Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

Confesión sobre algunas cosas que extraño



Dear Leonard, To look life in the face, always, to
look life in the face, and to know it for what it is. At
last to know it, to love it, for what it is, and then, to
put it away. Leonard, always the years between us,
always the years, always the love, always... the hours...
[Virginia Woolf en The hours]

He de hacer una confesión sobre algunas cosas que extraño.
Le extraño a él, que fue por más de un año, si no mi amigo, al menos el mejor compañero que he tenido hasta ahora. No hace mucho lo busqué sólo para descubrir que no hay forma de recuperar lo perdido. El último encuentro que tuvimos fue verdaderamente entristecedor y definitivamente no quisiera repetirlo. Al respecto, sólo espero que él no lo haya notado. Pese a todo, lo sigo apreciando por lo que fue.

La extraño a ella, que más que amante fue mi amiga. La extraño al sentarme solo en el café de unas cuadras más arriba, y cuando a veces por las noches siento el roce frío de mis cobijas que debieran ser tibios. Echo de menos nuestras pláticas interminables de los motivos y circunstancias que hay en la vida, o de dios y el infinito, o de la nada. Extraño como nunca el fingir que no sentía celos cuando ella veía o hablaba con el que supongo es el amor de su vida. Y pese a todo, la sigo apreciando por lo que fue.

Extraño algo un poco más raro, extraño llorar. Aunque no hace mucho lo hice luego de… algunos años de no hacerlo. Lloré por dos días seguidos y no podía parar de hacerlo. Ahora quiero repetir, pero me lo he prohibido terminantemente. Me lo he prohibido porque añoro también ser quien era: La vida milimétrica, aunque poco condimentada, se digiere mejor, y he tenido muchos problemas gastrointestinales últimamente. Pese a ellos, aprecio este breve tiempo por lo que fue.

Extraño ese breve tiempo en que fuimos tres. Los conflictos, las mentiras, los pleitos, mantenidos con los demás para mantener la amistad. Todo lo perdido por conservarla. A cambio nuevos horizontes, las nuevas perspectivas, algunas vivencias que todo artista envidiaría. Aunque quedamos dos en pie, y el tercero encubre su maldad bajo el título de venganza y me odia por lo que no fue, yo le aprecio por al menos haber fingido lo que fue.


Estas y muchas otras cosas más extraño en esta noche; pero todas y cada una son irrecuperables. Dejaré entonces de preocuparme por ellas, y empezaré a velar por el día venidero. Recibiré al sol con mi sonrisa habitual y nadie notará lo que ha pasado, si acaso alguien llegara a preguntar simplemente sonreiré y no sabrá más nada, como debió haber sido desde un principio.

Bien, eso es todo por hoy, y recuerden: las confesiones se guardan en secreto.

Guillermo Rendón