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ORGANIGRAMA GENERAL DE LA ALQUIMIA

FULCANELLI,LA PIEDRA FILOSOFAL, GÉNESIS Y VÍAS (segunda parte)

(José Antonio Puche Riart)

INTRODUCCIÓN

El objeto de este trabajo es continuar con la exposición de las teorías expuestas por el alquimista Fulcanelli en sus dos tratados, publicados en español por Plaza y Janés. La primera parte desarrolla la entrada a la Gran Obra, conla obtención del primer mercurio, también denominado Pájaro de Hermes. Dicho Mercurio es sólido, con aspecto salino y consistencia dura. Es necesario en la práctica extraer el mercurio del libro cerrado (nuestro mineral secreto), para obtenerlo vivo y abierto, si queremos que a su vez pueda abrir el metal y convertir en vivo el azufre inerte que encierra. La apertura del primer libro prepara la del segundo, pues hay ocultos en el mismo emblema dos libros cerrados, el del sujeto hermético y el del metal (el hierro), y dos libros abiertos, el mercurio y el azufre. Por otro lado hay que señalar que el metal proviene de la materia inicial y el azufre tiene su origen en el Mercurio. En esta parte trataremos de la obtención del Azufre Filosófico y del Mercurio Filosófico.

LAS PALOMAS DE DIANA Y EL ESPÍRITU UNIVERSAL

El GRIFO (Mercurio hermético, que hemos explicado en la primera parte), lleva en lugar de una melena de león o un collar de escamas, una cresta de aletas de pez. El detalle tiene su importancia, pues se trata de provocar el encuentro y dominar el combate. Es preciso aún descubrir el medio de captar la parte pura, esencial del cuerpo producido de nuevo, es decir, el MERCURIO DE LOS SABIOS,

Los poetas nos cuentan que Vulcano, al sorprender en adulterio a Marte (el metal) y a Venus, se apresuró a rodearlos con una red, para que no pudiesen escapar a su venganza. Por otra parte los maestros recomiendan captar el producto a medida que va apareciendo. El artista pesca metafóricamente el PEZ místico, y deja el agua vacía, sin alma. El hombre en esta operación debe matar al GRIFO (primer mercurio).

Este es el enigma hermético mas ingrato de descifrar, el del MERCURIO FILOSOFAL, cuya sustancia, profundamente escondida en el cuerpo, se coge como el pez en el agua, con ayuda de una red apropiada.

Para obtener este segundo mercurio filosofal, que Basilio Valentín denomina Hiperión, es preciso que mortifiquemos y descompongamos esta "tierra", lo que equivale a matar el grifo, y pescar el pez, separando lo sutil de lo espeso, suavemente y con gran prudencia. Hiperión en griego es la contracción de U p e r (encima) y de e r i o n (sepulcro, tumba), por lo que significa aquello que está encima de la tierra, del sepulcro de la materia. Por otra parte U p e r e i o n (violeta) encima del violeta, variante con perfecta concordancia hermética.

Esta AGUA, que tiene por símbolo el cuervo, no puede ser lavada por medio del fuego, deberá de ser lavada mediante la técnica de las abluciones ígneas, en las que abandonará el color negro y tomará el color blanco

No cabe alcanzar el Mercurio Filosófico en la primera conjunción, nuestra piedra negra tiene tantas impurezas que resulta en extremo difícil desembarazarla de ellas. Se la debe de someter a numerosas lixiviaciones para limpiarla de sus impurezas y de las escorias tenaces que la envuelven, y de verla tomar en cada en cada una de estas operaciones más esplendor, limpieza y brillo. Todos estos lavados son ígneos, se hacen por el fuego, con el fuego y por el fuego, reciben el nombre de ÁGUILAS.

Del combate del Caballero, nuestro Azufre secreto, con el Dragón, nuestra virgen sin mácula, nace la PIEDRA ASTRAL, blanca y firmada con el sello de Hermes.

Vamos a intentar explicar las Palomas de Diana de una manera un poco más asequible para todos. El MERCURIO inicial, del que hemos hablado en las páginas precedentes, es el hijo de un ANCIANO (metal caduco) y de una joven VIRGEN (nuestro mineral secreto). Una vez concluida su misión el anciano cederá el sitio a otro más joven que él. Filaleteo nos ha enseñado que una VIRGEN puede estar casada dos veces, sin perder su virginidad, este es el secreto fundamental en el que basaremos nuestra operación.

Nuestro joven representa el SUJETO hermético, materia prima de la obra, de la que hemos hablado en el capítulo precedente. La VIRGEN es nuestro mineral bruto, que contiene en si el ESPÍRITU activo, el único capaz de realizar por estas cosas los milagros de una sola cosa.

La siguiente adquisición del alquimista a partir del MERCURIO inicial, es el Mercurio de los Filósofos y el ESPÍRITU UNIVERSAL, que se obtienen conjuntamente mediante una serie de operaciones denominadas SUBLIMACIONES, por las que nuestro MERCURIO debe elevarse progresivamente al grado de pureza requerido, estas reacciones necesitan la ayuda de una sustancia especial, nuestro indispensable mediador, el fuego secreto. Las sublimaciones se conocen por el nombre de PALOMAS DE DIANA, o ÁGUILAS. La impronta significativa del Mercurio Filosófico no se puede obtener mas que tras una serie de operaciones largas, ingratas y repulsivas. No debe ahorrarse tiempo ni esfuerzo, ni temer la fatiga si se quiere estar seguro del éxito. El ESPÍRITU no permanecerá estable en un cuerpo inmundo o insuficientemente purificado. Las sublimaciones tienen su correspondencia en el trabajo de Hércules de la limpieza de los establos de Augías hay que hacer pasar sobre nuestra tierra todas las aguas del mundo, pues nuestro Mercurio dice que prefiere antes la muerte que la mancha

Por otro lado cabe señalar que no podremos extraer el AZUFRE de nuestro MERCURIO, en tanto no se haya purificado éste convenientemente, pues como ya hemos indicado en otra parte, es en extremo dificultoso purificarlo de sus impurezas.

