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PÁGINA DE LA NIÑA ROCÍO

NOMBRE: ROCÍO ORIGEN: LATÍN SIGNIFICADO: LÁGRIMA DE FLOR FESTIVIDAD: 2 DE MAYO FECHA DE NACIMIENTO: 22 de mayo de 1998, en Santander (Cantabria), hija primogénita de Dorita e Iñaki. ABUELOS MATERNOS: Lupita y Miguel. ABUELOS PATERNOS: (Este libro de poemas se llama "LA FLOR AZUL") Os presento a ROCÍO



BENDICIÓN


Te vi por vez primera un día de verano,
Me pareciste entonces una pequeña diosa
Del templo de la vida o una fragante rosa
Ungida por la luz de algún jardín lejano.

Brillaba bajo el sol la rosa de tu mano,
El cielo te miraba porque eres muy hermosa,
Cantaba el mar (y aún canta) su canción amorosa,
El mundo parecía, al verte, más humano.

La luz te acariciaba como una mano tierna,
Cantaban para ti todas las caracolas
Del mar de la belleza profunda del estío.

Y surgió este poema como una flor eterna
Para cantarte igual que te cantaban las olas
Y bendecir tu nombre al decirlo: Rocío.






NIÑA DE MIEL


Una niña de miel y terciopelo
Se mece entre los brazos del estío,
El mar no cesa de decir Rocío,
Y la contempla silencioso el cielo.

El sol se ha enamorado de su pelo
De niña dulce como un dulce río,
El viento canta con el verso mío
Y suena el mar igual que un violonchelo.

Una niña de luz adamantina,
Brizada por la luz santanderina,
Abre sus ojos como un mar pequeño

Para mostrarnos su belleza pura.
Cuando se duerma, eterna en su dulzura,
Este poema acunará su sueño.






NANA PARA ROCÍO


Rocío de la mañana,
Estrella del Septentrión,
Quiero cantarte una nana,
Niña de mi corazón.

El mar te acuna en tu cuna,
Dulce flor de Santander,
Y la mano de la luna
También te quiere mecer.

Duérmete, niña mía,
Flor de miel,
Antes que llegue el día,
Duérmete.

El sol se mira en tu pelo,
En tus ojos se ve el mar,
Y las estrellas del cielo
No te dejan de mirar.

Un ángel de El Sardinero
Te ha traído caracolas,
Para que duermas, lucero,
Mientras escuchas las olas.

Duérmete, niña mía,
Flor de miel, 
Antes que llegue el día,
Duérmete.

El mar te escribe en la arena
Versos de luz infinita
Y luego la luna llena,
Poeta, te los recita.

Pero yo, mientras te arrullo,
Y canto este verso mío,
Sólo digo un nombre, el tuyo,
Tu bello nombre, Rocío.

Duérmete, niña mía,
Flor de miel,
Antes que llegue el día,
Duérmete.






LA MUSA

Tú eres la musa con la que he soñado
Antes de que vinieras a un planeta
Que sin ti no era nada, tú me has dado
Las alas (me faltaban) de poeta.

Me has dado más de lo que yo te he dado:
Ojos para mirar la luz secreta
Que hay en tu alma, ese lugar sagrado.
Ya no me siento en soledad completa.

Me has dado el verso que te canta ahora
Con devoción, me has dado la sonrisa
Que me faltaba en este mundo oscuro.

Gracias por todo, niña soñadora,
Yo te daré, a cambio de tu risa,
Los versos que te escriba en el futuro.

             




BAUTISMO

Llegaste dulcemente, como llega el rocío
Cuando siembra de estrellas los prados y las mieses,
Fluyendo como el agua luminosa de un río,
Como fluyen los días, como fluyen los meses.

Traías en tus ojos la luz del universo
Para que el universo ya no estuviera oscuro.
Eras como un poema escrito verso a verso
Por la mano de un dios que mira hacia el futuro.

Porque eres el futuro que ya se ha hecho presente,
Un ángel en la tierra, el espíritu visible.
Gracias a ti la vida vuelve a ser inocente,
Gracias a ti se ha hecho posible lo imposible.

