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Las Siete Leyes Herméticas


Se habla de Hermes Trimegisto, en ocasiones, como un alto Iniciado de la Antigüedad que proclamó la doctrina esotérica egipcia y escribió enormes cantidades de obras sobre ese tema. Otras veces se dice que Hermes Trimegisto fue en realidad un grupo de tres Maestros (magister). Pero probablemente se trató también de tres Escuelas, que podrían haber sido los tres troncos fundamentales de la enseñanza Iniciática (que inicia, que introduce a los misterios de la Vida): la Astrología, la Magia y la Alquimia. Se denomina leyes herméticas a siete principios esotérico- filosóficos que datan de la época egipcia y, con bastante seguridad, de mucho antes. Estas leyes o principios han venido poco a poco siendo confirmados por la ciencia moderna en muchos de sus aspectos fundamentales. Ante todo, dan una interpretación global de la realidad en sus diferentes planos de manifestación: físico, astral, mental, de la conciencia, etc. Pasemos ahora a definir y explicar estos siete principios cósmicos.

1. LEY DE CORRESPONDENCIA. Dice: "como es arriba así es abajo y como es abajo así es arriba". No cabe duda de que inmediatamente se relaciona esta sentencia con los portentosos descubrimientos que los Sabios Antiguos realizaron en el campo de la Cosmobiología. "Todo lo que sucede está inscrito en la bóveda celeste, pero no todo lo que se encuentra en ella tiene forzosamente que suceder (en el mundo físico)". Siempre queda la voluntad humana superior como un elemento que puede cambiar la dirección de las fuerzas astrales. Por ello, "el sabio rige a sus estrellas y el ignorante es dominado por ellas". Realmente, "el libro de los cielos es aquél que nunca se ha podido ni se podrá jamás destruir". El ser humano puede ejercer una fuerza interna evolutiva que guíe y canalice adecuadamente las energías cósmicas que se mueven en su entorno y en su propio mundo interior. Y, por otro lado, hay una correspondencia entre lo que cada persona percibe como la realidad y su estado de conciencia interior, es decir, hay una afinidad entre lo de fuera y lo de adentro. También, se manifiesta el mencionado principio de correspondencia entre los diferentes niveles del ser humano: una emotividad enfermiza puede dar lugar a un desequilibrio orgánico, al igual que un desajuste físico merma las capacidades psíquicas. Una insistente tónica de pensamientos (ambición, creatividad, etc.) genera un efecto correlativo en el nivel emocional e, incluso, en el físico. Veamos algún ejemplo: una puerta en el plano físico representa un paso de una estancia a otra, el cual puede ser estrecho o amplio, alto o bajo, cabiendo la posibilidad de que esté en un momento determinado cerrado o abierto, con llave o sin llave, etc. Pero, ¿qué es una puerta en lo psíquico-emocional?. Sencillamente, el paso de un estado (estancia) emocional a otro, como por ejemplo, del estrés a la relajación. Pero en un momento determinado ese cambio de estado es más fácil o difícil de realizar e, incluso, puede llegar un momento en que no se encuentra la llave, o bien, que ya la tengamos para todas las ocasiones en que la precisemos. La "llave" puede ser simplemente una adecuada técnica respiratoria, sin la cual el estado de relajación es muy difícil de alcanzar, a no ser que "forcemos" la puerta. Si nos encontramos en el bullicio de la ciudad, el paso de la estancia "tensión " a la habitación "relax" es más estrecho que si nos situamos en un bello lugar del campo...