Por la conjunción de estos dos cuerpos ha lugar el nacimiento de un agua, capaz de penetrar los cuerpos, agua metálica que es de oro, o al menos dorada, nuestro DISOLVENTE hermético, el DON DE DIOS, y el secreto mas guardado de la Obra, que Fulcanelli explica en la fábula de la unión de Zeus y Danae. El ESPÍRITU se va recogiendo a lo largo de la operación, mientras que el MERCURIO, solidificado, se recoge al final del proceso. El ESPÍRITU es el resultado de un trabajo de la Naturaleza, mientras que el MERCURIO obtenido es una producción del Arte

Las fases operativas de la operación se pueden dirigir a gusto del alquimista, su técnica, si bien requiere cierto tiempo, es de una extremada simplicidad, solo requiere el conocimiento de un curioso artificio que jamás ha sido revelado, y que probablemente no lo será jamás, cualquier profano la ejecutará tan bien como el mas experto alquimista. Este artificio, o técnica, que desde el punto de vista químico se puede calificar de absurdo, ridículo o paradójico, porque su acción inexplicable desafía toda regla científica, marca la encrucijada en que la Ciencia Alquímica se aparta de la Ciencia Química.

El Mercurio segundo, es el resultado de las reacciones de dos cuerpos, el ORO filosófico, de carácter fijo y de otro volátil, el MERCURIO común del que hemos hablado en el capítulo precedente. Esta solución ejecutada según las reglas del Arte, con todas las disposiciones y condiciones requeridas, está muy alejada de las operaciones químicas análogas. Además de la longitud del tiempo y el conocimiento del medio idóneo, obliga a numerosas y penosas reiteraciones. Es un trabajo verdaderamente largo y fastidioso. Unicamente OMAR EXOSLIUS menciona un procedimiento que ha desarrollado él mismo por el que se pueden obviar estas repeticiones en una sola operación, pero se requiere una amplia experiencia para saber llevarlo a cabo.

Siguiendo el consejo del autor del TRIUNFO HERMÉTICO, hay que abrevar a menudo la tierra con su agua y secarla otras tantas veces. Por estas lixiviaciones sucesivas, se extrae progresivamente la humedad viscosa, oleaginosa y pura del metal, en la cual reside la energía, y la gran eficacia del mercurio filosófico.

El agua viva, actuando sobre la materia pesada, rompe su cohesión, la ablanda, la hace soluble poco a poco, afecta solo a las partes puras de la materia disgregada, abandona las otras, y asciende a la superficie, arrastrando lo que ha podido tomar conforme a su naturaleza espiritual. Nuestro disolvente, todo espíritu, desempeña en ella el papel del águila arrebatando su presa. Es necesario hacerlo volar, el espíritu se eleva y la materia se precipita

El ESPÍRITU UNIVERSAL, es el que produce el movimiento, mantiene la vida, provoca su destrucción y su muerte, hace evolucionar la sustancia y se afirma como animador de cuanto es. Es un agua que su fuente fluye hacia el mar hermético Cada una de las águilas no suministra más que una pequeña cantidad de este ESPÍRITU del que tenemos necesidad.

La determinación (y la obtención del ESPÍRITU) es el secreto mejor guardado por los alquimistas, pues su conocimiento garantiza el éxito pleno en las operaciones iniciales de la Obra, se aplica en la preparación del Mercurio Filosófico animado. La energía del Espíritu Universal tiene su correspondencia en el Sol, en tanto que es el animador y modificador perpetuo de todas las sustancias corporales. Es el único agente de las metamorfosis de la materia, por él el Mercurio se transforma en Azufre, el Azufre en Elixir y el Elixir en Medicina

Con el ÁGUILA se produce la volatilización de las partes puras del cuerpo fijo por el mercurio, obteniéndose el MERCURIO FILOSÓFICO, que se recoge encima del "agua". Debajo queda el CAPUT MORTUUM, inmundo, grosero, tierra condenada del cuerpo, impura, inerte y estéril, que la acción del disolvente rechaza y precipita como un residuo inútil y sin valor.

El espíritu metálico es la parte mas pura y mas clara del cuerpo, su naturaleza lo hace brillar a partir del momento en que se encuentra separado de la opacidad grosera y corporal que lo arropa. Este espíritu metálico no puede, sin embargo abandonar por completo el cuerpo, pero se hace de una vestidura mas próxima a su naturaleza, y mas flexible, con las partículas mondas y limpias que puede recoger a su alrededor, como vehículo nuevo.

Alcanza entonces la superficie externa de la sustancia agitada, y continúa moviéndose sobre las aguas, hasta que la LUZ aparece, entonces toma al coagularse un color blanco brillante, y su separación de la masa es muy fácil, se ha colocado por si misma sobre el celemín, dejando al artista únicamente el cuidado de recogerla, una vez concluida la operación y enfriado el vaso. Esta separación se hace progresivamente y se repite cuantas veces sea necesario.

Legítimamente este MERCURIO es llamado DIANA, LUZ, y la LLAVE, es el agua divina que aclara la oscuridad de la noche, es la ÚNICA entrada a la Obra, en todas las vías explicadas por Fulcanelli, y la LUZ que ilumina a todo hombre

La fórmula magistral que propone el Maestro es la habitual de las composiciones alquímicas, una del cuerpo (nuestro SUJETO, que contiene el Espíritu), por dos del dragón (nuestra VIRGEN mineral). Sin embargo no comenta la cantidad de ORO hermético se debe emplear, pues en ello se cifra buena parte del secreto del artificio, que no se revela) y que acompaña todas las operaciones realizadas con nuestra SALAMANDRA.

