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Respuesta del Presidente Chávez a carta de CEV


Venezuela necesita maestros que sean capaces de internalizar la Ley

Moral en la conciencia del ciudadano y, si aspiramos a sobrevivir

como pueblo, debemos planificar cómo templar el alma del hombre;

cómo forjar auténticos valores sustentados en la historia grande que

hicimos con Bolívar, cuyo pensamiento es el que informa nuestro

proyecto político. De allí la revolución educativa que se ha

planificado... y que afecta, necesariamente, a todas las

instituciones. Todas las grandes cosas de la humanidad han sido

llevadas a cabo en nombre de los principios absolutos. Si Lutero, si

los autores de la Revolución Francesa hubiesen observado las reglas

de la cortesía, la Reforma y la Revolución no se habrían realizado

nunca.

¿Cuántos hombres no se opusieron a Jesús? En aquel mundo tan

impregnado de falsos devotos no es fácil comprender la antipatía

desencadenada por su pensamiento revolucionario. La fecunda idea del

poder de los hombres reunidos (ecclesia) es realmente una idea de

Jesús. Convencido en su tan idealista doctrina de que lo que origina

la presencia de las almas es la unión por medio del amor, declaraba

que en todas las ocasiones en que algunos hombres se reunieran en su

nombre, él se encontraría en medio de ellos.

La revolución venezolana se dirige a la conciencia moral y se

inspira en el sublime martirologio de Jesús cuya palabra encendida

anuncia la tempestad que habría de desencadenarse en el mundo:

"Quizás creáis que he venido a traer la paz a la tierra; no, he

venido a traer la espada (...) Quien no toma su cruz y me sigue, no

es digno de mí...) El que halla su vida la perderá; y quien pierde

su vida por mi causa, la hallará" (Mateo X, 34-39).

De otro lado, la vertiente humana del proyecto político de la

revolución del 4F deviene, fundamentalmente, de los postulados

-pensamiento, palabra y obra- de Bolívar; de su pensamiento

unionista:

"Para sacar de este caos nuestra naciente República, todas nuestras

facultades morales no serán bastantes, si no fundimos la masa del

pueblo en un todo: la composición del Gobierno en un todo; la

Legislación en un todo; y el espíritu nacional en un todo. Unidad,

Unidad, Unidad debe ser nuestra divisa. La sangre de nuestros

ciudadanos es diferente, mezclémosla para unirla. Nuestra

Constitución ha dividido los poderes, enlacémoslos para unirlos:

nuestras Leyes son funestas reliquias de todos los despotismos

antiguos y modernos: que este edificio monstruoso se derribe, caiga

y apartando hasta sus ruinas, elevemos un Templo a la Justicia; y

bajo los auspicios de su santa inspiración, dictemos un Código de

leyes venezolanas".

Bolívar advirtió la necesidad del tiempo para internacionalizar en

el espíritu de los hombres las virtudes y valores imprescindibles a

la forja de la Nación: paciencia y esperanza, son los mayores

antídotos del mal:

"El libro de los Apóstoles, la moral de Jesús la obra Divina que nos

ha enviado la Providencia para mejorar a los hombres, tan sublime,

tan Santa, es un diluvio de fuego devorador en Constantinopla, y el

Asia entera ardería en vivas llamas, si este libro de paz se le

impusiese repentinamente por Código de Religión, de Leyes, de

costumbres" (Discurso de Angostura).

Señores obispos de la Conferencia Episcopal:

El proyecto político que el Bravo Pueblo está impulsando deviene de

su inconsciente colectivo: se alimenta en los revolucionarios

preceptos de Jesús y en la moral, razón y acción del Libertador, con

su carga de violencia legítima a cuestas. Con ellos, como

paradigmas, podríamos evitar el efluvio de la sangre.

La Iglesia de Jesús que conocemos se ha mantenido sólo por su

sagrado ascetismo y por una piedad que le ha permitido crear vidas

edificantes.

Las auténticas facultades de la Iglesia residen en el alma de

quienes puedan realizar históricamente la misión confiada por Cristo

a sus apóstoles. La Iglesia de Jesús de percibe como un espíritu

superior dominador de espacios y de siglos y en comunión de personas

unidas en torno a quien sólo vivía para su Padre y de la misión

Divina que tenía la convicción de llevar a cabo. Esa es la Iglesia

que conozco, la que mis mayores me enseñaron, la nacida al calor de

los Evangelios, que debe ser su fuerza. La Iglesia de Jesús es Madre

y Maestra en las enseñanzas; no es parte de un precaminoso juego

político donde algunos pretenden llevarla; es algo sagrado que

inflama de deber el corazón como el más poderoso de los acicates.

Esa es la espiritualísima Iglesia universal a la que pertenecemos.

