guardia real descansaba rodeando la tienda. Dentro estaba una tensa rubia caminando de un lado al otro mientras una alta guerrera de cabellos negros se descalzaba tranquilamente.

-Gabrielle, todo está bajo control y las chicas están descansando- comentó la ojiazul con tono tranquilo mientras ahora se desprendía de los pantalones de cuero.

Para cuando Gabrielle se giró hacia Xena al dar vuelta al acabársele el espacio dentro de la tienda, la guerrera estaba de espalda a ella, colocando su pantalón sobre una improvisada banca.

-¡Xena!- llamó sorprendida la bardo -¿qué haces?- preguntó con la mirada atrapada en las largas, esbeltas y fuertes piernas morenas.

-Quitándome la ropa para que se seque- contestó inocentemente la bella mujer.

-¡¡Pero... pero tenemos que estar listas!!- exclamó incrédula la bardo viendo como ahora la fuerte mujer se despojaba ahora de su paño interior y lo colocaba al lado del pantalón.

-Gaabrrriiielllle- el nombre de la reina fue pronunciado lentamente al tiempo que la alta guerrera se daba vuelta para quedar frente a frente a corta distancia mientras desabotonaba ahora la camisa de cuero -tienes que descansar, no has dormido- reprendió dulcemente Xena sin dejar de hacer lo que hacía, mientras se acercaba a la rubia boquiabierta.

La joven reina estaba teniendo problemas para despegar sus ojos de la tersa piel que se estaba revelando ante ella, provocando un caos en sus pensamientos.

-Vamos a quitar esta armadura y toooodo lo demás- las palabras de la campeona de la reina fueron arrastradas sugestivamente al oído sonrosado de la reina.

La rubia bardo cerró los ojos, sintiendo como su armadura iba cediendo ante las expertas y fuertes manos mujer. Aunque la mayoría de la gente agregaría que mortíferas, ese pensamiento hizo sonreír a Gabrielle ya que ella disfrutaba de los otros usos para las que las utilizaba.

Incapaz de decir algo la ahora excitada rubia coló sus manos bajo la camisa abierta de la guerrera, presionando ambos senos con ambas palmas, provocando en ambas gemidos de satisfacción.

Xena inclinó su cabeza para atrapar el tentador cuello de Gabrielle con sus labios, justo cuando terminaba de soltar los cordones del justillo de cuero, dejando libres los blancos pechos de la Reina Amazona. La alta morena bajó sus manos para continuar con los pantalones de cuero mientras ahora atrapaba los deliciosos labios de la mujer que amaba.

Soltando los labios y la lengua que bailaban sensualmente con la suya, Xena bajo besando lo que tenía a su paso mientras tiraba del pantalón e interiores de Gabrielle, aspiró el dulce aroma de su amada para luego dar besos en el pubis de la mujer que atrapaba su cabeza fuertemente instándola a satisfacerla como solo ella podía. Sacando la lengua para cumplir con los deseos de su amada, Xena desataba con sus manos las botas rápidamente, dando un golpecito en una de las pantorrillas, provocando que el pierna se elevara lo suficiente para que la guerrera pudiera sacar la bota y parte del pantalón, no hizo falta otro golpecito ya que una vez sentir de las prendas levantó inmediatamente la otra para liberarse rápido de las molestas prendas.

Xena llevó la pierna levantada sobre uno se su hombros para luego anclar sus manos en el trasero firme de la mujer de su vida, eh inmediatamente atrapó ese pequeño miembro eréctil con sus labios, Gabrielle se aferró a la cabeza que estaba entre sus piernas, equilibrándose con la pierna de apoyo y dando rienda suelta a suspiros y gemidos tratando de ahogarlos lo más posible, en alguna parte de su subconsciente sabía que estaban rodeadas fuera de la tienda.

Luego de un tiempo de estar de rodillas y entre las piernas de la Reina Amazona la campeona de dicha reina no podía evitar sentir las palpitaciones de su necesidad, también necesitaba liberación, los sonidos de su amada la estaban volviendo loca. Con un rapidísimo movimiento, Xena se levantó girando a la mujer en sus brazos mientras colocaba una de sus manos en el sitio que se le necesitaba, la otra mano se apoderaba de un pecho excitado y se tumbaba sobre las pieles para descansar.