2. LEY DE VIBRACION. Su enunciado es: "todo vibra, todo está en movimiento y nada se encuentra en reposo". Hoy se sabe, a través del estudio de las ondas electromagnéticas, los átomos y los movimientos de los cuerpos del cosmos, que hasta en lo que mal llamamos materia inerte existe una vida intensísima subatómica, atómica y molecular que, como ya se ha dicho, manifiesta en sí misma una inteligencia, lo cual no es lo mismo que decir que el átomo sea inteligente. A través de los electroencefalogramas (EEG), se sabe que el cerebro genera diferentes tipos de ondas dependiendo de la propia función cerebral en cada momento, aun cuando hoy por hoy no es posible saber mediante este aparato si el estado de "vibración mental" en concreto es de alegría, tristeza, agresividad, inspiración artística, duda, seguridad, esperanza, desaliento o una infinidad más de posibles estados emocionales y mentales. El reino mineral tiene un nivel vibratorio característico, aunque diferente dependiendo del tipo de ser "inerte" de que se trate. No emite las mismas vibraciones el oro que la plata, ni el zafiro que el rubí. Igual sucede con las plantas, los animales y el hombre. En el reino humano, aparte de que el estado de vibración de cada hombre o mujer sea el propio de su reino, existen distintos niveles de vibración personal para cada individuo, de acuerdo fundamentalmente al mayor o menor desarrollo de su conciencia individual. La vibración de un órgano enfermo no es la misma que cuando está sano; la frecuencia vibratoria del cuerpo saludable no es igual a la del que está próximo a la muerte; la tonalidad vibratoria de la alegría psíquica no es la misma que se genera con la desesperanza y la sensación de abandono; las partículas mentales del hombre no vibran igual cuando está haciendo un trabajo intelectual que cuando se encuentra dormido, etc. De allí podemos deducir que aquellas personas que poseen una vibración más elevada son más saludables que aquellas que son enfermas, de hecho si alguien posee altas vibraciones cerebrales genera energía en forma de calor y luz generando alrededor de sí un campo magnético "invisible" a simple vista que nos permite sentir cuando estamos ante la presencia de alguien cómo es que se encuentra una persona en su estado anímico, lo que percibimos pues como alegría o euforia por ejemplo en una discoteca no es mas que una gran cantidad de ondas expansivas que nos hacen reir o bailar. Cada persona se siente atraída hacia los hechos y circunstancias ambientales que están en sintonía con su propia frecuencia vibratoria. Es decir, el agresivo se ve atraído hacia las circunstancias de pelea y enfrentamiento; el artista sensible y creativo busca y se mueve hacia los parajes que expresan belleza, etc. La mente del contable se alimenta de números, mientras que para otros estos son "indigestos". Así, el intelectual buscará un ambiente en sintonía consigo mismo, el deportista hará lo propio, el vago, el responsable, el sectario, el espía, el espiritualista y el materialista, aparte de que la susodicha interacción yo-ambiente produzca luego una mayor atracción de la persona hacia la experiencia en cuestión o un creciente rechazo. De esa manera, nos vamos guiando por afinidades y desafinidades entre la calidad vibratoria propia y la de los diferentes ambientes, así como de las distintas personas que nos rodean.

