La
YOGA, producto del desarrollo de la tradición hindú, ha sido atribuida
a Patanjalí, como la SANKHYA a Kapila, la VAISHESHIKA a Kananda,
etc.... (11).
Se
parte de la base de que en la actualidad los filósofos occidentales
y las gentes religiosas de Europa están suficientemente instruidos
para comprender el interés y la importancia que tiene el estudio
de la religión hindú. La SANATA-DHARMA (Verdad Eternal), denominación,
la más correcta, de la doctrina de los Brahmines, es mucho más completa
que esa adoración realizada en templos, al alcance de la observación
de algunos viajeros en sus visitas turísticas a la India... Felizmente,
grandes eruditos han confesado públicamente la importancia de la
religión de la India, hecho este del que los cristianos tienen una
gran lección por aprender (12).
La
VAISHESHIKA, cuyo desarrollo se ha atribuido a Kananda, está construida
por el conocimiento objetivo de las cosas, es decir, vistas
distintamente en su existencia, separada la una de la otra (descriptivamente).
Este sistema estudia la Gran Causa, mediante el análisis como lo
hacían los griegos, o sea, describiendo los elementos en juego,
como puede verse en la cosmología de los siglos XIV y XV.
La
existencia, llamada BHAVA, está dividida en seis partes
que son:
DRAVYA:
es la substancia, en el sentido escolástico. Se manifiesta, por
una parte, mediante los cinco Bhutas, elementos constitutivos
de las cosas corporales: Prithvi (la tierra), Apas (el
agua), Tejas (el fuego), Vaya (el aire), Akasha
(el éter). y por otra parte, mediante las dos condiciones fundamentales
de la existencia corporal: Kala, el tiempo, que representa
a Shiva en el mundo sensible, y Dish, el espacio, que simboliza
a Vishnú en el mismo mundo sensible.
GUNA:
la esencia de Prakriti, que determina las cosas en su modo de existencia.
KARMA:
que está caracterizado por el cambio constante; es la acción, en
la cual, se manifiesta la ley de causa a efecto.
(11)
El verdadero origen de la yoga se pierde en el tiempo. Patanjalí
fue únicamente el primer compilador de las reglas que estableció
métodos prácticos para el gran público, y nada más.
Nota del Respetable Jñâapika Satya Gurú:
El Origen de la Yoga se sitúa en América (el Kumbha Mela en India
tiene solo 2300 años).
(12)
“El católico no se da cuenta plenamente de que la Sanata-Dharma
es la vía natural (verdaderamente adecuada) que conduce a Cristo”.
(W. Wallace, S. J.).
-27-
SAMANYA:
son las cualidades colectivas constitutivas de los géneros superpuestos.
VISHESHA: es lo que pertenece, como propio, a una substancia bien
definida, por relación a otra (relación).
SAMAVAYA: es la relación de la substancia con sus atributos.
A
veces se agrega un séptimo PADARTHA para significar lo opuesto a
BHAVA (la existencia), es, decir la ABHAVA (la no-existencia), que
es hasta cierto punto la privación en el sentido aristotélico.
KAPILA,
a quien se atribuye el desarrollo de la doctrina SANKHYA, toma sobre
todo en consideración la Naturaleza, en el sentido de manifestación
universal cuya realidad, sería obtenida de su creación misma
y tendría origen sintéticamente a partir del principio determinador.
Según
esta doctrina (la SANKHYA) el ser está manifestado en diversos grados:
25. Patanjalí, sin embargo, como lo hemos visto, agrega una personalidad
Suprema (ISHWARA) como parte de la evolución individual. El SANKHYA,
en cambio, es NIRISHWARA, es decir, que no hace intervenir personalidad
divina. En resumen, la doctrina SANKHYA, precisa en la Naturaleza
25 tattwas sin concepción de ISHWARA (personalidad suprema), contrariamente
a la doctrina enseñada por el filósofo Patanjalí. (Lo que hace ver
que él no expuso una doctrina de Yoga absoluta, sino un método personal
y parcial).
De
esta teoría podemos sacar las consideraciones siguientes. Hay DOS
POLOS de Manifestación del Ser Universal: PRAKRITI-PURUSHA.
El
primer TATTWA (principio) es, pues, PRAKRITI. (La substancia universal
no manifestada e indiferenciada. Es la raíz de la manifestación).
De Prakriti nacen tres Gunas, que son elementos constitutivos
en perfecto equilibrio con un origen no diferenciado. La ruptura
de este equilibrio produce las manifestaciones generales y las modificaciones
de las substancias. Estos tres Gunas están en la constitución
de los seres, pero en diferentes grados de proporción:
Sattwa
es
la esencia pura y conforma al ser, identificada a la luz y al conocimiento.
(El alimento sáttwico, constituido por las frutas, las legumbres
y la leche, da una tendencia ascendente y perfecciona al ser).
Rajas
es
el impulso expansivo mediante el cual el ser se desarrolla dentro
de un mismo plano, hasta un nivel determinado. (El alimento rajásico,
constituido por cebollas, especias, condimentos, vinagre, picantes,
da cualidades limitadas al ser, impidiéndole progresar más allá
del límite de un plano mental medio).
Tamas
es
la obscuridad asimilada a la ignorancia. (La alimentación tamásica,
constituida por carnes, licores, cervezas, etc., produce esa tendencia
descendente de la personalidad).
El
segundo TATTWA es Buddhi-Maha (el gran Principio). Se trata
aquí de intelecto puro, estadio trascendente en relación
-28-
con
los individuos. Este grado constituye un estadio intermedio entre
lo universal (primer TATTWA) y lo individual (que comienza a partir
del tercer TATTWA).
