OSCURIDAD
Su respiración se agitaba cada vez más, trataba de mover las manos y no pudo, solo
sentía en ellas el frío metal rodeando sus muñecas, trató de mover los pies los tenía
entumecidos, pero estaban libres.
¿Dónde estoy?, pensó, el piso era frío e irregular, trató de enfocar la vista una vez
más y se comenzaron a formar imágenes más claras dentro de la oscuridad que le
rodeaba, ahora una tenue luz ingresaba por una rendija que adornaba una puerta de lo
que parecía una celda. Si eso era, una celda.
Se tocó la cabeza recordando lentamente tras el golpe que le habían propinado los
guardias.
Volvió a tratar de mover las manos, pero solo sintió el tirón de las cadenas en las
muñecas, el dolor hizo que sus pupilas enfocaran mejor, ahora se distinguían las
largas cadenas que iban de la pared a sus muñecas y la puerta de madera de la celda.
Esa puerta, frente a ella, sería su objetivo ahora, haga lo que haga saldría de ahí.
Unos pasos, alguien se acercaba, se podía oír bien lo que decían.
Tras la celda la emperatriz Xena conversaba con el comandante general de la guardia.
Xena: ¿Qué es lo que tienes para mi?
Keros: La tenemos emperatriz, al fin la capturamos.
Xena: Bien abran la celda.
La puerta de la celda se abrió y la luz impactó directamente sobre ella, poco a poco
abrió los ojos, los pasos se oían aún más cerca, hasta que distinguió una sombra
sobre ella.
Xena: Pero que tenemos aquí, vaya, vaya. -dijo observando a su presa recién
capturada.
Su presa trató de retroceder, pero las cadenas se lo impedían, o al menos eso era lo
que creía.
Xena: No pequeña no te irás a ningún lado todavía. -la cogió del cabello y la
obligó a levantarse.
Sus piernas aún le dolían por el golpe, pero no tuvo alternativa mas que levantarse y
ponerse de pie.
Xena: Así que eres Tiara, no eres lo que imaginaba, después de todo.
Xena cogió el rostro de la prisionera acercándola a la luz, y quedó momentáneamente
paralizada al ver un turquesa que emanaba de sus ojos que tuvo que soltarla y darle
la espalda.
Xena: Solo tienes una opción así que escúchame bien Tiara. -volvió a mirarla
fijamente y para entonces las pupilas esmeralda ya se habían adaptado a la luz y
logró ver ese azul frío paralizante.
Xena: ¿Me estas escuchando?
Su voz sacó a la prisionera de sus pensamientos.
Xena: Tiara me dices que plan tiene Menfis para el imperio o una de esas
lapidas llevará tu nombre.
Gabrielle: Yo no, me confunde yo no soy Tiara.
Xena: Qué demonios dices!
Gabrielle: Mi nombre es Gabrielle.
Xena: Tengo que darte el crédito Tiara por tener el valor de intentar
engañarme poniendo en juego tu vida. -la cogió de la garganta, y Gabrielle respiraba
con todas sus fuerzas.
Gabrielle: No soy Tiara, estaba en sus tierras pero no soy...
Gabrielle Sintió que el aire pasaba con mayor facilidad, y comenzó a toser, al tiempo
que la emperatriz comenzó a dar vueltas por la celda.
Continuará...