Nos has dado la luz, nos has dado la vida,
El cielo siempre azul de tu mirada pura,
La música del mar que se oye y no se olvida,
El ruiseñor que canta del bosque en la espesura.

Eres como el perfume de una rosa de jade,
Hueles igual que huelen las flores estivales,
Y haces, cuando te miro, que mi alma se traslade
A exóticos países de nombres orientales.

Cada vez que te ven, te envidian los espejos
Que nunca reflejaron la luz que les concedes,
Sabes, pese a ser joven, mejor que los añejos
Vinos que escancia a Zeus el joven Ganimedes.

Eres como un poema que nunca ha sido escrito,
La belleza suprema plasmada sobre un lienzo,
La música que lleva el alma al infinito,
La mano que devuelve el mundo a su comienzo.

En todo lo que tocas se funda un mito nuevo,
Una rosa reciente, un país nunca hollado,
Tú eres para mi verso la fuente en la que bebo,
El sueño más hermoso que jamás he soñado.

Déjame que te cante como nadie te canta,
A todas horas, siempre, mientras el mundo sea,
Déjame que tu nombre florezca en mi garganta,
Déjame que te nombre mi dulce Dulcinea.






HIPÓTESIS

Si yo fuera un caballero andante,
Tú serías, Rocío, Dulcinea,
Tú la luz que se funde con la idea,
Yo el soñador que va en su Rocinante.

Iría con tu luz siempre adelante,
Hacia la luz que el corazón desea.
Dame, niña, tu luz para que vea
Mejor la luz que ofrece tu semblante.

Iría por el mundo, niña pura,
Cantando a todo el mundo tu hermosura,
Sintiendo que vivir es algo hermoso.

Sin miedo a que la vida me derrote,
Sería eternamente tu Quijote,
Y tú mi Dulcinea del Toboso.






EL RUISEÑOR

Yo seré el ruiseñor de tu belleza
En la rama de oro de tus sueños,
Cantaré para ti bajo la luna
Que se mira en los ojos del  misterio.

Seré el himno que el mar quiere cantarte
Cada vez que se acuerda de tu nombre,
El poema que todos los océanos
Te escriben en las playas de la noche.

Seré el viento jugando con tu pelo
En las tardes azules del verano
O la brisa que cruza los jardines
Y te lleva soñando de la mano.

De Liébana traeré todas las flores
Para tejer con ellas la guirnalda
Que llevarás cuando te nombre reina
En el reino intangible de las hadas.

Se asomarán al cielo las estrellas
Para verte pasar como una diosa,
Sencilla como el agua de una fuente
Que corre libremente entre las rosas

Te mirarás en todos los espejos
Y te verás entonces como eres:
Una niña que anuncia la inocencia
En un mundo que ya no es inocente.

Y después, cuando duermas en los brazos
Infantiles y blancos de Morfeo,
Yo seré el ruiseñor de tu belleza
En la rama de oro de tus sueños.



                         



CANCIÓN PARA RABEL

Cojo el rabel de los sueños,
Que es el más dulce rabel,
Para cantarte, Rocío,
Un canto que yo me sé.

Es un canto que me trajo
La cigüeña de París,
Un canto que yo he aprendido
Para cantártelo a ti.

Empieza en el mes de mayo,
Cuando tú viste la luz,
Cuando todo el universo
Era un sueño como tú.

Naciste como Afrodita
En un cantábrico edén,
Por eso tienes los ojos
Como el mar de Santander.

Las olas te acompañaron,
No dejaban de decir:
Esta niña es la más guapa
Que se ha visto por aquí.

En las noches te mecía
Una luna de azafrán
Y las estrellas del cielo
No dejaban de mirar.

Algunas noches se ha visto
Una estrella de marfil,
Era Venus que miraba
Sólo por mirarte a ti.

Los días eran de oro
Porque así lo quiso el sol,
(Estaban todos de acuerdo
Con la voluntad de Dios.)

