El vértigo de los cuerpos

en los primeros poemas

de Octavio Paz

 

por Alberto Ruy-Sánchez

 

En el poema que abre su libro Arbol adentro, Octavio Paz afirma: "A veces la poesía es el vértigo de los cuerpos y el vértigo de la dicha y el vértigo de la muerte."(1) Al examinar la formación y la evolución de ese primer vértigo, el de los cuerpos, en su obra, nos es posible observar su poética en uno de sus aspectos más significativos: el erotismo, entendido éste en su sentido más amplio: no tan sólo como el encuentro con la amada sino con lo Otro, es decir, con la otredad del mundo.

Desde su primer libro de poemas, Luna Silvestre (1933), el poeta hace del erotismo no una descripción del acto de amar sino el recuento poético de una presencia: la amada esquiva, en realidad ya ausente, está presente porque sus palabras todavía resuenan para el poeta; cuyos brazos rodean "el hueco lleno de memorias" que le deja el cuerpo ausente de ella.

"De entre el silencio, tus palabras

sonando todavía;

bajo las ramas, cayendo tus palabras,

como un lenta luz madura.

Mis brazos rodeando el círculo perfecto,

el hueco, lleno de memorias,

que me deja la ausencia de tu cuerpo.

Así, esquiva, siempre estás presente,

confusa, como un turbio recuerdo de la infancia."(2)

Es interesante darse cuenta de que las palabras de la mujer son para el poeta como partes del cuerpo de la amada: las partes que resuenan en él. Las palabras son aquello que permite que el cuerpo pasado se vuelva presente, es decir, presencia.

El poeta reflexivo que es Octavio Paz hace que su obra tenga tal coherencia que, casi sesenta años después, en su discurso de recepción del Premio Nobel (La búsqueda del presente, 1991), habla de La presencia como el elemento indispensable de su poesía: el fin al que tiende su labor poética. Estar en el presente para él es ser de su tiempo, tanto en las formas de la poesía como en el pensamiento histórico y social sobre lo que sucede a su alrededor. Pero, "¿Qué sabemos del presente? -nos dice Paz- Nada o casi nada. Pero los poetas saben algo: el presente es el manantial de las presencias." (3) Su obra poética se ha bañado en ese manantial y se ha nutrido de él. Y entre las presencias que él hace brotar aparece una y otra vez el cuerpo de la amada. Si en los poemas de Luna silvestre sus palabras eran "como una lenta luz madura", unos años después, en Bajo tu clara sombra, esa luz es ya fuerza luminosa de la naturaleza, amanecer:

su voz, alba terrestre,

hondo anuncio de aguas rescatadas,

que bañan a mi carne

y humedecen los labios presentidos. (4)

La persona amada ha tomado las dimensiones de la naturaleza. Por la metáfora de la luz, el joven poeta Paz entra entonces (1935) en la larga tradición que hace del cuerpo de la mujer una geografía. Procedimiento que aparece con frecuencia en la poesía de diferentes tiempos y lugares :

"mira tus piernas como dos arroyos,

mira tu cuerpo como un largo río,

son dos islas gemelas tus dos pechos,

en la noche tu sexo es una estrella,

alba, luz rosa entre dos mundos ciegos,

mar profundo que duerme entre dos mares."

Pero en Paz , rápidamente, en el mismo libro, el lugar común de la mujer geografía se vuelve otra cosa más grande y más importante. Y, por supuesto, más original. La mujer se vuelve mundo. El proceso es interesante porque implica en el poeta una toma de conciencia de que el mundo no es un idilio y ni siquiera el amor, o el cuerpo de la amada, con toda su intensidad, es lugar de perfecciones. Primero el pequeño edén pacífico se vuelve convulsión. Todo se agita. Y el paraíso terrestre que es el cuerpo de la amada se convierte en expulsión del paraíso, conciencia de que la amada no sólo es jardín edénico sino toda la plenitud del mundo. Esta nueva característica de su poesía no implica sólamente una ampliación geográfica de la metáfora para acercarse poéticamente al cuerpo de la amada. No es un cambio de dimensiones sino de esencias. Ella es ahora el mundo con sus fuerzas y sus contradicciones, con goces y dolores, con erotismo y muerte. Comienza de verdad su vértigo de los cuerpos:

"Un cuerpo, un cuerpo solo, sólo un cuerpo,

un cuerpo como día derramado

y noche devorada;

la luz de unos cabellos

que no apaciguan nunca

la sombra de mi tacto;

una garganta, un vientre que amanece

como el mar que se enciende

cuando toca la frente la aurora;

unos tobillos, puentes del verano;

unos muslos nocturnos que se hunden

en la música verde de la tarde;

un pecho que se alza

y arrasa las espumas;

un cuello, sólo un cuello, unas manos tan sólo,

unas palabras lentas que descienden

como arena caída en otra arena...

