Como prueba de qué el alma de la noche habían sido los ingleses, el público recibió con pifias al cuarteto estadounidense de No Doubt, que subió al escenario cerca de las 22 horas.

Gwen Stefani fue blanco de una serie de proyectiles, que pronto se acabaron y cedieron a la banda ska de mostrar sus canciones, mayoritariamente del disco Tragik Kingdom.

Aunque estaba previsto un repertorio de 14 canciones, No Doubt lo acortó eliminando tres temas, cuestión que les permitió llegar a un final digno.

Fue curioso que, pese a la ,simpatía y despliegue gimnástico de la cantante, parte de los más fanáticos de Erasure no estuvieron dispuestos a quedarse hasta el final, Pero los que se quedaron, que fueron la mayoría, se abrieron al Show del grupo y conocieron ese encanto a medias entre lo infantil y lo sensual de Gwen Stefani. Con movimientos quebradizos, miradas coquetas, saltos y toda suerte de piruetas, la Vocalista conquistó a la audiencia; incluso la hizo partícipe de sus juegos.

Por ejemplo en un largo dialogo que ella sostuvo con la guitarra de Just a Girl, sonando de fondo, seguido con esa base rítmica, Stefani se encaramó en el andamiaje que sostenía el techo del escenario, y desde lo alto protagonizó un divertido coro de chicos y chicas.

Otro aspecto curioso y que prueba que muchas personas no sabían que traían un recital de ska, reggae, y algo de hardcore, fue que muchos se dieron por satisfechos con la balado Don't Speak, la penúltima del repertorio, atinada decisión porque desde ese momento comenzó la masiva retirada. Después de Sunday Morning, casi a las 11 de la noche, la banda culmino con un bis de Spiderwebs.