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Despenalización

El silencio al que nos quiere incurrir el poder de turno merece nuestro máximo desprecio. Existe un mecanismo turbio que puede amordazar nuestra expresión, hasta se nos querrá acusar de apologistas pero nosotros nos rebelamos y decimos BASTA.

Defendemos nuestro derecho al consumo de drogas deseando quitar el velo de ignorancia e hipocresía con el que intentan confundir a la opinión pública. No somos estúpidos. Ustedes desean nuestra pasividad tanto así para seguir argumentando sus leyes de hierro, como para elevar presidios. Nosotros planteamos la legalización y propugnamos el auto cultivo como método que sepulte definítavemente a las mafias que afectan nuestro consumo.

Seamos claros, el poder es la verdadera mafia: trafican, crean ridículas propagandas contra el consumo y luego nos persiguen. Ellos quieren que todo siga así y que solo se escuche la misma voz hipócrita que nos molesta hace tantos años. Su futuro depende en no instalar nunca el verdadero debate. No es nuestra idea legalizar para así blanquear un negocio cimentado sobre engranajes comerciales.

Queremos obtener parcelas de tierra, cristalizar la siembra y hasta mantener una comunicación directa con la ciencia. Señores: ¡¡ Basta de intermediarios entre nosotros y las drogas!! ¡¡ El placer no acepta su lucro!! Nos unimos por fuera de la vaguedad de sus cataloguizaciones para destruir la permanente desh habilitación a la que nos quieren someter. Pensamos y obramos desde aquí como personas que merecen la condición de respeto, y nuestras ideas son validas pues intentan desterrar para siempre a la identificación de la droga con los actos maliciosos.

A la malicia la han alimentado ustedes, saben muy bien en que punto, el corte en la sustancia puede provocar violencia, la cocaína adulterada con yeso es más dañina que la droga en sí misma. Ustedes brindan un apañamiento escrupuloso a quienes envenenan la materia prima. Son quienes dictan leyes represivas para encubrir su negocio.

Estamos hartos de tanta hipocresía. La represión y los prejuicios se traslucen en una sociedad sin identidad en su imaginación, sin deseos propios.

Señores: Nosotros si tenemos deseos y son diferentes. Queremos y necesitamos de la información que nos acerque a la elaboración de la droga. Nuestras manos cultivaran y recogerán los frutos. Somos nuestro único medio y nuestro único fin. No necesitamos de pasadores interesados solo en el rédito monetario que la droga les puede brindar. No queremos comprar droga y luego ser atropellados por leyes que atentan contra la libertad individual. De este modo solo somos chivos expiatorios, siervos de la fortuna de unos pocos y de una ley que debería caducar por la misma fuerza de su hipocresía. Fuimos demasiado inocentes, de ahora en más oirán a nuestra rabia más profunda expresarse con el peso de nuestra verdad.

Señores: Su ley repugna. La han implementado con el propósito de sujetarnos contra nuestra propia voluntad. Por primera vez sentimos una especie de inteligencia en el resentimiento.

Que les quede bien claro: NO NOS DETENDREMOS, no pararemos de activar el movimiento de nuestras neuronas, nos multiplicaremos en los barrios, entre la juventud, y si es necesario usaremos fusiles cargados de palabras lesivas apuntando directamente contra sus conciencias.

SEÑORES: LEGALICEN LA DROGA A LOS OJOS DEL MUNDO.

Nosotros mientras tanto soñaremos con plantaciones clandestinas erigidas en márgenes que se oculten a sus ojos. He aquí nuestras semillas.

HE AQUI NUESTRAS SEMILLAS

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