Tibia mujer de somnolientos ríos,

mi pabellón de pájaros y peces,

mi paloma de tierra,

mi leche endurecida,

mi pan, mi sal, mi muerte,

mi almohada de sangre:

en un amor más vasto te sepulto. (5)

Ya en su discurso del Nobel, Paz decía: "El árbol del placer no crece en el pasado o en el futuro sino en el ahora mismo. También la muerte es fruto del presente. No podemos rechazarla. Vivir bien exige morir bien. Tenemos que aprender a mirar de frente a la muerte".(6)

Su nueva concepción del cuerpo de la amada como mundo, como plenitud del mundo que está lleno de contradicciones, implica también su contrario lógico: entrar al mundo, situarse en el mundo, es para el poeta un acto erótico. De ahí que, poco a poco, toda la concepción poética de Octavio Paz, aún en los poemas que no hablan directamente de los cuerpos que se aman, se vaya convirtiendo en una poética erótica: su obra cuenta de diversas maneras el encuentro del poeta con esa otredad radical, y fascinante, que es el mundo. De la misma manera que comenzó contando su encuentro diverso, iluminado, con esa fascinante otredad radical que es la amada.

Todo esto comienza ya a suceder al inicio de los años cuarenta. El poeta busca el presente del mundo y el presente de la creación: la modernidad engañosa, o más bien seductora.Es entonces cuando el joven poeta sale de México, incursiona en "la modernidad" de la poesía de T.S.Elliot, busca usar un lenguaje coloquial en su poesía y en ella aparece el poeta en medio de la ciudad, de la modernidad social. Incursiona en el mundo por fascinación. El mundo que le toca vivir lo seduce y él busca a su vez seducirlo (nombrarlo es como tocarlo) con la magia de sus palabras vivas. Desde entonces la poética de Paz puede ser considerada una erótica sutil pero apasionada. Y las variantes de esa erótica son cada vez sorprendentes.

A partir de esos años, en su poesía conviven amor y muerte, libertad y destino; porque el poeta es un voraz devorador del mundo. Los cuerpos se atraen como planetas en el universo:

Inclinado sobre la vida como Saturno sobre sus hijos,

recorres con fija mirada amorosa

los surcos calcinados que dejan el semen, la sangre, la lava.

Los cuerpos frente a frente como astros feroces,

están hechos de la misma sustancia de los soles. (6)

Luego el cuerpo es también una Patria:

Patria de sangre,

única tierra que conozco y me conoce,

única patria en la que creo,

única puerta al infinito. (7)

O un relámpago en reposo:

Rayo dormido.

Mientras duermes te acaricio y te pulo.

hacha esbelta,

Flecha con que incendio la noche. (8)

O todavía más, una especie de sobrenaturaleza luminosa:

Brilla el mundo

Tú resplandeces al filo del agua y de la luz

Eres la hermosa máscara del día. (9)

En el poema extenso, Piedra de Sol, de 1957, la asimilación poesía- erotismo tal como la hemos descrito se manifiesta ya abierta y claramente. El poeta recorre mundo y amada como si fueran de la misma materia. La mujer es naturaleza y civilización a la vez:

voy por tu cuerpo como por el mundo,

tu vientre es una plaza soleada,

tus pechos dos iglesias donde oficia

la sangre sus misterios paralelos,

mis miradas te cubren como yedra,

eres una ciudad que el mar asedia,

una muralla que la luz divide

en dos mitades de color durazno,

bajo un paraje de sal, rocas y pájaros

bajo la ley del mediodía absorto,

vestida del color de mis deseos

como mi pensamiento vas desnuda,

voy por tus ojos como por el agua,

los tigres beben sueños en esos ojos,

el colibrí se quema en esas llamas,

voy por tu frente como por la luna,

como la nube por tu pensamiento,

voy por tu vientre como por tus sueños...(10)

Ya desde esos años queda establecida la lógica poética que no dejará de estar presente en la obra posterior de Octavio Paz, modificándose sin duda, estableciendo variantes, pero siempre presente actuando sobre un eje: el vértigo de los cuerpos, el vértigo del mundo hecho cuerpo, el vértigo del poeta ante el mundo, dentro del mundo.

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NOTAS

(1) Arbol adentro, 1987, México, "Proema", pág. 7.

(2)Luna silvestre, 1933, México. pág. 25.

(3) La búsqueda del presente. Discurso de Stockholm. Manuscrito, 1991.

(4)Bajo tu clara sombra, versión que aparece en A la orilla del mundo, México, ARS, 1942. pág. 37.

(5)Bajo tu clara sombra, versión que aparece en Poemas (1935-1975), Barcelona, 1979.Págs. 29 y 30.

(3) La búsqueda del presente. Discurso de Stockholm. Manuscrito, 1991.

(6) "El prisionero", en Poemas 1935-1975, Barcelona, 1979, pág. 121.

(7) "Cuerpo a la vista", ibid.,pág. 126.

(8) "Relámpago en reposo", ibid., pág. 128.

(9) "Primavera y muchacha", ibid., pág. 142.

(10) "Piedra de sol", ibid., pág. 259.