El
tercer TATTWA es Ahankara, la consciencia individual.
Del
cuarto al octavo TATTWA están los cinco Tanmatras (determinaciones
elementales incorpóreas). Es precisamente aquí donde nacen los cinco
BHUTAS (ver del 20 al 24 tattwa).
Del
noveno al decimonoveno TATTWA se incorporan las once facultades
individuales. Estas funciones de la consciencia pueden definirse
así:
Diez
externas
que
son las cinco facultades de los sentidos en el mundo físico y las
cinco facultades de acción, consiguientes y correlativas a estas
sensaciones.
Una
interna,
MANAS, que es la facultad simultánea de conocimiento y de acción,
razón por la cual está en unión directa y profunda con la individualidad.
Del
20° al 24° TATTWA están los elementos corporales (Bhutas),
en número de cinco: éter, aire, fuego, agua y tierra.
Aquí
termina la enumeración de las cualidades individuales del primer
Polo de la Manifestación y con el
25°
TATTWA, tenemos el segundo Polo que es PURUSHA. PURUSHA es la Esencia-Principio,
corolario, de PRAKRITI, que es el polo manifestado a base de la
perturbación del equilibrio según lo hemos visto ya.
No
se hace aquí mención de ISHWARA porque sería complicar más las cosas,
máxime cuando la aceptación de estos verdaderos elementos que
son los TATTWAS es una cuestión por sí misma ya muy difícil.
Estos
grados jerarquizados de la tradición hindú deben corresponder, en
todos sus puntos, a los grados evolutivos de cualesquiera doctrinas
o postulados. Sería prematuro discutir cuestiones de detalle al
estudiar estas proporciones del equilibrio. Asombra, eso sí, que
Ordenes, como la Franc-Masonería, que se aprecian de iniciáticas,
no sean lo suficientemente equilibradas en relación con estos elementos.
En
estos principios esenciales vemos siete grandes divisiones: el 1°
Tattwa; el 2° Tattwa; el 3° Tattwa; del 4° al 8° Tattwa; del 9°
al 19° Tattwa; del 20° al 24° Tattwa y el 25° Tattwa, forman, pues,
SIETE categorías, que corresponden a los siete estados de la materia
según la teoría teosófica, a los siete colores principales, a las
siete tonalidades de la gama musical, a los siete planetas de la
tradición astrológica, etc.... En la misma forma que la Gran
Fraternidad Universal ha dividido sus grados INICIÁTICOS en
siete cuerpos disciplinarios correspondientes a los siete
chakras (los plexos más importantes) que emanan de las siete
glándulas endocrinas en función primordial, así mismo algunos movimientos
esotéricos han conservado esta tradición de la Perfecta Armonía.
Por ejemplo, en la Franc-Masonería Antigua, la Orden de la Estricta
Observancia ha permanecido fiel a los siete grados de la concepción
de los primeros Grandes Maestros.
-29-
Existe
también la Orden de Schrepfer fundada sobre esta base (13), pero como los adeptos practican el suicidio a
la edad de 35 años, esto limita el caso de asimilarla a los escalones
tradicionales. El Rito Masónico de Zinnendorf está basado igualmente
en los siete grados tradicionales, lo mismo que el Rito Cabalístico,
o el Auspicios de París, o el Rito Escocés Reformado de San Martín,
o el Iniciación de Sacerdotes (14),
o aún, las Ordenes Humanitarias de la Ciudad Santa de Jerusalem
pues, todos son peldaños en relación con el conocimiento. Sucede
lo mismo con estos otros ritos masónicos basados igualmente en los
siete grados de la Iniciación especulativa: el Rito de los Antiguos,
Libres y Aceptados Masones de Inglaterra, el Rito de los Perfectos
Iniciados de Egipto, el Rito Moderno Francés, el Rito Filosófico
Persa, el Rito Reformado de Dresde, etc. etc.
Solamente el Rito de la Estricta observancia, al cual divulgó los
Principios el Caballero de Aumont en el año 1312, permaneció en
el Trabajo (en el verdadero sentido de la palabra) y el, título
que otorgan de Eques Professus tiene realmente una significación...
Evidentemente, la verdadera constitución de la antigua Franc-Masonería
consta únicamente de los tres grados básicos: aprendiz, compañero
y maestro, y en ello volvemos a encontrar, como en nuestro cuadro
anterior, a Prakriti por una parte, y a. Purusha por
otra, y, en seguida, a los tattwas individuales. En la subdivisión
de esas polaridades de la Manifestación hemos visto cuatro grandes
particularidades:
El
primer tattwa que es universal.
El
segundo tattwa que permanece como trascendental.
El
tercero que señala el principio de la consciencia individual y así
hasta el vigésimo cuarto en esta misma categoría.
El
vigésimo quinto tattwa es el Purusha.
Después
de haber visto sus tres principales categorías, estas delimitaciones
corresponden, naturalmente, a un orden técnico y a atribuciones
particulares, del mismo modo que los grados del Rito Escocés:
Simbólicos, del 1er. al 3er. grado.
Capitulares, del 4° al 18° grado.
Filosóficos, del 19° al 30° grado.
Superiores, del 31° al 33° grado.
La
Franc-Masonería dividida en logias azules, rojas o
encarnadas, en masonería negra y blanca, respeta
justamente este orden de trabajo conforme las capacidades definidas
por sus
(13)
Fundada en 1769 en Leipzig. Ver EL LIBRO NEGRO DE LA FRANC-MASONERÍA.
(14)
El título de Saphenat Pancah en el séptimo grado de esta
Orden, da una idea, sin embargo, de que el Rito tiene algo de particular
en el sentido iniciático.