Gabrielle estaba bajo el largo y fuerte cuerpo, moviéndose desesperadamente sintiendo como era tomada por esos dedos, como la humedad de la guerrera empapaba su trasero, mientras esta hacía presión contra él. En un hambriento beso compartido por ambas, desaparecieron la mayoría de los gruñidos y gemidos cuando el orgasmo las alcanzó a ambas, venciendo por fin a la joven reina, alejándola de lo que la rodeaba, de lo que estaba ocurriendo con Erga en un sitio algo alejado de allí.

-Descansa amor mío- susurró Xena al oído de la bella durmiente, luego de haber recobrado la respiración. Levantándose se sentó sobre las muslos de la mujer que gemía en su sueño al sentir como sus nudos se terminaban de deshacer bajo las manos que acababan de amarla.

*****

Solari y dos guerreras más regresaban al campamento junto a diez centauros, habían presenciado la ejecución de la mujer mayor, ellas tenían que dar su testimonio ante el Consejo de Amazonas que la responsable de la incursión dentro de su aldea, había sido ejecutada de la misma forma que los otros dos hombres que también irrumpieron en el territorio y atacaron a varias guerreras.

El camino de regreso fue silencioso todos pensativos aunque siempre alertas, la mujer mayor encontró fuerza increíble dentro de su desesperación que la hizo romper sus amarras y tratar de darse a la fuga profiriendo palabras en un idioma desconocido pero el movimiento de sus manos dejaba claro que se trataba de algún hechizo por lo que la filosa espada de Tildo cortó el cuello de la mujer, acallándola para luego ser atada antes que se desangrara y evitara el doloroso final que los centauros habían elegido para ella.

Pasaron bajo la mirada de las centinelas amazonas y el grupo mixto entró al campamento, las chicas fueron al lado de las suyas, sentándose con la guardia real en donde informaron que la sentencia se ejecutó para luego ser informadas de que la reina y su campeona se encontraban en la cabaña descansando, por lo demás no había novedad, todo estaba calmado.

Dentro de la cabaña, Xena había despertado de su ligero sueño, sus sentidos anunciando del retorno del grupo mixto al campamento. Los ojos azules cálidos siempre que estaba así, abrazada al delicioso cuerpo de la mujer a la cual amaba con todo su ser, las armas mortíferas que eran sus manos, ahora acariciaban tiernamente la piel de la rubia dormida que estaba medio cuerpo bajo ella.

Vamos guerrera arriba, hay cosas de las que ocuparse. Tu misión aquí está cumplida. Una sonrisa de lado iluminó aún más su rostro, mientras observaba la su hermosa mujer, se inclinó dando besitos en los blancos hombros, recibiendo suspiros como respuestas, entonces hundió su nariz en los cabellos rubios quedándose allí, por un momento con los ojos cerrados, respirándola.

Con un hondo suspiro y mucho esfuerzo fue levantándose poco a poco evitando que su bardo despertara, quería dejarla descansar lo máximo posible, aún no era necesaria su presencia en el campo. Fue por un paño para mojarlo en un recipiente que las chicas habían dejado para asearse un poco, luego se volvió a vestir, antes de salir de la tienda le dio un vistazo su reina.

-¿Y la reina?- cuestionó Solari a Xena al verla acercarse sola.

-Está descansando- contestó al recibir una taza de té caliente de manos de una de las guardias reales.

-La mayoría de las nuestras también, no hemos tenido noticias aún- informó Solari a su vez.

-Dice Solari que la mujer intentó algo como un conjuro en otra lengua. ¿Crees que todos puedan hacer conjuros?- peguntó Eponin, apareciendo de entre las sombras.

-No creo, pero no debemos confiarnos- dijo Xena calmadamente.

-Les recordaré a las chicas- intervino Solari -es momento de hacer cambio de vigías- dijo cuando vio venir a Tildo acercarse hacia ellas.

