Disclaimers: Xena: Warrior Princess, Gabrielle: Amazon Queen y todos los demás personajes, excepto Rodos (que es mio :P) son propiedad de MCA/Universal Pictures y de Renaissance Pictures
Sub: Este relato muestra a dos mujeres que mantienen una relación amorosa mas allá que la amistad. Si eres menor de edad, o no te gustan esta clase de relación, a qué esperas? apaga el monitor!
Gustos: Bueno me podeis dejar vuestras críticas, sugerencias, opiniones; lo qué sea! sean malas o buenas ;) en la siguiente direccion: simplemente_reneeoconnor@hotmail.com
Nota: Bueno he aquí la continuacion de Pensamientos, pero a diferencia de la 1ª parte aqui no encontrareis escenas de sexo, para el deleite o desgracia de algunos. Si hay dosis de amor, y mucha acción.


PENSAMIENTOS

Por Gabby

Segunda parte

Esa misma mañana, después de los bellos momentos acontecidos, ambas guerreras prepararon a sus yeguas y emprendieron rumbo a la tribu amazona de Varia. Tras media jornada de incesable galope, se detuvieron en seco. La Princesa Guerrera sintió que alguien las observaba.
-¿Por qué nos detenemos? El poblado, ya está cercano- extrañó Gabrielle.
-¡Shh! Nos están acechando- Xena, alteró con estas palabras a la bardo, que descendió de su yegua y desenfundó sus sais.
En ese instante nueve mujeres, ataviadas de piel de animales, descendieron de los árboles y se abalanzaron sobre ellas. Cinco fueron a por Gabrielle que, aún confusa por la situación comenzó a repartir golpes. Mientrás tanto se ocupaba de las otras cuatro amazonas. Desenvainó su espada y comenzó la pelea. Una mujer, la mas alta, rubia de cabellos largos y robusto cuerpo, asestó un golpe en la espalda de la bardo, que ante el ataque se giró propinándole una patada en la cara, haciendo caer a la amazona. Xena y Gabrielle no usaban sus armas mas que para esquivar los golpes, pues eran amazonas, no podían acabar con ellas.
Mientras la acción se sucedía, la décima amazona, que se encontraba en la rama de un árbol, sostenía con una mano un arco, y con la otra tensaba en la cuerda de este una flecha.
-¡Amazonas! ¡Soy la Reina Amazona Gabrielle!
-¡Déjalo! no atienden a razones- exclamó Xena derribando a la última amzona.
Gabrielle ató a las nueve amazonas alrededor de un tronco.
-¿Pero a qué ha venido esto?- gritó la Princesa Guerrera a una de las mujeres, de la cual no recibio respuesta.
-Déjame Xena, yo soy amazona, tal vez hablen conmigo- añadio Gabrielle retirando a Xena a un lado.
Cuando la bardo se preponía a entablar conversacion, se escuchó un zumbido.
Gabrielle se dio la vuelta y vio a Xena con una flecha clavaba en la mano.
-¡Xena!- la joven, corrio hacia la guerrera. Pero entre ambas, se interpuso la décima amazona. No era mucho mas alta que Gabrielle, una cinta de cuero negro impedía que sus largos cabellos negros se deslizaran por su hermoso rostro que tenía una expresion desafiante, su mirada era como la de un tigre acechando a su presa. Poseía una salvaje belleza, su robusto cuerpo, apenas estaba cubierto con una falda abierta por ambos lados de las piernas, que estaba sujeta a la cintura gracias a un cinturón adornado de pequeños trocitos de madera y caracolas. Además llevaba un minúsculo top que la caracterizaba de gran guerrera. Hecho con piel de antílope, del cual, colgaban dos collares, en uno poseía unos exuberantes adornos, y el otro era el colgante que distingue a toda Reina Amazona. No había duda, la décima amazona no era otra que...