El viento pasa diciendo
Sus poemas de cristal
Y yo se los copio al viento
Para poderte cantar.

Para mirar tu belleza
El mar se viste de azul,
Y el sol se ha quedado ciego
Con el fulgor de tu luz.

Así te estaría cantando,
Hasta quedarme sin voz,
Mientras yo esté en esta tierra
Te cantaré esta canción.

Y que todo el mundo sepa,
Por medio de este rabel:
Que esta niña es la más guapa
Que se ha visto en Santander.

                




ENDECHA DE LOS DONES

Por medio de estos versos
Que son, porque tú eres
La niña azul del mundo,
La luz que lo sostiene,
Te doy todas las cosas,
Aunque todas las tienes:
La luz que inicia el alba,
La gloria de los héroes,
Los claros mediodías,
Los días y los meses,
Las noches estrelladas
Como flores celestes,
La cadencia profunda
Del agua de las fuentes,
El muro solitario
Entre la hiedra verde,
Las nubes vagabundas,
Los ríos transparentes,
Las calles, las ciudades,
Los parques y las gentes
Que aún no te conocen
O aún no te comprenden,
Y aquella flor que nadie
A mirar se detiene.
Te doy los ojos claros
Que miran el poniente,
La paz de las aldeas,
La plata de los peces,
El oro azul del cielo,
La lluvia cuando llueve,
El mar que escribe versos
Que sólo tú comprendes,
La luz de los espejos
Que soñarán al verte,
Los patios con jardines,
Los claustros con cipreses,
Las torres con cigüeñas,
Sueños que siempre vuelven,
El musgo de las piedras
Antiguas y terrestres,
La flor de la genciana,
La brisa que la mece,
Las cumbres de los picos
Cubiertos por la nieve,
El té que te perfuma,
La miel que te enriquece,
El humo de los barcos,
El ritmo de los trenes,
Los astros impasibles,
La golondrina breve,
La piedra del sendero,
La zarza que te ofrece
Sus frutos o se inclina
Para volver a verte,
Las uvas del otoño,
Los bosques de septiembre,
La música del agua
Debajo de los puentes,
El río de las hojas
Que un viento insomne mueve,
Los ojos de la noche,
La tarde adolescente,
Los pasos iniciales,
Los últimos vaivenes
Del viento entre las ramas
Como un incendio verde,
Los cielos de acuarela,
La boca que no miente,
El mar que te recita
Poemas como éste,
El libro que aún no ha escrito
La mano que te sueñe.
Te doy lo que no existe,
Te doy lo que ya tienes,
La flor que no ha nacido
Y adornará tus sienes,
Las huellas del pasado,
Los sueños del presente,
Te doy todos los frutos
Que la vida te ofrece,
Y te doy estos versos
Porque te pertenecen,
Porque me los has dado
Tú generosamente.

Pongo a tus pies el mundo,
Rocío, para siempre.
Es para que lo mires,
Para que lo contemples
Como una flor azul
-la flor que nunca muere-,
y para que lo goces,
Y para que lo sueñes.







LA FLOR AZUL

Ni las rosas de Holanda, ni aquellas orientales
que evocan la belleza de un mítico Estambul,
ni las flores de loto, valen lo que tú vales,
pues sólo tú, Rocío, eres la flor azul.




GRACIAS POR EXISTIR

Cada vez que te miro nace un nuevo poema,
Cada vez que sonríes, sonríe el universo.
Tú me inspiras confianza y le das a mi verso
Las palabras que cantan tu belleza suprema.

Cuando abres los ojos, se abren todas las puertas
Para entrar en tu alma y en el alma del mundo,
Eres como los viajes hacia el sueño profundo
De los astros lejanos en las noches desiertas.

Yo cultivo encantado el ángel de tu risa
Que se mueve despacio por las habitaciones,
Tú eres la alegría de nuestros corazones
Y le pones al mundo la luz de tu sonrisa.