3. LEY DEL UNIVERSO MENTAL. Este concepto será fácil de asimilar si se ha entendido lo que es la ley de los conjuntos de conjuntos. Todo, desde el bolígrafo hasta la lechuga, la piedra, el ser humano, el aire, la tierra y las figuritas de porcelana, está compuesto por partículas mentales. Ya en el tercer reino universal, el animal, esas partículas mentales se organizan como inteligencia inicial, sobre todo en sus representantes superiores, como el delfín, el chimpancé, etc. Pero se ha de tener en cuenta que ningún animal manifiesta la voluntad, pues ellos pueden sufrir y alegrarse, pero no pueden saber o tomar conciencia diferenciada de que están en tal o cual estado, ni tampoco hacer el esfuerzo para pasar de un estado al otro. Todavía su mente es instintiva, es decir, guiada casi totalmente por los relojes biológicos de la naturaleza. Esto último es lo que hace que casi todos los actos del animal estén realizados con una cierta belleza salvaje, pues él se guía fielmente por lo que el cosmos circundante en relación con sus mecanismos bioquímicos y fisiológicos internos le consignan. Como ya nos habremos percatado, el ser humano, al salirse momentáneamente de los patrones naturales, puede realizar actos que rompen la estética natural de la vida. Incluso los pequeños animales, tales como los insectos, manifiestan una estructuración y organización mental, al igual que las plantas y los minerales. Las partículas mentales forman parte de todo lo que existe, como ya lo hemos visto, pero sólo a partir del tercer reino se empiezan a organizar como inteligencia o capacidad para resolver problemas. Lógicamente, es en el reino humano cuando las partículas mentales se manifiestan como completa inteligencia y como pensamiento. Pero incluso en animales pequeños, ya la manifestación de una organización mental instintiva es muy compleja y variada, aunque por supuesto que no se puede hablar de pensamiento. ¿Cómo pudieron las hormigas aprender su lenguaje o cómo pueden hacer las abejas hexágonos casi perfectos?. Y, no digamos ya, ¿cómo logran también las abejas orientarse por relaciones angulares respecto al recorrido aparente del Sol a lo largo del día?. ¿Es que estos pequeños insectos aprenden trigonometría en su escuela?. Todo es mente e, "igual que actualmente hay una psicosis de guerra, es necesario generar una "psicosis" de paz". Por ello, la ignorancia es la que hace sufrir al hombre, pero no sólo la ignorancia de conceptos teóricos, sino fundamentalmente la de la sabiduría y el sentido común. En síntesis, continuando con la explicación acerca de los estados mentales en el hombre, podemos afirmar que a través del color del cristal de la mente de cada cual, así se ve el mundo: para el ladrón todo son oportunidades para robar, acechos de la policía, bolsillos, carteras, etc.; para el político todo es política: educativa, laboral, espacial, intergaláctica, etc.; para el economista todo son intercambios comerciales: internacionales, agrícolas, etc. y hasta en las especies animales ven economía; para el químico todo es química; para el esoterista exagerado todo son elementales (emanaciones psíquicas de los subplanos astrales inferiores), fenómenos ocultos, etc.; para el amante del "buen vino" el mundo es como una gran copa de la que todos bebemos, las ciudades y las calles muestran su calidad por el tipo de tascas y bares que poseen, el vino es bueno para que los niños no se resfríen, etc.; y, como se ve, la mente humana si no se controla tiene la tendencia a ver de la realidad sólo una parte y, a veces, sólo lo que le interesa. Quitando el hecho de que la especialización intelectual es necesaria, lo cual no discutimos, nos estamos refiriendo más bien a la parcialidad y la mezquindad de miras que en un momento determinado puede caracterizar al hombre, la cual le coarta la visión de una más amplia realidad. Por ello en la era astrológica del Aquarius, era de la síntesis, el hombre y la mujer integral deben de alcanzar una cultura y realización plenas, aparte de cuál sea su especialidad profesional. Esto supone que todo ser humano precisa para su desarrollo personal el tener conocimientos básicos por lo menos de alimentación integral, cultura psicofísica, pedagogía integral, técnicas respiratorias, filosofías y religiones comparadas, etc. En resumen, la mente puede estar polarizada hacia lo creador o hacia lo destructivo, pudiendo por tanto estar a favor o en contra de las leyes naturales, por lo que el cultivo mental no sólo consiste en estar más ilustrado en mayor número de teorías o almacenar enormes cantidades de datos en la memoria, sino que es preciso modular nuestra frecuencia vibratoria mental como si de un aparato de radio se tratase. De ese modo, podremos "saltar" a "mundos mentales" más equilibrados, justos, estéticos y creativos, para colocarnos en sintonía con la corriente evolutiva y ascendente.

4. LEY DE POLARIDAD Todo en la naturaleza se manifiesta dualmente: lo lleno y lo vacío, lo masculino y lo femenino, lo alto y lo bajo, los cationes y los aniones, lo frío y lo caliente, la vida y la muerte, la vigilia y el sueño, lo celeste y lo terrestre, el hombre y la mujer, etc. Este concepto se relaciona con la ley de la relatividad pues, para definir cualquier movimiento, es necesario decir cuál es el punto de referencia tomado. Lo que para uno es bueno y conveniente, para otro es el desastre y la perdición. No es que todo sea relativo a secas, sino que todo es relativo dependiendo del punto de referencia que se tome. Desde el momento que se prefija un punto de comparación u observación, las cosas dejan de ser relativas, por lo menos respecto a ese punto de vista. Hasta la naturaleza es dual, pues en ella se manifiesta, desde el punto de vista humano, la bondad y la maldad que, desde la perspectiva divina, son los dos polos de las leyes de la vida, manifestadas como justicia. La mente humana tiene una vertiente objetiva (recepción de estímulos externos y racionalidad) y, otra subjetiva, que es la interpretación que cada cual hace del panorama que ve. Igualmente, hay una polaridad pasiva de la mente en lo objetivo (recepción de estímulos o sensorialidad) y un polo objetivo-activo (racionalidad). Hay un polo activo en lo subjetivo (interpretación de los estímulos físicos y de los pensamientos) y otro pasivo (receptividad inconsciente). La polaridad teoría-práctica es uno de los principios fundamentales de la Psicopedagogía Integral, pues en el exceso de énfasis en la teoría sin su base en la práctica, está uno de los más graves y frecuentes errores de los sistemas comunes de enseñanza. No es posible la inhalación sin la exhalación, ni el trabajo sin el descanso, ni la materia sin la energía, ni la energía sin la mente, ni esta última sin la conciencia, etc. La ley de dualidad o polaridad, que se puede manifestar como oposición o como complementariedad, es la que genera los dos sexos: hombre y mujer. Para que se produzca el movimiento es necesaria la dualidad: protones y electrones, intuición y razón, materia y conciencia, conocimiento e ignorancia, actividad y pasividad... a través de los cuales se genera el dinamismo del universo. En el planeta Tierra se manifiesta la dualidad norte-sur y este-oeste. La atmósfera está cargada fundamentalmente de partículas o iones positivos, mientras que la tierra se encuentra con un predominio de iones negativos. Por ello, el ser humano, en su posición erguida, que es la que le destaca como hombre, es algo así como un imán con dos polos: a través de los cabellos, que son similares a antenas (entre otras cosas acumuladores de corriente electrostática), el ser humano recibe energías del cosmos mientras que, mediante las plantas de los pies y sus sensibles terminaciones nerviosas, captan la energía electro-telúrica de la Tierra. En el cuerpo humano hay órganos que se manifiestan con una dualidad clara y fundamental para el mantenimiento y evolución de la vida: el corazón, con su ciclo sístole-diástole; los pulmones, con la inhalación-exhalación; los riñones, manteniendo el equilibrio entre iones antagónicos, etc. Existe un concepto general científico acerca del cuerpo humano, que es el de la homeostasis o mantenimiento funcional del equilibrio entre extremos fisiológicos opuestos.