-¡Varia!- exclamó Gabrielle -pero...
Xena extrajo la flecha de su mano, y de un salto, propinó una patada a la amazona, pero esta rodó por el suelo evitándola.
-¿¡Xena!?... ¡¿Varia?!- Gabrielle no entendía nada, tan solo que su amiga estaba atacando a su amada guerrera.
Xena y Varia se ensarzaron en una feroz batalla. Pero la Princesa Guerrera jugaba en desventaja, pues su mano no dejaba de sangrar. Fueron unos minutos de contínuos golpes y esquivos hasta que la acción terminó con Varia en el suelo y frente a ella, Xena en pie con su espada en la mano apuntando hacia el cuello de la Reina Amazona.
Tras unos instantes de miradas desafiantes, Xena extendió la mano a Varia, que con una sonrisa la estrechó y se puso en pie.
-¡Oh Varia! ¡Qué alegría volver a verte! veo que has mejorado- dijo Xena abrazando a la guerrera amazona.
-Sí, pero no lo suficiente, aunque he conseguido herirte.
-Ha sido una buena emboscada- sonrió orgullosa Xena, pues ella fue quien enseñó a esas guerreras esta trampa.
Gabrielle mientrás tanto continuaba sin saber que pasaba.
-Siento lo de tu mano... Verdaderamente, pensaba que la esquivarias, pero la actitud de mis hermanas te distrajo, ¿no es cierto?
Xena comenzó a reirse, del orgullo hacia su tribu, por parte de Varia.
-Bueno... ¿alguien me explica qué pasa?- preguntó Gabrielle.
Varia al oir la voz de la bardo, se dirigió a ella.
-¡Gabrielle!- exclamó Varia abrazando a la joven, que continuaba sin saber que pasaba.
-Yo tambien me alegro de verte... creo...
Xena ante el desconcierto de Gabrielle, se dirigio a ella.
-Gabrielle, Varia lo único que pretendía era practicar un poco- miró su mano -e intentar vencerme- añadió medio sonriente.
Gabrielle al ver como la mano de Xena seguía sangrando corrio hacia Argos 2 y extrajo de una mochila unos vendajes.
-¡Vaya! Pues hubiera sido mejor practicar, una vez entablados los saludos- exclamó la bardo mientras vendaba la mano de Xena.
Varia se dirigio a soltar a sus hermanas, que seguían atadas al árbol.
-Lo sé Gabrielle, pero sino os hubiéramos tomado por sorpresa, dudo que hubiérais combatido con tanto ímpetu.
-¡Ay!- se quejó Xena.
-Lo siento- se disulpó Gabrielle, que pasó a realizar el vendaje mas suavemente.
Varia contempló entre extrañada y desconcertada la escena de ambas, que se perdian la una en el mirar de la otra, como si pudieran entrar en sus pensamientos.
Xena al sentir como las observaba, retiró su mano de entre las manos de la joven bardo.
-Ya está bien Gabrielle- le guiñó el ojo - ... gracias.
Gabrielle entendio este gesto y se dirigió a guardar el vendaje sobrante. Varia, se percato que entre ambas amigas algo habia cambiado.
-<<Esa mirada, ese tono de voz... parece como si sus corazones, solo latieran por la presencia de la otra. Que bella escena...>> a Varia se le escapó una sonrisa, mientras pensaba en tan hermosa escena.
-¿Por qué sonries, Varia?- preguntó extrañada Xena.
-No, por nada, solo estaba pensando que deberéis de tener hambre, si lleváis media jornada a galope, no habréis comido nada.
En ese momento, el estómago de Gabrielle, las delató, cuando se mencionó la comida. Todas comenzaron a reir.
-¡Jajajaja! Bueno, veo que tengo razón.
-Gabrielle, siempre tiene hambre- Xena se estaba partiendo de la risa.