De
todas maneras, debió haber en esto un acopio de datos en los archivos
de la Antigua Tradición, pero la necesidad del reclutamiento en
las Logias ha producido una degeneración general, aunque algunos,
siendo o no conscientes del papel que juegan, han sido siempre enrolados
para mantener en alto la llama de la Verdad.
-30-
propios
títulos. Así, al Intendente de Edificios (8° grado del Rito
Escocés A.·.y A.·.) se le exigen aptitudes de matemático,
así como el 12° grado demanda de su candidato conocimientos de geometría
bastante elevados; conocimientos de teología para el 23° grado,
y para el caso del 24° grado se debe sobresalir del dominio común
de la filosofía, por no hablar del 30° grado, el Caballero Kadosh
título que no puede ser otorgado sino a un cabalista completo,
o a un perfecto yoghi.
Pero
no es solamente en el sistema de filosofía subjetiva donde se encuentra
una homogeneidad de principios, sino a través de la aplicación misma
de las virtudes de los verdaderos francmasones, quienes son estudiantes
de la ciencia en general y de las artes en particular. Se sabe que
la verdadera meta de la institución masónica es la de formar pensadores
por encima de las condiciones comunes. Los primeros estatutos de
estas asociaciones secretas determinaron siempre el ejercicio de
la beneficencia y la práctica de las virtudes, lo cual se traduce
en una gran tolerancia del pensamiento y en el acatamiento de un
completo naturismo (vegetarianismo, exclusión del vino y del alcohol,
del tabaco, etc.). De otra manera, el que pretendiera ser un francmasón
sin respetar los primeros rudimentos de la Antigua Iniciación, es
simplemente un miembro de estas asociaciones ocultas de los tiempos
modernos que aprovecha el prestigio del Rito Masónico con un sentido
especulativo respecto a intereses económicos o políticos.
Estas
condiciones especiales (estudios de ciencias, ejercicio de la yoga,
disciplina vegetariana, etc.) requeridas en la verdadera francmasonería,
son indispensables para que el trabajo sea especialmente
practicado en esferas supranormales, las cuales exigen condiciones
magnéticas elevadas para obtener los resultados buscados en todos
los santuarios. Se puede tener una idea de esta tensión mental (descrita
brevemente en mi Mensaje II, Los Centros Iniciáticos) en el pasaje
que se refiere al símbolo masónico por excelencia, el cual constituye
la gráfica representada a menudo en las obras de esoterismo, y obtenida
del capítulo IV del Éxodo, versículos 3 y 4. Este texto está naturalmente
velado en la Biblia y, el Gran Arcano (G.·. A.·.),
como le llaman a este famoso símbolo, no puede ser completamente
comprendido más que por los Iniciados. Sin embargo, estoy dando
a la referencia citada una explicación semi-esotérica para señalar
sobre todo la condición indispensable de iluminación de los siete
centros nervo-fluidicos para obtener los requisitos precisados
tanto en la Franc-Masonería como en otras órdenes llamadas esotéricas,
místicas o iniciáticas.
Es,
justamente, esta importancia de la yoga la que yo había logrado
realizar desde hace un poco más de 15 años, aun cuando entonces
todavía no había tratado de realizar su verdadera significación,
desde el punto de vista del término YOGA ni de su sentido práctico.
Evidentemente no había llegado hasta ello por encontrarme demasiado
engolfado no solamente en mi sentido crítico sino también en mis
concepciones de occidental enamorado
-31-
del
concretismo científico, como para haber podido entonces tomar en
cuenta esta doctrina.
Toda
vida es una yoga, dice el gran filósofo Aurobindo Gosh, y en este
orden de espíritu he purificado poco a poco mis tendencias demasiado
intelectualizadas. Sin embargo, en esa época la filosofía yoga fue
para mí una curiosidad de conocimiento, pero, como dije antes, sin
asimilar todavía la definición misma
Figura
Nº 3
El
emblema esotérico del Gran Arcano objeto de variadas enseñanzas
en los Colegios Iniciáticos de la Misión Aquarius, cuya descripción
se encuentra en el Mensaje II, titulado Los Centros Iniciáticos.
-32-
de
la yoga y el estudio del equilibrio entre el microcosmo y el macrocosmo.
Además
de mostrar el Gran Arcano, que enseña a los francmasones el trabajo
de la transmutación al cual ellos deben ser consagrados, el capítulo
III del evangelio de San Juan instruye a los cristianos acerca de
la manera como hay que avanzar para obtener la salvación eterna
(versículo 7 en particular). Una alusión hecha igualmente respecto
al Gran Arcano aparece en los versículos 14 y 19, refiriéndose a
una clave mágica para los esoteristas. San Juan demanda igualmente
en su capítulo VI, Vers. 27, la necesidad del trabajo de transformación
y la correspondiente señal de este trabajo: la jerarquía
que nace indudablemente del hecho del estudio, la cual he comprendido
muy bien (pitagórico que fui) por lo poco que había estudiado al
filósofo de Crotón.
Evidentemente el famoso teorema pitagórico me ha abierto horizontes
espléndidos, tal vez más en el dominio de la astronomía que en el
sentido filosófico, y hubo un detalle que llamó más aun mi atención:
Era su verdadero nombre Pitágoras? Pues son numerosos aquellos que
han constatado que este nombre se compone de Pithón, adivino,
y Agoras, augurio, atributo, y, sobre todo, al invertir las
palabras resulta Gurus Pitris, Maestro de la Luz. Gurú, lo
que él fue ciertamente: un instructor-tipo enseñando lo oculto por
medios al alcance de todos (es por medio de las Tablas Pitagóricas
que obtenemos las claves necesarias para la interpretación en
claro de la Biblia). Para mí ello fue una revelación y por eso comencé
a comprender mejor este mundo visible e invisible al que fui llamado
para constatarlo desde mi más tierna edad.