El MERCURIO FILOSÓFICO es importante para producir la piedra, porque él está solo, sin embargo desempeña el trabajo el papel de hembra, debe de estar unida a un segundo MACHO, si se desea obtener el REBIS, materia prima del Magisterio. Cabe señalar que el MERCURIO FILOSÓFICO se caracteriza porque es inconstante y volátil, tiene una naturaleza femenina y una gran virtud generadora en el sentido de que es la madre y la nodriza de nuestro Rey.

El MERCURIO FILOSÓFICO (sublimado) manifiesta su parte fija, y esta base sulfurosa marcará el primer estadio de la coagulación, con la extracción de su seno del AZUFRE, agente esencial, que permanecerá exaltado bajo el nombre de ELIXIR, o multiplicado bajo el nombre de PIEDRA FILOSOFAL en el producto final de la Obra

El MERCURIO FILOSÓFICO está sometido al AZUFRE, del que es su servidor y su esclavo. En el curso de las operaciones el MERCURIO desaparece y queda confundido con su dueño.

EL AZUFRE

Introducción

Todos los metales llevan en sí la facultad de multiplicar su especie. La filosofía enseña que los metales, gracias a su propia simiente, pueden ser reproducidos y desarrollados en cantidad. Esta semilla es el Azufre de los metales.

La obtención del Azufre metálico se hace a partir del MERCURIO FILOSÓFICO del que ya hemos hablado, que se mutará parcialmente en AZUFRE fijo. El eje del Arte es precisamente el saber extraer esta semilla o AZUFRE, y arrojarla en su tierra específica o MERCURIO, cuya operación se buscará en vano entre los más célebres autores.

El CISNE, es decir el MERCURIO FILOSÓFICO, muere por sus propias plumas, él nos proporciona una de las materias que servirá para matarle, es decir, el AZUFRE salido de su propia sustancia, y que servirá para obtener ese MERCURIO FILOSÓFICO o ANIMADO, en parte fijo y en parte volátil, que la subsiguiente maduración elevará al grado de perfección del GRAN ELIXIR.

Estudio inicial

Todos los artistas coinciden en sacrificar al AVE de HERMES y en provocar la mutación de sus propiedades mercuriales en propiedades sulfurosas, ya que toda transformación permanece sometida a la descomposición previa y no se puede realizar sin ella.

El procedimiento de obtención del AZUFRE lo explica Basilio Valentín con la frase: <<Se debe dar de comer un cisne blanco al hombre doble ígneo>>, y añade <<EL Cisne asado será para la mesa del Rey>>.

Entendemos que Basilio con la expresión <<Hombre doble ígneo>> hace referencia a un principio segundo, que resulta de la combinación de dos agentes de complexión cálida y ardiente de la naturaleza de los azufres metálicos Se trata de la combinación de dos cuerpos de propiedades semejantes y de especificaciones diferentes A saber:

NOTA: Me permito aclarar en este lugar que el buen Basilio Valentín, al tratar de VENUS, no se refiere al metal en este jeroglífico, sino a cierto mineral secreto, pobre pariente de los metales, que como bien señala esta leproso, disimula así con una técnica PARTICULAR, lo que toca muy de cerca uno de los secretos mas importantes en la ejecución de la Gran Obra. Por lo tanto hay que darle el sentido anfibólico (o segundo sentido) que le corresponde, y no el sentido que a primera vista aparenta.

Estos datos proporcionados por FULCANELLI son, en mi opinion, mas que suficientes para poder descifrar el enigma del AZUFRE DOBLE sin mas quebraderos de cabeza.

Para extraer el AZUFRE del MERCURIO FILOSÓFICO es necesario despertar a ese PEZ escondido que el mercurio ha captado y que retiene entre las mallas de su RED. El Azufre es el embrión del Mercurio y marca el punto a partir del cual efectúa su rotación, trazando así el signo gráfico del SOL, padre de la LUZ y del espíritu del Oro, dispensador de todos los bienes terrestres.

La serpiente, desprovista de alas, sigue siendo el jeroglífico del MERCURIO común, puro y limpio, extraído del cuerpo de la Magnesia, nuestra materia prima. Ciertas estatuas alegóricas de la Prudencia tienen como atributo una serpiente fijada en un espejo, suministrado por la Naturaleza, al manifestar su vitalidad en la serpiente, oculta bajo su grosero envoltorio.

Así gracias a este primitivo agente, resulta posible devolver la vida al AZUFRE de los metales muertos. Al ejecutar la operación el Mercurio, disolviendo el metal, se apodera del azufre, cediéndole la vitalidad que le es propia.

Esto es lo que los Maestros quieren explicar cuando ordenan matar al vivo para resucitar al muerto, corporeizar los espíritus y reanimar las corporeizaciones.

Poseyendo este AZUFRE VIVO y activo, clasificado de FILOSÓFICO, bastará unirlo en proporción justa al MERCURIO VIVO, para obtener el MERCURIO FILOSÓFICO o ANIMADO, materia única de la PIEDRA FILOSOFAL.

Todo el ARTE se reduce pues a la DISOLUCIÓN, y dependiendo de la manera de ejecutarla, es la clave del MAGISTERIO, el SOLVE ET COAGULA, disuelve el cuerpo y coagula el espíritu.

En este caso el objeto de la disolución es la obtención del Azufre. Se basa en la propiedad de que toda materia seca bebe con avidez su húmedo. Este Azufre , despojado del Mercurio metálico es el que constituye el núcleo central, o semilla. No es mas que la proporción más pura y más volátil del metal disuelto.

Por tanto, concluiremos que la disolución filosófica realiza la purificación absoluta y radical de los metales imperfectos.