Nada de lo que era volverá a ser lo mismo,
Nada de lo que es podrá sentirse triste,
Pues tú le das sentido a todo lo que existe:
Al pájaro que canta libre sobre el abismo,

A la piedra que sueña al borde del camino,
Al río que se lleva tu imagen soñadora,
Al reloj de la vida que siempre da tu hora,
Al mar, que es el espejo azul de tu destino.

Los astros más lejanos quieren verte en tu cuna
Y robarte la luz que fulge en tu mirada.
Tú eres Isthar y nadie podrá robarte nada,
Estrella solitaria en las noches de luna.

Por celebrar que existes, yo levanto mi copa
Y bebo el agua clara de tu mirada pura.
Gracias por existir, por darnos tu hermosura,
Y ser la flor más bella de los Picos de Europa.







LA REINA

Cuando crezcas y leas los versos que te escribo,
Creerás que me das menos de lo que yo te he dado,
Que no lo he visto en ti, que todo lo he soñado,
Que todo esto lo he hecho para sentirme vivo.

Creerás que sólo he hecho de tu belleza un mito,
Algo que los poetas hacemos vanamente,
Buscando vanagloria o aplauso de la gente,
Que es falso lo que digo o incierto lo que he escrito.

Piensa entonces que yo sólo soy el que escribe
Las palabras que me va dictando tu belleza,
Y, aunque yo ya no esté, levanta la cabeza
Y mírate en los ojos de todo lo que vive,

Pues todo es un espejo de aquello que tú eres,
O acaso sea una sombra, un pálido reflejo
De tu belleza eterna. Mírate en el espejo
Y siéntete la reina entre todos los seres.






LUZ DE AMOR

Desde tu cuna viajas hacia la transparencia
De los días que quieren la eternidad del alba,
Cuando llega la noche, gracias a tu inocencia,
Todo se vuelve oscuro, sólo tu luz se salva.

Todo se vuelve claro gracias a que tú existes,
Como la flor más bella de las flores de mayo,
Eres la primavera que consuela a los tristes,
Eres el primer alba, eres el primer rayo.

Por verte sale el sol, por mirarte la luna,
Por ti nacen las noches y regresan los días,
Yo sé que como tú no verán a ninguna,
Tú das al universo todas sus armonías.

Venus de las mañanas azules del estío,
Misterio de la vida que en tu alma se encierra,
Vuelves cada mañana, como vuelve el rocío,
A derramar tu luz de amor sobre la tierra.







CANCIÓN DE CUNA

La mano te acuna,
El viento te briza,
Pero es tu nodriza
La luz de la luna.

Jardín de alabastros,
Fulgen las estrellas,
¿Quieres ir con ellas,
jugar con los astros?

¿Quieres que te baje
las flores celestes?
¿Quieres las terrestres?
¿Te traigo el paisaje?

¿Te llevo hasta el valle?
¿Te traigo una espiga?
¿Quieres que le diga
al mar que se calle?

¿Qué se calle el viento?
¿Qué no pite el coche?
¿Qué traiga la noche
hasta tu aposento?

¿Qué quieres, Rocío, 
antes de que el sueño
vuelva a ser tu dueño?
¿Quieres ir al río?

¿Que la mar te ciña?
¿Qué cante la rana?
¿Qué venga una Anjana
vestida de niña?

¿Quieres a las hadas
y a los enanitos
o te doy besitos
porque no te enfadas?

¿Qué te traigo, dime?
¿Una flor de Oriente?
¿Agua de la fuente
que en la noche gime?

¿Quieres ruiseñores
en la noche amiga?
¿Quieres que te diga
versos como flores?

¿Rosas para el pelo?
¿Azúcar de Cuba?
¿O quieres que suba
y te baje el cielo?

Dímelo, mi vida,
Dulce Cenicienta,
Cuando te des cuenta,
Estarás dormida.






