Hoy que el conocimiento se encuentra impulsando por ese motor posmoderno que son los negocios, conviene a las universidades redefinir su misión y asegurar su cumplimiento

Las dimensiones de la virtualidad comienzan a dibujarse conforme miramos a otro lugar. El carácter de otredad de los mundos virtuales de la conducta humana aprendida, en general queda captado por la magnífica expresión del psicólogo B. F. Skinner: "responder a X en auencia de X". En términos generales, siempre que respondamos a la representación de un suceso estamos operando en un espacio virtual. Efectivamente, el lenguaje oral y esrito constituye uno de los mayores saltos evolutivos por su capacida de referirse a entidades ausentes en tiempo y/o espacio.

Estas son las son las primeras dimensiones en que se comienzan a investigar, y con ello a comprender, diseñar y administrar, los medios educativos virtuales. Las posibilidades instruccionales que se abren al rebasar la restricción escolar basica(un lujar fijo, a una hora fija, en un formato fijo de la clase tradicional son evidentes. Sin embargo, las ventajas son meramente tácticas(mayor rapidez, cobertura,etc) Para alcanzar ventajas estratégicas sostenibles(que permitan transitar a los mercados educativos del proximo siglo) necesitamos comprender dimensiones fundamentales, es decir, necesitamos un nuevo diseño del acto educativo y las organizaciones que por él tienen sentido.