Por
no ser fácil a la concepción científica, la Trimurti de la teología
hindú debe ser, en primer lugar, bien asimilada.
Así,
Brahma (la creación) es el elemento tierra,
Vishnú
(la conservación) es el elemento agua y
Shiva
(la destrucción) es el elemento fuego;
estos
tres símbolos están contenidos en el loto (15) y a partir del primer chakra son caracterizados por el triángulo
en el centro de esta flor -con cuatro pétalos- que representa a
MULADHARA (la raíz de la columna), primer centro de desarrollo para
la iluminación de fuerzas internas.
Sobre
este primer centro (MULA: raíz, base, soporte) reposa, en cierto
modo, todo el sistema kundalínico y su triángulo es la base
de una pirámide que se eleva hasta BRAHMA-RUNDRA (abertura Divina)
en la cima del cráneo.
Esta
Tri-Unidad constituida por la base triangular de esa pirámide (muy
simbólica) con su cima, es la primera triple manifestación (Vida,
Forma, Pensamiento) explicada a través de todas las trinidades teológicas
que emanan de un Dios-Único-Absoluto
-33-
Absoluto. Puedo agregar el axioma: “La Tierra es un globo animado
por el espíritu” lo que da 365 en esoterismo numerológico: la Tierra,
representada por el número 3, corresponde al Creador, Brahm (el
Dios, el Padre) el globo animado; el número 6 es el elemento
agua, en tanto que es agua celeste y líquido terrestre, el místico
y el obstáculo quienes animan al mundo por antagonismo de aspiraciones,
es decir, es Vishnú (16), el conservador (la segunda persona divina); y el Espíritu,
que corresponde al número 5, es el elemento fuego, simbolizado por
el Sol, el cual dirige las fuerzas, o sea Shiva, el destructor (el
Espíritu Santo). 365 es el número de días de la revolución terrestre.
Ello invita a reflexionar en un gran problema de evolución micro-macrocósmica:
BRAHMA
es creador en el sentido de su acción constructiva, la cual se manifiesta
por medio de la Causa universal;
VISHNÚ
es conservador porque su potestad protectora es manifestada en sus
diversos avatares, es la forma que, en todos los grandes períodos,
viene a materializarse en un arquetipo; por último,
SHIVA
es destructor en el sentido de la abolición de pasiones, es, pues,
el purificador (simbolizado por el santo espíritu cristiano y por
la IDEACIÓN de nuestra teórica teológica) emanado del Absoluto (Vida-Forma-Pensamiento).
Ese
templo piramidal interno es como una superposición de siete cámaras
iniciáticas, y los tres elementos básicos (tierra-agua-fuego) indican
que en unión con el elemento AIRE, hay que trabajar para culminar
en la cima de esta pirámide, la cual debe estar caracterizada por
el elemento ÉTER puesto que el último centro (chakra de mil pétalos)
es el que da paso hacia la consciencia universal en donde se encuentra
el elemento etérico.
De
ahí los ejercicios especiales de las respiraciones (toma del elemento
AIRE) tan caros al yoghi.
Mencionemos nuevamente el axioma que he definido hace algunos instantes:
“la tierra es un globo animado por medio del espíritu”, que he anotado
con el número 365 (tierra-agua-fuego) y que se manifiesta justamente
en ese mismo orden en la evolución de los chakras.
MULADHARA: elemento tierra.
SVADHISTHANA: elemento agua.
MANIPURA: elemento fuego.
ANAHATA:
elemento aire.
VISHUDDHA: elemento éter.
AGNA:
MENTAL.
SAHASRARA Padma: ABSOLUTO.
Por
consiguiente, en razón lógica, el trabajo del perfeccionamiento
se lleva a cabo con los tres primeros elementos básicos que hemos
caracterizado en nuestros primeros centros, así como con la ayuda
del cuarto centro, es decir, que el equilibrio entre el
-34-
macrocosmo y el microcosmo es establecido por la homogeneidad de
los elementos en juego.
la
tierra,
que será el cuerpo sólido, el objeto, el resultado, la forma;
el
agua,
el elemento líquido, el obstáculo, pero también la prueba indispensable;
el
fuego,
que es el dinamismo, el elemento ígneo que hace el plan de lucha
y ofrece la posibilidad de purificación; y,
el
aire,
el elemento gaseoso propio para prestar asistencia y ayuda al concurso
evolutivo de las cosas.
En
el macrocosmo la naturaleza presenta estos cuatro elementos:
nuestro
planeta y los continentes (la tierra),
los
mares, océanos y lluvias (el agua),
los
volcanes, la lava, la temperatura, el sol (elemento fuego)
y
con la atmósfera (el elemento aire).
En
el microcosmo nuestro cuerpo se presenta con los mismos cuatro elementos:
sólido
(tierra) lo que es nuestro esqueleto;
líquido
(agua) nuestra sangre, el líquido acuoso cerebral, la orina,
el sudor;
el
elemento ígneo (fuego) en nuestra temperatura y la putrefacción
en los intestinos;
finalmente, el elemento gaseoso (aire) con nuestra capacidad
pulmonar para la constante absorción del oxígeno.
El
elemento éter es obtenido, pues, el día en que, con un equilibrio
perfecto, lo lleguemos a identificar con los cuatro elementos contra
los cuales el hombre debe generalmente luchar, pero sin los cuales
no sería posible que viviera. Interpenetración del uno en el otro,
es decir, equilibrio de los cuatro elementos básicos del organismo
con los cuatro elementos constitutivos del mundo manifestado en
el plano físico.