La Iglesia dice relación con Unidad, Santidad, Catolicidad,

Apostolicidad; conexión infinita con la vida y con la trascendencia

del espíritu libre de pecados. Madre y Maestra, induce enseñanza de

valores religiosos para mitigar a través del amor tantas penas que

afligen a miles de millones de hombres en el mundo. El futuro de la

Iglesia es brillante en tanto asuma las responsabilidades inherentes

a su credo.

Para una joven generación de nuestro tiempo es esencial conocer las

fuerzas morales que obran en las sociedades contempóraneas (sic):

virtudes para la vida social que no descansan bajo ninguna cúpula.

Más que enseñarlas o difundirlas, conviene despertarlas en la

juventud que virtualmente las posee.

Dichosos los pueblos de la América Latina si los jóvenes de la nueva

generación descubren en sí mismos las fuerzas morales necesarias

para la magna obra; desenvolver la justicia social en la

nacionalidad continental.

Jefe de Estado y de Gobierno y Comandante en Jefe de la Fuerza

Armada significo que mis criterios respecto al proyecto político

nacional, están sustentados en el anhelo popular y en el mandato del

6 de diciembre de 1998, tal como lo dejé entrever en mi carta a la

ya extinguida Corte Suprema de Justicia. Yo abedezco solamente a ese

mandato popular y me sostiene el pensamiento de Bolívar:

"Nada es tan conforme con las doctrinas populares, como el consultar

a la nación en masa sobre los puntos capitales en que se fundan los

Estados, las Leyes fundamentales y el Magistrado Supremo. Todos los

particulares están sujetos al error, o a la seducción; pero no así

el pueblo, que posee en grado eminente la conciencia de su bien y la

medida de su independencia. De este modo, su juicio es puro, su

voluntad, fuerte; y por consiguiente, nadie puede corromperlo, ni

menos intimidarlo. Yo tengo pruebas irrefregables del tino del

pueblo en las grandes resoluciones; y por eso es que siempre he

preferido sus opiniones a las de los sabios". (Resolución ante el

Consejo de Gobierno-Lima, 1826).

Señores Obispos:

No puedo salir del camino donde he sido colocado por la marcha de

los acontecimientos, único invariable e insustituible camino del

honor que emprendí a partir del Juramento Bolivariano del Samán de

Güere. Venezuela está como en crisálida.. y, la revolución apenas

comienza.. Parafraseando a un poeta... tal vez no veremos los

sublimes resultados de las transformaciones espirituales que estamos

realizando, pero en los ojos de quienes los vean, palpitará nuestra

sangre.

No es esta una revolución de mentiras porque el pueblo la esté

conduciendo pacíficamente; cada día se están realizando cambios

profundos en función de ideas nuevas; se está echando abajo lo

antiguo e imponiendo el trabajo de reconstruir; particularmente

mediante el Plan Bolívar 2000, el cual permite que pueblo y ejército

se vayan a través del héroe, como dijo Andrés Eloy:

"Lo mejor de la nube es llover. Lo dicen los labriegos en voz y las

campiñas en verde. Y la democracia es nube que hace vivir los

campos. Y adentro tiene un rayo. Es el ejército. Es pueblo

uniformado; y se esclarece para esclarecer; cuando no tiene por qué

herir, alumbra, completando la función de la nube: luz y agua y luz,

la fórmula del iris".

Mediante el Plan Bolívar 2000, los soldados de la República

extienden su órbita de acción y se convierten en desvelados

centinelas de la liberación de los pobres y olvidados de siempre.

Nuestra revolución traduce las ideas con trajes de campamento y, de

su lado, el pueblo venezolano, tras las trincheras del Monte Sacro

se encuentra allanando, los caminos del progreso, como dijo Cecilio

Acosta. La revolución es una convulsión que trastorna, pero es el

único remedio que regenera.

Compatriotas Obispos:

Como Jefe de Estado y de Gobierno no podría nunca jugar a la

división de la Santa Iglesia y sería ingenuo pensar que alguien

pudiera hacerlo. La Iglesia de Jesús de Nazareth es inmortal, y una

de las formas de coadyuvar en el proceso de su consolidación

espiritual es señalando las perturbaciones sistemáticas y arteras

manipulaciones con las que pretende falsificar el proceso

revolucionario del país.

Estoy persuadido de que el espíritu del pueblo es siempre recto,

pero puede ser engañado muy fácilmente por falsos devotos que

utilizan el sacrosanto nombre de Jesús de Nazareth para desviar el

camino de la revolución. Yo podría responderles que es mentira su

preocupación por el destino del pueblo; podría poner acentos en las

mismas palabras con las cuales Jesús de Nazareth combatía la

hipocresía de los fariseos:

"Los escribas y los fariseos están sentados en la cátedra de Moisés.

