Epidemiología de las Úlceras Venosas

La úlcera venosa crónica puede ser definida como un área de discontinuidad de la epidermis del sector inferior de la pierna, persistiendo por 4 semanas o más, ocurriendo como resultado de la hipertensión venosa y/o insuficiencia muscular de la pantorrila. El punto de prevalencia se encuentra entre 0,06% y 1%.

Debido a la alta tasa de recurrencia, los estudios de prevalencia de úlceras activas ciertamente subestiman el verdadero número de pacientes. La prevalencia general está entre el 1% y 1,3% de la población general. Nelzen estima, en un reciente estudio escandinavo, que la prevalencia general de ulceraciones de la parte inferior de la pierna, es de 2,1%.

Los resultados obtenidos por la O.M.S. y la literatura demuestran que el 1% de los presupuestos totales de salud en Europa son consumidos por el tratamiento de la las úlceras venosas.

Historia

Las úlceras de los miembros inferiores no son un problema nuevo. Descripciones de úlceras crónicas datan de la época de Hipócrates. El fué el primero en documentar la conexión entre las úlceras y las venas varicosas. El origen de la enfermedad está probablemente relacionado al hecho de la bipedestación. La pantorrilla, actuando como una bomba muscular, ayuda al retorno venoso a vencer la fuerza de gravedad. Cuando este mecanismo falla, el aumento de la presión venosa puede derivar en edema maleolar, lipodermatoesclerosis y finalmente ulceración de la piel. Las causas del no funcionamiento de la "bomba muscular" son: patología articular, desórdenes del sistema nervioso y muscular y -los más importantes - enfermedades del sistema vascular, especialmente del sistema venoso.

La compresión como tratamiento de las úlceras crónicas es conocida desde hace 2.400 años. Durante el Imperio Romano, Celsus (25AC-50DC), aconsejaba el vendaje con tejido de lino y las aplicaciones de vino en las úlceras eran recomendadas por Galeno (130-200DC).

Las primeras operaciones fueron efectuadas alrededor de 1.850. En 1.867 las venas perforantes fueron descriptas por John Gay. Alrededor de 1.920, John Homans, dió la primera descripción entre los desordenes valvulares venosos y las úlceras. Linton fué el primero en teorizar que a través de la incompetencia de las venas perforantes, la alta presión venosa del sistema profundo era transferida al superficial, ocasionando deterioro en la circulación dérmica y finalmente úlceras. Fué el primero en describir,en 1.938, la exitosa ligadura de las perforantes insuficientes por cirugía a cielo abierto. Esta operación demostró ser muy exitosa, pero las complicaciones tales como la demora en la cicatrización de las heridas quirúrgicas, necrosis de piel e infecciones ocurrían frecuentemente (más del 58%). Siguieron muchas otras técnicas, pero debido a las complicaciones, las intervenciones quirúrgicas cayeron en el descrédito. La terapia de compresión ambulatoria y la escleroterapia fueron los métodos aceptados de tratamiento.

La introdución de técnicas de cirugía endoscópica resultan un avance considerable en la cirugía venosa. Las principales ventajas de la vía de acceso endoscópica en pacientes que sufren de úlceras venosas consisten en que es un procedimiento mínimamente invasivo y la que la incisión puede ser hecha proximal al área de piel afectada. La ligadura subfascial endoscópica de las venas perforantes como tratamiento de las úlceras venosas crónicas está siendo usado con resultados promisorios.