Cualquiera que sea la vía empleada, húmeda o seca, la disolución es absolutamente indispensable. Lo que distingue a la disolución filosófica de todas las demás es que el disolvente no se asimila al metal básico que se ofrece, rechaza sus moléculas, por ruptura de la cohesión, se apodera de los fragmentos de azufre puro que se puedan obtener, y dejan el residuo, formado por la mayor parte del cuerpo, inerte, disgregado, estéril y completamente irreductible.

El disolvente filosófico, conocido desde la mas remota antigüedad, no se ha utilizado más que en ALQUIMIA, por manipuladores expertos en la práctica del truco especial que exige su empleo, y del que ya hemos hablado anteriormente.

Estos elementos se someterán al fuego según el Régimen de las cuatro estaciones, que llevarán a la mortificación y descomposición de nuestra semilla natural, del REBIS filosofal, el espíritu aguarda la descomposición del cuerpo y la dislocación de sus partes para trabajar en la depuración y después en la refección de la sustancia modificada y clarificada con la ayuda del fuego. El Mercurio filosófico, de materia aún grosera, muere, y obtiene una envoltura corporal mucho más noble que la primera, que le procura una ENERGÍA VITAL que no poseía y la FACULTAD GENERADORA de la que una mala constitución le había privado hasta entonces.

Nuestro mercurio dispone en si mismo el principio sulfuroso que producirá su coagulación posterior, y aunque es lamentable la extremada lentitud de este agente, porque no permite al observador observar reacción alguna en los primeros día de la Obra.

Vía SECA del Azufre

El AZUFRE se puede obtener por la vía seca directamente en lugar de hacerse por la vía húmeda, pero su operación apenas es factible de encontrarla en los autores.

La representación del combate de la Rémora y de la Salamandra de Cirano de Bergerac, a mi parecer, nos describe perfectamente el procedimiento de obtención del AZUFRE por la VÍA SECA. Partimos, al igual que en la vía húmeda, con el Azufre inicial y el Mercurio Filosófico.

El MERCURIO debe absorber el Fuego Secreto, la energía ígnea de la Salamandra, mantenerse estable, siempre victorioso, bajo la protección del Maestro. El combate, sin tregua ni cuartel, no cesa sino por la muerte de uno de los combatientes, pero aquí no lo hemos reproducido por considerarlo demasiado extenso para la longitud de este trabajo

El empleo de los materiales debidos, canónicamente preparados, es fundamental, el progreso de la operación es muy lento, su desarrollo es contrario a las leyes químicas, y tiene un oscuro mecanismo, es un misterio real que la Naturaleza, en su simplicidad parece proponernos, el enigma ante el que la lógica retrocede, la razón se turba y el juicio se extravía.

El ESPÍRITU METÁLICO, es la fuerza que mueve en masas compactas y nuevas los cuerpos disueltos, las moléculas del sólido mercurial se agregan progresiva y lentamente bajo su secreta acción como un saco comprimido por ligaduras entrecruzadas, la PIEDRA se corporeiza por el trabajo en el CRISOL, impulsada bajo la acción de la llama. La fase más delicada es cuando la primera coagulación de la Piedra aparece sobre las aguas. Es preciso entonces redoblar la precaución y la prudencia en la aplicación del fuego, si no se quiere enrojecerla antes de tiempo y precipitarla.

Al comienzo se manifiesta por una película delgada que muy pronto se rompe, cuyos fragmentos desprendidos de los bordes se apartan y luego se sueldan y adquieren la forma de un islote llano, la isla del Cosmopolita, y tierra mítica de Delos, animada de movimientos giratorios y sometida a continuas translaciones.

Esta isla no es mas que otra figura del PEZ HERMÉTICO nacido del Mar de los sabios, primer estado embrionario de nuestra PIEDRA.

Cabe destacar que una vez terminado el combate, Fulcanelli recomienda la retirada del cadáver de la Salamandra, llamando la atención acerca de los "ojos de la Salamandra", que retira y guarda cuidadosamente para su aplicación en la vía seca.

Para terminar con este punto, comentaremos que el AZUFRE no tomará mas MERCURIO del que puede retener, la proporción de materia asimilable depende directamente de la energía metálica propia, que siempre es variable, por lo que toda la obra estará sujeta a las cualidades, naturales o adquiridas tanto del agente, como del sujeto inicial. En consecuencia ocurre igual con el poder transmutatorio de la PIEDRA, que jamás deja un producto de potencia igual y semejante a ella misma, a pesar de un trabajo regular.

Vía HÚMEDA del Azufre

El ORO FILOSÓFICO no es la PIEDRA, solo se trata de la primera materia con la que se elabora, y requiere una labor ininterrumpida de alrededor de 150 días

La vía húmeda requiere el empleo de nuestro azufre blanco, el Mercurio Filosófico y el mediador indispensable (nuestro fuego secreto). La travesía se hace por mar, en el mar de los Filósofos. El agua que nos da el AZUFRE filosófico, no puede servirle después a esta simiente solar como alimento, lo que consideramos oportuno de señalar.

El cuerpo reducido a fino polvo, y puesto en digestión con una pequeña cantidad de agua, es a continuación irrigado poco a poco, (técnica que los sabios llaman imbibición), se obtiene así una pasta cada vez mas blanda, después un jarabe, luego un aceite y por fin queda fluida y limpia. Sometida entonces, en ciertas condiciones, a la acción del fuego, el licor se condensa en una masa que cae al fondo, y que se recoge con cuidado. Este es nuestro AZUFRE precioso, el reyecito, pez simbólico, llamado también ECHENEIS., RÉMORA o DELFÍN, Perseo, o pez del mar ROJO

Este azufre extraído por el disolvente, constituye el AZUFRE principio, es la verdadera semilla del metal, es el AZUFRE VIVO, agente principal de la Piedra, y de las transformaciones que se pueden esperar de ella. Puede generar a continuación un ser nuevo, semejante a él y de esencia superior , sin embargo, y capaz de obedecer a las leyes del dinamismo evolutivo.

