Altivo y arrogante se posa en la cima.
El sol intenta despertar con esa lentitud que maravilla; tan sólo un fleco de luz se asoma.
En el aire, la estela aromática de la noche que busca el descanso, luego de una ardua jornada de
trabajo. Un gallo que ansía su canto matutino, reflejado en un trillado mar de espejismos.
Altivo y arrogante se posa, y se levanta por encima de todos los demás, respirando libertad.
Parecieran decenas las manos que tratan de aplastarlo, parecieran cientos la veces que lo han
intentado, parecieran miles los productos usados en su contra, más aún parecieran las cerdas
de tiranía que intentan alinearlo a lo cotidiano, a lo concurrido, a la circularidad infinita de la vida.
Y de pronto, un aullido endemoniado y un estruendo metálico despiertan a los que aún dormían:
-¡Pinche spray jodido!
En el suelo una lata de aerosol; en su etiqueta:
Fórmula mejorada con extractos naturales.
Fijación duradera.
Aroma a brisa nocturna.
Guillermo Rendón
