El ministro de Educacion se ha escandalizado por unas lecturas aparecidas en cierto texto escolar que se emplea en los colegios particulares. Y, como era de esperarse, la resonancia ha sido inmediata en algunos medios de prensa. Pero, en realidad,, no es para tanto, La “educacion en valores” no puede suponer el ocultamiento de aquello que llamamos “antivalores”, porque hacerlo solo dara lugar a que se conviertan en tabu y como tal obliguen a la curiosidad morbida de nuestros ni?os y adolescentes, que debemos evitar. Insertar, como muestra de “lo malo” en un libro escolar algunas expresiones “soeces” no es envilecer la educacion ni torcer la personalidad de los infantes; hacer referencia al uso infame de ciertos alucinogenos no es convertirlos en drogadictos; el poner como ejemplo de caricatura (que es un arte visual) la distorsion en el rostro de un presidente de la Republica, no va a empujar a la subversion o al rompimiento de la disciplina castrense (!es probable que alguien piense que si!)
El criterio chato, mojigato y temporalmente desubicado de un ministro nos podria llegar al oscurantismo, y esto si seria intolerable.
(Somos, febrero 2003)