-Xena, un grupo de los nuestros irá con ustedes en el cambio- las palabras del centauro fueron firmes -es nuestro territorio, lo conocemos.

La guerrera solamente asintió en concordancia, en cierta forma era cierto, aunque pensaran que tenían todo cubierto siempre habría secretos de su territorio que no serían dados a conocer aunque fueran aliados, alianza que aún estaba siendo asimilados por ambos lados. Lo cierto era que ella haría lo mismo de ser la situación contraria.

*****

Las vigías del grupo de Eponin controlaban desde los árboles el regreso de los dos prófugos, estaban apostadas en lugares estratégicos, sabían que serían relevadas dentro de poco y posiblemente los perseguido no regresarían esa noche pero posiblemente si.

-Bride- llamó una de las amazonas que estaba a unos tres árboles a su derecha -¿ves esa parte oscura al oeste?- preguntó señalando hacia el lugar que llamaba su atención.

-Desde aquí no veo lo que dices- fue la contestación a Cara.

-Puede que no sea nada de importancia- dijo Cara quitándole importancia y volviendo a dirigir su mirada hacia el área que le correspondía vigilar.

Los guerreros se acercaban aprovechando la información y la oscuridad de la noche proporcionada por el Dios de la Guerra, se dirigían a atacar a las vigías entre los árboles que vigilaban el regreso de los dos prófugos.

*****

El grupo de relevo amazona se dirigía al cambio de guardia, acompañada del grupo de centauros, todos en silencio pensativos, mirando cada vez de forma más esforzada, la visibilidad era cada vez más escasa.

Ambos grupos miraron al cielo notando la gran nube cubriendo la luz que brindaba la luna y las estrellas, las amazonas se detuvieron en el acto, en cambio los centauros continuaron el camino.

-Vamos chicas, las guiaremos- dijo un centauro muy ufano, sin detenerse.

-Si no se preocupen- una voz que se escuchaba sonriente se escuchó.

-Las protegeremos- fue la mofa clara de otro.

Sólo un centauro de unos veinticinco inviernos no hizo comentario alguno, sabía que la oscuridad del cielo había anunciado en los últimos días perdidas de vidas en su pueblo. No estaba de humor para bromas en una situación tan incierta, sobre todo hacia sus recientes aliadas que aunque incómodo por estar con ellas. Espero no tener que elegir entre estos idiotas y las guerreras, se dijo internamente el centauro mientras agitaba la cola nerviosamente.

Por su lado las guerreras no le pusieron la más mínima atención a las burlas de los cuadrúpedos escandalosos como les decían, el ruido que hacían al caminar ya les tenían los nervios de punta. Ahora si que estaban totalmente alertas, Xena había dicho que no se confiaran de nada, de nada enfatizo la campeona de la Reina Amazona.

Los centauros reanudaron el camino encabezando al grupo, las amazonas a la retaguardia sospechando de todo a su alrededor y por lo tanto su mano descansando en la empuñadura de sus espadas a un lado en su cintura.

*****

Las vigías encargadas del campamento dieron aviso de la oscura nube con dirección en donde estaban sus compañeras en espera del regreso de los prófugos.

-Xena, avisan que una nube cubre parte del área en donde están apostadas las chicas- informó Solari.

-Eponin, prepárate a salir conmigo a ver si todo está bien- comunicó la alta guerrera mientras se dirigía hacia la tienda en donde la bardo dormía placidamente desde hacía unas tres marcas de vela.

-Amor- llamó Xena, mientras se arrodillaba frente a la rubia dormida -Amor- volvió a repetir la guerrera inclinándose para rozar sus labios con los de la bella durmiente.

-Mmmmm- Un murmullo de felicidad acompañado de una sonrisa afloró de los labios besados.

-Gabrielle, despierta- solicitó la guerrera que acariciaba el tierno rostro -Vamos mi hermosa bardo- dijo Xena para luego soltar un suspiro de enamorada, fue recompensada con el aleteo de las claras pestañas, que tras los párpados revelaban unos hermosos ojos verde azulados.

-Xena- pronunció el nombre de su amada al verla.

