Un hombre trabaja ocho horas diarias. El fútbol le entretiene. Quizá sale a beber con sus amigos. Los años pasan.

¿Por qué bostezamos en las fiestas?

Alguien se sienta en el salón de su casa. Todos los días ve el mismo sofá, los mismos cuadros. Pero el sofá, los cuadros y la persona no son nunca los mismos.


Una joven pareja pasea con su hijo en silencio. Van pensando en las facturas, en la oficina. La presencia desapasionada del otro tranquiliza y sirve de excusa para una triste barriga. "Son una pareja feliz".


¿Ha visto alguna vez la pena en las caras de un vagón de metro a las nueve de la mañana?

De repente en un rincón vacío, en una pared mal iluminada, se dibuja un rostro que nos mira fijamente.

Unos niños juegan. Uno de ellos recuerda que no debe llegar tarde y llora.

Una señora ha pasado la tarde haciendo compras. Camina hacia su casa cargada con bolsas de grandes almacenes. La señora limpia y cocina todo el día con la mente ocupada en asuntos de familia. Ve telenovelas y cose. Su marido es más bien sucio y empieza a estar enfermo. La señora llega al portal y piensa que ha hecho unas compras estupendas.