Haced lo que os dicen; pero no hagáis como hacen, porque ellos dicen

y no hacen.

Ellos crean pesadas cargas, imposibles de llevar, y las colocan

sobre los hombros de los demás; en cuanto a ellos, no tratan de

moverlas ni con la punta de un dedo.

Todo lo hacen para que les vean los hombres: se pasean con largas

túnicas; llevan anchos filacterios; sus mantos tienen las orlas más

largas; ocupan los primeros puestos en los festines y los primeros

asientos en las sinagogas; les gustan que los saluden en las calles

y les llamen "maestros" ¡Ay de ellos!...

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas que os habéis

apoderado de la llave de la ciencia y sólo la utilizáis para cerrar

a los hombres el reino de los cielos! Ni entráis ni dejáis entrar a

los demás.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas!. Porque limpiáis el

exterior de la copa y el plato; pero el interior, que está lleno de

rapiña y codicia, no lo tenéis en cuenta. Fariseo ciego, lava

primero el interior y después te ocuparás de la limpieza del

exterior".

Como dice Ernesto Renán en su estupenda obra Vida de Jesús "las

exquisitas ironías del Hijo del Hombre llegaban siempre al corazón y

han permanecido coaguladas en la llaga como estigmas eternos. Esa

túnica de Nessus del ridículo que los hijos de los fariseos

arrastran andragosos tras de sí desde hace veinte siglos, la ha

tejido Jesús con una habilidad Divina. Estas obras maestras de la

más elevada ironía, han grabado sus rasgos con líneas de fuego sobre

la carne del hipócrita y del falso devoto. ¡Rasgos incomparables,

rasgos dignos de un hijo de Dios! Sólo un Dios sabe matar de ese

modo. Sócrates y Moleiére sólo rozan ligeramente la piel, Jesús

introduce hasta el fondo de los huesos su fuego".

En cuanto a la consideración de índole histórica referente a la

Carta que escribe Bolívar a su hermana María Antonia, el 27 de

octubre de 1825 y donde expresa: "Protegeré la religión hasta que

muera", existe en vuestra interpretación una desviación de

contenidos: se pretende hacer creer que cualquier sacerdote

personifica la religión del corazón de Jesús de Nazareth. No es

cierto. Obsérvese, si no, lo que escribe Bolívar en el Manifiesto de

Cartagena, en vísperas de la Campaña Admirable:

"La influencia eclesiástica tuvo, después del terremoto, una parte

muy considerable en la sublevación de los lugares, y ciudades

subalternas: y en la introducción de los enemigos en el país:

abusando sacrílegamente de la santidad de su ministerio a favor de

los promotores de la guerra civil. Sin embargo, debemos confesar

ingenuamente, que estos traidores sacerdotes, se animaban a cometer

los execrables crímenes de que justamente se les acusa, porque la

impunidad de los delitos era absoluta; la cual hallaba en el

Congreso un escandaloso abrigo, llegando a tal punto esta

injusticia, que de la insurrección de la ciudad de Valencia, que

costó su pacificación cerca de mil hombres, no se dió a la vindicta

de las leyes un solo rebelde; quedando todos con vida, y los más con

sus bienes".

He dicho que todo va a cambiar, pero algunos hombres no se dan

cuenta, aferrados como están a sus inmemoriales costumbres y caducos

privilegios... Ha llegado un nuevo tiempo y hay que preparar una

nueva humanidad.

Así como hay que enseñar a escribir hay que enseñar a vivir. Así

como se aprende a hacer las redondas formas de las letras se debe

aprender también a vivir una sociedad de libertad e igualdad.

Libertad en pie de igualdad. ¿Cómo se había aprendido hasta entonces

a vivir?.

A veces pienso, con Rousseau, "que las cosas esenciales no pueden

ser vistas por quienes no quieren ver, porque si las nociones del

gran Ser fueran innatas en todos los corazones, sería una

preocupación bien superflua la de enseñarlas.

Finalmente quiero señalar que en la medida que no tengamos

conciencia de la opresión e injusticia que existe en los pueblos; en

la medida en que se profane con mentiras el poder del espíritu; que

callemos cuando debamos hablar; que despojemos a los demás cuando en

verdad debiéramos darles; en tales medidas lo que hacemos es

enterrar a Jesús y a Bolívar en el corazón de quienes están

sojuzgados.

Compatriotas Obispos:

Reciban Ustedes, por gajes de mi amistad y a nombre del Gobierno

revolucionario que presido, nuestros más apasionados votos por

vuestra felicidad".

Imploro bendición apostólica

Bolivarianamente

Hugo Chávez

 

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