Y así todas las mujeres, se perdieron entre la espesura del bosque, a lomos de sus caballos.... No tardaron en llegar a la aldea, en la cuál se encontraba un gran número de amazonas, algunas de estas estaban luchando, otras arregalndo los desperfectos que poseían algunas cabañas... todas tenían algun que hacer. Pero al paso de Varia y Gabrielle, las amazonas dejaban sus trabajos para cruzar su brazo derecho hacia el hombro izquierdo con el puño cerrado, era el saludo de respeto hacia una Reina Amazona. Las tres amigas, se detuvieron frente a una gran cabaña de madera, resguardada por dos amazonas perfectamente armadas, demontaron y entraron en su interior. Era una gran estancia, con una gran mesa en el centro; de las paredes colgaban numerosos adornos: pieles, hojas, adornos de madera típicos de amazonas. Pero lo que verdaedramente llamó mas la atención de las guerreras, sobre todo de Gabrielle, fue un olor muy apetecible. Tomaron asiento alrededor de la mesa, Varia y Gabrielle se sentaron juntas, dejando a Xena enfrente. De pronto aparecieron, unas amazonas, que portaban unas enormes bandejas de carne, frutos, y bebida.
Xena y Gabrielle, tenían tanta hambre, que no pudieron evitar coger el primer trozo de carne, antes de que depositaran las bandejas en la mesa. Lo cual hizo, que Varia explotara a reir.
-Veo que, ¡Teníais mucha hambre! Os gustará esta comida, está recien cazada.
-Mmmm... Sí, deliciosa- apenas se pudo entender lo que dijo Gabrielle, pues tenía la boca llena de comida.
Cuando al fin terminaron con toda la comida que les trajeron, comenzaron a entablar una amena conversación, con la Reina Amazona Varia.
-Y bueno... ¿cuánto tiempo vais a pasar en nuestra aldea?- preguntó Varia, mirando a la Princesa Guerrera, que a su vez observó a Gabrielle, esperando que ésta respondiera, pues no habían hablado el tiempo que permanecerian en el poblado.
-Tres días...- hizo una pausa para que Xena, prosiguiera.
-Sí, desearíamos partir hacia la India, hace mucho que no pasamos por allí y hemos oído que necesitan la ayuda de dos mujeres guerreras.
-Siempre sintiendo el fragor de la batalla...- añadió Varia -y nunca dejas tiempo Xena, para que tu corazón se centre en alguna persona...
Esto último, resonó en las mentes de Xena y Gabrielle, que se quedaron mudas, pues una amazona no suele tratar temas de amor.
Los corazones de las amantes, latían con tal intensidad, que parecían tambores de guerra.
-Eh... pues...- Xena no sabía que contestar, pues su corazón si latía por alguien, por Gabrielle...
-<<En realidad, sí, mi corazón está centrado en el precioso ángel que está sentado a tu lado. Es que es realmente dulce y hermosa, no puedo evitar dejar de observarla ni un segundo, de anhelar ese dulce néctar que contiene sus labios, esa mirada verde, que arde y deslumbra con un brillo sin igual...>>
-¡Xena! ¡Xena!- exclamó Vaira.
-¡¿Eh?!... ¿qué?- Xena volvió de sus pensamientos en los cuales se perdió observando a su eterna amante.- Perdón Varia, no te estaba atendiendo... ¿qué decias?
-Decía que es extraño que una gran guerrera como tú, pueda caer en las redes de ese sentimiento.
Varia no dejaba de hacer esto comentarios, con tal de probar si realmente, los sentimientos entre ambas amigas, habían cambiado.
-¿¡Varia!? ¡Me sorprendes!- intervino Gabrielle, al ver que Xena se había quedado sin palabras -una amazona no suele hablar de temas como este...
-Gabrielle, tu tambien eres amazona. ¿Me vas a decir qué jamás has sentido la necesidad de no poder estar sin una persona?
-<<¡Por supuesto! Cada mañana, cada instante, cada segundo que paso junto a ella, siento esa necesidad de no separarme jamas de su lado. Mi cuerpo se estremece tan solo con el roce de su piel. Cuando miro sus ojos... esos ojos que poseen el color del horizonte azul, donde el mar se pierde con el cielo, es como si pudiera entrar en su interior, me siento parte de su corazon...>>
-¡Gabrielle! vaya, veo que no se os da bien hablar de estos temas, ¡¿eh?!- Varia comenzó a reir, viendo que poco a poco sus sospechas iban siendo ciertas. -Bueno, hemos preparado una ceremonia de bienvenida para ti, Reina Gabrielle- ahora Varia se dirigio a la bardo, como hermana amazona mas que como amiga.
-¡Oh! me enorgullece este gesto- Gabrielle se ruborizó ligeramente.
-Y ¿a qué estamos esperando?... que empiece la fiesta- gritó Xena, al mismo que se levantaba de un gran salto.

