Dificultades
organizativas y problemas técnicos.
El temor
mayor es que el uso cotidiano de estos medios
tenga el mismo efecto que en el caso de la
televisión: no se puede seguir un programa
serio de TV educativa, con la misma
atención, actitud y actividad mental con que
se ve una telenovela. Ver telenovelas es
fácil. Se teme que el alumno, a fuerza de
haber visto televisión como entretenimiento
o información sobre hechos, actúe ante un
programa educativo televisado con una
tendencia a ese facilismo automático,
necesario en el primer caso, inconveniente
para aprender ciertos contenidos.
Hay
profesores y administradores educativos que
piensan en cambios radicales: todo debe
trabajarse ahora en forma virtual. Esto lleva
a malos usos; no es conveniente utilizar una
tecnología cara, poco disponible y más
compleja, para una acción que se puede
realizar con la misma eficacia usando medios
más sencillos. Por ejemplo, para mostrar
información esquemática o verbal
simultáneamente a un grupo, el
retroproyector es de uso sencillo y
eficiente. El computador añade poco y exige
demasiado para este fin.
La
pregunta del pedagogo es obvia: si el
aprender en interacción con la realidad
exige volverla pedagógicamente accesible, es
preciso, indispensable, que en los ambientes
de aprendizaje diseñados intencionalmente,
los contenidos tengan una estructura
pedagógica adecuada; entendemos
fundamentalmente, útil a los procesos
mentales y formas de aprender de los alumnos.