Aunque sea preferible la vía seca en la obtención del AZUFRE, los autores describen la vía húmeda por DEBER.

La totalidad de los materiales preparados y reunidos bajo el nombre de COMPUESTO, REBIS, AMALGAMA, etc., constituyen el principio de la vida , o ARCHÉ, la materia ígnea, base de la PIEDRA FILOSOFAL. Arché, (el Arqueo) significa en griego comienzo, origen, principio y fuente.

Bajo la acción del fuego exterior, que excita el fuego interino del arqueo, el compuesto entero se licúa y reviste el aspecto del agua, y de esta sustancia líquida que la fermentación agita e hincha, toma el carácter de inundación diluvial.

Al principio, amarillenta y fangosa, se le da el nombre de LATÓN, que no es otro que APOLO y DIANA, Latona. En griego, LETO significa bien común, y representa la doble envoltura común al doble embrión.

Los cabalistas indican que la fermentación se debe de hacer en un tonel cortado en dos, denominado recipiente de encina,. por lo que Latona se convierte en el lenguaje de los adeptos en la tonelada, o el tonel, lo que explica la dificultad en conocer la VASIJA secreta en que fermentan las materias.

Al cabo del tiempo requerido se ve ascender a la superficie, flotar y trasladarse sin cesar, bajo los efectos de la ebullición, una delgadísima película en forma de menisco, que los sabios han llamado la ISLA FILOSÓFICA, primera manifestación del espesamiento y coagulación.

Muchos navegantes, poco experimentados naufragaron en esta primera travesía, debe velarse por la orientación del NAVÍO, maniobrar con prudencia, temer los saltos del viento, estar alerta, evitar la Cueva de Caribdis y el escollo de Escila, luchar sin pausa, día y noche, contra la violencia de las olas. No es fácil dirigir la nave hermética, nuestro azufre, que sufre enérgicamente a los asaltos, a la influencia detersiva de la humedad mercurial, pero acaba por ser vencido y morir bajo los golpes de la mar, víctima de los grandes vómitos que sufre en el agua.

Los vómitos del azufre son los mejores indicios de su disolución y mortificación, la Obra toma en esta fase el aspecto de un pisto graso y salpimentado, a partir de este momento, el Mercurio, se ennegrece cada vez más, su consistencia se hace como de jarabe, y luego pastosa. Cuando el negro alcanza la máxima intensidad, la putrefacción de los elementos se consuma y se realiza, todo aparece firme en el vaso hasta que la masa sólida se resquebraja, se agrieta, y por fin cae en forma de un polvo amorfo como el carbón.

Filaleteo escribe: verás entonces un color negro notable y toda la tierra será desecada, la muerte del compuesto ha llegado, los vientos cesan y las cosas entran en reposo. Es el gran Eclipse del Sol y de la Luna. Ninguna luminaria hay ya sobre la tierra y el mar desaparece.

La larga operación que permite el empaste progresivo y la fijación final del Mercurio tiene gran analogía con las travesías marítimas y las tempestades que las acogen. El compuesto hermético hierve constante y regularmente, representa una mar agitada y encrespada, las burbujas se rompen en la superficie y se suceden sin cesar. Pesados vapores cargan la atmósfera del recipiente y las nubes inquietas, opacas y lívidas oscurecen las paredes y se condensan en gotas que fluyen por la masa efervescente.

Todo contribuye a la sensación de un temporal a tamaño reducido. Levantada por los lados el Arca flota, sin embargo, bajo la lluvia diluviana, Asteria se dispone a formar Delos, tierra hospitalaria y salvadora de las hijas de Latona.

El delfín nada en la superficie de las olas impetuosas, y esta agitación dura hasta que la rémora, huésped invisible de las aguas profundas, detenga al delfín, con un ancla poderosa, el navío que va a la deriva. Progresivamente, bajo la acción continua del fuego interno, la isla moviente queda entonces fijada, y este espectáculo da entonces al alquimista la seguridad de que el tiempo del parto de Latona ha llegado. En este momento el misterio vuelve. Una nube pesada, oscura y lívida asciende y se exhala de esta isla caliente y estabilizada, cubre de tinieblas esta tierra parturienta, envuelve y disimula las cosas en su opacidad, llena el cielo filosófico de SOMBRAS CIMERIAS, y en el gran Eclipse del SOL y de la LUNA, oculta a los ojos el nacimiento de los gemelos herméticos, futuros progenitores de la PIEDRA.

La tradición mosaica narra que Dios, hacia el final del diluvio hace soplar sobre las aguas un viento cálido que las evapora, y hace descender de nivel. Las cúspides de las montañas emergen del inmenso manto líquido, y el arca va a posarse en Armenia,. Noé abre la ventana y sujeta al cuervo, que es la réplica para el alquimista de las sombras CIMERIAS.

Entonces renace la calma, y los vapores se reabsorben. Una película embebe toda la superficie y espesándose y afirmándose cada día, marca el fin del diluvio, el nacimiento de Diana y de Apolo, el del triunfo de la tierra sobre el agua, de lo seco sobre lo húmedo, y la época del Fénix.

Una vez terminado el Diluvio, Noé soltó una paloma, que regresó llevando una rama verde de olivo. Este es el signo por excelencia de la verdadera vía y de la marcha regular de las operaciones, es el síntoma del desecamiento de la tierra y de la vegetación del nuevo cuerpo formado.

Solo entonces se puede estar seguro de poseer aquella luz admirable, don del ESPÍRITU SANTO, que Jesús envió al quincuagésimo día (PENTECOSTÉS).

LA AMALGAMA

El MERCURIO, sublimado, manifiesta en su parte fija; esta base sulfurosa marca el primer estado de la coagulación. El intermediario es abandonado, o desaparece, y ya no intervendrá más.