Las tres amigas salieron de la cabaña. Gabrielle fue acompañada por dos amazonas hasta otra casa, donde la despojaron de sus ropas y la vistieron con el traje de la reina, parecido al que portaba Varia, este constaba de: un top de cuero marrón que le cubría hasta la mitad del vientre. Posteriormente se puso una falda, que se extendía por sus muslos, abierta a ambos lados de las piernas, esta estaba hecha con la piel de un venado, luego se calzó con dos botas, que le tapaban toda la pierna, de los pies hasta las rodillas, en las cuales se envainó sus inseparables sais.

Mientrás esto sucedía, Xena y Varia, se dirigieron hacia una torre de vigilancia amazona, desde lo alto de ésta, se podía observar un bosque que encontraba su fin en un río, al otro lado del cual se observaba un gran campamento de guerreros, los cuales parecían haber acabado con toda vida salvaje a su alrededor.
-¿Ves Xena? todo nuestro territorio es hermoso y salvaje. Pero al otro lado- a Varia le cambió el rostro de orgullo y felicidad, a ira y desolación -se encuentra Rodos señor de la guerra. Mira, extendió sus brazos hacia delante apuntando hacia el campamento de guerreros, ha acabado con toda vida, nuestra diosa Artemis no puede cazar, pues pocos animales quedan ya, nuestra madre Lune no aparece casi nunca, pues no tiene la suficiente vida a la que iluminar con su grandeza, por esta zona. Y...- los ojos de la Reina Amazona, se cerraron -mis hermanas Thyen, Mitalián y mas hermanas fueron asesinadas por sus hombres.
La mirada de Xena se convirtió en sopresa y preocupación.
-Pero lo pagará, mis hermanas serán vengadas por mis propias manos- concluyó Varia golpeando con fuerza la baranda del puesto de vigilancia.
-Gabrielle y yo os ayudaremos.
-No Xena, esta es nuestra batalla, la batalla por la supervivencia de nuestra raza... No puedo dejarte intervenir.
-Varia, yo conozco a Rodos, se como lucha, conozco sus estrategias... ¡Vamos Varia!- Xena cogió con sus manos los hombros de la amazona -Puede que yo no sea amazona, pero siempre he luchado por que vuestra raza perdure por siempre, también es mi batalla, es mas tus hermanas han de ser vengadas y yo he de saldar unas cuentas con ese bastardo.
-De acuerdo Xena- asintio Varia con una leve sonrisa. -Pero he visto como atancan sus hombres, son imparables y me preguntaba...
-Dime Varia.
-Me preguntaba, si realmente, pondras en peligro la vida de Gabrielle.
Xena, con este comentario, entendió la actitud de Varia hasta ahora, las preguntas que les hizo, como las observó...
-Varia, se a lo que te refieres...- apuntó Xena, viendo como caía el sol, y todo el cielo se llenaba de pequeños cristales incandescentes. -Es increíble, ¿verdad?
-¿A qué te refieres?
-A que toda tu vida, todo en lo que creías, cambia con la llegada de una persona, igual que todo el paisaje cambia con la caida del sol, como lo que antes era insignificante, ahora con la luz de las estrellas, es lo mas bello que jamas has contemplado. Junto a Gabrielle, he sentido todo lo que la ira no me dejó sentir. Ella es mi luz cuando todo es penumbra, ella me arranca una sonrisa cuando mi rostro se llena de lágrimas. Aún estando sola, no puedo dejar de anhelar su presencia junto a mi. Gabrielle fue la que a abandonando todo lo que quería, jugándose su pasado y su futuro, me arroyó del camino de maldad por el cual galopaba ferozmente. Y me enseñó a amar. Creo que mi alma no existiría si ella dejara de existir... La amo, verdaderamente, la amo.
Varia es ahora la que se quedó sin palabras, jamás imaginó que una simple bardo amazona, pudiera doblegar el alma de una guerrera como es la de Xena. No podía creer que la Princesa Guerrera sintiera algo tan fuerte por esa pequeña rubia.
-Vaya Xena, ahora veo, que una guerrera por fiera que Xena puede llegar a ofrecer su vida a cambio de otra. Me sorprendes, cada vez me quedo mas fascinada contigo. Gabrielle, es afortunada de tenerte consigo.
-La afortunada soy yo.- sonrió Xena.
De pronto se escuchó un gran revuelo de tambores, cánticos y gritos. Gabrielle, ajena a la conversación que habían mantenido Xena y Varia, estaba a punto de salir para dar comienzo a la ceremonia.
-Bueno Xena, creo que va siendo hora de bajar.
-Despues de ti, Reina Varia- sonrió Xena.
-Tranquila Xena, vuestro amor esta a salvo conmigo.
Ambas con una gran sonrisa, descendieron de la torre.

