Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

¿Por qué?

Querido Dios:

¿Por qué yo? ¿Por qué tuve que ser un billete de uno, por que no pude ser de cien? ¿Por qué me pusiste como cara a Washington y no a Franklin? ¿Qué te costaba ponerme dos ceros? Yo quiero ser un billete de cien. Ese billete que la gente quiere, al que muchos aman. A mi me miran, pero no me quieren tocar, ni coger, en cambio al otro billete, al de cien, "CHACHO" a ese lo quiere tocar y coger 'to el mundo!

Es como si fueramos a un recital, el de cien toca todos los instrumentos más difíciles, como los de viento y los de cuerda, y todos lo exaltan y admiran, y yo solo toco los cueros o lo que haga un ruido estrepitoso y sea fácil, pero a mí nadie me dice nada. De que nos parecemos,obviamente nos parecemos; somos del mismo tamaño, del mismo material y hasta del mismo color, pero no del mismo valor.

Señor, quiero ser de cien, para ser deseado y no despreciado. Quiero que conmigo la gente pueda darse la gran vida, comprarse cosas buenas y hasta alcanzar la felicidad.

Dios, tu sabes que la gente al que busca es al de cien, el de uno se lo encuentran donde sea. Señor, por qué no me hiciste un billete de cien? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Con amor,

El Washington desesperao

Terminando de escribir la carta, la joven se la dío a un águila, con la esperanza de que en uno de sus vuelos altos y majestuosos el ave pudiese llegar a Dios y entregársela.

Un día oyo una voz sublime, pero fuerte, la voz del Caballero, que le dijo desde el cielo: " ¿Por qué te hice de uno? En un futuro lo sabrás. ¿Por qué no te dí dos ceros? Espera y luego cuenta te darás. Tal vez porque en la vida no importa la cantidad, sino la calidad. Ten fe, que tu proposito alcanzarás y en tu vida un rumbo tendrás, donde siendo tu misma felicidad, amor y amistad lograrás.".

© Lennys M. Redondo 1997

Email: lmr174@psu.edu