El AZUFRE (o el ORO filosófico) y el MERCURIO realizan lo que se ha convenido en llamar la AMALGAMA FILOSÓFICA, simple combinación aún no radical. La cocción del compuesto provocará la unión indisoluble e irreductible de sus elementos y su transformación completa en azufre rojo fijo, o medicina de primer orden.

El AZUFRE y el MERCURIO de los metales se han extraído y aislado con ayuda de nuestro primer agente, o disolvente secreto, se reducen por si mismos, por simple contacto, en forma de aceite viscoso, untuosidad grasa, que los antiguos llamaron "aceite radical metálico", y Mercurio de los Sabios. Este licor está compuesto por los elementos fundamentales, el AZUFRE y el MERCURIO, y es el representante de un metal licuado y reincrudado. En estado de simple mezcla, el mercurio filosófico conserva el equilibrio, la estabilidad y la energía de sus constituyentes, aunque estos se vean empujados a la mortificación y a la descomposición que preparan y realizan su interpenetración mutua y perfecta.

Mientras el MERCURIO no ha experimentado el abrazo del mediador ígneo se puede conservar indefinidamente, siempre que se tenga el cuidado de sustraerlo a la acción combinada del aire y de la luz.

Las dos vías de la obra requieren dos maneras diferentes de operar la animación del mercurio inicial, dado que el AZUFRE es capaz de absorber hasta 12 veces su peso de agua.

Animación del mercurio para la vía seca

La primera pertenece a la VÍA CORTA, e implica una sola técnica por la cual se humedece poco a poco el fijo, pues toda materia seca bebe con avidez su propio húmedo, hasta que la afusión reiterada del volátil sobre el cuerpo, haga hinchar el compuesto y lo convierta en una masa pastosa, o con aspecto de jarabe (sirope), según el caso. El procedimiento se realiza por la técnica de las Imbibiciones

Animación del mercurio para la vía húmeda

El segundo método consiste en digerir el azufre en tres o cuatro veces su peso de agua, decantar a continuación la solución, desecar el residuo, y tomarlo de nuevo con una cantidad proporcional de nuevo mercurio. El procedimiento se realiza por la técnica de las Reiteraciones.

Cuando la disolución está terminada, se separan las heces, si las hay, y los licores, mezclados, se someten a una lenta destilación al baño. La humedad superficial queda así desprendida, dejando el mercurio en la consistencia requerida para sufrir la cocción hermética.

La estrella, manifestación exterior del Sol interno, se presenta cada vez que una porción nueva de Mercurio viene a bañar el Azufre no disuelto.

El artificio de la solución del azufre por el mercurio conduce a la obtención del Mercurio Filosófico, obtenido del azufre puro unido radicalmente al agua primitiva y celeste.

La identificación de esta agua es una figura estrellada e irradiante que la coagulación hace aparecer en la superficie. La signatura astral del mercurio se afirma con mayor nitidez y vigor, cuanto mas progresa la animación y se revela mas completa.

LA VÍA SECA

La Vasija de la Naturaleza esta hecha de la misma arcilla roja de la que se sirvió Dios para hacer el cuerpo de Adán. Representa un cuerpo que contiene los espíritus metálicos, agentes únicos de lo que necesitamos.

Requiere el concurso de una tierra vil, comúnmente extendida, de tan bajo precio que en nuestra época, una cantidad insignificante de dinero, basta para adquirir una cantidad superior a las necesidades, se encuentra en las casas de todas las gentes, pero que nadie puede conocer sin revelación.

De una facilidad extrema, la vía seca no requiere mas que la presencia del artista, pues la misteriosa labor se realiza por si misma, todo lo más.

Se elabora en un crisol de tierra refractaria, y requiere la aplicación de un fuego muy enérgico, que es el truco en cuestión de la operación. El AGENTE encargado de ejecutar la voluntad del artista es también el FUEGO. ¿Cual es ese fuego natural y desconocido que el artista debe saber introducir en su sujeto?. Naturalmente, nuestro FUEGO secreto, que no tiene necesidad mas que de ser excitado por el fuego ordinario para operar las mas sorprendentes manifestaciones.

Quien quiera que ignorando el truco de la operación se arriesgue a emprenderla, deberá temerlo todo del fuego. Corre un peligro real, y difícilmente puede escapar a las consecuencias de un acto irreflexivo y temerario. Hay que tomar las oportunas precauciones y redoblar la prudencia, la experiencia termina lo mas a menudo con la explosión del horno. Existe un medio de poder evitarla, y un truco para la operación regular.

La palmera datilera, la palmera y la higuera, representan al FÉNIX hermético en los dos magisterios, y su resultado, las piedras blanca y roja. La higuera representa la sustancia mineral de la que los filósofos extraen los elementos del renacimiento milagroso del Fénix. La VIRGEN madre lleva al NIÑO en su seno, es el emblema de la sustancia pasiva, caótica, acuosa y fría, matriz y vehículo del ESPÍRITU encarnado.

El artista quita al monstruo vencido sus dos ojos en el combate de la Rémora y de la Salamandra, y se debe aplicar a continuación a reunirlos en uno solo, operación misteriosa, fácil de ejecutar a quien sabe usar el cadáver de la Salamandra. ¿Se SIEMBRA en vuestro país grano de Halalidge y de mirobálano?.

Tendréis dificultades en concebir esta producción milagrosa, el Fénix es hermafrodita, y el milagro de la naturaleza, lleva el CRECIENTE de PLATA, o una ESTRELLA dorada en la testa, su cuello es un ARCO DEL FÉNIX. Es el único testigo de todas las edades del mundo, el único que juega con la muerte, y la convierte en su nodriza y su madre haciéndole parir la vida. tiene el privilegio de renovarse por un fallecimiento milagroso, se prepara en un montón, en el que deja la vida, de manera que no es otro Fénix inanimado, y allí en los brazos temblorosos de una PALMA, encomendándose al Sol, su matador y su padre, se posa en la pira. Entonces la naturaleza cae en trance, la primavera reina mientras la ceniza está inanimada, calentada la naturaleza por los rayos del Sol, se convierte en un gusanillo, luego en un huevo, y finalmente en un AVE, diez veces más hermosa que la otra. Los cuatro elementos, sin pronunciar palabra, cantan un motete a cuatro en alabanza a la Naturaleza para conmemorar la repetición del milagro de los pájaros y del mundo.