POEMA DE LA NIÑA SENCILLA

No hay nada más sencillo
Que escribirte un poema,
Es como ver la luz
Brillar en las aceras
De todas las ciudades
Que existen o se sueñan,
Como escuchar los pasos
De alguien que se acerca,
Como mirar las cosas
Que hay sobre la tierra,
Más fácil todavía
-más- de lo que se piensa:
Como abrir una mano
O cerrar una puerta.
Los versos fluyen solos,
Como la rosa eterna
De Angelus Silesius,
Y las palabras llegan,
Toman cuerpo, se visten
Con tu clara inocencia,
Vuelan sobre la página,
Cristalizan, se dejan
Acariciar, mecer
Como palomas ciertas
Que proclaman quién eres
Con la suave cadencia
De una música azul,
Y asisten a la fiesta
De las sílabas dulces
Con que te manifiestas,
Así, hasta que de pronto
Se construye el poema.
Y después otro y otro
Y otro más. Tu belleza
Le da sentido a un mundo
Que sin ti nada era.
Siempre hay una palabra
Que llega por sorpresa
Y se posa en mi mano
Para hacerse más cierta.
Siempre encuentro una sílaba
Musical y poética.
Siempre hay un cielo azul
Hecho de transparencia,
Un otoño de oro,
Una rama que tiembla,
Una tarde tranquila
Que huele a hierbabuena,
Una flor que me habla
De tu delicadeza,
Un gorrión sobre el muro
Abrazado a la hiedra,
Un crepúsculo malva,
Una noche desierta
Que tú llenas de pronto
Con un río de estrellas,
Una brisa que mueve
Las últimas veletas,
La veleta del sueño
Eterno que tú sueñas,
La veleta del mundo
Que tú mueves y orientas.

No sé cómo decirte
Que tú me haces poeta.
Cada vez que te miro
Nace un nuevo poema.
Es algo tan sencillo
Como ver una abeja,
Como andar por las calles
De una ciudad cualquiera,
O sentarse en un banco
Sin que nadie nos vea,
Como oír el susurro
De una música lenta
Que viene de los bosques
Remotos de la ausencia,
Como gozar sin límites
De las cosas pequeñas,
Como escuchar la lluvia
Que cae sobre las tejas
O lava los espejos
Para que tú te veas,
O rezar en silencio
Sin que nadie lo sepa,
O ver las golondrinas
Convertidas en flechas,
O comer pan reciente
En una humilde mesa,
O bailar con las hojas
Que la brisa se lleva,
O silbar una nana
Para que tú te duermas,
O mirar una nube
Que quisiéramos nuestra,
O beber en la fuente
De una idílica aldea,
O soñar con el humo
De un barco que se aleja,
O mirarse en los ojos
Transparentes del Deva,
O comer una fruta
De los huertos de Liébana,
Como mirar el mar
O sentarse en la arena,
Como oler un perfume
O tenderse en la hierba,
Como amar los ponientes
O tocar una piedra,
O escribir una carta,
Aunque nadie la lea,
Como abrir, al azar,
Una página nueva,
Y empezar a escribirte
Otro nuevo poema.








METAMORFOSIS

El paisaje es un pájaro que canta
En tu honor,
Un ruiseñor
Con tu nombre -Rocío- en la garganta.

Todos los ríos nacen en tu cuna
Para llevar tu imagen lejos
Donde sientan envidia los espejos
Y te envidie la luna.

El mar borra las huellas 
De los versos que escriben las estrellas
Y sueñan los planetas
Pues todos se convierten en poetas
Para decirte cosas bellas.

Pero luego se abruma
Siente remordimiento
Y canta con el viento
Sus más bellos poemas
Y te teje diademas
-No de nieve- de espuma.

Al mirarte las flores
Se visten de todos los colores
Y en tu iris
Nacen los arcoiris.

He visto en los jardines
-Por ti- florecer los jazmines
y las rosas inclinan la cabeza
por saludar a tu belleza.

Hasta la lluvia
Quiere volverse rubia.

Y rompiendo la norma
Todo lo que en el mundo tiene forma
Se transforma
Para tener tu forma.

Al verte nada envidio
Ni la Metamorfosis de Ovidio.

De algo estoy seguro
En este mundo que sin ti era oscuro:
Tú eres el mejor verso
Que hay el universo
Y el poema más puro.




La risa de ROCÍO
                            


ANTONIO CASARES
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