5. LEY DEL RITMO. El movimiento (vibración) se produce (generación) de forma armónica (ritmo) entre dos opuestos (polaridad) que tienen algo en común en su naturaleza (correspondencia entre lo de arriba y lo de abajo). Podemos relacionar este concepto con los ciclos naturales: endocrinos, históricos, mentales, sísmicos, sociales, económicos, etc. Los diversos acontecimientos se generan en momentos que se pueden precisar estudiando ciclos más o menos complejos, lo cual es una de las bases del estudio cosmobiológico. Por lo anterior, no se trata de "adivinar" el futuro, sino de estudiar, analizar y prever los ritmos o relojes naturales para obrar en consecuencia. La gran valía de la Cosmobiología es la posibilidad de estudiar tanto los ritmos cósmicos como los humanos, así como su interconexión mutua. Las sucesiones temporales de acontecimientos o fenómenos de todo tipo se pueden investigar a través de movimientos pendulares, ondulatorios, circulares, espirales, etc., todos los cuales poseen un ritmo o secuencia en el tiempo. Poco a poco se irán descubriendo más y más períodos cíclicos humanos y terrestres interrelacionados o correlativos (correspondencia) a los ritmos astrales. Estos ciclos o ritmos pulsantes tienen una tendencia evolutiva pues, la experiencia acumulada de los períodos anteriores, crea movimientos espirales (espirituales) y no círculos viciosos. Véase la figura 4. Si no hubieran ritmos jerarquizados perfectamente unos con respecto a los otros, el universo no sería un cosmos sino un caos. Podríamos definir como PLAN COSMICO de la Creación a aquél que coordina, estructura y jerarquiza la evolución del universo conjuntamente con la vida y la conciencia. Esta noción de orden universal estaba muy marcada en todas las sabias civilizaciones antiguas, como la maya, cuyo interés por los números, el tiempo, los ciclos, los astros, etc. son un claro ejemplo de su conocimiento y respeto hacia dicho plan universal, al cual procuraban ajustarse. Ello no implica una idea de determinismo, sino de libertad conseguida con orden y con esfuerzo. Observar el Cosmos es la mejor manera de que los resultados de la voluntad se multipliquen de manera efectiva, con lo cual hay más posibilidades y facilidades para ir poco a poco pasando de un nivel a otro superior, en lo que al desarrollo de la espiral se refiere. El conocimiento y aprovechamiento de estos ciclos es algo tan útil en todos los campos de la vida, como observar y estudiar en la práctica los vaivenes y ondulaciones de las olas para bañarse en las playas al mar abierto. Adaptarse a su ritmo no nos quita libertad, sino todo lo contrario, pues hace que no estemos subyugados al poder de tales manifestaciones marinas.