En
seguida, el adepto al perfeccionamiento se ha de elevar en ese estado
etérico que le permite alcanzar fenómenos supra-normales con los
cuales él trabajará en su evolución final para la elevación del
estado mental y la absorción en el Absoluto.
Es
este mecanismo el que hay que comprender antes de penetrar más adelante
en los dédalos de las Ciencias Sagradas. En este orden de ideas
se trata de la asimilación a un mismo estado tanto de los elementos
que pertenecen a la naturaleza como de los que contiene el cuerpo
humano, como establece el gran axioma hermético: “Lo que es abajo
es como lo que es arriba a fin de que se cumpla el milagro de todas
las cosas”. (Hermes Trismegisto).
He
llamado a mi estudio: YOGHISMO, y ello puede desagradar a numerosos
estudiantes que tal vez prejuzgarán en la misma forma como yo lo
hice en otro tiempo: He ahí otro ISMO más! Lo elegí precisamente
porque mucho se ha escrito sobre la yoga y no estuve satisfecho
de las explicaciones que siempre eran expuestas parcialmente, y
que conducían a menudo a un estado de curiosidad para tan solo dejar
a los estudiantes ahí: bien decepcionados de no haber obtenido la
explicación final. He pensado, pues, simplemente, presentar una
doctrina que no es nueva ni renovada, pero sí presentarla sistemáticamente.
Denominado así mi pequeño estudio, lleva un carácter de análisis
-35-
claro
para los investigadores objetivos que quieren saber el por qué y
el cómo. Lejos está de mi pensamiento fundar una nueva escuela filosófica;
es simplemente sobre las bases tradicionales que presento la yoga
al mundo activo y pensante.
No
existe una nueva yoga; ya todo ha sido dicho y tocado en su estudio.
Solamente los métodos han sido diferentes, y a petición de numerosos
investigadores en ese dominio, me he sentido atraído a dar mi punto
de vista sobre la materia. Considerada como yoghismo es propicia
al estudio pues realmente la yoga, que significa unión, no
requiere de explicación, y lo siento por aquellos que no han comprendido!
Y es justamente por compasión de los que no han comprendido (habiendo
estado yo mismo en este caso durante mucho tiempo) que voy a emprender
la explicación de esta unión, el ISMO de la yoga: yoghismo.
La
yoga, según la enseñanza tradicional, proporciona como objetivo
la realización de la unión del ser individual con el ser universal,
y encierra también los medios para alcanzarlo.
Se
ha dicho que la realización metafísica, consistente esencialmente
en la identificación por el conocimiento, es decir, la yoga, toma
como punto de partida: la EKAGRYA (concentración).
Nota del Respetable Jñâapika Satya Gurú:
“consistente esencialmente en la identificación por el conocimiento,
es decir, la yoga,”
Identificación por el conocimiento, recordar este Paramita
Desde
mi punto de vista (y no como mi concepción) la multitud de ramificaciones
de la yoga ha dado lugar a una división como ocurre en religión,
siendo que yoga quiere decir unión así como religión
quiere decir reunir. Sin embargo, tratándose de religión,
esta división, aunque anormal, sería permitida, pues la explicación
hipotética del Gran Todo puede estar siempre tentada con los argumentos
que sean comprendidos y de ahí provienen los centenares de sectas
que luchan entre si, llamándose todas ellas cristianas, asegurando
su legítima descendencia y su discipulado de Cristo! Pero tratándose
de yoga, es aquí que toma su más exacto valor mi término: YOGHISMO;
la cosa es diferente porque no hay argumento doctrinal: el estudiante
actúa bajo la conducción de un MAESTRO (el Gurú) a fin de evitar
accidentes físicos (en lo que concierne a la Hatha Yoga) o accidentes
mentales (en la Bhakti Yoga) o extravíos intelectuales (en la Jñana
Yoga) o una pérdida de tiempo (para los asimilados a la Rajas Yoga),
pero jamás es cuestión de castigo ni por el contrario de recompensas.
El
adepto yoghi es un elemento que trabaja en su propio perfeccionamiento,
principiando con bases concretas y objetivos conocidos, siguiendo
una tradición a fin de aprovechar las lecciones de los Antiguos
y bajo la dirección de un MAESTRO, porque cada estudiante necesita
un profesor.
Estamos
lejos de la creencia ciega prescrita por las religiones, no solamente
en materia de asuntos divinos (y perfectamente desconocidos) sino
más aún en lo que concierne a un dogma a seguir (desconociendo siempre
las razones). La yoga en este sentido no es una simple filosofía
nada más, y pido la gracia de ser el intérprete de Grandes Maestros
de la antigüedad a fin de defender el pensamiento puro de elevación
espiritual, que es el yoghismo, tal y como lo entiendo, porque supongo
que de esta manera otros lo entenderán también.
-36-
Hoy
la yoga ha llegado a ser una confusión, precisamente una especie
de religión que no es necesaria para los que tienen la suya bien
condensada en el fondo de su corazón. Sería inútil... la yoga llegaría
a ser una secta más, puesto que ya se encuentra dividida por los
defensores de la Raja Yoga los cuales no entienden la necesidad
de hacer ejercicios de Hatha Yoga, cuando es tan fácil obtener el
rayo espiritual meditando (pues siempre la creencia de ser bueno
y casi perfecto nos facilita creer en él) y ello se resume más bien
en un vago sueño, llamado concentración. Actualmente nos
encontramos en la obligación de decir que pertenecemos a una u otra
yoga (la física, la devocional, etc.), como los francmasones que
están divididos por más de 150 ritos diferentes, o como los cristianos
que están obligados por este mismo hecho a insistir en que pertenecen
a esta o a aquella iglesia! El YOGHISMO no tiene estas subdivisiones
que ofrecen una pequeña mezcla agradable de confitería espiritual:
el yoghismo es UNO y TODO, una SÍNTESIS, y no un desempacamiento
de bultitos atados con etiquetas rotuladas como: “para personas
intelectuales”, “para damas de afectos tardíos” o “para señores
con curiosidad de novedades”!.