La vía seca se basa en el empleo de materiales sólidos y cristalizados, solo exige el concurso del CRISOL, y aplicar temperaturas elevadas, manteniendo largo tiempo las materias en estado de fluidez.

La vía seca no esclarece al operador en un momento dado cualquiera del trabajo, todo acontece en el más profundo misterio en el interior del crisol, cuidadosamente cerrado. Importa ser pues muy experimentado, y conocer bien el comportamiento del FUEGO, pues desde el principio al fin, no se puede descubrir en él la menor indicación.

Al final del trabajo, se advierte un signo, el único, cuya aparición confirma la perfección del AZUFRE por el MERCURIO. Este signo es la rotura espontanea de la VASIJA, por una acción química, por desgracia imposible de concebir y de explicar.

LA MULTIPLICACIÓN

El procedimiento para la realización de la multiplicación de la PIEDRA FILOSOFAL es el clásico SOLVE ET COAGULA.

La Piedra, fija y perfecta es afectada por el MERCURIO, para disolverse en él, nutrirse con él de nuevo y aumentar en él, no solo de peso y volumen, sino también en energía. Volverá a su estado, color y aspecto primitivos mediante la cocción, al que su escamoso pericarpio le ha valido el nombre de ERIZO, de aspecto parecido al de las castañas o de las nueces; y su núcleo, cristalino y translúcido, casi esférico, tiene un color semejante al del BALAJ.

Sería imprudente, en lo concerniente a la TRANSMUTACIÓN y la MEDICINA, sobrepasar la séptima reiteración, redisolviendo la piedra en el MERCURIO.

Cuanto más progresa la PIEDRA, mas penetrante resulta, y es más rápida su elaboración, que exige para cada grado de aumento, la octava parte del tiempo requerido para la operación precedente. La cuarta reiteración apenas lleva dos horas, la quinta se resuelve en 90 segundos, y en teoría, la sexta requeriría tan solo doce segundos, por lo que lo instantáneo de la operación la convertiría en impracticable.

Por otro lado, la intervención del peso y del volumen, acrecentados sin cesar, obligarían a reservar una parte de la producción, a falta de una cantidad proporcional de nuevo mercurio, siempre largo y costoso de preparar.

La piedra, multiplicada a los grados 5º y 6º, exigiría, dado su alto poder ígneo, una masa importante de oro puro, para orientarla al metal, pues de lo contrario se arriesgaría a perderla por entero.

LA VÍA HÚMEDA

introducción a la vía húmeda

Durante la evolución del REBIS, se manifiestan cuatro flores o colores, revelando al alquimista las fases sucesivas del trabajo interno, estas fases diversamente coloreadas, llevan el nombre de REGÍMENES, o REINOS. Ordinariamente se cuentan siete, y vienen a formar la llamada Semana de las semanas, o también Gran semana:

Los maestros se han limitado a señalar cuatro colores esenciales y preponderantes, a saber, negro, blanco, citrino y rojo. Estas cuatro flores deben de ser cortadas sucesivamente, según el orden de su floración.

También los autores aconsejan prudencia, tratando de alcanzar antes la meta no conseguirían mas que quemar las flores del compuesto, y arruinarían por completo la Obra.

El fuego en la vía húmeda

La vía húmeda recibe el nombre de FUEGO DE RUEDA, que so pena de detenerse implicando la pérdida consecutiva de las materias, sería incapaz de cesar un solo instante de su acción.

Una disminución de su energía, o el descenso de la temperatura, son accidentes perjudiciales para la marcha regular de la operación, pues si nada se pierde, el tiempo, ya considerable, se ve todavía aumentado.

Un exceso de fuego lo estropea todo, pero si la amalgama filosófica simplemente ha enrojecido, pero todavía no se ha calcinado, es posible regenerarla, disolviéndola de nuevo, según el consejo del COSMOPOLITA, y reemprender la cocción con más prudencia.

La extinción completa del hogar causa irremediablemente la ruina del contenido, aunque éste al análisis, no parezca haber sufrido modificación: El ORO, una vez resuelto en ESPÍRITU, si siente el frío se pierde con toda la Obra.

No activéis demasiado la llama en el interior de vuestra linterna, y velad para no dejarla apagarse, significaría que salís de CARIBDIS, para caer en ESCILA.

Composición del VASO y duración de la vía húmeda

La vía larga, la que emplea el vaso del Arte, es larga, laboriosa, ingrata y accesible a las personas afortunadas, pero de gran honor, por el esfuerzo que exige. Precisa un trabajo ininterrumpido de 12 a 18 meses.

Se parte del "ORO" natural canónicamente preparado, disuelto en el MERCURIO FILOSÓFICO, se cuece en un matraz de cristal. El compuesto, formado por cuerpos vitalizados, comienza su evolución, el misterio más impenetrable cubre con su velo el orden, la medida, el ritmo, la armonía y el progreso de esta admirable metamorfosis, que el hombre no tiene en absoluto la facultad de comprender ni de explicar.

Los cuatro grados del fuego

Los alquimistas que sometan la amalgama a las temperaturas crecientes de los cuatro regímenes del fuego, se verán frustrados a causa del resultado inesperado.

No se trata del fuego de las cocinas, de nuestras chimeneas, ni de los Altos Hornos, el fuego ordinario de la Obra no sirve mas que para alejar el frío y los accidentes que este pudiese causar.

