EN COLOMBIA YA SE DICTAN DESDE CURSOS HASTA CARRERAS COMPLETAS

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"Elimina barreras de aprendizaje", dicen defensores del modelo. "No garantiza calidad", aseguran detractores.

"¿La modalidad de educación virtual cuenta como estrategia para ampliar el número de cupos en las universidades?".

Esta fue, palabras más palabras menos, la pregunta que un rector le hizo al presidente Álvaro Uribe Vélez el martes pasado, luego de que el Icetex suscribiera un convenio con las universidades para facilitar el ingreso de los estudiantes más pobres a la educación superior.

La respuesta de Uribe despejó las dudas: sí, debe contemplarse como una forma de ampliar cobertura.

No es la primera vez que el Gobierno se refiere al tema. Es más, en el futuro cercano el modelo de aulas virtuales (Telesecundaria) va a ser llevado por el Ministerio de Educación a zonas de difícil acceso para garantizar la formación básica de los niños colombianos.

Este tipo de referencias corresponden a una época en que la oferta de toda clase de cursos, seminarios, pregrados y posgrados a través de medios virtuales, se ha disparado en el mundo.

Colombia no es ajena a esa corriente, aun cuando la comunidad educativa apenas está aceptando esta idea que por ahora genera entre padres y maestros más desconfianza que tranquilidad, entre otros motivos porque cambia la forma de enseñar a la que estamos acostumbrados.

Para empezar, plantea que en lugar de asistir al salón de clase todos los días, solo se haga cada cierto tiempo: una vez a la semana, por ejemplo. Juan David Cardona, de 15 años, cursa octavo grado en el Gimnasio Virtual Francisco Javier, de Cajicá, uno de los primeros de su género en América Latina.

"De lunes a viernes entro a la web del colegio a las 8 de la mañana. Ahí encuentro la guía de actividades para mi curso. Si tengo que profundizar un tema, busco en los sitios de Internet recomendados. Si no puedo conectarme a la red, trabajo con CD-Rom y las guías del colegio. A las 10 de la mañana vuelvo a conectarme, y por chat despejo dudas con el profesor". El viernes acude al colegio para presentar las guías desarrolladas y sustentar el trabajo de los cuatro días.

Joaquín Forero, de noveno grado, se declara fanático del modelo, "porque no está uno atado a lo que el maestro diga. Si uno quiere avanzar más rápido o investigar otras cosas puede hacerlo. Como no hay nadie que me obligue, sé que la única forma de pasar el año es ponerle juicio al trabajo".

La ventaja de combinar

Guillermo Cardona, rector del colegio con 250 alumnos, 60 de los cuales estudian en forma virtual, aclara que el modelo está lejos de desplazar las aulas, los docentes y los libros, "a Internet hay que mirarlo en su justa dimensión, como una herramienta de aprendizaje que en este colegio combinamos con lo virtual".

En eso coincide Fabio Téllez, gerente del sector académico de Microsoft Colombia. Sostiene que "la tecnología debe ser asumida como herramienta del conocimiento y no como el conocimiento en sí, pues elimina las limitaciones que la gente pueda tener para estar en el aula de clase".

Esta ha sido una de las motivaciones que universidades como la Jorge Tadeo Lozano de Bogotá han tenido para diseñar programas virtuales y hacer convenios con centros de educación superior del extranjero, como los de Calgari (Canadá) y Salamanca (España).

Dora Bonnet, profesional en lenguas modernas, empezó hace cerca de un año la maestría en educación y liderazgo con la Universidad de Calgari, la cual visitó recién empezaron sus estudios. Cada semana desarrolla las actividades de un manual detallado, que le exige investigar mucho, leer bastante y producir ideas propias.

"Dedico cerca de dos horas diarias a la maestría, pues es obligatorio enviar a diario un aporte sobre el tema que estamos viendo y comentemos lo que dicen por correo los demás compañeros de la maestría", cuenta Dora.

¿Dónde estás, que no te leo?

El seguimiento de los alumnos, tanto de Calgari como de Salamanca, es permanente, "cuando un estudiante no aporta a diario o no participa en las discusiones a través del chat, indagan las razones y motivan al alumno para que sea más activo. Así es imposible, como ocurre en una modalidad presencial, que un estudiante se parapete tras los otros sin que el maestro lo note", sostiene Miguel Bermúdez, vicerrector de posgrados de la Tadeo.

Lo que más dudas genera en la gente es la calidad de la formación que se recibe en ambientes virtuales. Los padres de familia y los maestros que prefieren el modelo tradicional son la mayoría, "en eso los niños son abiertos, pues tienen la ventaja de haber nacido en la era de las comunicaciones e Internet", afirma Fabio Téllez.

Quienes están a favor del modelo aseguran que la combinación de presencialidad y virtualidad es muy ventajosa para el estudiante, los detractores sostienen que no se ha probado que la calidad de la formación sea superior, con el agravante de que sin la asesoría correcta y seguimiento celoso, los alumnos pueden acabar perdidos en la marea de información buena, regular y mala de la red.

Es posible que el problema esté en que muchos confunden la formación por medios virtuales con la educación a distancia (por televisión) de los años 70, que acabó siendo obsoleta por la falta de interacción entre el profesor en la pantalla de TV y el estudiante en la sala de su casa.

Juan Manuel Ospina, director del Centro de Cómputo de la Tadeo, piensa que la forma en que se manejan el término "ambiente virtual" influye en la desconfianza que el modelo despierta: "La educación virtual no existe como tal, es real porque sus profesores y alumnos son reales, como sus programas. La diferencia está en que aprovechan los medios virtuales".

MODELO POLEMICO

A FAVOR EN CONTRA
  • Acceso a la educación, desde un computador, a cualquier universidad o colegio del mundo, sin importar la distancia geográfica
  • Los costos son más bajos que los del modelo tradicional. Hay ahorro de tiempo, representado en viajes y desplazamientos
  • Bien guiados, los estudiantes desarrollan destrezas para la investigación y la lectura crítica e inferencial.
  • Los materiales de consulta se actualizan en forma constante por colegios y universidades.
  • El éxito del modelo depende, en grado sumo, de la constancia del estudiante y su disciplina el riesgo de que el usuario se inscriba
  • Existe el riesgo de que el usuario se inscriba en programas de mala calidad presentes en Internet,
  • Las barreras culturales deben superarse en el chat y por correo.
  • Masificar su uso en Colombia requiere altas inversiones en tecnología y capacitación del cuerpo docente.