El
yoghismo no excluye nada: son las distintas experiencias que llevan
al estudiante a los diversos estados requeridos para la Iluminación
final: las diferentes yogas son indispensables, pero no hay razón
en separarlas en vez de presentarlas como un programa de evolución.
Estoy hablando para el mundo occidental porque tenemos que confesar
que el pueblo de la India, en su mayor parte, ha comprendido estos
problemas y muy raramente se ha visto un país tan tolerante como
ese de Ram, Khrishna y Bhudda.
La
herencia espiritual y la predisposición mística eximen al hindú
de esas discusiones ociosas sobre un sistema que está practicando
desde siempre y del cual depende sin restricción. Pero, como siempre,
la enseñanza no es para aquel que ya ha encontrado el Sendero, sino
más bien para quien lo busca. Estoy explicando, pues, los medios
por los cuales se puede entrar en contacto con esta Iniciación Sublime
del Yoghismo.
El
yoghi es aquel que ha realizado plenamente; es, en el verdadero
sentido, aquel que está definitivamente iluminado, porque si no,
sería un estudiante, un chellah, un sadhak. Los Sidhis
(poderes) pueden ser adquiridos muy tempranamente en el avance mediante
la hatha-yoga; estas fuerzas culminan a veces en los vibbutis
(divina gloria) y el yoghi logra ser un SIDDHA, pero nunca se
autodenomina así porque el Perfecto sabe que siempre hay
algo por hacer.
Jivatma
y Paratma deben estar en plena unión para poderse afirmar
que hay YOGA. Jivatma (alma individual) y Paratma (alma universal)
equilibradas perfectamente producen este contacto de sublimación
final, que constituye lo que es la YOGA (Identificación Universal).
La Yoga-Shastra es la ciencia mediante la cual se adquiere
el Conocimiento secreto de la unión del espíritu encarnado con el
espíritu indelimitado. Esta afinidad
-37-
de
dos polaridades es muy complicada para entenderla, y, en materia
de Yoga no concibo dualidad, y supongo, además, que hay necesidad
de entender que existe la identificación no como entre dos emanaciones
sino como un reflejo de la misma ALMA (comprendida en el sentido
teológico), o si no, en otro caso, debo indicar que hay como una
contemplación de la imagen proyectada en la realidad, o dicho en
otra forma, es hasta cierto punto, como si la imagen de una persona
que se mira en un espejo pudiera pensar que ella va a integrarse
en la persona misma. La imagen del espejo representa a nuestro espíritu
encarnado que cree estar viviendo verdaderamente cuando se mueve
en ese marco y se agita aún más cuando sobre este espejo pasamos
corrientes de agua, es decir habría que mirarse en un espejo colocado
dentro de una fuente llena de agua cristalina y tendríamos la representación
exacta de nuestra vida material, creyendo que es ella la verdadera,
lo objetivo, siendo que se trata en realidad de lo subjetivo, de
la ilusión (Maya). Nuestra verdadera individualidad no está allí,
y, por otra parte, el verdadero yo no puede ser la imagen en el
espejo...!, y de aquí el por qué siempre he tenido la dificultad
de asimilar la dualidad Jivatma-Paratma expuesta como dos figuras
diferentes; si ellas son de fuentes idénticas, por qué entonces
la necesidad de su separación en el proceso de evolución?. Se tiene
siempre la impresión de dos fuerzas en oposición para buscar el
equilibrio Jivatma-Paratma cuando se lee algo acerca del mecanismo
de la Yoga; no solo yo hago esta constatación ni tampoco he visto
nunca que alguien realmente explique
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La
Trimurti del Templo subterráneo de Gharapuri. Está en una pequeña
isla de 30 a 40 hectáreas de superficie, habitada por algunos centenares
de nativos, en el Mar de Omán al frente de la costa occidental de
la India, cuyo nombre es de Isla de Elefanta Garapuri le fue impuesto
por los portugueses que al desembarcar encontraron un elefante de
piedra, pero su nombre hindú es únicamente Gharapur. La Isla es
famosa principalmente por su pasado y su celebridad proviene de
sus grutas o, mejor dicho, de su hipogeo de origen brahmánico; su
nombre indígena es: Ciudad de las Grutas. Un depósito de agua limpia
y fresca que proviene de una fuente subterránea surtió las necesidades
de los brahmines de antaño y es considerado actualmente como una
fuente de agua milagrosa de propiedades benéficas que es buscada
por todos los peregrinos que acuden a este lugar que, sin embargo,
es más admirado en el aspecto artístico que visto con devoción religiosa.
Ciertamente, Gharapur ya no es un lugar sagrado sino solamente un
sitio de curiosidad; sin embargo, fue hace siglos un Templo de Iniciación.
