Ese
gran escritor extraviado en la política que fue Alberto Lleras
Camargo, afirmó en 1958, un año después de
la caída del general Gustavo Rojas Pinilla: "Ningún
colombiano puede aspirar a enriquecerse ni prosperar sólo
por la acción del Estado, a menos que tenga el pensamiento
de robar a sus conciudadanos''
Rojas, su familia y sus compinches se dedicaron entre 1953 y 1957
a los negocios de tierras y ganados y recibieron el equivalente
de varios millones de dólares en préstamos de los
bancos oficiales y privados. Préstamos es la palabra equivocada
pues la mayor parte de los créditos jamás fueron pagados
a los bancos. Rojas nunca tuvo conciencia de que estaba robando
a sus conciudadanos.
Este libro de Alberto Donadio sobre el general en sus hatos, revela
además los detalles del que en su momento fue tal vez el
mayor caso de corrupción oficial en Colombia en el Siglo
XX.
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