Poco a poco se fue abriendo la puerta y las amazonas, ahora en silencio, se dispusieron frente a esta. Gabrielle hizo su aparición, ataviada con el traje de la reina, además de una cinta en la frente con unos pequeños colgantes que le rozaban las cejas y por supuesto, llevaba colgado el medallón de Reina Amazona.
Toda la tribu estaba expectante por la presencia de la Reina Gabrielle. Xena se maravilló del orgullo, felicidad y serenidad que guardaba Gabrielle. Que con paso firme se dirigió resguardada por dos amazonas, hacia el trono de la tribu, y allí, con los brazos en alto, pronunció las siguientes palabras.
-¡Hermanas! Vuestra bienvenida me llena de orgullo. El pueblo amazona ahora es mas fuerte y numeroso. La unión y el corage nos caracteriza, y muchos señores de la guerra lo han sentido en sus carnes... pero hoy estoy aqui para daros las gracias por vuestra lucha continua por la Nación y para decir...- Gabrielle hizo una pausa y sonrió -¡Qué den comienzo las danzas!- gritó efusiva, casi como un grito de guerra.
Todas las amazonas enloquecieron de felicidad. Los tambores comenzaron a sonar con ritmo y fuerza. Y los cantos hacia las reinas Varia y Gabrielle se empezaron a suceder, mientras la joven descendió del trono para encontrarse con Varia y Xena.
-Bueno ¿qué tal lo he hecho?
-Genial Gabrielle, casi igual de bien que lo hice yo en mi coronación- bromeo Varia estrechando el brazo de la reina -¡Ahora a disfrutar!- gritó Varia, tomando a Gabrielle de ambas manos, para sacarla a bailar.
-Pe... pero Varia... un momento...
Fueron las únicas palabras que le dieron tiempo a decir, mientras se daba la vuelta para observar a Xena, la que sonriente le guiñó un ojo.
Amabas reinas comenzaron a bailar alrededor de las hogueras, sin control, junto a las demás amazonas, poseídas de algun modo por el ritmo de los tambores.
Tras unos minutos, la Princesa Guerrera decidio unirse, a ese frenesí de cuerpos agitándose, dejándose llevar por la melodía amazona.
Fue una gran noche de diversión, que concluyó con ambas reinas sentadas en el trono, dejando al resto de la tribu y a Xena sentadas delante de éstas, expectantes de las historias que narraban Varia, sobre las conquistas amazonas, y Gabrielle narraba los momentos mas emocionantes vividos junto a Xena, exceptuando el que vivieron la noche anterior.
Cuando faltaban solo unas horas para la llegada del nuevo dia, todas las amazonas se retiraron a sus cabañas para descansar, todas menos aquellas que les tocaba vigilar el poblado.
-Bueno yo os dejo, he de ir a descansar, mañana será un día muy agitado- Varia miró con una expresión de seriedad a Xena, y se fue a su cabañana a dormir.