El Templo subterráneo está muy bien conservado a pesar de que su
construcción data del siglo VII y de que ha sufrido los asaltos
de los cristianos que destruyeron las estatuas. Numerosas estatuas
están dedicadas principalmente a Vishnú (segunda persona de la Divinidad)
y a Sarasvati (esposa y madre); talladas totalmente en la roca,
la mayoría alcanzan una altura de 3 y hasta 3 y medio metros. Al
fondo de la sala central existe esta enorme representación de la
Trilogía Brahma-Vishnú-Shiva, emplazada sobre un gran altar; las
cabezas de esta escultura tienen más de 2.50 metros de alto. Una
docena de nichos ornan las paredes de la gran sala principal con
estatuas de 2 metros de altura en escenas de la vida de Vishnú;
otras estatuas con pedestales están colocadas a los lados y también
existen pequeños altares secundarios en las otras salas contiguas.
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y
analice la perennidad del Gran Todo dentro de las permutaciones
subjetivas y limitadas, las cuales provocan ese Maya, magia
de la existencia del plano físico.
Adhimuttikalakiriya
es
la muerte voluntaria, el privilegio de los bodhisattvas
(17), quienes no tienen que volver condicionados a los 18 estados
kámmicos, sino, que escogen el momento y la manera de dejar
la envoltura carnal y de reencarnarse con mayores posibilidades
de ayudar a sus prójimos (basado en esto hemos visto el rito de
los francmasones del Rito Schrepfer). Estos diez y ocho estados
son mencionados como las diez y ocho vías hacia la realización en
el Bhagavad-Gita, en el cual Krishna (divinidad en forma humana)
enseña a su discípulo lo más importante del conocimiento y, sobre
todo, el desarrollo de la naturaleza del alma, la definición del
hombre y los deberes a cumplir. La gran moralidad de esta doctrina
radica principalmente en la renuncia a los frutos de la acción.
El Canto Celestial es un poema hindú en el cual el diálogo
se desarrolla un poco antes de la batalla de Kurukchetra, al principio
de la 4° Edad del mundo y cuyos capítulos se caracterizan por una
lección, que se puede clasificar respectivamente bajo el nombre
de:
1.-
Arjuna Visada Yoga. |
10.- Vibhuti Yoga. |
2.-
Sanhya Yoga. |
11.- Visvarupa Darsannam |
3.-
Karma Yoga. |
12.- Bhakti Yoga. |
4.-
Jnana Karma Sannysa Yoga. |
13.- Kshetra Kshetrajna Vibhaga Yoga. |
5.-
Sannyasa Yoga. |
14.- Gunatraya Vibhaga Yoga. |
6.-
Dhyana Yoga. |
15.- Purushottana Yoga. |
7.-
Jnana Vijnana Yoga. |
16.- Dava Asura Sam Payvibhaja Yoga. |
8.- Akshara Brahma Yoga. |
17. - Shraddhatraya Vibhuga Yoga. |
9.-
Rada Vidya y Raja Kuhya Yoga. |
18.- Sannyasa Yoga. |
Así
como el Salmo 119 de la Biblia ofrece las 22 claves mayores para
penetrar los arcanos cabalísticos de la Ciencia Secreta del Cristianismo,
a su vez los 18 capítulos del Baghavad-Gita dan la pauta del standard
de vida para los cuatro períodos según los cuales hay que evolucionar.
Estos standard de vida son llamados ashram (18) en la India
y significan: modo de exis
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tencia,
etapa de la vida en la vía de realización, es decir, hay que progresar
según los estadios siguientes:
BRAHMACHARIA que significa la vida consagrada a los asuntos divinos
(estudios, oraciones, etc.). El brahmachary hace el voto de celibato
y abstinencia de todo placer.
VANAPRASTHA que corresponde al estadio durante el cual el hombre
se retira a un bosque (u otro lugar solitario) para estudiar las
Escrituras y para entregarse a la meditación.
GRAHASTA es la época del jefe de familia; este estadio no se refiere
solamente a la conducta de la pareja sino también a la Iniciación
de la mujer y la enseñanza de los niños (entendido en el sentido
filosófico). Es el período del ceremonial: las consagraciones sobre
el Altar familiar, las bendiciones, los diversos rituales.
SANNYA
es la renuncia a la esperanza de la recompensa; en este último período
no se trata de la cesación de actividades exteriores, sino de un
estado mental interno de desapego a los frutos de la acción. La
práctica de la SANNYASA es emprendida cuando el candidato se siente
capaz del sacrificio completo de las cosas mundanas y sociales.
El SANNYASIN es, pues, un ermitaño que sin poseer nada está errante
de un lugar santo a otro haciendo peregrinajes, y que es reconocido,
por lo general, por su guerrua (19).
En
estas diferentes etapas hacia la realización final la Yoga desempeña
su papel, pues cada cumplimiento en el sendero de la perfección
es una Yoga. Lo que es simplemente una lástima, es el haber delimitado
tan dogmática y fuertemente las diversas clases de Yoga. Sus delimitadores,
a quienes podemos calificar de técnicos, han dado de maneras bien
distintas, cuatro clasificaciones de la Yoga:
HATHA-YOGA:
unión mediante la fuerza (es el aspecto físico).
MANTRA-YOGA:
unión en el verbo (oraciones, invocaciones).
RAJA-YOGA: unión real (principio sintético).
LAYA-YOGA: unión por disolución (ver en página anterior Adhimuttikalakiriya).
De
este hecho han sobrevenido las otras yogas, pues en cuanto existen
dos partes de una sola cosa, no hay razón para no agregar una subdivisión,
y es justamente lo que se ha producido en el caso de la Kundalini-Yoga,
la Karma-Yoga, la Kriya-Yoga y una multitud de yogas
más, según las diferentes manifestaciones de la inspiración humana;
el error consiste sobre todo en el dogma que se le ha agregado a
cada rama en lugar de unificar el control de las inclinaciones del
consciente mediante una doctrina como lo veo con mi yoghismo
y reconocer que todo ello constituye necesariamente realizaciones
metafísicas. Debería existir UNA SOLA EXPERIENCIA VERDADERA!