-Hola mi reina- saludó la despiadada guerrera con una gran sonrisa en el rostro iluminado por el amor que profesaba por la mujer frente a ella.

-¿Qué pasa? ¿Qué haces vestida?- preguntó al erguirse luego de recordar como se quedaron dormidas.

La manta se deslizó por el cuerpo dejando el torso desnudo de la rubia, provocando que a la pelinegra quedara de una pieza, sintiendo como la boca se le hacia agua y olvidando por completo cualquier pensamiento racional que no fuera amar ese cuerpo perfecto.

-Xenaaa- llamó sensualmente la Reina Amazona al ver los ojos de campeona clavados en sus pechos y con cara de estar a punto de babear.

-Qu... qu...- la voz trajo a la realidad a la hambrienta guerrera -ohh, si, si, tienes que levantarte cielo, hay algo que voy a revisar con Eponin- informó Xena volviendo a sus cabales.

La guerrera explicó a la Reina Amazona que sólo irían a revisar que todo estuviera bien, mientras le pasaba un paño para que se aseara, tratando de apartar los ojos del cuerpo que despertaba todos las fibras sensibles del suyo. Gabrielle notó eso y sonreía feliz al saberse poseedora de los deseos de la increíblemente fuerte y bella mujer que era deseada tanto por hombres como por mujeres.

Mientras Xena le acercaba la ropa que minutos antes le había quitado a Gabrielle le explicaba el plan a seguir por si se presentaban problemas al ellas verificar el área sospechosa. Sólo cuando la bardo estuvo vestida con su atuendo de cuero y botas, la guerrera le dio un beso de hasta luego antes de salir de la tienda para reunirse con Eponin y permitir que la guardia real ayudara a la reina con su armadura.

*****

Dos de los centauros se detuvieron un momento dudando un poco, luego asintieron para entonces hablar.

-Nosotros cubriremos por allá- informó uno de los centauros no muy seguro al señalar.

Las amazonas y sus propios compañeros no fueron convencidas con la dirección pero ellas no dijeron nada, total no conocían el territorio.

Ambos centauros se fueron con cuidado por donde habían señalado, mientras el otro grupo siguió hacia donde se encontraban las vigías.

Un grupo de guerreros permanecieron ocultos tras los árboles al ver acercarse al grupo de amazonas y centauros. Vieron dividirse el grupo y dos de los centauros se dirigieron hacia ellos, esperaron algo impacientes ver desaparecer al resto del grupo, entonces se prepararon para eliminar a los recién llegados.

Cuatro guerreros con armaduras oscuras que estaban a la retaguardia del grupo fueron los elegidos para interceptar a los desorientados centauros por la oscuridad, cuando estos siguieron avanzando.

-Lecto ¿estás seguro que es por aquí?- preguntó uno de los centauros al otro.

-E...- las palabras fueron cortadas por una flecha clavada en el abdomen del centauro y dos hombres salieron de entre los arbustos y taparon su boca mientras se desplomaba sobre sus patas.

Lecto recibió una flecha en su pecho, lo dejó tan sorprendido que se llevó la mano al pecho para tocar el extremo de plumas que tenía clavada y luego cayó pesadamente sobre un costado.

Con los dos centauros fuera de combate los cuatro guerreros corrieron tras sus otros compañeros que siguieron avanzando cuando los centauros pasaron a su lado, con intención de dar alcance al grupo mixto que se había separado para continuar a su destino.

Eponin y Xena cabalgaban sobre los pasos del grupo mixto de relevo que iban delante de ellas, a medida que avanzaban la noche se hacia más oscura. Una sensación de alarma se apoderó de los sentidos de la Princesa Guerrera, tiró de las riendas de Argo y enseguida dio la señal de detenerse a la amazona que iba tras ella.

No había necesidad de hablar, eran guerreras experimentadas y existía confianza entre ellas, el lenguaje de señales guerreras se hicieron presente al igual que las espadas desenfundadas en total silencio.

La cabeza ladeada de Xena indicaba que buscaba un sonido, una sensación que fuera el origen que tuviera los pelos erizados, mientras Eponin vigilaba mirando a su alrededor detenidamente, también poniendo en uso su oído y olfato a trabajar.