Filaleteo comenta que la cocción es lineal, es decir, igual y constante de un extremo a otro de la obra, el fuego es uniforme y permanente.

Hay una correlación entre el fuego y el azufre, de manera que los cuatro grados del fuego se corresponden con los cuatro del otro.

La operación no es directa, implica el empleo de muchas fases o regímenes, simples reiteraciones de una sola y misma técnica, que el artista avispado sabrá encontrar.

El pequeño Magisterio

La LUNA marca el final de la OBRA AL BLANCO, y el período de transición para la OBRA AL ROJO. El REBIS ofrece el aspecto de hilos finos y sedosos, de cabellos extendidos, que progresan de la periferia hasta el centro, de ahí el nombre de blancura capilar que sirve para designar esta elaboración. Es la LUNA en su primer cuarto.

Después progresa a toda la masa, y cambia al amarillo limón, es la LUNA llena, el creciente se ha ampliado hasta llenar el disco lunar perfecto, ha llenado todo el ORBE.

Si el artista no desea llegar más lejos, o no sabe como conducir la Obra hasta el rojo, no le quedará mas solución que multiplicar esta PIEDRA, reiniciando las operaciones para aumentar su potencia y su virtud.

Mas allá del punto de saturación, demasiado sutil, ya no se puede coagular, queda así en aceite espeso, luminoso en la oscuridad, y sin acción sobre los seres vivos y los metales.

El gran Magisterio

Lo que se ha dicho para el pequeño Magisterio. Basta aumentar la temperatura a partir del momento en que se ha obtenido la blancura cetrina, no obstante sin tocar ni abrir la vasija, y a condición de que se haya sustituido al comienzo, el fermento rojo por azufre blanco (según Filaleteo, pero no según Flamel), lo que se explica con facilidad si se conocen las directrices de las vías y de las operaciones.

Sea como fuere, prosiguiendo la acción del cuarto grado de fuego, el compuesto se disolverá por si mismo, se sucederán colores nuevos, hasta que un débil rojo, denominado flor de melocotonero, que se vuelve poco a poco más intenso a medida que se extiende la sequedad, anuncia el éxito y la perfección de la Obra.

Enfriada la materia ofrece una textura cristalina, hecha de pequeños rubíes aglomerados, raras veces libres, de elevada densidad, y fuerte brillo, arropados frecuentemente en una masa opaca y roja denominada por los antiguos tierra condenada de la Piedra.

El residuo, fácil de separar, no es de utilidad, y debe de ser desechado.

La piedra Filosofal se nos presenta, pues baja la forma de un cuerpo cristalino, diáfano de masa roja, y amarilla después de su trituración, es muy densa, fusible y fija a cualquier temperatura, que la hacen incalcinable, incisiva, ardiente, penetrante e irreductible, es soluble en vidrio en fusión, y se volatiliza instantáneamente si se proyecta en metal fundido.

La Piedra transmutatoria, obtenida por vía húmeda

Si se fermenta la MEDICINA UNIVERSAL sólida con ORO o PLATA muy puros, por fusión directa se obtiene el llamado POLVO DE PROYECCIÓN, tercera forma de la PIEDRA FILOSOFAL

Se trata de una masa translúcida, roja o blanca, según el metal escogido, pulverizable, apta tan solo para la transmutación de los metales, y no es aplicable a los demás reinos.

La PIEDRA TRANSMUTATORIA jamás ha estado dotada del mismo poder, este es función de la propia Piedra y del metal sobre el que se la emplea, usualmente se toma como referencia la potencia transmutatoria sobre el mercurio metálico. Sírvase como referencia una PIEDRA roja de potencia 1000, que transmutará en oro:

La PIEDRA al blanco tendría la mitad de potencia que la piedra al rojo.

La Medicina Universal

Las propiedades medicinales del ELIXIR, colocan a su feliz poseedor al abrigo de las taras y miserias fisiológicas, heridas y muchas afecciones, disuelto en un licor espiritoso transparente, recibe el nombre de ORO POTABLE, porque toma un hermoso color amarillo, aunque no contenga el menor átomo de oro.

El elixir no sirve para la transmutación. Hay algún autor que llega a afirmar que la piedra fermentada con oro puede ser empleada como medicina (Bastford), disolviendo 24 granos en 2 onzas de alcohol, y empleando entre 1 y 4 gotas, según la exigencia de la enfermedad. Muchos filósofos difieren de esta opinión.

Las multiplicaciones en la vía húmeda

Dios lo hace todo a partir de la nada, crea. El hombre toma una parcela de ese todo y la multiplica, prolonga y continúa. De ese modo el MICROCOSMOS amplia el MACROCOSMOS.

Las tres piedras o medicinas de JABIR, reciben el nombre de AZUFRE filosófico, ELIXIR u oro potable, y la PIEDRA FILOSOFAL o MEDICINA UNIVERSAL. Cada una de estas PIEDRAS ha tenido que sufrir la cocción en el ATANOR, prisión de la Gran Obra.

Para estar regularmente conseguida, la Piedra ha tenido que sufrir 3 repeticiones sucesivas de una misma serie de 7 operaciones, lo que totaliza 21. En la práctica hay que redisolver tres veces la PIEDRA en el Mercurio Filosófico, para obtenerla con todas sus cualidades.

La técnica de la multiplicación y del acrecentamiento está fundada en que el AZUFRE nuevo siempre permanece disponible de absorber una cantidad determinada y proporcional de MERCURIO.

La PIEDRA fija y perfecta es afectada por el MERCURIO, a fin de disolverse en él de nuevo y aumentar en él, no solo de peso y de volumen, sino también en ENERGÍA

 

URL de este texto: https://www.angelfire.com/zine/cas/fulcanelli2.html

 

 (Texto enviado por nuestro amigo Hermesito, y bajo la autorización de nuestro Hermano en el Arte, José Antonio Puche Riart)

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