(19)
Guerrua es un color rojo-ocre (azafrán) proveniente de una piedra que sirve
para teñir las telas para los Sannyasines. La pieza de lienzo que
viste el Sannyasín se llama también guerrua y es el símbolo
de abnegación respetado en el Oriente como algo sagrado; esa vestidura,
reducida a su más simple expresión es el emblema de la santidad.
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Cualquiera que sea la REALIDAD, el estado final debe ser idéntico
para todos y de ahí que imagino a los turistas que por diversos
senderos ascienden a una montaña hacia una meta común: la cima;
muy bien, pero aunque estos senderos sean diferentes para cada expedición
todos ellos siguen un mismo procedimiento para subir a la montaña:
pasos lentos y medidos, sogas, mochila en su espalda con provisiones
de viaje, descansos en el trayecto, campamentos, etc.... En la ascensión
hacia la cima del perfeccionamiento también debe seguirse un mismo
proceso, aunque con las diversas características de los diferentes
senderos.
Hay
ocho reglas que respetar en cualesquiera de las yogas; son bases
de indispensable disciplina como las leyes que rigen un universo.
Así mismo un ser humano para vivir debe comer, dormir, respirar;
él podrá controlar sus actos, espaciar sus funciones, pero la existencia
no podrá cumplirse normalmente sino siguiendo estos preceptos, al
menos durante un período, o progresivamente hasta la abstención
definitiva (este último caso no entra en discusión en este momento).
Naturalmente es muy comprensible que un ser humano que de cualquier
modo quiera vivir, se encuentre en la obligación de seguir ciertas
leyes bien definidas, aunque sea en el principio de su vida. Un
niñito debe seguir la disciplina en su sueño, en su alimentación,
etc., para estar en condición de ser llamado un ser viviente.
Siempre
he argumentado acerca del hecho de que la sola diferencia que existe
entre un animal y un hombre es la facultad de pensar. Si el hombre
vive mecánicamente para beber, comer y dormir, se coloca por sí
mismo en el estado animal; de ahí que el hombre materialista defendiendo
la tesis del ateísmo es simplemente un ser espiritualmente animalizado,
en el sentido común de la palabra, hasta el punto de que se queda
en el estado precedente de su evolución en la historia de la vida
completa (mineral-vegetal-animal-humano-suprahumano).
En
el plano mental es justamente la división entre estas dos categorías
de individuos que se caracterizan entre los humanos como materialistas
o espiritualistas (20).
El plano mental incluye dos estados que son, uno inferior y
otro superior, siendo el primero el animal perfeccionado
u hombre salvaje, y el segundo el hombre perfeccionado listo para
pasar al estado de hombre-dios.
El
hecho de estar en una región denominada civilizada, de pertenecer
a una categoría de individuos llamados colectivamente naciones,
y de ostentar grados universitarios, no implica garantía de no pertenecer
al estado mental inferior, y, por lo tanto, este individuo en lugar
de aprovechar sus hipotéticas cualidades se exime de PENSAR REALMENTE
y vive completamente en desacuerdo con las leyes naturales de la
evolución humana (ab-
(20)
Existe evidentemente una multitud de divisiones dentro del género
humano (ateísta, materialista, positivista, practicista, relativista,
espiritualista, y hasta espiritista, etc.). Pero para simplificar
no voy a enunciar más que las dos grandes corrientes del pensamiento
humano.
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sorción
de alcohol que hace perder el equilibrio del razonamiento sano,
alimentación desordenada y, sobre todo, la nutrición que proporcionan
las carnes de animales opuesta a todas las leyes del buen sentido,
venenos de narcóticos, tabaco, etc.); no es raro, pues, ver en Occidente
personalidades diplomadas que ignoran los primeros rudimentos de
la sabiduría de vivir.
Así
pues, en Yoga hay ocho elementos básicos en la conducta del ser
humano que desee elevarse por encima de la condición animal:
YAMA,
las abstinencias,
NIYAMA,
las reglas de vida,
ASANAS,
las posiciones del cuerpo,
PRANAYAMA, el control de la respiración,
PRATYAHARA,
el control de sus percepciones sensoriales orgánicas,
DHARANA,
la meditación,
DHYANA,
la concentración, y
SAMADHI,
la identificación.
Es
imposible evadir estas reglas elementales en cualquier tipo de yoga
que el estudiante haya escogido, pues es lo más importante seguir
el cumplimiento de esos principios. Concluyo, pues, en que no hay
que tomar en consideración diversos tipos de Yoga en que se dispute
cuál es la mejor, y confirmo mi opinión acerca del yoghismo,
es decir, en el sentido de ubicar las reglas de vida en una síntesis
que supone naturalmente la realización de estados iniciáticos en
el sentido general de la palabra, y no en el sentido limitado de
los diversos estados catalogados en los dogmas.
El
yoghismo llega a ser una forma concreta de estudio para el control
de las perturbaciones físicas o psicológicas, y anoto mi punto de
vista con la imparcialidad más completa diciendo que hay que seguir
la tradición de la yoga en su aplicación trascendental por períodos
de existencias, es decir, que las diversas yogas son afluentes de
una misma corriente llamada yoghismo (para llegar finalmente al
YUG inicial, lo cual es el Alfa y el Omega de todas las cosas).
Las
ocho características de la evolución corresponden a las disciplinas,
todas naturales, que son practicadas por casi todo el mundo, aunque
de una manera insuficiente.
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Respetable Jñápika Gurú Dr. Pablo Elias Gómez Posse.
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