Xena dio la señal para avanzar cuidadosamente, su amiga amazona acató la señal, ambas totalmente a la defensiva, con una distancia prudencial entre ellas, sus espadas levantadas. Una rama quebrada a la izquierda hicieron que la guerrera pelinegra dirigiera a Argo hacia ese lado, sus asombrosos oídos escucharon bajos gemidos, inmediatamente nuevas señales comunicando que escuchaba algo en esa dirección.

Bajando de un salto y cayendo sobre una rodilla, Xena palpó el suelo buscando pistas, luego Eponin se unió a ella, siempre cuidando la retaguardia, avanzando la guerrera se dirigió orientada por el oído, encontrando a los dos centauros heridos.

-Tranquilo, respira despacio- instruyo Xena a uno de los centauros mientras palpaba la herida tratando de ver cuan delicada era el daño. En tanto Eponin encendía una de sus flechas con sus pedernales para dar la señal al resto, tanto en el campamento como a las amazonas vigías de los prófugos.

Las centinelas amazonas del campamento vieron aparecer las señal flamante, iluminando el cielo nocturno, la Reina Amazona sentía el corazón en la garganta, tal era su nerviosismo que subió a uno de los puestos en los árboles y como toda una experta bajó rápidamente a tierra.

El sólo hecho de ver la señal accionó a cada amazonas como una unidad, todas y cada una con una función en el plan, al igual que el grupo centauro, en un abrir y cerrar de ojos el campamento estaba desierto.

La señal sorprendió a las centinelas apostadas estratégicamente para visualizar a los prófugos, sólo Cara que dividía su vigilancia entre dos puntos, el indicado y el que llamaba su atención, que despertaba su inquietud la oscuridad sobre la parte oeste que se acercaba cada vez más hacia ellas, la nube se movía hacia ella.

-¡¡¡¡MALDICIÓN!!!!- exclamó Cara al ver la señal de fuego.

Todas escucharon y se giraron para ver el porque del grito, el silbido que se escuchaba fue lo siguiente que las sorprendió. Cara fue herida en el hombro por una flecha y Bride en el abdomen cuando se giró para cubrirse.

-¡¡¡NOS ATACAN!!!- Cara dio la voz de alarma -¡¡Sostente Bride!!- pidió desesperada la amazona pelirroja mientras tiraba de la flecha y sacarla de su hombro, su pareja estaba herida.

El intercambio de flechas no se hizo esperar, los atacantes llevaban la ventaja parecían saber exactamente donde se encontraban las amazonas pero estás no eran ningunas novatas y los árboles eran su elemento por lo que pudieron moverse precariamente pero con la seguridad que les proporcionaba la oscuridad, por lo menos la oscuridad también jugaba a su favor.

Abajo se escuchaban gritos de voces masculinas indicando la posición de alguna u otra de las amazonas, eso también lo utilizaron a su favor las guerreras, dirigiendo sus flechas en la dirección de las voces, logrando herir por lo menos a uno de sus atacantes.

Cara desesperada por alcanzar a Bride, veía como la amazona de cabellos castaños trataba de aferrarse de las ramas a su alrededor para mantener el equilibrio y no caer, pegando la espalda al tronco del árbol para evitar las flechas que iban dirigida a ella, sus piernas temblaban visiblemente.

Jugándose la vida Cara aprovechó cada oportunidad por pequeña que fuera para alcanzar a su amada, el corazón latiendo de forma redoblada por la adrenalina y la desesperación de poder perder a la mujer que amaba, la mujer con la que se había unido hacía medio año venciendo su terror al rechazo.

Un último salto a una rama y estaría con ella, sus hermanas guerreras dándole los espacios que necesitaba al cubrirla con su ataque de flechas contra los atacantes, tomando una honda respiración e impulso, Cara dio el salto algo distante pero no imposible para llegar a Bride. Una flecha directa hacia ella, la amazona la vio apenas acercarse por el rabillo del ojo pero no rompió su concentración para alcanzar su objetivo.