6. LEY DE CAUSA Y EFECTO . Es la ley hermética a la que en la práctica hay que estar más atentos, junto a la ley de correspondencia, que nos previene de la anterior. Aquello que llamamos destino es sólo el conjunto de consecuencias debidas a las causas promovidas por nosotros en esta vida o en cualquiera de las anteriores, lo cual se manifiesta según un orden perfecto y pedagógico que genera la propia ley de causa-efecto. Aquí es interesante puntualizar que lo que hacemos al mencionar la llamada reencarnación es ofrecer el punto de vista esotérico de la Astrología, pero por supuesto que no es necesario creer ni dejar de creer en este tema para estudiar y practicar Cosmobiología. Por otro lado, ya no estamos en la época de la creencia ciega o del dogma de fe, sino en la era de la sabiduría, la ciencia, el sentido común y la intuición (Aquarius). Así, la fe moderna es la fe con conocimiento de causa, experiencia e intuición. La palabra karma significa acción en el lenguaje tradicional de la India -el sánscrito- y, efectivamente, esta ley se manifiesta como acción y reacción en el plano físico. Mas igualmente existe acción-reacción en los niveles energético, astral, mental, de la conciencia, divino, etc. Pero lo que más nos interesa saber es que cualquier acción generada por el hombre en el plano físico o en cualquier otro, repercute o pone en movimiento mediante mecanismos ocultos a los demás. Por ello, el terrorista, el estafador y el vendedor de "salvaciones espirituales", reciben antes o después las consecuencias sobre sí mismo de aquello que han generado. Igualmente, el pensador creativo, el servidor impersonal de la humanidad, etc. generan causas que provocan efectos en el mismo sentido, simultáneamente, contrarrestando el karma desequilibrado que de antes tenían atrasado. Es la ley de correspondencia entre los distintos niveles del universo, la cual podemos usar conscientemente o recibir inconscientemente sus efectos. Así, vemos que los textos sagrados (sacros, secretos), como la Biblia, el Corán mahometano, el Popol-Vuh de los mayas, el Talmud de los hebreos, el Tao-Te-King de los chinos, el Bhaghavad-Gita de los hindúes, el Bardo-Thodol de los tibetanos, el Zend-Avesta de los zoroastrianos, etc. son más científicos de lo que parecen a primera vista, al insistir en el respeto al ser humano y a la vida en general. Sólo ocurre que su saber, mal entendido por corrientes fanáticas o dogmáticas, trata de la constitución y funcionamiento de los planos superiores universales. Todas las luchas, obstáculos, éxitos, alegrías y tristezas de la humanidad quedan perfectamente englobadas dentro de un Plan Cósmico de la evolución de la conciencia. No es un círculo vicioso, a pesar de los aparentes retrocesos (fig. 4- A), sino una espiral evolutiva que cada vez se amplía más y más, gracias a la acumulación de experiencias, en algo así como un feed-back espiritual o retroalimentación de la conciencia de ser y de existir. Cuando la voluntad del hombre y la mujer se desarrolla, ellos son capaces de generar causas evolutivas que varían la "dirección" del destino. Si generan energías involutivas, se enfrentan a la corriente universal ascendente, con las duras consecuencias que ello trae. Es difícil que el niño meta más de una vez el dedo en el fuego, pero parece que a los adultos nos gusta repetir. ¿Es posible cambiar a voluntad y conscientemente la línea vital de nuestra existencia?. Claro que sí, pues el propio fin de la naturaleza es hacerse más libre y salir de la inconsciencia a través de los seres humanos, que son aquellos capaces de conseguirlo. Podríamos decir que existe una gran pedagogía universal que guía el desarrollo de la individualidad a través de las leyes de la inconsciencia, mientras que la conciencia no vaya tomando sus propias riendas. Así, la ideas de infiernos y purgatorios desaparecen, tal como las penas eternas de la Era de Piscis, pues en Aquarius hablamos de experiencias correcta o incorrectamente asimiladas.

7. LEY DE GENERACION. Es la ley de creación, creatividad, etc. "Nada se crea, nada se destruye, todo se transforma". El ser humano usa, de uno o de otro modo, los elementos que posee a su alrededor y en su interior para dar nuevas formas y perspectivas a la materia, la energía, la mente y la consciencia. A través de esa magia de la transformación y la autotransformación, nos conviene unirnos a la corriente evolutiva ascendente natural universal. Los actos generadores se producen a través de las dualidades o polaridades: hombre-mujer, activo-pasivo, experiencia- razón, idealismo-realismo, expansión-concentración, etc. El ser humano es un catalizador y un transformador de algunas de las fuerzas naturales, por lo que su responsabilidad es grande. La inteligencia, el deseo, el amor, la genialidad, el mando, etc. son algunas de las capacidades que el hombre puede mover, siempre dentro de los límites que la naturaleza permite. La generación, provocación y movimiento de causas para generar efectos en todos los órdenes, es algo que hay que estudiar con calma para no vernos atrapados entre efectos y rebotes imprevistos o no vistos: principio de prudencia.

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