Luces en la ciudad, en ventanas y escaparates. Los rostros, sin embargo, reflejan una opacidad patetica. Se trata de una alegria extra?a: acabamos de salir de una dictadura, pero cada dia aparece una sorpresa que descubre la cara sucia del anterior regimen, tan o mas desagradable que la anterior. El asco que experimentamos al saber que nuestro pais ha convivido durante diez a?os con u Gobierno corrupto, criminal y mendaz, no es algo que pueda desprenderse facilmente del espiritu. Proxima esta la Navidad, ciertamente, pero aun se mantiene fresca la decada infamante de Fujimori, ciudadano japones, que hizo del cinismo el paraiso psicopatico de Montesinos.
!Duele el Peru!.