Escucho un "Crack" casi en su oreja pero no sintió dolor, no se detuvo a pensar, se aferro con sus manos a las ramas y posó firme sus pies sobre otras, dos pasos y rodeó a Bride en sus brazos.

La flecha destinada a ella había sido interceptada milagrosamente por otra, perteneciente a una amazona que se llevó el susto de su vida al ver que la flecha haría blanco en su hermana guerrera. Ver que su flecha partió la otra en la misma punta la dejó de piedra, simplemente no podía creer que le hubiera dado, ese desconcierto casi le cuesta una flecha por lo que despertó a la realidad, continuó ocultándose y disparando a blanco seguros, tenía que ahorrar flechas.

Telca era la encargada del grupo, se movía con agilidad entre las ramas encontrándose con otra amazona, nuevamente las señales salieron a relucir, tenían que dar la señal para ser auxiliadas, tenían que resistir. Entre las dos lograron llegar a un árbol que les permitía enviar la señal pero sabían que al encenderla serían un blanco visible por lo que Telca tomaría el riesgo mientras Edia chocaba los pedernales para encender la punta de la flecha, en tanto las demás tratarían de cubrirla con sus flechas.

*****

El sonido de cascos de caballos y canto de búhos acercándose anunciaron la llegada del grupo encabezado por la Reina Amazona y el jefe centauro a las guerreras que hacían lo humanamente posible por salvar las vidas de los dos centauros.

Eponin respondió al llamado para que las ubicaran un grupo se materializó a su lado pocos momentos después mientras se desplegaba un perímetro de protección en el lugar.

-Tildo, llama tus sanadores, están mal heridos- informó Eponin, mientras hacía presión sobre una de las heridas. Xena estaba esforzándose por bloquear la herida por lo menos hasta que llegaran los sanadores, ahora la salida de sangre era mucho menor gracias a su trabajo.

-Enciendan unas antorchas aquí- ordenó Gabrielle al llegar y ver a los heridos.

Enseguida la orden fue obedecida mientras dos sanadores veteranos se acercaban a los heridos, escuchando la información de Xena para entonces encargase ellos de la situación.

-Creo que ha perforado un órgano- explicó Xena, sin apartar la mirada ni las manos del centauro pálido e inconsciente postrado sobre la hierva.

-Entiendo, será muy difícil hacer algo aquí- dijo el sanador que lo atendería, tomando la palabra de Xena como verdadera, la oscura guerrera era respetada como sanadora de heridas de combate.

-Lo sé pero peor será si no se hace, no creo que sobreviva si no se intenta ahora- las palabras fueron frías y firmes.

El centauro asintió y llamó a dos centauros más para que le prestaran apoyo mientras él intentaría ahora salvar su vida, Xena lo había entregado por lo menos estable pero no fuera de peligro.

-El otro tiene una herida profunda que lo atravesó limpiamente pero la flecha no parece haber tocado nada vital, aunque también ha perdido mucha sangre- informó Xena ahora refiriéndose al otro herido que se mantenía conciente y que fueron sus débiles gemidos de auxilio los que escuchó la guerrera.

Otros dos centauros más fueron requeridos para asistir al otro sanador para encargarse de ese herido.

Eponin había puesto ya al tanto de lo ocurrido, información que proporcionó el centauro que permanecía conciente, mientras las rastreadoras buscaban la información de cuantos eran y hacia donde se dirigían.

-Mi reina, una veintena de guerreros con armaduras y fuertemente armados, sus huellas se dirigen hacia...- la información fue terminada al ver aparecer en el cielo otra flecha en llamas.

No hizo falta más palabras por parte de las amazonas, de un salto Xena montó en Argo para luego azuzarla en dirección hacia las vigías en peligro. Eponin también subió a su caballo pero era la joven reina que iba casi pegada a su campeona con la guardia real siguiéndola muy sorprendidas, al igual que las demás guerreras, mientras Tildo montaba un perímetro de seguridad para los centauros que permanecerían en el lugar atendiendo a los heridos, luego de eso emprendió la carrera con sus restantes centauros.

Continuará...


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