Xena y Gabrielle se quedaron unos minutos mas junto a la hoguera, donde hacia unos minutos unas emocionadas amazonas disfrutaban sin parar; echadas en unas mantas, la una junto a la otra admirando ese enorme manto de un negro infinito. Xena, tenía una mirada entre pensativa y preocupada, la bardo notó que a su amada le rondaba algo por la cabeza, y por su semblante, debía ser serio.
-Xena, ¿te ocurre algo?
-<< Varia tiene razón, no puedo poner la vida de Gabrielle en peligro... Hemos muerto demasiadas veces ya, y cada vez ha sido mas difícil traernos de vuelta a la vida, no puedo pedirle que me acompañe, no esta vez, ahora nos amamos como nunca antes se lo han hecho dos amantes. No la puedo perder...>>.
-¡Xena! ¿me vas a contar en qué estas pensando?
-...Pensaba, en todo lo que hemos pasado juntas, tantas alegrías, llantos, y muertes...- Xena se giró para poder observar a su amada a los ojos -tantas veces he estado a punto de perderte.
-Pero no me perderás...
-Pero...
-¡Xena!- Gabrielle depositó su mano sobre la fria mejilla de la guerrera -podria morir cien veces, podría sufrir la mas dolorosa de las torturas, iría a mil batallas, pero solo si estoy contigo. Lo he hecho varias veces, y lo volvería a hacer, pero necesito que me digas que ocurre.
Xena se emocionó ante las profundas palabras de la joven bardo, que aun iba ataviada con el traje de la reina. La Princesa Guerrera se aproximó lentamente al rostro de Gabrielle, estaban tan cerca que sus respiraciones se mezclaban...
-Recuerda siempre, que te quiero.
Con estas palabras, Xena depositó un cálido y dulce beso sobre los labios de la bardo. A continuación, le contó lo que sucedio con Rodos, lo que debían hacer. Una vez, Xena acabó la historia, ambas se levantaron y se fueron a una cabaña, que ahora, pertenece a la Reina Gabrielle, la estancia tenía una enorme cama, sobre la que se recostaron las guerreras, que aun despues del agitado día, se amaron una y otra vez...
-Recuerda, Xena, que yo también te quiero.

Con la llegada del alba, todas las mujeres del poblado se pusieron en pie, y se dirigieron al espacio central del poblado, el lugar de reunión. Xena y Gabrielle, despues de vestirse, se unieron a la reunión.
-Yo, Varia, como Reina de esta tribu, es mi deber, proteger a mis hermanas y a toda la Nación. Ya sabéis, que Rodos mató a nuestras hermanas... Ahora...- Varia alzó su espada, y gritó -¡Clamamos venganza!.
Esto resonó por todo el bosque, las guerreras amazonas, alzaron sus armas al cielo, y empezaron a lanzar gritos de guerra. Varia, se bajó del trono, y entró en la estancia en la cual Xena y Gabrielle comieron nada mas llegar. Una vez dentro, las mandó llamar.
-Buenos días Varia.- exclamó Gabrielle, realizando el saludo amazona.
-Sentaos. Ya sabeis nuestra situación, ahora Xena, necesito tu saber, debemos tramar un plan de ataque a sus tropas...

Continuará...


Indice Fan Fiction

Página Principal